Jean-Marc Ferré | Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)
A general view of participants at the 16th session of the Human Rights Council in Geneva, Switzerland.

Análisis Especiales

AWID es un organización feminista internacional de membresía, que brinda apoyo a los movimientos que trabajan para lograr la justicia de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo.

Consejo de Derechos Humanos (CDH)

El Consejo de Derechos Humanos (CDH) es el cuerpo intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas responsable de la promoción y protección de todos los derechos humanos en todo el mundo. El HRC se reúne en sesión ordinaria tres veces al año, en marzo, junio y septiembre.  La La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) es la secretaría del Consejo de Derechos Humanos.

El CDH  trabaja de la siguiente forma:

  • Debate y aprueba resoluciones sobre cuestiones mundiales de derechos humanos y el estado de los derechos humanos en determinados países

  • Examina las denuncias de víctimas de violaciones a los derechos humanos o las de organizaciones activistas, quienes interponen estas denuncias representando a lxs víctimas.

  • Nombra a expertos independientes que ejecutarán los «Procedimientos Especiales» revisando y presentado informes sobre las  violaciones a los derechos humanos desde una perspectiva temática o en relación a un país específico

  • Participa en discusiones con expertos y  gobiernos respecto a cuestiones de derechos humanos.

  • A través del Examen Periódico Universal, cada cuatro años y medio, se evalúan los  expedientes de derechos humanos de todos los Estados Miembro de las Naciones Unidas

Aprende más sobre el CDH


La Sesión actual - CDH44

Se está llevarando a cabo en Ginebra, Suiza del 30 de junio al 17 de julio de 2020.

AWID trabaja con socios feministas, progresistas y de derechos humanos para compartir conocimientos clave, convocar diálogos y eventos de la sociedad civil, e influir en las negociaciones y los resultados de la sesión.

Con nuestrxs socixs, nuestro trabajo será:


◾️ Monitorear, rastrear y analizar actores, discursos y estrategias anti-derechos y su impacto en las resoluciones

◾️ Desarrollar conjuntamente una labor de promoción conjunta para contrarrestar a los actores anti-derechos y debatir más a fondo las conclusiones del Informe de Tendencias de OUR de 2017

◾️ Apoyar, coordinar y desarrollar de manera colaborativa el Caucus feminista emergente en el CDH

 

Contenido relacionado

Fadila M.

Fadila M. fue una activista tribal soulaliyate de Azrú, en la región Ifrane de  Marruecos. Luchó contra una forma específica de discriminación territorial dirigida a  las mujeres tribales.

Como parte del Movimiento de Mujeres Soulaliyate por el Derecho a la Tierra, trabajó para reformar el marco legislativo relacionado con la administración de la propiedad comunitaria, a través de la adopción, en 2019, de tres proyectos de ley que garantizan la igualdad de mujeres y varones.

Según las leyes consuetudinarias vigentes, las mujeres no tenían derecho a beneficiarse de la tierra, en especial aquellas que eran solteras, viudas o divorciadas. En Marruecos, los derechos a las tierras colectivas eran transmitidos tradicionalmente entre los varones de la familia mayores de 16 años. Desde 2007, Fadila M. ha sido parte del movimiento de mujeres, la primera movilización nacional de base por los derechos a la tierra. Una de sus conquistas ha sido que, en 2012, las mujeres soulaliyate pudieron registrarse por primera vez en las listas de beneficiarixs, y recibir compensaciones relacionadas con la cesión de tierras. El movimiento también logró la enmienda del dahir (decreto del Rey de Marruecos) de 1919, para garantizar el derecho a la igualdad de las mujeres.

Fadila M. falleció el 27 de septiembre de 2018. Las circunstancias de su muerte no son claras. Participó en una marcha de protesta relacionada con el tema de las tierras colectivas y, si bien las autoridades informaron que su muerte fue accidental y que tuvo un paro cardíaco camino al hospital, la sección local de la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos (AMDH) señaló que Fadila fue sofocada por un miembro de la fuerza policial utilizando una bandera marroquí. Su familia solicitó una investigación, pero los resultados de la autopsia no fueron dados a conocer.

Más información sobre el Movimiento de Mujeres Soulaliyate por el Derecho a la Tierra (en inglés)


Nota: Como no ninguna fotografía/imagen de Fadila M. disponible, la obra de arte (en lugar de un retrato) pretende representar por lo que luchó y trabajó: la tierra y los derechos a vivir y tener acceso a esa tierra y lo que crece en ella.

Snippet - WITM Why now_col 2 - PT

O financiamento dos movimentos feministas é fundamental para garantir uma presença mais justa e pacífica, e um futuro liberto.

Na última década, os financiadores investiram significativamente mais dinheiro na igualdade de género; no entanto, apenas 1% do financiamento filantrópico e de desenvolvimento foi efetivamente direcionado para apoiar diretamente mudanças sociais lideradas por feministas

Na busca da abundância, e para acabar com esta escassez crónica, o inquérito WITM é um convite para os defensores do feminismo e da justiça de género se envolverem no percurso da recolha coletiva de testemunhos e de casos para mobilizar mais recursos financeiros de melhor qualidade e recuperar o poder no ecossistema de financiamento neste momento. Em solidariedade com os movimentos que continuam invisibilizados, marginalizados e sem acesso a financiamento central, de longo prazo, flexível e baseado em fundos fiduciários, o inquérito WITM destaca o estado efetivo dos recursos, desafia soluções falsas e aponta.

Notre vision : La justice économique dans un monde féministe

En tant que féministes luttant pour la justice de genre, la paix, la justice économique, sociale et environnementale, nous savons qu'il n'existe pas de recette miracle, mais plutôt un éventail de possibilités qui peuvent faire changer les choses, et qui les font changer.


Cet éventail d’options est aussi diversifié que nos mouvements et les communautés dans lesquelles nous vivons et nous luttons.

Avant de vous présenter quelques-unes de ces propositions féministes pour un autre monde, voici les principes qui encadrent nos propositions :

1. Un développement autodéterminé, du local au global

Nous croyons qu'il ne doit pas y avoir un seul modèle pour tous, et que chacun-e doit avoir le droit de revendiquer et de contribuer à la construction d'un autre monde possible, comme le formule le slogan du Forum social mondial.

Cela inclut le droit de participer à la gouvernance démocratique et d'influer sur son avenir, politiquement, économiquement, socialement et culturellement.

L'autodétermination économique permet aux peuples de prendre le contrôle de leurs ressources naturelles et d'utiliser ces ressources pour atteindre leurs propres objectifs ou pour un usage collectif. En outre, le pouvoir d’agir des femmes dans la sphère économique est fondamental pour atténuer le caractère souvent cyclique de la pauvreté, le déni de l'éducation, de la sécurité et de la sûreté.

2. Les droits, l'égalité réelle et la justice au cœur de l'économie

Le principe de l'égalité réelle est énoncé dans la Convention sur l'élimination de toutes les formes de discrimination à l'égard des femmes (CEDAW) et d'autres instruments internationaux relatifs aux droits humains. Ce principe est fondamental pour le développement et la transformation vers une économie juste, car il affirme que tous les êtres humains naissent libres et égaux.

La non-discrimination fait partie intégrante du principe d'égalité, qui veille à ce que personne ne soit privé de ses droits en raison de facteurs tels que la race, le sexe, la langue, la religion, l'orientation sexuelle, l'identité sexuelle, une opinion politique ou autre, l’origine nationale ou sociale, la fortune ou la naissance.

La dignité inhérente à toute personne sans distinction doit être maintenue et respectée. Alors que les États doivent veiller à l'utilisation d’un maximum de ressources disponibles pour la réalisation des droits humains, le fait d’exiger ces droits et la dignité est un enjeu clé pour la lutte de la société civile et la mobilisation populaire.

3. Une redistribution juste pour tous et toutes, sans monopolisation ou accaparement (le principe d’anti-avidité)

Ce principe, mis en œuvre par les efforts coordonnés visant à transformer les institutions injustes, soutient le rétablissement de l’équilibre entre la « participation » (entrées) et la « distribution » (sorties), lorsque celui-ci est rompu.

Il permet de poser des limites à l'accumulation monopolistique de capital et d'autres abus liés à la propriété. Ce concept est fondé sur un modèle économique qui repose sur l'équité et la justice.

4. La solidarité féministe et inter-mouvements est fondamentale

Pour changer les choses, nous avons besoin de réseaux féministes solides et diversifiés. Nous avons besoin de mouvements qui renforcent la solidarité du niveau personnel au niveau politique, du niveau local au niveau global, et inversement.
 
Construire le pouvoir collectif grâce aux mouvements permet de convertir la lutte pour les droits humains, l'égalité et la justice en une force politique pour le changement qui ne peut être ignorée.

 « Seuls les mouvements sont en mesure de créer des changements durables à des niveaux que la politique et les lois seules ne permettraient pas d’atteindre. »

 


Pour en savoir plus sur ce sujet, consulter S. Batliwala, 2012 Changer leur monde. Mouvements féministes, concepts et pratiques.


Voir également

Le projet

5 menaces principales

Snippet FEA how important essential workers are (ES)

La pandemia de COVID-19 le mostró al mundo la importancia de lxs trabajadorxs esenciales. Estamos hablando de limpiadorxs, enfermerxs, paramédicxs, trabajadorxs del hogar, transportistxs, las personas que trabajan en los supermercados, entre muchísimas otras. Su trabajo es atender y garantizar el bienestar de lxs demás y hacer funcionar nuestras economías.

Pero mientras ellxs nos cuidan…

Rosa Candida Mayorga Muñoz

Rosa Candida Mayorga Muñoz était une travailleuse sociale, leader syndicale et défenseure des droits humains du Guatemala. On la surnommait affectueusement Rosita. 

Dans les années 1980, Rosa devient la première femme à siéger au comité exécutif du syndicat de l’Institut d’électrification nationale (STINDE), syndicat qu’elle avait rejoint en premier lieu pour défendre les droits des femmes au travail. Cela signifiait, à ses yeux, de lutter pour l’égalité des chances dans une entreprise où de nombreuses femmes affrontaient un système discriminatoire et violent mis en place par la direction de l’entreprise. Rosa avait également subi du harcèlement sexuel sur son lieu de travail, tant de la part de collègues que de responsables. Elle n’entendait cependant pas rester silencieuse. 

Rosa a continué à se battre et fait partie des efforts pour façonner la lutte afin qu’elle prenne la forme du « Pacte collectif pour les conditions de travail du INDE-STINDE ». Ce pacte était le premier du genre et le premier au Guatemala à caractériser le concept de harcèlement (sexuel). Il fait désormais référence dans la loi guatémaltèque pour les questions de travail, et sert d’encouragement aux autres syndicats.

« Elle n’avait d’autres outils pour se battre que ses propres idéaux... Elle a été intimidée à plusieurs reprises, harcelée pour abandonner la lutte, mais son courage a fait naître l’espoir chez les syndicalistes de la base. Rosita a créé une image de respect non seulement au sein de son syndicat mais également face aux autorités de l’institution et au sein du mouvement des femmes. Elle a été reconnue comme une pionnière du mouvement des femmes du syndicat, dans un espace qui avait davantage été dominé par les hommes. » - Maritza Velasquez, ATRAHDOM

Rosa est décédée le 4 avril 2018, elle avait 77 ans.

Какую цель преследует опрос «Где деньги?»

Ключевая цель исследования – осветить финансовое положение различных феминистских движений, инициатив за права женщин, гендерную справедливость, ЛГБТКИ+ и смежных движений по всему миру и, основываясь на этом, еще больше усилить аргументы в пользу увеличения объема денежных средств и передачи власти феминистским движениям.

Alternative framework for economic governance

Context

The current global economic crisis provides stark evidence that the economic policies of the last 3 decades have not been working.

The devastation that the crisis has wrought on the most vulnerable households in the Global North and Global South is a reminder that the formulation of economic policy and the realization of human rights (economic, social, political, civil and cultural) have for too long been divorced from one another. Economic policy and human rights do not have to be opposing forces, but can exist symbiotically.

Macroeconomic policies affect the operation of the economy as a whole, shaping the availability and distribution of resources. Within this context, fiscal and monetary policies are key.

Definition

  • Fiscal policy refers to both public revenue and public expenditure, and the relationships between them as expressed in the government budget.
  • Monetary policy includes policies on interest and exchange rates and the money supply, as well as the regulation of the financial sector.
  • Macroeconomic policies are implemented using instruments such as taxation, government spending, and control over the supply of money and credit.

These policies affect key prices such as interest and exchange rates that directly influence, among other things, the level of employment, access to affordable credit, and the housing market.

Applying a human rights framework to macroeconomic policy allows States to better comply with their obligation to respect, protect, and fulfill economic and social rights. Human rights are internationally agreed-upon universal standards. These legal norms are articulated in United Nations treaties including, the Universal Declaration of Human Rights (UDHR), the International Covenant on Civil and Political Rights (ICCPR), and the International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights (ICESCR).

Article 1 of the UDHR states that, “All human beings are born free and equal in dignity and rights.”

Although the UDHR was written about six decades ago its relevance is enduring. Many of the ideas address concerns and critical issues that people continue to face globally. Issues regarding inhuman punishment (Art. 5), discrimination (Art. 7), property ownership (Art. 17), equal pay for equal work (Art. 23/2), and access to education (Art. 26/1) are pertinent matters in countries South and North of the equator.

More specifically, States have an obligation under international law to respect, protect and fulfill human rights, including the economic and social rights of people within their jurisdiction. This is particularly relevant now given the financial crisis. In the U.S., regulation is skewed in favor of certain interests. The failure to extend government’s supervisory role in the context of social and economic change is a failure with regard to the obligation to protect human rights.

Feminist perspective

States should abide by key human rights principles to achieve economic and social rights. Some of the principles have potentially important implications for governance of financial institutions and markets, yet these possibilities have been underexplored.

Economic and social rights have a concrete institutional and legal grounding. Global declarations, international treaties, covenants, and, in a number of cases, national constitutions have incorporated aspects of the economic and social rights framework—providing an institutional infrastructure in national and international law.

Some have suggested that a consideration of global justice may not be a useful pursuit because of the institutional complexities involved. However, this does not get around that fact that global institutions already have an impact on social justice, both positive and negative.

It is useful to tease out the implications that elements of alternative frameworks have for economic governance, specifically those supported by existing institutions. Economic and social rights represent one such concrete framework. The framework is an evolving one, and ongoing discussion and deliberation is necessary to address underdeveloped areas and potential deficiencies.


Learn more about this proposition

This section is based on CWGL’s blog “Applying a Human Rights Framework to Macroeconomic Policies” (2012).

Part of our series of


  Feminist Propositions for a Just Economy

Snippet FEA collaborator and allies Photo 3 (FR)

La représente cinq femmes (Sopo se tient au milieu) debout en haut d'un escalier, devant un mur de pierre, tenant des pancartes sur lesquelles sont écrits des slogans géorgiens.

Esther Mwikali

Esther Mwikali’s home was in Mithini village, Murang’a County, Kenya. A prominent and valued land rights activist, she looked into abuses against squatters who are living on land claimed by tycoons. The investigation Esther was part of also involved land rights’ violations in Makuyu by powerful individuals.

After failing to attend a village meeting, a search party went looking for Esther. On 27 August 2019, two days after her disappearance, her body was found on a farm near her homestead, displaying signs of torture. She was brutally murdered. 

“Esther was renowned for her work to prevent community members being evicted from land claimed by tycoons. Local activists had no doubt her murder was related to the area’s ongoing land struggles, a tragic reminder of the alarming regularity with which extra-judicial killings are routinely carried out in Kenya,” - Global Witness Report, July 2020

“We associate Mwikali’s death with land struggles around here. We are asking the Government to investigate the matter without delay.” - James Mburu, spokesperson for the squatters

“Action should be taken on individuals who are alleged to have threatened the squatters including Mwikali's family.” - Alice Karanja, National Coalition of Human Rights Defenders

“The impact of her work and tenacity will remain alive in Kenya for decades. CJGEA consoles with the bereaved and it calls for justice.” - Center for Justice and Governmental Action (CJGEA) Press Release, 13 September 2019

هل يمكن أن تعبئ مجموعة واحدة الاستطلاع أكثر من مرة واحدة؟

كلا. نطلب فقط تعبئة استطلاع واحد لكل مجموعة.

Key impacts on the international human rights system

Anti-rights actors have had a substantive impact on our human rights framework and the progressive interpretation of human rights standards, especially rights related to gender and sexuality.

When it comes to the impact of conservative actors in international policy spaces, the overall picture today is of stasis and regressions.


We have witnessed the watering down of existing agreements and commitment; deadlock in negotiations; sustained undermining of UN agencies, treaty review bodies and Special Procedures; and success in pushing through regressive language in international human rights documents.

Commission on the Status of Women (CSW)

The CSW, held annually in March, has long been one of the most contested sites in the UN system. In March 2015, conservative efforts set the tone before events or negotiations even began; the outcome document of the Commission was a weak Declaration negotiated before any women’s rights activists even arrived on the ground.

At 2016’s CSW, the new Youth Caucus was infiltrated by large numbers of vocal anti-abortion and anti-SRHR actors, who shouted down progressive youth organizations. Again, intensive negotiations resulted in a lacklustre text, which included regressive language on ‘the family.’

Precisely when addressing women’s human rights is of urgent importance, the CSW has been rendered a depoliticized and weakened space. Using it to advance rights has become harder and harder since progressives’ energy is taken up trying to hold the ground against conservative backlash.

Human Rights Council (HRC)

As the intergovernmental body responsible for the promotion and protection of human rights around the globe, the HRC is a key entry point for conservative actors. In recent years, this mechanism has been the scene for a number of damaging anti-human rights moves.

In conversation with other anti-rights actors, one strategy of conservative states, and blocs of states, is to aggressively negotiate out positive language and to introduce hostile amendments to resolutions, most often resolutions focusing on rights related to gender and sexuality.

To take one example, during the June 2016 session of the HRC, opposition was mounted towards a resolution on discrimination against women by the member states of the Organization of Islamic Cooperation (OIC) and allies. During contentious negotiations, multiple provisions were removed, including women’s and girls’ right to have control over their sexuality, sexual and reproductive health, and reproductive rights; and the need to repeal laws which perpetuate the patriarchal oppression of women and girls in families, and those criminalizing adultery or pardoning marital rape.

The HRC has also been the site of pernicious conservative initiatives to co-opt human rights norms and enact conservative “human rights” language, such as that of the Russia-led “traditional values” resolutions, and more recently the “Protection of the Family” agenda.

Human Rights Committee

In 2015, moving their sights to another front, a number of religious right organizations began to target the Human Rights Committee, the treaty monitoring body for the International Covenant on Civil and Political Rights (ICCPR), a pivotal human rights instrument.

Anti-human rights groups mobilized in hopes of cementing their anti-abortion rhetoric into the treaty.

When the Committee announced it was drafting a new authoritative interpretation of the right to life, over 30 conservative non-state actors sent in written submissions, advocating their misleading discourse on ‘right to life’ - that life begins at conception and that abortion is a violation of the right - be incorporated in the Committee’s interpretation of article 6.

Conservative groups targeting the Human Rights Committee was a shift considering that historically anti-human rights actors have repeatedly attempted to undermine and invalidate the essential work of the treaty monitoring bodies, including the Human Rights Committee.

SDG negotiations and Agenda 2030

Anti-human rights actors were involved in lobbying towards the development of the new Sustainable Development Goals (SDGs) in 2015, focusing again on rights relating to gender and sexuality. These efforts had limited traction in their attempts to embed regressive language in Agenda 2030.

However, after successfully pushing back against progressive language in the final text, conservative actors then pivoted to another strategy. In an attempt to evade state accountability and undermine the universality of rights, several states have repeatedly made reservations to the Goals.

On behalf of the African Group, Senegal claimed that African states would only “implement the goals in line with the cultural and religious values of its countries.”

The Holy See also made a number of reservations, stating it was “confident that the related pledge ‘no one will be left behind’ would be read” as meaning “the right to life of the person, from conception until natural death.”

Saudi Arabia went one step further, declaring that the country would not follow any international rules relating to the SDGs that reference sexual orientation or gender identity, describing them as running “counter to Islamic law.”

General Assembly (GA)

Anti-rights actors have made increasing headway at the UN General Assembly (GA).  Most recently, during the 71st session in 2016, the GA was the scene of feverish anti-rights organizing in opposition to the new mandate created by the Human Rights Council resolution on sexual orientation and gender identity in June 2016: the Independent Expert on SOGI. Four separate attempts were made to undercut the mandate in GA spaces.

One approach was to introduce a hostile resolution at the Third Committee[1], led by the African Group, which in essence aimed to indefinitely defer the new mandate. While this approach was not successful, such an attempt in the GA to retroactively block the creation of a mandate brought forward by the Human Rights Council represented a new and troubling tactic - anti-right actors are now working to directly undermine the HRC’s authority respective to the General Assembly.

Another approach targeted the Fifth Committee (responsible for administration and budgetary matters) as an entry point to attack the mandate. In an unprecedented move a number of States attempted (again, unsuccessfully) to block the funding of UN human rights experts, including the new IE on SOGI[2],.

While these multiple efforts were unsuccessful in blocking the creation and continuation of the new mandate, the significant support they received, the novel strategizing employed, and the strong alliances built along regional lines through negotiations point to difficulties ahead.


[1] The Third Committee of the GA deals with agenda items relating to a range of social, humanitarian affairs, and human rights issues.  Each year it discusses and issues resolutions on issues including the advancement of women, the protection of children, family, and youth.

[2] While UN Special Procedures experts (i.e. Special Rapporteurs, Working Group members and Independent Experts) work pro bono, some funds are generally allocated to facilitate country visits on the invitation of the national government, and support staff.

 


Other Chapters

Read the full report

Snippet FEA different lines of work S4 (EN)

Lines of work:

AGAINST

Stacey Park Milbern

"No sé mucho sobre la espiritualidad o lo que sucede cuando morimos, pero mi vida de coreana crip queer me hace pensar que nuestros cuerpos terrenales son sólo una fracción de lo que somos, y no considerar a nuestros antepasadxs es quedarse con solo un atisbo de lo que somos". - Stacey Park Milbern 

Stacey Park Milbern fue una mujer autodefinida como queer, con discapacidad y de color, además de una pionera. Líder y organizadora respetada y de amplia trayectoria en el movimiento por los derechos y la justicia para las personas con discapacidad, también defendió los derechos de muchas otras comunidades, y no solo los de la suya propia. El activismo de Stacey tenía raíces poderosas en su experiencia personal con las intersecciones del género, la discapacidad, la sexualidad y la raza.

Stacey, junto con algunxs amigxs, co-creó el Club de Cultura de Justicia para la Discapacidad, un grupo dedicado a apoyar a varias comunidades, especialmente aquellas más vulnerables, que, entre otras cosas, está ayudando a las personas sin hogar a acceder a recursos durante la pandemia del COVID-19.

También fue coproductora de una campaña con mucho impacto para el documental de Netflix "Crip Camp", integrante de la junta directiva de la Fundación WITH, y dirigió organizaciones a nivel local, estatal y nacional. Stacey escribió además de manera hermosa y poderosa:

"Mis antepasadxs son personas forzosamente separadas de sus amores a causa de la guerra y el desplazamiento. Es gracias a ellxs que hoy conozco el poder de construir un hogar con lo que tienes, dondequiera que estés, con quien quiera que estés. Mis antepasadxs son queers que vivieron en el sur de América. Es gracias a ellxs que entiendo la importancia de las relaciones, del lugar y de vivir la vida al máximo, aunque sea peligroso. Todxs mis antepasadxs conocen el anhelo. El anhelo es a menudo nuestro lugar de conexión..." - Stacey Park Milbern

Stacey nació en Seúl, Corea, y creció en Carolina del Norte, para después continuar con su viaje en el área de la bahía de San Francisco. Stacey falleció por complicaciones de una cirugía en su cumpleaños número 33, el 19 de mayo de 2020.


Para leer un ensayo de Stacey Park Milbern (en inglés)
Para escuchar una entrevista con Stacey Park Milbern (en inglés)
#StaceyTaughtUs: Record your story for the Disability Visibility Project (en inglés)

Tributos:

"Ella fue, como mucha gente diría, una líder nata. En cierta medida, ella lo abarcó todo. ¿Sabes? Ella supo liderar desde la primera línea, desde el medio y también desde atrás.  Era capaz de hacer todo eso de alguna manera." - Andraéa LaVant, activista por los derechos de las personas con discapacidad.

"Qué golpe perder a Stacey cuando nuestras comunidades necesitan de su liderazgo más que nunca, y en un momento en que su fuerza, perspicacia y agallas estaban recibiendo un mayor reconocimiento, más allá de los círculos de las personas con discapacidad, y le ofrecían una plataforma mayor para avanzar con el trabajo de su vida... No tendremos la suerte de aprender hasta dónde su carismático liderazgo nos habría llevado. Pero, sin ningún tipo de dudas: Lo que Stacey nos dio, en un tiempo relativamente corto, continuará beneficiando a otrxs en los próximos años". - Fondo de Educación y Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad (DREDF, por sus siglas en inglés).

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