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Perspectivas feministas sobre la huelga de hambre de prisionerxs palestinxs

El 17 de abril, 1500 prisionerxs palestinxs iniciaron la huelga de hambre colectiva más grande en años bajo la consigna “libertad y dignidad”. Desde entonces, defensorxs de Palestina han estado organizando eventos y protestas alrededor del mundo para fortalecer y profundizar la solidaridad con lxs huelguistas.

AWID entrevistó a activistas feministas palestinas para conocer más acerca del significado de la huelga para ellas, así como su mensaje al respecto para feministas de otras partes del mundo. Puedes leer sus respuestas más adelante.

Actualmente hay 61 mujeres y niñas y 300 menores de edad en cárceles israelíes. En general, se percibe a los hombres como únicos líderes del movimiento de personas detenidas; sin embargo, las mujeres palestinas históricamente también han arriesgado su vida en las huelgas de hambre. Los hombres suelen ser recibidos como héroes tras su liberación, mientras que las presas políticas, tales como Lina Al-Jarbouny, enfrentan importantes dificultades para su sanación y reintegración a la sociedad. Al igual que en muchas partes del mundo, el sistema penitenciario de Israel también opera con fines de lucro. G4S, la empresa de seguridad más grande del mundo, forma parte del sistema y es cómplice de la violación de los derechos de lxs prisionerxs palestinxs. 


Ghadeer-Malek

Ghadeer Malek

Ghadeer Malek es escritora, poeta de la palabra hablada, investigadora social, experta en políticas públicas y educadora de las artes. Ha trabajado en los sectores públicos y sin fines de lucro  en la administración de programas de participación juvenil y desarrollo comunitario en asuntos relacionados con la migración y la guerra, con especialización en la región de Medio Oriente y África del Norte. Ghadeer es coautora de Min Fami: Arab feminist reflections on identity, space, and resistance [Min Fami: Reflexiones feministas árabes sobre identidad, espacio y resistencia]. Recientemente, concluyó una maestría en Educación para Personas Adultas y Desarrollo Comunitario del Instituto de Ontario de Estudios sobre Educación (OISE) de la Universidad de Toronto.

Cuando más de 1500 prisionerxs palestinxs en cárceles israelíes se declararon en huelga de hambre el 17 de abril, me provocó curiosidad observar si el resto del mundo lo notaría. El pueblo palestino sabe que la ocupación y colonización israelí de Palestina, desde la creación del Estado de Israel en 1948, se ha sustentado en una campaña de relaciones públicas que oculta el hecho de que Israel es un proyecto colonial del imperialismo. Entonces sentí la curiosidad de observar si la huelga de hambre llamaría la atención del mundo, y en caso afirmativo, qué influencia tendría. 

No es la primera vez que lxs presxs políticxs palestinxs en Israel han organizado una huelga de hambre masiva. Una cronología de Aljazeera ofrece un buen panorama de las huelgas de hambre palestinas desde 1967. Hasta la fecha, la huelga de hambre actual, liderada por Marwan Barghouti, que ha sido preso político en Israel por más de 15 años, ha recibido cobertura mediática internacional y de Occidente empezando con la publicación del New York Times sobre las demandas de lxs huelguistas que fueron escritas por Barghouti mismo. Descrita como la huelga de hambre colectiva más grande de la historia palestina, puede que el efecto cumulativo de la resistencia palestina y la organización de las bases hayan influido en la cobertura de la lucha palestina en los medios convencionales. Esto incluye la influencia de la campaña de la sociedad civil palestina para el Boicoteo, Desinversión y Sanciones; o el informe reciente de Naciones Unidas escrito por Rima Khalaf, que renunció a su cargo de subsecretaria general de Naciones Unidas y secretaria ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia Occidental cuando le pidieron retractar su informe que revelaba el régimen de apartheid del Estado de Israel. Mientras lxs huelguistas palestinxs están llamando la atención del mundo, para mí, como palestina de la diáspora, activista, escritora y educadora, creo que la huelga de hambre es un llamado a la acción y la solidaridad. Es importante que nosotrxs, las voces críticas de los márgenes, también arriesguemos nuestras vidas y voces y nos hagamos eco de sus demandas en el contexto más amplio de colonización e imperialismo. La solidaridad consiste en arriesgarse, cada quien a su manera, para nuestra propia liberación y la liberación de la humanidad toda.

Quiero que lxs feministas conozcan las campañas de solidaridad que se están llevando a cabo alrededor del mundo. Por ejemplo, #saltwater challenge se ha vuelto viral. En Italia, lxs parlamentarixs se están uniendo al #saltwater challenge, y en Irlanda, el ayuntamiento de Dublín ha izado la bandera palestina, y en Sudáfrica hay gente que se une a la huelga de hambre, al igual que el Arzobispo de Palestina que también se ha sumado a la huelga. 


Sama Aweidah

Sama Aweidah es directora general del Centro de Estudios de Género (WSC). También es investigadora y escritora. Ha publicado 11 libros infantiles para sensibilizar a la niñez sobre las cuestiones de género.

Para mí la huelga de hambre es una lucha muy difícil que se ven obligadas a vivir la víctima y su familia solo para vivir con dignidad. Es muy dolorosa, pero a veces es la única forma de llamar la atención de la comunidad internacional sobre lo que está sucediendo.

  1. Si estamos luchando por nuestra dignidad y libertad, debemos saber que no lo lograremos sin que sintamos y luchemos con todos los pueblos oprimidos del mundo.
  2. Las madres y esposas de los prisioneros palestinos están sufriendo y se preocupan mucho por sus hijxs.
  3. Lo que están pidiendo lxs presos palestinos no ni más ni menos que lo que se encuentra acordado en el derecho internacional humanitario.
  4. Más de 1,700 presxs palestinxs han estado en huelga de hambre por 40 días y podrían fallecer en cualquier momento.
  5. A menos que intervenga la comunidad internacional, el Gobierno de Israel no responderá a las demandas de lxs prisionerxs.
  6. Hacemos un llamado a lxs feministas de todo el mundo para apoyar a lxs presxs palestinxs para que puedan vivir con dignidad, ver a sus familias y tener un ambiente saludable.

Al apoyar a lxs prisionerxs palestinxs, estarás apoyando la paz y dignidad en todo el mundo. 


Yafa Jarrar

Yafa Jarrar es palestina. Nació en Jerusalén y se crió en Ramallah, Palestina. Ha participado en el movimiento Boicoteo, Desinversión y Sanciones (BDS) en Palestina y a nivel internacional desde el 2005. Yafa es candidata a doctora en derecho de la Universidad de Ottawa, Facultad de Derecho. Actualmente vive en Ottawa, Territorio Algonquin.  

La huelga de hambre “Dignidad” es una estrategia práctica de resistencia, un acto dignificado de desafío y una forma de resiliencia. Históricamente, las huelgas de hambre colectivas han demostrado ser tácticas maduras, calculadas y exitosas emprendidas por presxs políticxs para lograr sus derechos fundamentales y demandas. Es importante que entendamos que la decisión de lxs presxs políticxs de iniciar una huelga de hambre nunca es arbitraria. Para lxs presxs políticxs palestinxs, poner en riesgo sus cuerpos y vidas indica que sus condiciones de vida en las cárceles del régimen de apartheid de Israel son graves.

El Estado apartheid de Israel se caracteriza por su operación de algunas de las cárceles y centros de detención más opresivos con el fin único de reprimir al pueblo palestino. La huelga de hambre es su último recurso. Quiere decir que lxs presxs palestinxs no se quedarán con los brazos cruzados mientras se continúa violando sus derechos fundamentales en el aparato penitenciario israelí.

Atrapadxs entre un Estado apartheid israelí, en un extremo, y una Autoridad Palestina fallida e incompetente, por el otro, lxs presxs políticxs palestinxs han sufrido mucha negligencia. Tal como indica el nombre de la huelga, las demandas que la originaron son básicas. Incluyen, entre otras cosas: poner fin a la negación de visitas familiares, facilitar el acceso a atención médica, garantizar el derecho a la educación superior a distancia, eliminar el régimen de aislamiento y la detención administrativa, que implica detención indefinida sin que se presenten cargos o se proceda a juicio. Hoy a 40 días del comienzo de la huelga de hambre colectiva, quienes administran las cárceles israelíes no han dado señales de que se vaya a garantizar cualquiera de estos derechos fundamentales. La huelga de hambre significa que lxs presxs políticxs palestinxs tienen hambre de dignidad, libertad y liberación. El Estado apartheid de Israel no le va a entregar voluntariamente su dignidad o liberación, por eso optaron por perseguir estos derechos por el medio del estómago vacío. Apoyar la huelga es una obligación moral de todas las personas libres y conscientes.

El Estado apartheid de Israel y sus acciones contra el pueblo palestino, particularmente en las cárceles israelíes, son por naturaleza antifeministas. No hay nada feminista en la encarcelación de 6300 presxs políticxs, entre ellxs 300 niñxs, 61 mujeres y 500 personas bajo detención administrativa sin cargos o juicio. La tortura física y psicológica, la violencia sexual, el uso de los cuerpos y la sexualidad de prisionerxs, entre muchos otros, son métodos bien documentados que utiliza Israel contra lxs presxs políticxs palestinxs. Actuar en apoyo a lxs presxs palestinxs en esta huelga de hambre colectiva es oponerse a la opresión continua que enfrentan día tras día. Apoyar a lxs huelguistas y sus demandas es un acto feminista. 


Sahar Francis

Sahar Francis es una abogada de derechos humanos que trabaja con la asociación Addameer Prisoner Support and Human Rights [Apoyo para Prisioneros y Derechos Humanos Addameer] desde 1998, primero como abogada principal y directora de la unidad legal y a partir de 2006, como directora de la organización.

Lxs presxs políticxs palestinxs utilizan la huelga de hambre como último recurso en su lucha contra las violaciones que viven en las cárceles israelíes. Históricamente, ha sido la herramienta más eficaz que se han utilizado para garantizar sus derechos fundamentales y mejorar las condiciones cotidianas. Están dispuestxs a arriesgar la vida para lograr su dignidad. Esto refleja el grado de sufrimiento en el sistema penitenciario israelí, donde son objeto de castigos colectivos a diario, tales como el régimen de aislamiento, prohibición de visitas de abogadxs y familiares, multas, entre otros.

Lxs feministas, activistas y defensorxs en otras partes deben saber que los presxs políticxs, entre ellxs mujeres y niñxs, se encuentran ante un sistema legal de enorme discriminación con cortes militares y viven en condiciones muy hostiles en las cárceles israelíes. Por eso escogieron hacer una huelga de hambre. Necesitan todo nuestro apoyo para salvarlxs de la tortura y y el maltrato y darles esperanza de un mejor futuro de libertad y dignidad.  


Khalida Jarrar

Khalida Jarrar es una feminista, activista por los derechos humanos y expresa política. Es miembro electa del Consejo Legislativo Palestino (PLC), presidenta del Comité de Prisionerxs del PLC y miembro del Consejo Central del PLO. Jarrar también es miembro del Comité Nacional Palestino ante la Corte Penal Internacional y representante palestina ante el Consejo de Europa. Es encargada del Consejo de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas y vicepresidenta de la Junta Directiva de la asociación Addameer Prisoner Support and Human Rights (Apoyo para Prisionerxs y Derechos Humanos Addameer). Jarrar nació y creció en Nablus, Palestina y obtuvo su maestría en Democracia y Derechos Humanos en la Universidad Birzeit.

Lxs presxs políticxs palestinxs, que viven en condiciones infrahumanas en las cárceles israelíes, iniciaron esta huelga a favor de su libertad y dignidad. La huelga de hambre es evidencia de las condiciones que enfrentan lxs presxs políticxs palestinxs. Centenares de ellxs han sido privadxs del derecho a las visitas familiares. Como castigo colectivo, han permitido que algunx reciban visitas una vez al mes en lugar de dos. El hospital “Al-Ramla”, que es el único disponible para todxs lxs presxs políticxs, está mal equipado y es inadecuado para quienes padecen enfermedades crónicas tales como el cáncer, cardiopatías o diabetes. Miles están detenidxs arbitrariamente bajo “detención administrativa” durante años sin que se presenten cargos o que le den curso al juicio. Frecuentemente son trasladadxs a los tribunales en un vehículo llamado “bosta”. Los viajes en los bosta son largos y lxs prisionerxs permanecen sentadxs y esposadxs por más de 12 horas en el vehículo frío y metálico sin que tengan acceso al baño. Estas son solo algunas de las condiciones que enfrentan lxs prisionerxs en las cárceles israelíes. Ahora intentan reclamar sus derechos y dignidad por medio del estómago vacío.

Hay más de 6000 presxs palestinxs en las cárceles israelíes que ven violados sus derechos a diario. Utilizan su hambre como medio pacífico de resistencia para mejorar sus condiciones. Al momento de escribir esto, ya llevan cumpliendo 29 días de huelga de hambre, y son miles las madres, esposas, hermanas y hermanos que se preocupan por sus seres queridxs encarceladxs en Israel. Necesitan la solidaridad y apoyo de toda la gente que cree en la libertad, la dignidad y la justicia. 


Sana Salama Daka

Sana Salama Daka es esposa del prisionero Walid Daka, que lleva 31 años encarcelado.

Luchamos durante 12 años por el derecho a visitas conyugales y para traer a un/a niñx a este mundo, pero nos lo negaron. Walid y yo somos ciudadanos de Israel. No nos reconocieron este derecho, pero ¡sí lo hicieron para el asesino* del Primer Ministro!

La actual huelga de hambre, junto con las huelgas de hambre históricas del movimiento de personas detenidas, es un medio silente que pone en riesgo la vida de quienes lo han escogido. Así, lx prisionerxs protestan contra las condiciones de encarcelación, que figuran entre las más severas del mundo.

El derecho a las visitas conyugales y la comunicación se les ha negado a la mayoría de lxs prisionerxs. La negación de cualquier comunicación con el mundo exterior, especialmente por teléfono, es la demanda más importante de la huelga de hambre actual, junto con otras relacionadas con la vida cotidiana en la cárcel.

Se debe saber que todo lo que han conseguido lxs presos políticxs palestinxs hoy fue gracias a las huelgas de hambre del movimiento de personas detenidas. Son cosas básicas tales como una cama, libros, periódicos, radio, el fin de un trato humillante, etc. Por eso, para mí esta huelga es la continuación directa de la persistente resistencia palestina ante los intentos de Israel por aplastar los derechos del pueblo palestino a una vida en libertad, incluidos los derechos de lxs y lxs prisionerxs.

Espero que las organizaciones de la sociedad civil que luchan por la justicia en el mundo estudien bien lo que está pasando en Palestina, alejado de la propaganda israelí, que visiten los territorios palestinos, que “experimenten” la ocupación y sus consecuencias destructivas para el pueblo palestino, para que entiendan la huelga de nuestrxs detenidxs.

*En referencia a Yigal Amir, el ciudadano judío de Israel que asesinó al Primer Ministro de Israel Yitzhak Rabin.

Reem Amer

Reem Amer es activista política feminista y co-coordinadora general de la Coalición de Mujeres por la Paz.

El 17 de abril, el Día de los Presxs Palestinos, 1500 presxs políticxs palestinxs iniciaron una huelga de hambre. Sus demandas incluyen el fin de la negación de visitas familiares, el derecho a perseguir una educación superior, atención médica apropiada, la eliminación del régimen de aislamiento y la detención administrativa, que implica detención indefinida sin que se presenten cargos o se proceda a juicio. Todos ellos derechos que han de ser garantizados bajo el derecho internacional humanitario. De las 1500 personas participantes, cuatro mujeres presas están de huelga. Lxs huelguistas han sido objeto de represión severa por la administración penitenciaria, incluida la prohibición de visitas de abogadxs.

La huelga de hambre es el último recurso en la búsqueda de la garantía de sus derechos e implica muchos riesgos, especialmente ahora que estamos iniciando la quinta semana de huelga, cuando muchxs huelguistas ya han sido (y muchos más serán) trasladadxs a los hospitales del sistema penitenciario israelí.

Como se ha dicho, la huelga está iniciando su quinta semana, que es un punto crítico en la lucha de lxs prisionerxs que reclaman sus derechos. Espero que los grupos y organizaciones de mujeres, que adhieren a los principios feministas de lucha contra la opresión, resistencia a limitantes de la libertad y la búsqueda de la paz y la igualdad, apoyen a lxs prisionerxs y sus familias, incluidas sus madres, esposas e hijas. Es crítico hoy y siempre que llamemos la atención de la comunidad internacional y organizaciones internacionales de derechos humanos para que presionen al Gobierno israelí para dar respuesta a las demandas de lxs prisionerxs antes de que sea demasiado tarde. Además, podemos hacer actividades alrededor del mundo para mostrar nuestro apoyo a lxs presxs políticxs palestinxs. 


Nour Swirki

Nour Swirki es una periodista y activista feminista de 29 años que vive en la Franja de Gaza (territorio ocupado de Palestina).

La huelga de hambre es un medio pacífico que utilizan las personas detenidas y encarceladas en prisiones israelíes para presionar a la administración penitenciaria a que acepten sus demandas, las cuales constituyen un derecho humano garantizado por tratados internacionales sobre la detención y prisioneros pero que sigue siendo vulnerado por Israel.

La huelga es una opción peligrosa, debido al gran riesgo que supone para sus vidas, pero no existe ninguna otra opción para que puedan exigir sus derechos. Lxs palestinxs lo llamamos una “huelga de dignidad” porque esta huelga, con el dolor físico y psicológico que implica, tiene el fin último de salvar su dignidad humana y mejorar las condiciones de vida miserables en las cárceles israelíes.

Las demandas de la huelga son humanitarias, están relacionadas con las comunicaciones con sus familias, el acceso a mejores servicios de salud, la creación de un sistema regular y justa de visitas, un trato humano de lxs prisionerxs durante su traslado, respuesta a las necesidades y demandas de las mujeres palestinas detenidas y encarceladas y la provisión de educación secundaria y universitaria dentro de las cárceles. Lxs prisionerxs también piden aire acondicionado, especialmente en las cárceles ubicadas en los desiertos, la reapertura de cocinas, el ingreso de libros, periódicos, ropa y comida durante las visitas, el fin del régimen de aislamiento y de la política de detención administrativa y la liberación de pacientes y presxs con discapacidad.

Mientras escribo, 1700 hombres palestinos detenidos y encarcelados se han involucrado directamente en la huelga. 59 mujeres de un total de 6500 personas palestinas detenidas y encarceladas no han tenido una participación directa, sino mediante la devolución de algunas comidas cada día y la no participación en actividades penitenciarias. Sus demandas han sido incluidas en las de la huelga. No se involucraron directamente por falta de experiencia de detención y trabajo político. También son jóvenes (entre 18 y 33 años) y algunas muchachas tienen entre 13 y 14 años de edad. La huelga de hambre se enmarca en el concepto del llamado global feminista para la libertad, la justicia y las garantías de los derechos humanos. Como feministas, somos conscientes de las implicaciones de la injusticia y las violaciones de derechos; por eso tenemos que apoyar las demandas de la huelga de hambre.

A pesar del alto riesgo y las posibilidades de escalada de esta situación, así como los efectos en la salud de lxs prisionerxs, el pueblo palestino considera que abre la posibilidad de que vean más a menudo a sus hijxs (detenidxs y prisionerxs palestinxs), que puedan escuchar sus voces, que gocen de mejor cuidado de salud, que no pasen más días, meses o años en aislamiento, y que no se les aprese sin cargos bajo la figura de detención administrativa. Es una oportunidad para que las mujeres palestinas que están detenidas y encarceladas reciban atención de salud apropiada en cuestiones privadas tales como la menstruación; reciban atención médica por médicxs especializadxs; que reciban más alimentos de mejor calidad; que no sean trasladadas por agentes masculinos y que se les asignen agentes femeninas; que la ocupación respete su privacidad corporal y que no se las someta desnudas a inspecciones; y que puedan verse con sus familias durante más tiempo y sin un separador de vidrio. El pueblo palestino apoya la huelga de hambre porque la consideramos un medio en la lucha para la liberación nacional, y lxs feministas del mundo deben apoyarla como una demanda de libertad y dignidad humana. 


Rasmea Yousef Odeh

Rasmea Yousef Odeh es directora asociada de la Red de Acción Árabe Americana y líder del Comité de Mujeres Árabes de esa red. Es miembro destacada de las comunidades palestina, árabe y musulmana de Chicago. Rasmea es un ícono comunitario que sobrevivió a la tortura despiadada que le fue infligida por autoridades israelíes mientras estaba encarcelada en Palestina en los años 1970 y es un ejemplo para lxs millones de palestinxs que no se han rendido y se han organizado para reclamar sus derechos a la liberación, la igualdad y el retorno.

Yo creo que la huelga de hambre de lxs prisionerxs palestinxs es un mensaje lleno de dignidad y dolor, donde están golpeando la puerta del tanque israelí, llamando la atención de todo el mundo antes de que sea demasiado tarde. Es además un llamado a la unidad palestina contra el faccionalismo y la ocupación israelí. Y es un mensaje al mundo entero que lxs prisioneros hayan dado ese paso, a pesar del peligro que representa para su vida, porque ya han agotado todos los métodos de reclamo de sus derechos. ¡Y no hay vuelta atrás! ¡Ganar o morir con dignidad!

La huelga de hambre es un componente de la lucha del pueblo palestino contra la ocupación israelí. Lxs feministas alrededor del mundo deben conocer la realidad sobre Israel. Sus fuerzas armadas se apuntan deliberadamente contra las mujeres palestinas y sus familias a través de bombardeos mientras están en sus casas. Los puntos de control militar y el muro del apartheid obstaculizan la unidad de las familias y bloquean el acceso de pacientes a los centros de salud y hospitales. Muchas mujeres han estado privadas del derecho al parto natural, obligadas a parir en puntos de control a plena vista de soldados israelíes. Algunas de ellas han perdido sus bebes durante el parto. 

Además, Israel está empobreciendo a las familias palestinas, confiscando sus tierras y recursos hídricos. Las mujeres palestinas sufren enormemente a causa de estas prácticas. La política de demolición de viviendas y asesinato de niñxs, esposxs y hermanxs socava la calidad de vida de las mujeres y viola los derechos de las mujeres en particular, así como el Cuarto Convenio de Ginebra, resoluciones de Naciones Unidas y normas de la Organización Mundial de la Salud.  

Esta es la cara real de Israel. Durante casi 70 años, no hemos conocido otra cosa que violencia y limpieza étnica contra mi pueblo. Los muchos años de negociaciones para crear un asentamiento político han sido un fracaso, ya que Israel sigue exigiendo el reconocimiento del carácter judaico del Estado, lo cual contraviene toda noción de igualdad y democracia, porque quiere aniquilar todos los derechos inalienables del pueblo palestino, incluidos los derechos al retorno, la autodeterminación, la igualdad y la independencia.

Hoy hay 6,300 presxs palestinxs en cárceles israelíes, incluidas 60 mujeres, entre ellas algunas embarazadas, y 156 niñxs menores de 18 años de edad. Organizaciones palestinas e israelíes que defienden los derechos humanos informan que aún son objeto de la tortura. El derecho internacional exige que se les dé a lxs prisionerxs de guerra un trato digno en todo momento; sin embargo, esto no ocurre en las cárceles y centros de detención que opera la ocupación israelí.

Los israelíes consideran criminales lxs presxs palestinxs y los colocan en cárceles bajo condiciones atroces que no cumplen con el más mínimo requerimiento para preservar la dignidad humana. Lxs prisionerxs han hecho todos los esfuerzos y han agotado todos los medios posibles para exigir sus derechos humanos y mejoras en sus condiciones de vida, tales como la extensión de los derechos de visitas regulares; la eliminación de separadores de vidrio entre visitantes y prisionerxs; la mejora de la atención médica; mejores alimentos en las cocinas; el fin de la detención administrativa (detención durante meses sin la presentación de cargos formales); la liberación de lxs niñxs presxs, y el fin del régimen de aislamiento. 

Hago un llamado a todas las personas del mundo libre a que se expresen y apoyen la demanda de nuestrxs hermanx e hijxs. ¡Y pido que todo el mundo se una para liberar a todxs lxs presxs políticxs palestinxs!

Category
Análisis
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AWID