El 27 de octubre de 2019, se realizaron las elecciones regionales en Colombia, y Claudia López, de 49 años, fue electa como la primera alcaldesa mujer y lesbiana visible. Conversamos con la escritora y gestora cultural Yirama Castaño Güiza, sobre lo que significa este triunfo.
A los closets no volvemos más
Cuando vi los titulares que venían desde Colombia, una sonrisa muy amplia se fue dibujando en mi cara: una política mujer y lesbiana visible había sido electa como alcaldesa de Bogotá por primera vez. Claudia López es su nombre, y en poco tiempo, la foto de ella besándose con su compañera Angélica Lozano para celebrar, se hizo viral.
López será la primera mujer lesbiana visible en ocupar un cargo de esa importancia en Colombia o en cualquier otra ciudad capital de América Latina.
Desde que comencé mi camino como activista lesbofeminista, y ahora como no binarie, la visibilidad es algo clave. Lo que no vemos, lo que no nombramos parece no existir. Pero existimos y exigimos nuestros derechos.
Para Yirama Castaño Güiza, poeta, periodista y gestora cultural, también lesbiana visible, el triunfo de López “es la mejor noticia que nos han podido dar en la última década, y el más claro avance logrado por las mujeres y por la comunidad LGBTIQ, a nivel político, social y cultural. Es una respuesta directa a la falsa y doble moral que impera en nuestra sociedad.”
Castaño Güiza señala que, en una ciudad como Bogotá y en un país como Colombia, “conservador en su entraña, donde todavía la exclusión, las desigualdades de género, la discriminación hacia las mujeres, los feminicidios, las violencias de género y, entre ellas, la violencia por prejuicio hacia la orientación sexual o identidad de género, están presentes como una realidad que marca el horror, el que Claudia López haya alcanzado este triunfo, es otra conquista en la lucha por el pleno reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTIQ. Es también una esperanza y, en cierto modo, una garantía de que el camino hacia la igualdad no tiene retorno y que, de ahora en adelante, si bien nos esperan más luchas, es también cierto que existe un espacio para actuar y que lo podemos extender como la línea del horizonte.”
Como señala la escritora, son muchos los retos que le esperan a la recién electa alcaldesa, como por ejemplo, la renovación, formulación y ejecución del próximo Plan de Acción Politica Pública LGBTI.
Cambio de liderazgo
Como expresó Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo, al diario El Espectador, este triunfo “deja constancia de que en el movimiento LGBT se han gestado unos liderazgos que responden, no solo a las agendas particulares de la lucha contra la discriminación, sino a una visión amplia de país y se jalonan transformaciones claves en materia de prácticas de no corrupción, desarrollo humano y equidad social”.
Claudia López tiene ya una larga trayectoria, y en su país, su trabajo constante y decidido no es novedad, como puede serlo para quienes no vivimos allí. Ya la historia de amor con Angélica Lozano, quien es Senadora, las puso a prueba varias veces, por las distintas reacciones de los grupos más conservadores.
López aparece en la escena política en 2005, y como recuerda Castaño Güiza, “nunca temió denunciar los nexos entre los políticos y paramilitares. Gracias a su tenacidad, muchos de los peores personajes están hoy pagando sus condenas. No sólo ha roto barreras y derrumbado muros, ha aprendido a elevar su voz por encima de aquellos que quieren callarla. Desde el Congreso como senadora, y fuera de él, como ciudadana, dio la batalla en contra de la corrupción y lideró una de las campañas más exitosas en contra del fenómeno, obteniendo once millones de votos, que sin embargo, no fue considerado como representativo para aprobar la ley.”
Sin duda Claudia López sintonizó con los problemas reales de la ciudadanía para poder ganar estas elecciones. Durante su campaña no sólo habló de la agenda de de los colectivos LGBTI, se comprometió a que, durante su gobierno, se fortalecerán las políticas que promueven la igualdad de género y las luchas contra las diferentes formas de violencia hacia mujeres y niñas. También “planteó la lucha contra el racismo estructural y la xenofobia, además del reconocimiento a las comunidades indígenas y afro, y la inclusión efectiva de la población en condición de discapacidad y de personas mayores.”
Profundizando la rebeldía
El cargo para el que fue electa Claudia López, es uno al que aspiran “las mismas élites electorales y partidos tradicionales que han manejado el país por siglos” reflexiona la escritora Castaño Güiza, “este es el cargo en el que más recursos se han dilapidado y desviado a los bolsillos de los corruptos; es el escalón en el que las castas se apalancan como trampolín para obtener la Presidencia de la República. Pero esta vez esas fuerzas fueron derrotadas.”
Y como dijo López, al reconocer su triunfo: “Hoy, una mujer humilde y diversa, gana por primera vez el segundo cargo de elección popular más importante del país. Hoy Bogotá votó para derrotar el machismo y la homofobia. Que no quepan dudas: el cambio y la igualdad son imparables".
Este artículo fue publicado originalmente en Democracia Abierta