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Manuela Martha Solís Contreras
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Defensoras de derechos humanos de todo el planeta defienden sus tierras, medios de subsistencia y sus comunidades ante las industrias extractivas y el poder corporativo. Ellas hacen frente a fuertes intereses económicos y políticos que promueven el robo de tierras, el desplazamiento de comunidades, la pérdida de los medios de subsistencia y la degradación del medioambiente.
El extractivismo es un modelo económico y político de desarrollo que mercantiliza la naturaleza y prioriza la ganancia por sobre los derechos humanos y el medioambiente. Arraigado en la historia colonial, refuerza las desigualdades sociales y económicas tanto a nivel local como global. Muchas veces, las mujeres negras, rurales e indígenas son las más afectadas por el extractivismo, y además son notablemente excluidas de la toma de decisiones. Desafiando estas fuerzas patriarcales y neocoloniales, las mujeres se alzan en defensa de los derechos, las tierras, las personas y la naturaleza.
Las defensoras que enfrentan a las industrias extractivas, experimentan una diversidad de riesgos, amenazas y violaciones, incluidas la criminalización, la estigmatización, la violencia y laintimidación. Sus historias dan cuenta de marcados aspectos de violencia sexual y de género. Entre los perpetradores se incluyen autoridades estatales y locales, las corporaciones, la policía, el ejército, las fuerzas paramilitares y de seguridad privada, y en algunos casos, sus propias comunidades.
AWID y la Coalición Internacional de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (WHRDIC por su sigla en inglés) tienen el placer de anunciar «Defensoras de derechos humanos confrontado al extractivismo y al poder corporativo»; un proyecto interregional de investigación que documenta las experiencias vividas por las defensoras de Asia, África y América Latina.
Alentamos a activistas, integrantes de movimientos sociales, la sociedad civil organizada, donantes y responsables de políticas públicas, a leer y utilizar estas producciones para el trabajo de incidencia, con fines educativos y como fuente de inspiración:
«Defensoras de derechos humanos confrontando a las industrias extractivas: un panorama de los riesgos críticos y las obligaciones en materia de derechos humanos» es un informe sobre políticas desde la perspectiva de género (en inglés, pronto disponible en español). Analiza las formas de violaciones y los tipos de perpetradores, hace referencia a las obligaciones relevantes en derechos humanos e incluye recomendaciones de políticas para los estados, corporaciones, la sociedad civil y donantes.
«Tejiendo la Resistencia a través de la Acción: Las Estrategias de las Defensoras de Derechos Humanos contra a las Industrias Extractivas» es una guía práctica que expone formas creativas y deliberadas de acción, tácticas exitosas e inspiradoras historias de resistencias.
El video «Defendiendo a las Personas y al Planeta: Mujeres Confrontando a las Industrias Extractivas» está protagonizado por defensoras de derechos humanos de África, Asia y América Latina, que comparten sus luchas por la tierra y la vida, y hablan de los riesgos y desafíos que enfrentan en su activismo.
«Desafiar al poder corporativo: Las luchas por los derechos de las mujeres, la justicia económica y de género» es un informe de investigación que explica los impactos del poder corporativo y ofrece ideas sobre estrategias de resistencia.
AWID reconoce con gratitud las invaluables contribuciones de cada Defensora de Derechos Humanos que ha sido parte de este proyecto. Esta guía ha sido posible gracias su generosidad y apertura al compartir sobre sus experiencias y lecciones. Su coraje, creatividad y resiliencia son una inspiración para todxs nosotrxs. ¡Muchas gracias!
Tendemos a pensar en la comunicación del deseo como algo circunscrito a la intimidad de la alcoba y nuestras relaciones personales. Sin embargo, ¿podemos también pensar este tipo de comunicación como una estructura, una práctica que nutre nuestro trabajo, y cómo somos, y cómo actuamos en el mundo?
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Más que una divertida excentricidad para explorar las sensaciones, el BDSM puede ser una forma de abordar el dolor y el trauma emocionales. Ha sido un medio de sanación sexual para mí, pues me ha permitido una forma radical de liberación.
El Foro de AWID siempre ha sido un espacio que no elude las conversaciones difíciles y muy necesarias. Aceptaremos estas propuestas si lxs organizadorxs pueden garantizar un espacio respetuoso y seguro para quienes participen.
5 pm, tonight.
The handwriting on the invitation—
coily and brusque—
I’ve seen it five times in five years.
My body rouses,
feverish.
I need to fuck myself first.
The tide is high tonight and
I get
off.
I want to slow everything down,
taste time and space, etch them
into memory.
*
I’ve never been to this part of town before.
Unknown places excite me,
the way limbs and veins and bones
resist decay,
their fate uncertain.
At the door, I think twice.
The hallway is pitch black
and it makes me pause.
On the other side,
a portal of smell and color
opens like a curse,
into a sunny afternoon.
The breeze
makes my hair dance,
piques its curiosity,
compels it to move.
I hear the wheelchair whirring,
shaping the shadows.
Then I see them:
a lynx face
and a body like mine
and I find myself desiring both
again.
The creature motions me closer.
Their gestures write a sentence;
as I move toward them,
I notice its details:
wither, flesh, bliss
On their command, the vine that covers the hallway
hugging warm stones,
snakes up the wall.
It becomes a verb,
“to climb,”
and I’m reorientated when their claws point
to the vine-bed in the center.
I hear the wheels behind me,
then that sound.
It reverberates
like no other.
Their long black wings
elevate toward the ceiling
then they lunge forward.
The feline vision scans every detail,
every change,
every longing.
Can desire liquefy your muscles?
Can it act sweeter than the strongest
of tranquilizers?
A lynx sews the world
across our differences,
weaving lace around my knees.
Can desire crush the distance of the world,
compressing the seconds?
They come closer still,
lynx eye meeting human eye,
sniffing the air,
turning body into
urgency.
They beat down their wings.
Stirred,
the vines tangle around my waist/waste.
Their tongue thins time,
shifting grounds,
soothes, with their magic,
what stirs beneath.
I see the world in you, and the
world is exhausted.
Then they plead:
Let me feast on you.
Oui, tout à fait. Le formulaire actuel vous demande d’énumérer les noms des personnes qui interviendront sur l’activité, même si elles ne sont pas encore confirmées. Nous comprenons bien que des changements peuvent se produire au cours de l’année.
Ce qui m’a aidée, c’est que j’adorais le travail qui consiste à aller dans les terres et à documenter les connaissances des gens. Donc j’ai quitté le confort...
เราจะติดต่อกับองค์กรพาร์เนอร์ในอดีตเพื่อให้มั่นใจว่าความพยายามที่เคยเตรียมไว้ในอดีตมีความหมาย หากองค์กรของคุณมีการเปลี่ยนแปลงข้อมูลติดต่อจากฟอรัมครั้งก่อนหน้ากรุณาแจ้งให้พวกเราทราบเพื่อให้เราสามารถติดต่อถึงคุณได้
We all can dance
by Mechthild Möhring (aka serialmel)
How I punt myself at the narrow hard knitting I once retrieved. I'm dancing in the kitchen when I'm alone. Gracile and powerful. When I'm in company I'm clumsy. My body scandalizes, scandalizes the laws of look I feel, scandalizes the words which banished me. "Of course she can dance, it's in her blood as a Black person." "If she is able to dance nicely she is good in bed" they whisper, they murmur, no - they say it openly into my face. They smirk and rub themselves against me and let me move back. I stumble and fall. My feet reject their duty. Bearish I get out of breath. Smiling I place myself out of events and notice how my face freezes into a mask.
Translated into English by Tsepo Bollwinkel
Original in German
Tanzen können wir alle
Von Mechthild Möhring (aka serialmel)
Wie ich mich stosse an den engen, harten Maschen, in die ich mich einst zurückgezogen habe. Ich tanze in der Küche, wenn ich allein bin. Grazil und kraftvoll. Wenn ich in Gesellschaft bin, bin ich unbeholfen. Mein Körper eckt an, an die Gesetze des Blicks, den ich spüre, an die Worte, die mich bannten. „Natürlich kann sie tanzen, als Schwarze hat sie das im Blut.“ „Wenn sie gut tanzen kann, dann ist sie auch gut im Bett“ flüstern sie, raunen sie, nein, sie sagen es mir laut ins Gesicht. Sie grinsen und reiben sich an mir und lassen mich zurückweichen. Ich stolpere und falle. Meine Füsse verweigern ihren Dienst. Tollpatschig gerate ich ausser Atem. Lächelnd setze ich mich an den Rand des Geschehens und bemerke, wie mein Gesicht zur Maske erstarrt.