Como el internet ha cambiado la vida de las personas con discapacidades y de otros grupos marginados.
Una de las barreras más grandes que enfrentamos como personas con discapacidades es la falta de accesibilidad, lo que hace que sea difícil para nosotrxs integrarnos con éxito a la sociedad.
Aun cuando todavía hay mucho trabajo por hacer, a las personas con discapacidades el internet nos ha proporcionado una puerta a un mundo más grande y permitido el acceso a una comunidad más amplia. Cuando personas en distintas partes del mundo pueden acceder a la misma información al mismo tiempo se hace más fácil compartir recursos físicos, emocionales e informativos. Las redes sociales pueden ser utilizadas para crear comunidades que abarcan miles de millas de distancia física y que sin embargo están unidas en un solo lugar en el paisaje virtual. Estas comunidades cumplen la misma función que las que se reúnen en persona, pero son más accesibles a una variedad más amplia de participantes.
Las comunidades de internet nos proporcionan apoyo emocional al mismo tiempo que nos ayudan a comunicar nuestras necesidades a amigxs y a familiares. El intercambio de historias nos ayuda a sentirnos menos solxs. Esto es especialmente útil para las personas que sufren de ansiedad social o que tienen características que pueden obstaculizarles las formas más comunes de socialización. Sabemos por experiencia que la socialización y el contacto social son importantes, y en un mundo donde muchos espacios físicos están cerrados para nosotrxs, el internet se ha convertido en una gran sala de reuniones.
La información proporcionada por estas comunidades (virtuales) hace posible que las personas que viven en zonas remotas puedan encontrar apoyo y sentirse conectadas.
Niñxs homosexuales y trans que viven en comunidades altamente religiosas pueden encontrar explicaciones de lo que significan sus sentimientos que no estén teñidas de la intolerancia con justificaciones religiosas. Lxs niñxs con discapacidades pueden encontrar a otrxs y mostrarles que no son un 'error', algo ‘malo’ o ‘defectuoso’ solo por tener discapacidades. Se pueden dar cuenta de que no están solxs.
Estas comunidades comparten el dinero en forma de financiamiento colectivo para ayudar con todo tipo de necesidad, como por ejemplo pagar por gastos médicos o ayudar a financiar unas muy necesarias vacaciones . Los recursos pueden ser compartidos de tal manera que ayuden a sobrevivir a varias personas. Incluso comunidades de muy bajos ingresos, como aquellas en las que a menudo viven personas con discapacidades, pueden acceder a recursos si se difunde la información con respecto a una necesidad específica que tengan. Incluso si tus amigxs no tienen dinero, ellxs pueden conocer a personas que sí lo tienen y a las cuales tú no podrías haber accedido de otro modo.
Estas mismas iniciativas de financiamiento colectivo también se pueden utilizar para promover la escritura y el arte, así como para proporcionar acceso a trabajos que sean menos exigentes físicamente. El internet ha sido una salvación para muchas personas que de otro modo serían incapaces de pagar por sus medicamentos, cirugías u otras intervenciones médicas.
El dinero no es el único recurso que se puede compartir.
La información puede ser tan valiosa como el dinero, especialmente cuando se trata de subsistir en condiciones difíciles o de aprender a tratar ciertos síntomas. Hay muchas comunidades dedicadas a una discapacidad específica donde la gente comparte información sobre los medicamentos que han funcionado bien para ellxs, datos útiles que pueden mejorar la calidad de vida, nuevos estudios relacionados con su discapacidad, información sobre legislación y cómo protegerse a sí mismxs, consejos sobre cómo aplicar para ciertos beneficios, así como listas de recursos disponibles – financieros o de otro tipo – al igual que información sobre depredadorxs y abusadorxs que se aprovechan específicamente de las poblaciones vulnerables.
Este tipo de información tiene la capacidad de empoderar a lxs pacientes cuando tienen que lidiar con doctorxs hostiles o que no les dan detalles claros. El internet también ayuda a crear un megáfono a través del cual comunidades marginadas, como las personas con discapacidades, pueden llamar la atención sobre cuestiones importantes sin tener que depender de los medios de comunicación tradicionales, que a menudo no informan lo suficiente sobre los incidentes que ocurren dentro de estas comunidades o los presentan en forma prejuiciosa. Por ejemplo, cuando hay asesinatos de niñxs autistas y/o con otras discapacidades, muchos medios de comunicación los muestran como actos de piedad en lugar de cómo hechos de violencia ocasionados por la intolerancia.
Se culpa a la víctima porque su mera existencia había creado una situación insoportable para su madre y su padre.
Recientemente se exhibió una película que presenta la muerte como alternativa preferible a la de vivir como una persona con discapacidades. Esta película se presenta como una historia de amor trágica y ha sido muy criticada por personas con discapacidades por difundir estereotipos nocivos con respecto a sus vidas.
Las redes sociales son una herramienta con la que las comunidades marginadas pueden forzar a las autoridades a hacer frente a las realidades del mundo en que vivimos. También le dan más visibilidad a las opresiones sistémicas. Al igual que otros medios de comunicación, las redes sociales son un espejo de la sociedad, con la diferencia de que lo hacen a una escala global. Sin embargo, a diferencia de otros medios de comunicación, las redes sociales son accesibles a personas que de otro modo no llamarían la atención de las fuentes tradicionales de noticias. Nunca antes en la historia de la humanidad, las personas en todo el mundo han sido capaces de enterarse de forma instantánea y de responder a problemas que afecten a quienes están al otro lado del planeta. Ahora, más que nunca, los gobiernos, lxs políticxs y otros organismos en posiciones de autoridad tienen que ocuparse de las relaciones públicas a escala internacional.
Sin embargo, el atraer más atención puede tener consecuencias negativas. Muchas mujeres e individuos que no se definen de una manera binaria se han convertido en el blanco de campañas de acoso. Muchxs han recibido (o recibirán) amenazas de muerte, violación y agresión. La información privada de algunxs de ellxs le fue revelada a una población hostil, resultando en acoso telefónico, por correo y en persona. Existe una técnica conocida como doxing y que es muy popular entre lxs trolls anti feministas y los grupos que excluyen a la gente trans.
A algunas personas las expusieron ante sus empleadorxs y por eso perdieron su trabajo.
En distintas partes del mundo, más de unx bloguerx ha sido detenidx o asesinadx por ejemplo por proclamar abiertamente su falta de fe religiosa o por criticar aspectos del gobierno o a líderes religiosos, entre otros motivos.
Las mismas plataformas de las redes sociales que hacen posible que las comunidades marginadas puedan llamar la atención sobre cuestiones importantes también se usan para hostigarlas. En su gestión de quejas acerca de violaciones a los estándares comunitarios, Facebook muchas veces se ha puesto del lado de los grupos privilegiados y no de las comunidades vulnerables, por ejemplo prohibiéndole a las personas marginadas cuestionar el uso de un lenguaje opresivo y de insultos mientras se niegan a cerrar las páginas dedicadas a difundir ideologías del odio. Los memes que exponen el privilegio son bajados de las redes sociales mientras que los que muestran violencia contra las personas marginadas se dejan.
Como el internet se convierte cada vez más en una herramienta para el cambio social, los gobiernos tienen un creciente interés en restringir lo que se puede decir públicamente y en hacer que organismos en funciones de autoridad como la policía tengan acceso a la información privada de las personas. En países como Corea del Norte, el acceso a internet está completamente bloqueado. En otros países, algunos sitios específicos pueden estar prohibidos o bloqueados. Tanto en Canadá como en Estados Unidos, se han propuesto algunas leyes que harían posible que los organismos policiales pudieran tener acceso a información privada en relación con el uso del internet sin necesidad de contar con una orden judicial. Otros países han propuesto leyes que penalizan las críticas a los medios de comunicación, al gobierno y a otros aspectos de la sociedad silenciando así a las voces disidentes.
El internet ha sido una gran motor de cambio social por generar un sentido de pertenencia a una comunidad, ofrecer información y noticias, o actuar como un megáfono para las voces más marginadas. Siempre y cuando se mantenga libre y sin restricciones, podrá seguir siendo un motor para el cambio.
Sobre la autora
Ania Bula, autora de Young, Sick, and Invisible [Joven, Enferma/o, e Invisible]), vive y escribe en Ottawa, Canadá con su esposa y su colección de mascotas. Juntas escriben un blog temático de justicia social llamado Alyssa and Ania Splain You A Thing (Alyssa y Ania Splain Te Esplican Tu Una Cosa).