Una conversación con Joey S. Joleen Mataele de la Tonga Leitis’ Association
[Asociación de Leitis de Tonga].
Entrevista y edición por Rochelle Jones
Introducción por Tenzin Dolker
Ilustraciones por Anga’aefonu (Fonu)
Introducción
Durante los últimos años hablamos con un número de activistas feministas increíbles de diferentes partes del mundo. Compartieron sus profundas reflexiones sobre el estado pasado y presente de las organizaciones feministas y sus recursos y también reflexionaron, recurriendo a numerosas fuentes, sobre las formas complejas y a menudo invisibles en las que los movimientos financian su trabajo. Discutimos formas de financiamiento que son autónomas o están fuera de los modelos filantrópicos o gubernamentales, a las que hemos estado llamando «financiamiento autónomo».
Joey, como la conoce su comunidad activista, nos cuenta cuánto de su activismo feminista durante una gran parte de su vida ha sido trabajo no remunerado, por amor, amor por sus amigxs, amor por la comunidad trans y amor por la justicia. Dice: «Si tuviéramos que estipular o poner un precio al trabajo que hemos hecho y a lo que hemos logrado, ninguno de estos financiamientos llegaría alguna vez a alcanzar para la cantidad de trabajo que hemos hecho. La mayoría de estas cosas sale de nuestros propios bolsillos».”
Joey recuerda: «Diecisiete años antes de que comenzáramos a conseguir financiamiento, el trabajo de la Tonga Leitis' Association estaba financiado solamente por el concurso Miss Galaxy y el funcionamiento de la oficina,ya sabes, y todo eso. En realidad, teníamos que trabajar desde mi casa, de verdad».
«El financiamiento autónomo es el origen de nuestro activismo feminista», como dijo Luti, una activista LGBT de Costa Rica, en un intercambio de saberes en línea sobre este tema que se realizó el año pasado. Los orígenes de la Tonga Leitis’ Association también empezaron con el financiamiento autónomo, generado por el concurso Miss Galaxy, el cual continúa hasta el día de hoy.
Lo que sigue es una conversación entre Rochelle y Joey, que fue editada debido a la extensión y para darle mayor claridad.
RJ: ¿Cuáles son los temas principales sobre los que trabaja la Tonga Leitis’ Association?
JM: El trabajo que hacemos se basa en los derechos humanos y la prevención del VIH. Nuestro activismo es por los derechos humanos de las mujeres y los hombres trans. También hacemos activismo por las mujeres lesbianas y bisexuales. Hemos podido trabajar con la comunidad de mujeres LBT, que no era para nada un tema abierto hace unos años… sabes, si decimos unos 20 años atrás, siempre estaban en el closet, nunca se sentían cómodas para ser visibles. Comenzamos a construir un ambiente para que se acercaran y se unieran a nosotras, a través de nuestro trabajo de incidencia y de ser sus voces en público, resultó que nos escucharon, ya que con nuestro concurso Miss Galaxy defendemos los derechos de todas las personas LGBTQI y eso las hizo sentirse más cómodas.
Nuestro trabajo no se limita sólo a las mujeres LBT: también defendemos a las mujeres heterosexuales y apoyamos al movimiento por los derechos de las mujeres. Hemos estado ahí desde el primer día, apoyando a todas las ONG que se ocupan de las mujeres, defendiendo los derechos de las mujeres en el parlamento, haciendo campaña por las candidatas mujeres… siempre hemos estado ahí para ayudar de todas las formas en las que podíamos, especialmente, protegiendo los derechos de las mujeres, estamos siempre en la primera línea luchando por ellas.
Cuando iniciamos TLA, en 1992, parte de nuestros objetivos era reeducar a quienes habían abandonado la escuela. Esxs chicxs que habían sido expulsadxs de sus hogares o lxs que no habían podido terminar su escolarización, porque, de hecho, estás hablando con unx de ellxs, soy una de esas personas. Desafortunadamente, la beca nunca me llegó (risas).
Me eduqué por mi cuenta. Abandoné la escuela cuando tenía 14 años. Simplemente no podía con eso, sabes, el dolor del abuso físico, el abuso verbal en la escuela. De esta manera no me podían molestar. He sido autodidacta.
RJ: ¿Cómo financian su trabajo?
JM:Creo que justo después de eso, cuando comenzamos, ningunx de nosotrxs era capaz de escribir propuestas y pasamos tiempos difíciles porque cada una de las veces que solicitábamos fondos, siempre nos rechazaban debido al lenguaje que estábamos usando. Ya sabes, no es lenguaje de donante. Nos tomó alrededor de 17 años que finalmente, finalmente, nos aprobara un donante. El Consejo Nacional sobre SIDA de Tonga (NAC, por sus siglas en inglés), se creó en 1988. Cuando Tonga se unió a otrxs titulares de Ministerios de Salud del Pacífico en un esfuerzo colaborativo por combatir las infecciones de transmisión sexual y el VIH, llegó algo de financiamiento del gobierno australiano y la Pacific Community, [Comunidad del Pacífico], anteriormente llamada Comisión del Pacífico Sur. Nos hizo falta ese proyecto para comenzar a aprender cómo escribir una propuesta adecuada.
Desde que empezamos, en 1992, hasta este año, hemos podido otorgar 62 becas. Las primeras 32 becas fueron financiadas por nuestro concurso Miss Galaxy, que también financió el funcionamiento de la oficina, aunque aún no había un financiamiento general para pagar personal. Ahora pudimos asegurarnos financiamiento para pagar al personal a fin de que hagan funcionar correctamente la oficina; y la Fundación Rei en Japón ahora financia nuestras becas escolares. También pudimos asegurarnos un financiamiento de la UNDP-Global Fund Partnership para programas de concienciación en HIV y sobre los derechos de las personas LGBT viviendo con VIH. Han sido capaces de financiar la mayoría de nuestros proyectos, especialmente los programas de concienciación del VIH, pero todo es financiamiento de proyectos. Pudimos obtener financiamiento general hace poco; fuimos muy afortunadxs por tener financiamiento de la Give Out Foundation y a través del trabajo con la Commonwealth Equality Network. También justo empezamos a trabajar con el Fondo Internacional Trans en uno de nuestros proyectos, que se llama The Leitis in Waiting Pacific Equality Campaign [Campaña de igualdad del Pacífico Leitis en espera], para compartir nuestro documental con todas las islas del Pacífico y, especialmente, los siete países que todavía no despenalizaron la homosexualidad.
RJ: Cuéntame más acerca del concurso Miss Galaxy.
JM: Diecisiete años antes de que comenzáramos a tener financiamiento, el trabajo de la TLA, incluyendo la oficina, estaba financiado únicamente por el concurso Miss Galaxy. De hecho, teníamos que trabajar desde mi casa, de verdad. Durante los primeros cinco años teníamos una pequeña oficina en un rincón que estaba financiada por Su Alteza Real, la Princesa Pilolevu, en una de sus oficinas. Después, cuando la organización comenzó a hacerse más grande y teníamos algunos voluntarixs más, decidimos trabajar desde mi casa. Teníamos un depósito y nuestra oficina en el fondo e hicimos todo desde ahí durante casi 17 años.
Cuando finalmente conseguimos financiamiento para empezar, pudimos pagar una oficina y alquilar un espacio, en 2014, creo. Así que el dinero que obtenemos con Miss Galaxy ayuda un montón para los gastos de la oficina y para lxs residentes del centro social que viven ahí.
RJ: ¿Cómo reúnen el dinero a través de Miss Galaxy? Háblame de eso.
JM: Vendemos entradas. Lo publicitamos a través de las redes sociales, la radio, la televisión y después hacemos el concurso Miss Galaxy en uno de los auditorios más grandes que hay en Tonga, que tiene capacidad para cerca de 2000 personas por noche. En realidad, es una plataforma que usamos para la incidencia. Es ahí cuando levantamos nuestras voces y decidimos un tema que cambiamos cada año. Con lxs participantes, una de las categorías es que tienen que mostrar algo que lxs afecte personalmente, que se conecte con ellxs, ya sea la violencia doméstica o el abuso u otra cosa.
RJ: ¿Es como contar historias?
JM: Sí, como contar historias. Así que puedes cantar, puedes bailar, puedes hacer lo que sea. En tanto vaya con el tema. Otra categoría es la creación con preservativos. Debido al trabajo que hacemos sobre VIH, usamos todos los preservativos vencidos del hospital para diseñar los vestidos y los tocados. Esta categoría promueve la importancia de protegerse del riesgo y de la vulnerabilidad frente a la infección con VIH o ITS. Una cosa que me encanta de esta categoría es que los diseños son simplemente fabulosos. Esas categorías siempre estarán, todos los años, las demás categorías las cambiamos todo el tiempo. Este año, tuvimos una creación con arcoiris, porque coincidía con el mes del orgullo.
El concurso dura dos noches, pero el programa dura una semana. Comienza un domingo, cuando todxs lxs concursantes y lxs integrantes de TLA van a misa en la iglesia católica o en la iglesia que sea a la que hayan elegido ir ese año. Después de eso, el lunes hacemos una visita a la cárcel de Hu’atolitoli. Cada concursante lleva regalos para lxs presxs y tiene una sesión de rezos, música y entretenimiento. Después de eso, también presentamos una colecta de donaciones de cerca de 1000 dólares para el centro de parte de lxs concursantes y lxs integrantes de TLA. Al día siguiente, hacemos que lxs concursantes visiten el centro para personas con discapacidad de Alonga y lleven regalos, dinero y entretengan a lxs niñxs y personas mayores con discapacidad. Al día siguiente, se hacen capacitaciones y formación en VIH para ellxs y ese mismo día van a la guardia pediátrica y llevan regalos para lxs niñxs.
RJ: Entonces este evento reúne a toda la comunidad, ¿no? Es masivo.
JM: Sí. De ahí, tienen un día libre en una de las islas que lxs invita a venir y lxs llevamos a un descanso y después hacen sus ensayos allí. Las dos últimas noches son las del concurso. Siempre buscamos tener 10-15 finalistas de todo Tonga. Por lo general, hay algunas aldeas que hacen su propio pequeño concurso y eligen a unx para que venga y lxs represente.
RJ: ¿Llenan el auditorio las dos noches? ¿Está a pleno?
JM: De hecho, tenemos que detener a la gente afuera. La seguridad tiene que detenerlxs, porque no hay espacio para caminar. Está siempre lleno, cada vez. Al principio, lo hacíamos en el hotel de mi padre, Joe’s Tropicana Hotel, y llenábamos el lugar con las cerca de 500 personas que se podían acomodar dentro.
La gente seguía haciendo filas afuera, así que después de dos años ahí, nos tuvimos que mudar. Había mucha demanda, así que nos mudamos de ahí al International Dateline Hotel, pero después de tres años ahí tuvimos problemas con uno de los ministros que era presidente de la junta del hotel. Era muy de la iglesia y su religión realmente se oponíaa que hiciéramos el concurso ahí. Así que nos mudamos a otro auditorio grande y a partir de ahí la demanda fue demasiada. Fuimos a ver a nuestro patrocinador y le pedimos que hablara con la Reina – Su Majestad ahora, entonces era la Princesa Nanasi – porque era la presidenta del Queen Salote Memorial Hall. Y ella dijo «Sí, adelante», y nos mudamos al Queen Salote Memorial Hall y ahí hemos estado desde 1997.
RJ: Dijiste que el concurso Miss Galaxy financió el trabajo de tu organización durante 17 años, y después empezaron a conseguir algo de financiamiento externo. ¿Hay alguna lección que hayan aprendido de ese tipo de financiamiento? ¿Cómo equilibran eso con todo el otro trabajo que están haciendo al mismo tiempo?
JM: Justo después de Miss Galaxy, hacia el fin de año, nos sentamos y planificamos. Después evaluamos el Miss Glaxy de ese año, qué hay que mejorar y después de eso ponemos la fecha, hacemos las cartas pidiendo patrocinadores y las enviamos en noviembre. Para enero, que es cuando todo el mundo comienza a volver a la ciudad –algunas de las personas que se van a las islas exteriores vuelven en enero a sus trabajos habituales– y entonces empezamos a reunirnos y tenemos que concentrarnos en otros proyectos que llevamos adelante. Al mismo tiempo, tenemos que tratar de encontrar tiempo para nuestra propia familia… que es muy poco para el momento en que volvemos a casa (risas). Fue difícil para mí al mismo tiempo, cuando empezamos la Pacific Sexual Gender Diversity Network [Red del Pacífico de diversidad sexual y de género], que, de hecho, duplicó el trabajo que solía hacer. ¿Quién tenía tiempo para su familia? Porque la mayor parte del tiempo estabas viajando a reuniones y a hacer cabildeo en otros países.
RJ: Desde que empezaron a obtener financiamiento externo, ¿lo hizo más fácil en términos de sus otros proyectos? ¿Tienen más dinero?
JM: Es mucho más fácil. Pero todavía no es suficiente. Tenemos unx solx coordinarx de programa y otras dos personas pagas y yo no recibo ningún pago. Tenemos unx coordinadorx y lxs dos asistentes, y se reparten la crema del pastel… Pero todxs tenemos que contribuir de alguna manera al funcionamiento de la oficina y a alimentar a todxs lxs que están viviendo en el centro social. Está en el mismo edificio y tenemos habitaciones para las siete personas que están viviendo ahí a las que apoyamos –con la ropa y con todo–. Esto incluye a dos integrantes mayores. Uno de los sueños de TLA es poder costear un pedazo de tierra donde podamos construir un centro adecuado para atender a nuestra propia comunidad y para beneficio de nuestrxs ancianxs LGBT.
RJ: ¿Piensas que tienen los recursos que necesitan para hacer su trabajo? Si fueran a recibir algún tipo de financiamiento que fuera el más útil para su trabajo, ¿cómo sería?
JM:No, no los tenemos. Bien, voy a ser muy honesta. Ni siquiera tenemos los recursos correctos para el trabajo que hacemos. Si tuviéramos que estipular o poner un precio al trabajo que hemos hecho y a lo que hemos logrado, ninguno de estos financiamientos llegaría alguna vez a alcanzar para la cantidad de trabajo que hemos hecho. La mayoría de estas cosas salen de nuestros propios bolsillos. Incluso la vivienda y el cuidado de la gente que vive en nuestro centro social. Eso cuesta dinero y tiempo y la mayoría de nosotrxs estamos tratando de trabajar en otros lugares para financiar parte del trabajo que hacemos, ni hablemos de sostener a nuestras propias familias. Realmente agradeceríamos tener más financiamiento general.
Uno de los proyectos que nos encantaría llevar adelante tiene que ver con envejecer. Sé que un montón de gente no piensa en eso. Pero es una preocupación, porque tuvimos a un par de personas viviendo en nuestro centro social y han fallecido bajo nuestro cuidado. Son personas LGBT ancianas. Y nos impacta mal porque pensamos… «Ey, estuvimos haciendo todo este trabajo, pero ¿qué pasa con nosotrxs? Vamos a terminar así, ¿quién nos va a cuidar?» Tenemos que ocuparnos… de que nuestras necesidades de autocuidado y de bienestar sean tenidas en cuenta. Podemos hacer tanto –podemos gritar tanto como podamos, podemos correr por la calle y luchar contra quien queramos–. Pero al final, ¿quién te va a cuidar? Eso es algo que creemos que tenemos que organizar. Nos encantaría construir un centro de retiro adecuado que tenga una oficina, una sala de conferencias, viviendas y una clínica para personas mayores. Aquí en Tonga no hay hogar para lxs ancianxs. Y eso es algo que nos importa mucho ahora y que tenemos que procurar. Es una realidad, especialmente cuando eres una minoría, nadie quiere cuidarte. Particularmente si eres una persona viviendo con VIH, ese es otro tema. Tuvimos que cuidar a dos personas que fallecieron hace pocos años.
RJ: Eso es increíble. Reflexionando sobre todo esto y tus experiencias, ¿cuáles consideras que son las brechas entre lo que las financiadoras priorizan y lo que los movimientos feministas necesitan?
JM: Es una limitación del contexto que nos dan. Algunas de las cosas que queremos que financien, como los gastos de subsistencia y todo eso, no nos permiten hacerlo. Es frustrante, pero ¿quién va a cuidarlxs? Todavía tenemos que poner eso de nuestro propio bolsillo y estamos agradecidxs de tener el Miss Galaxy para colaborar en cualquier forma en que se pueda.
RJ: Si pudieras decirle a lxs donantes tres cosas que podrían hacer para apoyar a los movimientos feministas, ¿qué les dirías?
JM: Escúchenos. (Risas) Crean en lo que hacemos. Hagan realidad nuestros sueños y ayúdenos para que podamos ayudar a otrxs.