Durante mi primer día en Zimbabue, visité el Museo Nacional de Ciencia. Sobre la puerta de la antesala colgaba una foto de Nehanda Charwe Nyakasikana, con la leyenda «MAPFUPA ANGU ACHAMUKA».
Me lo tradujeron como «mis huesos se levantarán». Nehanda fue una médium espiritual activa en la primera Zimbabue Chimurenga[1]. IInspiró a las personas en su lucha por la liberación, rechazó convertirse al cristianismo y fue sentenciada a muerte por los colonizadores. La historia cuenta que Nehanda fue a la horca cantando, bailando y diciendo, «mis huesos se levantarán» para ganar la libertad
Siempre he tenido esta fuerte convicción de que las mujeres de Zimbabue encarnan la resistencia. Participaron activamente en las luchas independentistas, como combatientes y compañeras de batalla. En 2008 entrevisté a con Margaret Dongo, excombatiente por la liberación,, y ella declaró enfáticamente: «No había balas de goma para las mujeres». En el frente de guerra, mujeres y hombres fueron entrenadxs de manera similar, sin ningún tratamiento preferencial para ellas.
Un hito en el camino recorrido por el feminismo africano (#AfriFem)
La resistencia, creatividad y fortaleza de las mujeres de Zimbabue resonó en el cuarto Foro Feminista Africano (FFA), que tuvo lugar en Harare, entre el 10 y 12 de abril del 2016. La presencia de más de 160 feministas africanxs, procedentes de 32 países y de la diáspora, permitió amplificar y multiplicar la energía de las compañeras de Zimbabue. Las hermanas de Sudáfrica entonaron la canción «….esta tierra es tierra de mujeres…» ,y allí mismo, en la sala del Rainbow Towers, sentimos que estábamos en una tierra feminista.
He tenido la enorme fortuna de asistir a tres FFA. En esta oportunidad, en el marco del FFA en Zimbabue (#AFFZim), sentí una energía diferente. El ambiente se percibía más radical y fue claro que el FFA había ya recorrido un camino que le permitía mostrarse, en su 10° aniversario, como un espacio formidable.
Un espacio que con confianza dijo «Somos feministas. Nada de tal vez. Nada de peros».
Un espacio lleno de feministas jóvenes, cuerpos queer, académicxs, mujeres con diversidad funcional, trabajadorxs sexuales, mujeres de mayor edad…Un espacio con compañerxs de todo nuestro continente, procedentes de las tantas divisiones arbitrarias coloniales – activistas de Egipto, Senegal, Kenia, Nigeria, Mali, Botsuana, Angola, Sudáfrica, Mauritania, Uganda…Un espacio que enfatizó la necesidad de continuar construyendo la solidaridad entre movimientos y de crear espacios abiertos a todas nuestras diversidades.
Nutrir el cuerpo y el alma
La atención al bienestar de lxs participantes se dio durante todo el FFA. Algunxs de nosotrxs nos levantamos temprano para sacudir el cuerpo en las clases de Zumba con Kuda,, mientras que otrxs compañerxs, más en la onda Zen, hacían sus posiciones de perro boca abajo. No nos olvidamos de la importancia de la sexualidad y de su vínculo con el bienestar. Por eso, también tuve el placer de pasar dildos de un lado al otro del salón, con la ayuda de Iheoma Obibi y Prudence Mabelele –mis colaboradoras en el movimiento pro-sexo..
Entre lo destacable y los desacuerdos
Hablamos sobre la necesidad continua de desmantelar el patriarcado en todas sus formas. Las compañeras de Zimbabue compartieron que habían dado el nombre de Patrick´ al patriarcado. Aludiendo a la necesidad de abordar «las nuevas caras del patriarcado», Bisi Adeleye Fayemi amplió el sentido de esta metáfora y nos recordó que debemos luchar contra «Patrick» y «Patricia».
En una sesión sobre «Movimientos de protesta», escuchamos la presentación de Thenjiwe Mswane sobre el movimiento «#FeesMustFall», sobre su estructura de liderazgo no jerárquica y la reciente exclusión de feministas y cuerpos queer en el movimiento. Marian Kirollos habló de las continuas luchas en Egipto y sobre el rol prominente que las mujeres siguen jugando en las revueltas. Dorothy Njemanze recordó a la audiencia que las niñas secuestradas en la escuela secundaria en Chibok, Nigeria, representa solo una mínima fracción de las miles de niñas capturadas y forzadas a la esclavitud sexual, por parte de terroristas y milicias.
Durante las sesiones de trabajo, discutimos la importancia de crear espacios culturales feministas; de documentar nuestras historias a través de la escritura y los blogs; y también sobre las conexiones que deben generarse entre nuestras diásporas feministas, para apoyar la colectividad panafricana en todo el mundo.
Como en todo espacio de mujeres apasionadas y de carácter fuerte, tuvimos momentos de tensión y desacuerdo. Estuve en el grupo que cuestionaba «¿qué es esto de la política de la respetabilidad?», cada vez que escuchábamos a muchas otras criticar como «las jóvenes están mostrando sus senos y vaginas en las redes sociales». Kampire Bahana, de Uganda, desafió estas ideas elocuentemente, señalando que eso es pura narrativa puritana. Algunxs jóvenes queer expresaron que sentían cierto nivel de incomodidad y silenciamiento en ese espacio. Nos recordaron que debemos estar conscientes y atentxs a los varios tipos de privilegios que nos acompañan.
Al igual que en los otros FFA, salí de allí inspirada y revitalizada para continuar mi vida en el activismo, sabiendo que tengo compañerxs en todo el continente y en el mundo, que están conmigo en la lucha, y cuyo trabajo y dinamismo continúa abriendo caminos para lxs que vendrán.
Sobre la autora
Nana Darkoa Sekyiamah es escritora/bloguera y empresaria. También es la Gerente de Comunicaciones de AWID y y forma parte del grupo de trabajo para el Foro de Feminismos Negros.
[1] Palabra shona que significa batallar o luchar y que se usa para hacer referencia a la primera guerra de independencia en Zimbabue.
Este artículo es cortesía del grupo de trabajo para el Foro de Feminismos Negros, en el cual Nana Darkoa toma parte. Este Foro se realizará en Costa do Sauípe, Bahía, entre el 5 y 6 de septiembre de 2016, justo antes del Foro Awid 2016.