Querida June:
Faltan cuatro meses para el que habría sido tu cumpleaños número 80, el 9 de julio. Todavía invocamos tus palabras, tus ideas y tu compromiso con un movimiento global por la liberación de todos los pueblos oprimidos del mundo. No tengo dudas de que coincidirías con #BlackLivesMatter [Las vidas negras importan] y con la joven generación de mujeres y personas trans* que están liderando ese movimiento. También serías, apasionadamente, una de las defensoras más firmes y una de las voces protagónicas de “From Ferguson to Palestine” [De Ferguson a Palestina].
Escribiste sobre la interseccionalidad crítica de las identidades y fuiste un modelo en ese sentido, entre otras cosas porque reconociste y afirmaste identidades, ubicaciones sociales y movimientos de liberación emergentes que ni siquiera podrías haberte imaginado. También comprendiste en toda su profundidad que el feminismo debe apoyar todas las políticas y movimientos por la justicia. Por encima de todo, expresaste el amor en sus múltiples formas y con todos sus poderes. Amaste a tus amantes, a tus estudiantes que crearon por ejemplo Poetry for the People [Poesía para el pueblo], por lo que llegó a ser. Amaste a las mujeres sudafricanas que lucharon por Free South Africa [Sudáfrica libre], y les escribiste «somos aquellas que hemos estado esperando». Tu amor por el pueblo palestino te llevó a escribir cómo tú, una mujer negra, te «hacías palestina». Todo eso, y más, te convirtió en un profeta para mi generación —14 años menor — y para nuestra época.
Conferencia Anual de la NWSA [Asociación Nacional de Estudios de las Mujeres], Towson Maryland, 1989. Ayudé a organizarla; tú eras una de las oradoras principales y me tocó ocuparme de la logística relacionada contigo. Tú y nuestra amada poeta Hattie Gossett convencieron a todas las personas escépticas respecto al poder de las poetas negras. Después de ese fin de semana y cuando ustedes dos ya se habían mudado al área de la Bahía, nos convertimos en compañeras de tenis. Hasta en la cancha de tenis eras bravía aunque yo no te iba a la zaga, y lo digo con orgullo.
Esos momentos que pasamos en las canchas del Berkeley Rose Garden fueron únicos: te escuché maldecir bastante o, como decimos en la comunidad negra, «ladrar pero no morder», escuché esa risa tuya inimitable que te salía de las entrañas cuando cualquiera de las dos lograba un tiro brillante, y te vi mirar fijo a la pelota, con tu cabeza ligeramente inclinada, acercándote a la línea de base, ordenándole mentalmente que cayera donde debía. Esos momentos en que nos enfrentamos en la cancha de tenis siempre estarán entre las páginas de cualquier ensayo o poesía tuya que lea, June Jordan.
Y lo más importante es que, pase lo que pase, siempre voy a estar junto al pueblo palestino como lo hiciste tú, sin flaquear ni por un momento.
Con amor y gratitud.
Margo
Este artículo, publicado originalmente en The Feminist Wire (TFW, La Conexión Feminista), forma parte de los seis días de celebración virtual de la poeta, activista y docente universitaria June Jordan organizados por TFW.
Sobre la autora
Margo Okazawa-Rey es una activista, investigadora y escritora que aborda sobre todo temáticas relacionadas con el militarismo, los conflictos armados y la violencia contra las mujeres. Haber integrado el Combahee River Collective [Colectivo del Río Combahee] que desarrolló el concepto de interseccionalidad en “A Black Feminist Statement” [Una declaración de feministas negras] todavía influye sobre su activismo.
Fue una de las fundadoras de la Network of Women against Militarism [Red de Mujeres contra el Militarismo], un grupo de activistas feministas que se ocupan del impacto de la presencia militar estadounidense en Asia Oriental, Guam Hawai'i, Puerto Rico y Estados Unidos. En estos últimos diez años ha mantenido fuertes conexiones con Corea del Sur y con Palestina a través del Women's Centre for Legal Aid and Counselling [Centro de Mujeres para la Ayuda y la Consejería Jurídicas] en Ramallah.
Es profesora visitante de Estudios de la Mujer para el Elihu Root Peace Fund y también enseña en la Facultad de Desarrollo Humano y Organizacional de la Fielding Graduate University en Santa Barbara, California. También es profesora emérita en San Francisco State University. Obtuvo su doctorado en la Facultad de Educación de Harvard.