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Algunas reacciones al informe del GAN sobre la agenda post- 2015 desde una perspectiva de derechos de las mujeres

NOTAS DE LOS VIERNES: AWID ofrece una colección de reacciones iniciales de activistas y organizaciones de derechos humanos y de las mujeres a las recomendaciones acerca de cómo debería ser la Agenda de Desarrollo posterior a 2015. La primera propuesta formal fue presentada en un informe preparado por el Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes publicado el 30 de mayo de 2013.

El Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes (GAN), conformado por 27 “expertos/as” individuales,[1] fue nombrado por el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) en junio de 2012 con el fin de recabar insumos y producir un informe final[2] que contuviera recomendaciones sobre el marco para una nueva Agenda de Desarrollo posterior a 2015, cuando expirarán los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Se suponía que una serie de consultas a nivel nacional, regional e internacional en reuniones y por medio de internet contribuiría a la sustancia de ese informe. Sin embargo, muchas organizaciones de la sociedad civil—incluyendo a activistas por los derechos de las mujeres—han expresado frustración respecto a los resultados, que no están a la altura de los llamados a producir transformaciones osadas e ignoran numerosas recomendaciones planteadas por personas y comunidades afectadas. Muchas personas creen que el informe pone en el centro las empresas y el crecimiento económico y no a las personas y los derechos humanos.

¿En qué medida integra el informe la igualdad de género y los derechos de las mujeres?

Pese a la inclusión de un objetivo para la igualdad de género, a activistas por los derechos de las mujeres y la igualdad de género a todo nivel les preocupa la falta de una perspectiva de género integrada en todo el informe. La Coalición de Mujeres Post-2015[3] emitió una reacción detallada al informe aseverando que “los objetivos carecen de interrelaciones cruciales, específicamente en lo concerniente a los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Las metas relativas a la energía, la agricultura, el transporte, la deforestación y la seguridad alimentaria deben articular los vínculos, por ejemplo, en lo que respecta al acceso de las mujeres a los recursos naturales y al control de éstos, a su rol en las soluciones para una energía sostenible y en el desarrollo de capacidad; de lo contrario no serán priorizados”. Además afirman que el informe no “proporciona un enfoque transformador para afrontar [...] la creciente feminización y transferencia intergeneracional de la pobreza”.

Integrantes del Grupo Principal de Mujeres (WMG, por sus siglas en inglés)[4] señalan en una reflexión conjunta que si bien el informe del GAN dice abordar la igualdad de género como un asunto transversal, “al examinarlo detenidamente, ni la narrativa ni el marco de objetivos y metas va lo suficientemente lejos para identificar cómo las experiencias que mujeres y niñas tienen en cuanto a formas múltiples y confluyentes de discriminación conducen a vivencias más profundas de pobreza, privación y marginación social; cómo mujeres y niñas enfrentan cargas desiguales e injustas para mantener el bienestar de sus sociedades y economías tanto en la economía salarial como en la del cuidado; y cómo las mujeres afrontan múltiples violaciones de sus derechos humanos que obstaculizan su participación equitativa en la vida económica, social y política”.

Varias organizaciones de derechos de las mujeres también señalan que el informe no hace una recomendación específica para asignar recursos destinados a promover los derechos de las mujeres y la igualdad de género. El WMG dice: “Apreciamos los esfuerzos por definir metas claras de financiación para alcanzar los objetivos, pero creemos que el informe debería también haber prestado atención a que el financiamiento sea entregado en formas que maximicen su impacto. En años recientes, las investigaciones han mostrado que una financiación efectiva para la igualdad de género se aparta de ciclos de financiamiento fragmentados y a corto plazo, centrándose en cambio en asociaciones a más largo plazo de apoyo predecible, flexible y para múltiples años”.

Por otro lado, casi todos los grupos de mujeres que reaccionaron al informe del GAN reconocieron algunas mejoras, en comparación con el marco de los ODM, respecto a incluir recomendaciones concretas sobre el empoderamiento de mujeres y niñas y la igualdad de género.[5] Sin embargo, el GAN perdió la oportunidad de construir las metas sobre el marco normativo convenido internacionalmente de los derechos de las mujeres como derechos humanos, con lo cual no reconoce declaraciones, planes de acción y acuerdos subsiguientes derivados de las Conferencias de Viena, El Cairo y Beijing, para nombrar sólo algunos.

La Coalición Internacional por la Salud de las Mujeres (IWHC) señala: “Nos preocupa que el Grupo de Alto Nivel no haya entendido las cosas a cabalidad. La salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos son acuerdos internacionales bien definidos, como el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, pero tienden a ser un pararrayos político sobre todo cuando diplomáticos gubernamentales no conocen la terminología o no saben exactamente por qué es tan crucial que [esos derechos] sean abordados. [...]”.

También el Foro de Asia-Pacífico sobre Mujeres, Ley y Desarrollo (APWLD) matizó las recomendaciones del informe señalando que “si bien [estas metas] son significativas, el informe no reconoce plenamente el hecho de que las mujeres constituyen la mayoría de las personas pobres del mundo y la mayoría de la mano de obra en los sectores más vulnerables—trabajo doméstico, sector textil, agricultura de subsistencia—y sufren de manera desproporcionada debido a desastres climáticos de los cuales son las menos responsables. Las mujeres necesitan más que medidas que aseguren la no discriminación. Precisan transformación, redistribución y justicia económicas reales. Necesitan tener una voz genuina en lo concerniente al desarrollo, sus cuerpos, sus comunidades y los sistemas mundiales”.

En lo que respecta a la situación de mujeres jóvenes y niñas, la Coalición de Mujeres Post-2015 señala que el informe intenta “posicionar a jóvenes y adolescentes como un tema transversal resaltando la educación (aunque pasando por alto la discusión sobre la transición a educación secundaria y de calidad), el acceso a la salud, incluyendo la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y la creación de empleos. El informe optó por abordar estas preocupaciones desde un enfoque instrumentalista, en vez de uno centrado en los derechos humanos”.

De manera similar, RESURJ, una alianza mundial de jóvenes activistas feministas que trabajan en forma intergeneracional hacia la realización de la justicia sexual y reproductiva, aseveró: “Es una vergüenza que el informe parece ver a las y los jóvenes como grupos clave dentro de un marco económico necesario para que sean saludables, reciban educación y tengan un empleo a fin de alcanzar un mayor desarrollo económico. Esta falta de perspectiva de derechos humanos oculta las actuales oportunidades de hacer lo que se necesita no sólo para el desarrollo económico sino también para la justicia social, económica y de género”.

¿Se integró una perspectiva de derechos humanos en el informe?

Las reacciones a esto parecen ser casi unánimes entre organizaciones de derechos humanos: el informe del GAN no va lo suficientemente lejos pese a la retórica inicial que afirmó que “los nuevos objetivos y metas deben basarse en el respeto a los derechos humanos universales”.

El Centro para los Derechos Económicos y Sociales (CESR) observa que “en general, el informe denota una lectura fragmentada de los derechos humanos, a veces reforzando la obsoleta noción de que las libertades civiles y políticas son más ‘fundamentales’ que los derechos económicos, sociales y culturales. En particular, los derechos humanos a una salud adecuada, a protección social y trabajo decente se ven socavados por tratarlos como objetivos a los cuales aspirar y cuya realización depende de las circunstancias nacionales”.

Por su parte, Amnistía Internacional señala que “los derechos humanos quedan con demasiada frecuencia restringidos a la categoría de derechos civiles y políticos, sin que se haga referencia expresa a los derechos económicos, sociales y culturales. Falta una visión de indivisibilidad de los derechos. [...] En algunas partes reconoce los derechos económicos y sociales, mientras que en otras se alude a tales derechos como ‘necesidades básicas’, lo cual es un paso atrás, sobre todo teniendo en cuenta las obligaciones que incumben los Estados en virtud del derecho internacional”.

Acertadamente, la reacción de la Campaña por los Objetivos de las Personas afirma que “de manera decepcionante, el derecho al desarrollo aparece sólo fugazmente en los principios para apuntalar las asociaciones mundiales, pero no se le conecta a recomendaciones sustantivas para realizar este derecho y asegurar que apuntale todos los derechos enumerados a lo largo del texto. [...] Ésta es una oportunidad perdida en cuanto a vincular los mecanismos para rendición de cuentas en materia de derechos humanos con políticas de desarrollo integrales”.

Social Watch asevera que “en lugar de promover una nueva agenda de desarrollo, este informe baja el estándar de referencia, tanto en términos de los objetivos propuestos como en los conceptos. Ni siquiera es una expresión del mínimo común denominador, puesto que en la mayoría de los temas que trata ya existe un lenguaje acordado en la ONU que va más allá de las recomendaciones del informe”.

El CESR resume: “Las normas y los principios de los derechos humanos no deberían considerarse una añadidura opcional. Por el contrario, representan los estándares normativos preexistentes y universales que deben apuntalar todos los aspectos de la agenda, desde su visión y objetivos orientadores hasta los objetivos, indicadores y sistemas tanto de implementación como de examen. Cualquier cosa menos que eso conlleva el riesgo de conducir a otra ronda más de promesas incumplidas”.

Las empresas en el centro

El rol privilegiado que el informe del GAN asigna al sector empresarial y corporativo en el impulso del desarrollo es también motivo de preocupación para muchas organizaciones de la sociedad civil, en particular porque ello contrasta con un marco muy débil para exigir cuentas a las corporaciones. Tal como el CESR señala: “el informe promueve un enfoque lastimosamente inadecuado a la regulación de las empresas, planteando que éstas no deberían verse ‘maniatadas por regulaciones innecesariamente complicadas”.

Alternativas de Desarrollo con las Mujeres por una Nueva Era (DAWN) también llama la atención hacia “la constante puesta en primer plano del sector empresarial como un motor fundamental del desarrollo en todo el informe del GAN. [...] El sector privado debe rendir cuentas a los gobiernos y la ciudadanía respecto a las obligaciones en materia de derechos humanos y los estándares relacionados con el medio ambiente, incluidas las obligaciones extraterritoriales. Esto se aplica especialmente hoy día, cuando las inversiones militares-industriales estatales y no estatales tienen un enorme interés propio en el desarrollo internacional”.

¿Y ahora qué?

Por muy importante que sea, el informe del GAN es apenas un insumo—entre muchos—al informe del Secretario General de la ONU, el cual será presentado ante la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2013 para orientar a los Estados Miembros en sus deliberaciones. Las organizaciones de derechos de las mujeres están trabajando con organizaciones de derechos humanos y otros movimientos sociales a fin de pugnar por un mejor marco que el contenido en el informe del GAN. Están contactando a representantes gubernamentales y planteando propuestas innovadoras, además de participar en los procesos tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), en los cuales se están debatiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)[6] que deberían fusionarse con la Agenda de Desarrollo posterior a 2015.

Puedes enviar tus propias respuestas al informe del GAN por medio de la consulta en línea facilitada por el Servicio de Enlace con las Organizaciones no Gubernamentales (SENG), de la ONU, hasta el 12 de julio de 2013.[7]

Lee más en la cobertura especial de AWID sobre la Agenda de Desarrollo posterior a 2015 desde una perspectiva de derechos de las mujeres.

Notas:

[1] El GAN es co-presidido por el Presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono; la Presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf; y el Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, e incluye a líderes de la sociedad civil, el sector privado y gobiernos. Más información disponible en este sitio.

[2] Informe del GAN: Una nueva alianza mundial: Erradicar la pobreza y transformar las economías por medio del desarrollo sostenible. Ver resumen ejecutivo del informe en español. Ver también: Grupo de Alto Nivel publica recomendaciones para la próxima Agenda Mundial de Desarrollo, Centro de Información de las Naciones Unidas, Comunicado No. 13/079, 30 de mayo de 2013.

[3] La Coalición de Mujeres Post-2015 aglutina a organizaciones feministas, por los derechos y el desarrollo de las mujeres, de base y por la justicia social dedicadas a cuestionar y replantear la agenda del desarrollo mundial. Más información disponible en este sitio.

[4] El Grupo Principal de Mujeres reúne a 400 organizaciones y personas que trabajan en torno al desarrollo sostenible desde una perspectiva de los derechos de las mujeres a nivel local, nacional, regional y mundial. Más información disponible en el sitio del WMG.

[5] Es decir: prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra niñas y mujeres (meta 2a); poner fin al matrimonio infantil (meta 2b); asegurar el derecho igualitario de las mujeres a poseer y heredar propiedades, firmar un contrato, inscribir un negocio y abrir una cuenta bancaria (meta 2c); eliminar la discriminación de las mujeres en la vida política, económica y pública (meta 2d); asegurar la salud y los derechos sexuales y reproductivos universales (meta 4d).

[6] Leer más sobre los ODS en El futuro que queremos (A/RES/66/288), Asamblea General de las Naciones Unidas, 11 de septiembre de 2012, párrafos 245-251.

[7] Ver: Peticiones de la sociedad civil planteadas al Grupo de Alto Nivel Post-2015, Servicio de Enlace con las Organizaciones no Gubernamentales.

Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 21 de junio de 2013. Título original: Some Reactions To The HLP Report On The Post-2015 Agenda from a Women’s Rights Perspective. Traducción: Laura E. Asturias

Category
Análisis
Region
Global
Source
AWID