El derecho de adolescentes y jóvenes a acceder a información sobre salud sexual y reproductiva se fundamenta en estándares jurídicos internacionales. El derecho a la educación sexual integral deriva de un conjunto de otros derechos humanos, como el derecho a vivir libre de violencia y discriminación, el derecho a disfrutar del nivel más alto posible de salud mental y física, y también el derecho a recibir y difundir información y el derecho a una educación inclusiva y de calidad. El Comité de los Derechos del Niño [1] y el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales [2] han interpretado que el derecho a la educación incluye el derecho a la educación sexual integral. En 2010, el Relator Especial (sobre el derecho a la educación) [3] también subrayó que «la educación sexual debe ser considerada un derecho en sí mismo, obviamente asociado a otros tantos bajo el principio de interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos».
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Desde su publicación a cargo de la UNESCO, varias agencias de la ONU han instado a los gobiernos a que utilicen las Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad, publicadas en conjunto por varias agencias de la ONU[4] para lograr la realización de los ODM en un marco de derechos humanos e igualdad de género. Las Orientaciones ponen énfasis en que los planes de estudio y materiales sobre educación sexual integral deben tener en cuenta los contextos culturales, ser pertinentes y adaptarse a ellos. Pero las Orientaciones también sostienen que la educación sexual no debe incluir juicios de valor ni estereotipos ya que sus programas deben ser científicamente exactos, adecuados a la edad y la etapa del desarrollo de lxs estudiantes, y basados en los derechos humanos y la igualdad de género.
Los valores culturales y tradicionales muchas veces se presentan falsamente como incompatibles con una ESI basada en evidencias; de esa manera se los manipula contra la implementación de la educación sexual integral o se los invoca en argumentos contra la inclusión de la ESI en resoluciones sobre derechos humanos. Desde esa misma perspectiva, los Estados e instituciones estatales muchas veces reemplazan programas integrales con alternativas que solo abordan lo biológico, no son científicamente exactas o no se basan en los derechos, privando a lxs jóvenes de información. Esto podría resultar en daños para su salud y su bienestar, violando así su derecho a disfrutar del nivel más alto posible de salud. Alentamos a los Estados a garantizar la salud y el bienestar de lxs adolescentes respetando, protegiendo y realizando su derecho a la educación sexual mediante la provisión e implementación de educación sexual integral basada en una perspectiva de derechos dentro y fuera de las escuelas.
Esta declaración fue presentada durante el Diálogo Interactivo con la Relatora Especial sobre el derecho a la educación que tuvo lugar durante la 47° sesión del Consejo de Derechos Humanos. Las siguientes organizaciones avalan la declaración:
- AWID
- CHOICE for Youth and Sexuality
- Swedish Association for Sexuality Education
- Asian-Pacific Resource and Research Centre for Women
- International Planned Parenthood Federation
- Plan International
- Sexual Rights Initiative
[1] CRC/C/GC/20 (2016)
[2] E/C.12/GC/22 (2016)
[3] Informe del Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la educación: Educación sexual
[4] UNESCO, Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad (2018).