Yelena Grigoriyeva, a menudo conocida entre sus amigxs como Lena, fue una destacada defensora de los derechos LGBT en Rusia.
Formó parte de movimientos democráticos, anti-guerra y LGBT. En su activismo, fue una crítica feroz del Presidente Vladimir Putin y su administración, y expresó su oposición a la anexión por parte de Rusia de la península de Crimea de Ucrania y al maltrato de prisionerxs.
Yelena se declaró bisexual a principios de 2019. "Su salida del armario fue una sorpresa para mí, y no la aprobé. Le dije: ‘Escucha, Lena, ya estás en la mira por tu actividad política. Te acabas de clavar otro blanco en el pecho’". - Olga Smirnova
Yelena, de hecho, recibió múltiples amenazas de muerte y, según algunxs de sus conocidxs, figuraba en un sitio web homofóbico que instaba a sus visitantes a que persiguieran a las personas LGBT. Yelena denunció las amenazas a la policía, pero el Estado ruso no le proporcionó ningún tipo de protección.
Sin embargo, Yelena, a pesar de vivir en una sociedad en la que la oposición política, así como lxs integrantes de la comunidad LGBT y lxs defensores de sus derechos, se enfrentan a una violencia continua y creciente, siguió haciendo campaña por la justicia social y la igualdad.
"No se perdió ni una sola acción. Y la detuvieron tantas veces que hasta perdí la cuenta", Olga Smirnova (compañera activista de la oposición y amiga).
Yelena fue asesinada el 21 de julio de 2019, cerca de su casa. Las autoridades detuvieron a una persona sospechosa pero, según algunas fuentes, muchxs amigxs y compañerxs activistas creen que es un chivo expiatorio y que, en realidad, se trata de un asesinato político deliberado.
Para los familiares y amigxs de Yelena, su caso sigue sin resolverse aunque la persona sospechosa haya confesado.
En 2013, Rusia aprobó una ley que prohíbe la difusión de lo que describió como "propaganda gay". En 2014, Human Rights Watch publicó un informe al respecto.