
Kalpana Chakma

Lxs defensorxs se identifican a sí mismas como mujeres y personas lesbianas, bisexuales, transgénero, queer e intersex (LBTQI) y otrxs que defienden derechos y que debido a su trabajo en derechos humanos están bajo riesgos y amenazas específicos por su género y/o como consecuencia directa de su identidad de género u orientación sexual.
Lxs defensorxs son objeto de violencia y discriminación sistemáticas debido a sus identidades y su inclaudicable lucha por derechos, igualdad y justicia.
El Programa Defensorxs colabora con contrapartes internacionales y regionales así como con lxs afiliadxs de AWID para crear conciencia acerca de estos riesgos y amenazas, abogar por medidas de protección y de seguridad que sean feministas e integrales, y promover activamente una cultura del autocuidado y el bienestar colectivo en nuestros movimientos.
lxs defensorxs enfrentan los mismos tipos de riesgos que todxs lxs demás defensorxs de derechos humanos, de comunidades y del medio ambiente. Sin embargo, también están expuestas a violencia y a riesgos específicos por su género porque desafían las normas de género de sus comunidades y sociedades.
Nos proponemos contribuir a un mundo más seguro para lxs defensorxs, sus familias y comunidades. Creemos que actuar por los derechos y la justicia no debe poner en riesgo a lxs defensorxs, sino que debe ser valorado y celebrado.
Promoviendo la colaboración y coordinación entre organizaciones de derechos humanos y organizaciones de derechos de las mujeres en el plano internacional para fortalecer la capacidad de respuesta en relación a la seguridad y el bienestar de lxs defensorxs.
Apoyando a las redes regionales de defensorxs y de sus organizaciones, tales como la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensorxs de Derechos Humanos y la WHRD Middle East and North Africa Coalition [Coalición de Defensorxs de Derechos Humanos de Medio Oriente y África del Norte], promoviendo y fortaleciendo la acción colectiva para la protección, poniendo el énfasis en establecer redes de solidaridad y protección, promover el autocuidado y la incidencia y movilización por la seguridad de lxs defensorxs.
Aumentando la visibilidad y el reconocimiento de lxs defensorxs y sus luchas, así como de los riesgos que enfrentan, a través de la documentación de los ataques que sufren, e investigando, produciendo y difundiendo información sobre sus luchas, estrategias y desafíos.
Movilizando respuestas urgentes de solidaridad internacional para lxs defensorxs que están en riesgo a través de nuestras redes internacionales y regionales y de nuestrxs afiliadxs activxs.
Ahora que has analizado toda la información que recogiste — de la encuesta, las entrevistas, la investigación secundaria y otras fuentes que hayas utilizado — ya puedes generar el producto final.
En esta sección:
- El producto final
1. Escribe con claridad
2. Consigue que tenga un aspecto atractivo- Revisión y comentarios
1. Pule los resultados
2. Facilita los comentarios
El producto final será un documento que resume, analiza y critica la información que obtuviste. Será lo que compartas con la audiencia cuando les presentes tu investigación y se la expliques.
En AWID por lo general elaboramos un informe escrito exhaustivo en el que analizamos cada conjunto de información y sintetizamos todos los resultados que encontramos, para luego generar productos más breves como infografías o resúmenes (que explicaremos en la sección siguiente, «Finalización y formato»).
La importancia de la edición
El trabajo de edición implica corregir el texto, garantizar que la redacción sea concisa, revisar que los datos proporcionados sean exactos, señalar las inconsistencias que se deben resolver, acomodar el texto para que fluya y posiblemente también sugerir títulos.
Lo ideal es que la persona que haga este trabajo entienda y conozca tu labor en cuanto a WITM pero que no haya participado directamente de la investigación, así puede aportar una perspectiva nueva.
Recuerda: Cuanto más accesible sea el producto, más personas querrán leerlo (y compartirlo).
Cuando llegues a este momento, ya habrás compilado toda la información, la habrás analizado y convertido en un producto final, que probablemente sea un informe extenso.
Antes de encarar los pasos siguientes deberías compartir el producto final con organizaciones, activistas y donantes que puedan comentarlo (lxs «consultorxs»).
Este es un momento excelente para pedirles que revisen lo siguiente:
Una vez que hayas incorporado todos los comentarios de las personas a las que consultaste, asegúrate de que la persona a cargo de la edición vuelva a revisar el informe.
Con esto ya tendrás la versión final y completa del informe. Si quieres publicarlo en otros idiomas, ahora es el momento de enviarlo a traducir.
Las personas que revisen el informe (lxs «consultorxs») te estarán haciendo un aporte significativo. Considera la posibilidad de otorgarles alguna forma de reconocimiento.
6. Realiza una investigación secundaria
• 2 - 5 meses
• 1 persona (o más) de investigación
• 1 Editor (editor web o si crea un producto en línea)
• Traductores (si ofrece encuesta en varios idiomas)
• Lista de organizaciones de asesores, activistas y financiadores.
• Documento de Síntesis (sección de "marco de su investigación")
• Los resultados de su(s) encuesta(s)
• Preguntas de la entrevista
• Resultados de las entrevistas
• Los datos de la investigación secundaria
• Todos otros datos utilizados en el informe
6. Realiza una investigación secundaria
O inquérito global do WITM é um pilar fundamental da terceira edição da nossa investigação orientada para a ação: "Onde está o dinheiro para a organização feminista" (abreviado, "Onde está o dinheiro" ou WITM). Os resultados do inquérito serão aprofundados e explorados através de conversas profundas com ativistas e financiadores, e comparados com outras análises e investigações existentes sobre o estado do financiamento para feministas e para a igualdade de género globalmente
O relatório completo "Onde está o dinheiro para a organização feminista" será publicado em 2026.
Para mais informações sobre como a AWID tem chamado a atenção para o dinheiro a favor de e contra os movimentos feministas, consulte a nossa história do WITM e os nossos relatórios anteriores aqui.
Laurie Carlos était une comédienne, réalisatrice, danseuse, dramaturge et poétesse aux États-Unis. Artiste hors pair et visionnaire, c’est avec de puissants modes de communication qu’elle a su transmettre son art.
« Laurie entrait dans la pièce (n’importe quelle pièce/toutes les pièces) avec une perspicacité déroutante, un génie artistique, une rigueur incarnée, une féroce réalité – et une détermination à être libre... et à libérer les autres. Une faiseuse de magie. Une devineresse. Une métamorphe. Laurie m’a dit un jour qu’elle entrait dans le corps des gens pour trouver ce dont ils et elles avaient besoin. » - Sharon Bridgforth
Elle a employé plusieurs styles de performance alliant les gestes rythmiques au texte. Laurie encadrait les nouveaux·elles comédien·ne·s, performeur·euse·s et dramaturges, et a contribué à développer leur travail dans le cadre de la bourse Naked Stages pour les artistes émergent·e·s. Associée artistique au Penumbra Theatre, elle a participé à la sélection de scripts à produire, dans l’objectif « d’intégrer des voix plus féminines dans le théâtre ». Laurie faisait également partie des Urban Bush Women, une compagnie de danse contemporaine reconnue qui contait les histoires de femmes de la diaspora africaine.
Elle fit ses débuts à Broadway dans le rôle de Lady in Blue, en 1976, dans la production originale et primée du drame poétique For colored girls who have considered suicide / when the rainbow is enuf de Ntozake Shange. L’oeuvre de Laurie inclut White Chocolate, The Cooking Show et Organdy Falsetto.
« Je raconte les histoires à travers le mouvement – les danses intérieures qui se produisent spontanément, comme dans la vie – la musique et le texte. Si j’écris une ligne, ce n’est pas forcément une ligne qui sera dite ; ce peut être une ligne qui sera bougée. Une ligne à partir de laquelle de la musique est créée. Le geste devient phrase. Tant de ce que nous sommes en tant que femmes, en tant qu’êtres, tient aux gestes que nous exprimons les un·e·s par rapport aux autres, tout le temps, et particulièrement dans les moments d’émotion. Le geste devient une phrase, ou un état de fait. Si j’écris “quatre gestes” dans un script, cela ne signifie pas que je ne dis rien;cela veut dire que j’ai ouvert la voie à ce que quelque chose soit dit physiquement. » Laurie Carlos
Laurie est née et a grandi à New York, a travaillé et vécu à Minneapolis-Saint-Paul. Elle est décédée le 29 décembre 2016, à l’âge de 67 ans, après un combat contre le cancer du côlon.
« Je pense que c’était exactement l’intention de Laurie. De nous sauver. De la médiocrité. De l’ego. De la paresse. De la création artistique inaboutie. De la paralysie par la peur.
Laurie voulait nous aider à briller pleinement.
Dans notre expression artistique.
Dans nos vies. » - Sharon Bridgforth pour le Pillsbury House Theatre
« Quiconque connaissait Laurie aurait dit que c’était une personne singulière. Elle était sa propre personne. Elle était sa propre personne, sa propre artiste ; elle mettait en scène le monde tel qu’elle le connaissait avec un vrai style et une compréhension fine, et elle habitait son art. » – Lou Bellamy, Fondatrice de la Penumbra Theatre Company, pour le Star Tribune
Lire un hommage complet par Sharon Bridgforth (seulement en anglais)
La pandémie de COVID-19 a montré au monde l'importance des travailleur·euses essentiel·les. Nous parlons des personnes qui font le ménage, les travailleur·euses domestiques, les infirmier·ères, les d'ambulancier·ères, les personnes travaillant dans les transports, les supermarchés et autres. Leur travail consiste à prendre soin et à garantir le bien-être des autres et à faire fonctionner nos économies.
Mais pendant qu'iels prennent soin de nous..
Dans le contexte actuel, nous avons cerné cinq grandes menaces à la lutte pour des économies justes d’un point de vue féministe :
« La financiarisation fait référence à l'importance croissante des marchés financiers, des intérêts financiers, des institutions financières et des élites de la finance dans le fonctionnement de l'économie et de ses institutions de gouvernance, sur la scène nationale et internationale. » Gerald Epstein
Epstein Gerald A. 2006 ; Financialization and the World Economy, Editions Edward Elgar, en anglais seulement.
Les institutions financières exercent une forte influence sur la gouvernance économique et l’orientation des politiques de développement. La domination croissante du secteur des entreprises et des institutions financières internationales, dans le cadre de la définition des politiques publiques locales et mondiales, a abouti à la prise en otage de l'État dans l'intérêt du capital. Le système financier actuel, en ce compris les politiques controversées de crédit et d’endettement, font partie intégrante de l'expansion et de la reproduction des processus d'accumulation du capital.
Cela soulève des questions importantes sur la façon de réglementer et de repenser le système financier mondial, non seulement pour éviter les conséquences désastreuses des crises de la dette, mais également pour permettre des moyens de subsistance durables et la réalisation des droits économiques et sociaux sans périodes de recul.
Pour plus de détails, voir l'article de Balakrishnan et Heintz Debt, Power, and Crisis: Social Stratification and the Inequitable Governance of Financial Markets (Dette, pouvoir et crise : la stratification sociale et la gouvernance inéquitable des marchés financiers), disponible en anglais uniquement.
Au cours des 20 dernières années, les cadres des accords commerciaux (bilatéraux ou multilatéraux) ont été élargis, démontrant un intérêt accru pour les droits de propriété intellectuelle (DPI) à octroyer aux sociétés.
Les droits de propriété intellectuelle ont clairement bénéficié aux sociétés multinationales, causant d'énormes répercussions sur la capacité des nations et des peuples les plus pauvres à réaliser les droits humains, notamment :
En outre, la libéralisation de l'importation des produits agricoles a entraîné un afflux de produits bon marché et compromis l’emploi des agriculteur-trice-s indépendants dans les pays pauvres, ainsi que la sécurité alimentaire. Les dispositions de protection de l'investissement inscrites aux accords commerciaux limitent la marge de manœuvre des gouvernements nationaux leur permettant de créer et de faire respecter des règlements sur des questions aussi cruciales que la protection de l'environnement, le droit du travail et la durée des droits d'auteur.
En exposant les pièges de ces accords, les mouvements féministes ont été et sont toujours à la fine pointe de la résistance.
(Voir par exemple, les réactions de réseaux féministes du monde entier contre les négociations relatives au Partenariat transatlantique de commerce et d’investissement (PTCI) et au Partenariat transpacifique (PTP) (en anglais).
La marchandisation des ressources de la Terre, la dégradation environnementale et le changement climatique qui résultent de décennies d'industrialisation agressive, du pillage et de l'extraction liée aux ressources de la planète, ont endommagé la biodiversité et la résilience écologique. Ces dommages menacent maintenant l'existence de la société humaine elle-même.
La communauté internationale n'a pas réussi à modifier les modes de production et de consommation qui sont à la racine du problème. Au lieu de cela, les gouvernements, avec le soutien de grandes entreprises intéressées au profit, penchent en faveur d’une «économie verte». Cette approche favorise les « technologies économes en énergie » (y compris l'énergie nucléaire, les biocarburants, les organismes génétiquement modifiés et la géo-ingénierie) et les systèmes d’échanges de droits d’émission de carbone comme solutions miracles.
Les phénomènes d’accaparement des terres et de l'appropriation des ressources ne sont pas nouveaux et les résistances étaient déjà au cœur de l’histoire coloniale. Ce qui est nouveau, c’est la rapidité et la manière dont les terres et les ressources naturelles sont devenues des marchandises pour de nouveaux marchés.
Les institutions financières internationales jouent un rôle central dans la promotion des marchés fonciers dans les pays en développement. Ces institutions financent des réformes agraires qui permettent à de puissants acteurs financiers de faire main-basse sur des terres à des fins spéculatives en échange de maigres promesses d'emplois et de croissance. L'accaparement des terres a de profondes répercussions négatives sur l'accès des populations locales aux biens et services essentiels, sans compter les déplacements forcés et la dégradation de l'environnement qui y sont associés.
Les personnes qui résistent à l'accaparement des terres, parmi lesquelles des femmes défenseuses des droits humains, sont confrontées quotidiennement à diverses formes de violence, y compris les agressions physiques et les abus sexuels.
Ces fondements patriarcaux sont particulièrement hégémoniques dans les modèles néolibéraux actuels.
Les nombreuses manières dont l'économie politique et le développement sont liés à la sexualité ou au genre sont évidentes : pensez à la manière dont le capitalisme détermine ce qui est qualifié de travail et comment la ‘valeur humaine’ est fondée sur la productivité du travail salarié.
En règle générale, la position des femmes dans l'économie mondiale continue de reposer sur l’exploitation de leur travail fondée sur le genre : ce travail est sous-évalué et on retrouve essentiellement les femmes dans les emplois précaires, la sphère de la subsistance domestique et de la production non rémunérée et dans la sphère ‘reproductive’. Puisque le travail de reproduction est systématiquement associé au travail non rémunéré des femmes, il a fourni un immense soutien au capitalisme, en même temps qu’il est la source d'oppressions fondées sur le genre et l'assujettissement.
Cette situation est aggravée par le fait que dès lors où les mécanismes de protection sociale commencent à diminuer, le fardeau du travail des femmes augmente proportionnellement.
En outre, le phénomène de la migration mondiale, stimulé par des milliers de réfugiés économiques qui fuient la pauvreté endémique à travers le monde, n’est pas étranger au type de relations de pouvoir entre hommes et femmes du système capitaliste. Les fonds envoyés dans le pays d’origine deviennent une source importante de financement et de développement pour les familles et les communautés restées au pays. Ce phénomène a un coût important pour les femmes migrantes qui luttent pour gagner un salaire décent dans leur pays d’accueil.
Dans la même veine, nous avons vu comment les systèmes capitalistes patriarcaux font usage de la violence et de l'oppression pour maintenir le statu quo. La hausse des dépenses militaires mondiales et l’escalade de la violence perpétrée à la fois par des acteurs étatiques et non étatiques, sont des stratégies adoptées pour contrôler la dissidence, le corps et la voix des femmes et régler les différends économiques, politiques et sociaux.
Partout dans le monde, la violence, l'incarcération et la discrimination ciblent de manière disproportionnée :
Pour contester la violence structurelle et ses liens avec un système mondial capitaliste, nous devons procéder à une analyse intersectionnelle qui tienne compte du genre, de la race/de l'origine ethnique, de l'âge, des compétences, de la nationalité, de l'orientation sexuelle et de l'identité de genre des personnes, entre autres statuts.
La crise profonde du système actuel de gouvernance mondiale est également évidente lorsqu’on examine les maigres accords intergouvernementaux conclus et la façon dont ils manquent souvent de mécanismes de responsabilisation les plus fondamentaux. Le système multilatéral qui a servi la gouvernance mondiale par le passé ne parvient plus à répondre aux multiples crises actuelles. Ce même système continue d'être profondément antidémocratique, marqués par l’augmentation de la présence et de la puissance des sociétés qui occupent désormais les espaces précédemment réservés aux États.
Ces menaces nous forcent, nous les féministes, à repenser nos perspectives et nos stratégies, à renouveler et à réactiver notre engagement pour la construction d’un mouvement en faveur d’une économie juste, en partenariat avec d'autres mouvements.
Ces menaces nous incitent à envisager, d’une perspective féministe, de vastes programmes de transformation socioéconomique qui tiennent compte des réalités de la majorité des personnes démunies. Le temps est venu d’opérer les changements nécessaires pour mettre en place une économie juste et pour relever les défis systémiques persistants.
الهدف الأساسي من وراء استطلاع "أين المال" هو تسليط الضوء على على وقائع التمويل المتنوّعة والمركّبة للحركات النسوية، حركات النساء، حركات العدالة الجندرية وحركات مجتمع الميم - عين والحركات الحليفة لها على المستوى العالمي. بناءاً على هذا، وبناءً على ذلك - تعزيز قضية تحويل أموال أكثر وأفضل وتحويل السلطة باتجاه الحركات النسوية.
Roxana Reyes Rivas, philosopher, feminist, lesbian, poet, politician and LGBT and women’s rights activist from Costa Rica. Owner of a sharp pen and incisive humour, a laugh a minute. She was born in 1960 and raised in San Ramón of Alajuela, when it was a rural town, and her whole life she would break away from the mandates of what it meant to be a woman.
With El Reguero (Costa Rican lesbian group) she organized lesbian festivals for over a decade, fun-filled formative spaces to come together at a time when the Costa Rican government and society persecuted and criminalized the lesbian existence. For hundreds of women the lesbian festivals where the only place they could be themselves and come together with others like them.
Roxana would often say founding political parties was one of her hobbies. “It’s important for people to understand there are other ways to do politics, that many issues need to be solved collectively”. She was one of the founders of the New Feminist League and VAMOS, a human rights focused political party.
“The philosophical trade is meant to jab, to help people ask themselves questions. A philosopher who doesn’t irritate anyone is not doing her job”. For 30 years Roxana taught philosophy at several Costa Rican public universities. Through her guidance, generations of students reflected about the ethical dilemmas in science and technology.
Roxana’s favourite tool was humour, she created the Glowing Pumpkin award, an acknowledgement to ignorance that she would bestow upon public figures, through her social media channels, mocking their anti-rights expressions and statements.
An aggressive cancer took Roxana at the end of 2019, before she could publish a compilation of her poems, a departing gift from the creative mind of a feminist who always raised her voice against injustice.
Contesting the premise that a country’s economy must always ‘grow or die’, de-growth propositions come to debunk the centrality of growth measured by increase in Gross domestic product (GDP).
A de-growth model proposes a shift towards a lower and sustainable level of production and consumption. In essence, shrinking the economic system to leave more space for human cooperation and ecosystems.
The proposal includes
Feminist perspectives within de-growth theory and practice argue that it also needs to redefine and revalidate unpaid and paid, care and market labour to overcome traditional gender stereotypes as well as the prevailing wage gaps and income inequalities that devalue care work.
Нет, мы высоко ценим вашу работу, но в данный момент мы не просим откликов от женских и феминистских фондов. Мы будем рады, если вы поделитесь информацией об опросе со своими партнерками(-рами) и контактами внутри феминистской сети.
«Yo no planeaba ser una cantante, el canto planeó estar en mí.» - Dorothy Masuka (entrevista de Mail & Guardian)
Una de estas canciones, titulada «Dr. Malan» (por el político pro-apartheid D.F. Malan) fue prohibida. Luego, en 1961, grabó «Lumumba», una canción sobre el asesinato del líder anticolonial Patrice Lumumba. El trabajo y el activismo de Dorothy atrajeron la atención de la División Especial de la policía sudafricana, y fue forzada a un exilio político que se prolongaría durante tres décadas. Durante ese tiempo, trabajó con grupos independentistas, incluido el Congreso Nacional Africano. En 1992, cuando el apartheid comenzó a desmoronarse y Nelson Mandela fue liberado de prisión, Dorothy regresó a Sudáfrica.
Su trabajo incluye la primera canción que grabó, en 1953, titulada «Hamba Notsokolo», que fue un éxito durante la década de 1950, y hoy es un clásico muy valorado. También escribió «El Yow Phata Phata», una canción que fue adaptada por Miriam Makeba, quien hizo de «Pata, Pata» un hit internacional.
Arraigados en la resistencia, la música y el activismo de Dorothy (popularmente conocida como «Auntie Dot» [«Tía Dot»]) estaban entretejidos, y dejaron un legado magnífico e inspirador.
Dorothy falleció en Johannesburgo el 23 de febrero de 2019 a la edad de 83 años, por problemas de salud.
Entrevista a Dorothy Masuka de Mail & Guardian (en inglés)
Escucha su música:
Ultra conservative actors have developed a number of discourses at the international human rights level that call on arguments manipulating religion, culture, tradition, and national sovereignty in order to undermine rights related to gender and sexuality.
Anti-rights actors have increasingly moved away from explicitly religious language. Increasingly, we see regressive actors - who may previously have derided human rights concepts - instead manipulating and co-opting these very concepts to further their objectives.
This emerging and successful discourse appears innocuous, but it functions as a useful umbrella theme to house multiple patriarchal and anti-rights positions. The ‘protection of the family’ theme is thus a key example of regressive actors’ move towards holistic and integrated advocacy.
The language of ‘protection of the family’ works to shift the subject of human rights from the individual and onto already powerful institutions.
It also affirms a unitary, hierarchical, and patriarchal conception of the family that discriminates against family forms outside of these rigid boundaries. It also attempts to change the focus from recognition and protection of the rights of vulnerable family members to non-discrimination, autonomy, and freedom from violence in the context of family relations.
The Holy See and a number of Christian Right groups seek to appropriate the right to life in service of an anti-abortion mission. Infusing human rights language with conservative religious doctrine, they argue that the right to life, as set out in the Universal Declaration of Human Rights and the International Covenant on Civil and Political Rights, applies at the moment of conception.
The discourse has no support in any universal human rights instrument. Yet this is an appealing tactic for anti-rights actors, because the right to life cannot be violated under any circumstances and is a binding legal standard.
Anti-rights actors use a number of rhetorical devices in their campaign to undermine sexual rights: they argue that sexual rights do not exist or are ‘new rights,’ that they cause harm to children and society, and/or that these rights stand in opposition to culture, tradition or national laws.
Conservative actors engaged in advocacy at the UN attack the right to comprehensive sexuality education from several directions. They claim that CSE violates ‘parental rights’, harms children, and that it is not education but ideological indoctrination. They also claim that comprehensive sexuality education is pushed on children, parents, and the United Nations by powerful lobbyists seeking to profit from services they provide to children and youth.
Attempts to invalidate rights related to sexual orientation and gender identity have proliferated. Ultra conservative actors argue that application of long-standing human rights principles and law on this issue constitutes the creation of ‘new rights’; and that the meaning of rights should vary radically because they should be interpreted through the lens of ‘culture’ or ‘national particularities.’
Christian Right organizations have been mobilizing against reproductive rights alongside the Holy See and other anti-rights allies for several years. They often argue that reproductive rights are at heart a form of Western-imposed population control over countries in the global South. Ironically, this claim often originates from U.S. and Western Europe-affiliated actors, many of whom actively work to export their fundamentalist discourses and policies.
Regressive actors also cite to ‘scientific’ arguments from ultra-conservative think tanks, and from sources that rely on unsound research methodologies, to suggest that abortion causes an array of psychological, sexual, physical, and relational side effects.
Just as anti-rights actors aim to construct a new category of ‘protection of the family,’ they are attempting to construct a new category of ‘parental rights,’ which has no support in existing human rights standards.
This discourse paradoxically endeavours to use the rights protections with which children are endowed, as articulated in the Convention on the Rights of the Child, to support the rights of parents to control their children and limit their rights.
Increasingly, anti-rights actors are attempting to infiltrate and subvert standards and discourses developed by women human rights defenders, such as violence against women (VAW).
At the Commission on the Status of Women and other spaces, one rhetorical move is to treat VAW as a concept in which to embed anti-reproductive rights and patriarchal arguments. Ultra conservative actors, for example, have argued that non-heteronormative or traditional intimate partner relationships are a risk factor for violence, and emphasize that fathers are necessary to protect families from violence.
The Holy See has set off a sustained critique of gender, ‘gender ideology’, ‘gender radicals,’ and gender theory, and anti-rights actors often read the term as code for LGBTQ rights. Gender is used by the religious right as a cross-cutting concept that links together many of their discourses. Increasingly, the hysteria on this subject fixates on gender identity and trans rights.
Complementarity of the sexes is a discourse employed by a number of ultra-conservative actors today. Its rhetoric is structured around an assumption of difference: men and women are meant to have differing but complementary roles in marriage and family life, and with respect to their engagement in the community and political and economic life.
Reference to ‘natural’ roles is meant to fundamentally reject universal human rights to equality and non-discrimination.
It is also used to justify State and non-State violations of these rights, and non-compliance with respect to State obligations to eliminate prejudices and practices based on stereotyped roles for men or women.
This discourse suggests that national governments are being unjustly targeted by UN bodies, or by other States acting through the UN. This is an attempt to shift the subject of human rights from the individual or marginalized community suffering a rights violation to a powerful and/or regressive institution - i.e. the state, in order to justify national exceptions from universal rights or to support state impunity.
Anti-rights actors have taken up the discourse of freedom of religion in order to justify violations of human rights. Yet, ultra-conservative actors refer to religious freedom in a way that directly contradicts the purpose of this human right and fundamentally conflicts with the principle of the universality of rights. The inference is that religious liberty is threatened and undermined by the protection of human rights, particularly those related to gender and sexuality.
The central move is to suggest that the right to freedom of religion is intended to protect a religion rather than those who are free to hold or not hold different religious beliefs.
Yet under international human rights law, the right protects believers rather than beliefs, and the right to freedom of religion, thought and conscience includes the right not to profess any religion or belief or to change one’s religion or belief.
The deployment of references to culture and tradition to undermine human rights, including the right to equality, is a common tactic amongst anti-rights actors. Culture is presented as monolithic, static, and immutable, and it is is often presented in opposition to ‘Western norms.’
Allusions to culture by anti-rights actors in international policy debates aim to undermine the universality of rights, arguing for cultural relativism that trumps or limits rights claims. Regressive actors’ use of cultural rights is founded on a purposeful misrepresentation of the human right. States must ensure that traditional or cultural attitudes are not used to justify violations of equality, and human rights law calls for equal access, participation and contribution in all aspects of cultural life for all, including women, religious, and racial minorities, and those with non-conforming genders and sexualities.
Anti-rights actors in international policy spaces increasingly manipulate references to universal or fundamental human rights to reverse the meaning of the universality of rights.
Rather than using the term universal to describe the full set of indivisible and interrelated human rights, ultra conservative actors employ this term to instead delineate and describe a subset of human rights as ‘truly fundamental.’ Other rights would thus be subject to State discretion, ‘new’ rights or optional. This discourse is especially powerful as their category of the truly universal remains unarticulated and hence open to shifting interpretation.