Jean-Marc Ferré | Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)
A general view of participants at the 16th session of the Human Rights Council in Geneva, Switzerland.

Special Focus

AWID is an international, feminist, membership organisation committed to achieving gender equality, sustainable development and women’s human rights

Human Rights Council (HRC)

The Human Rights Council (HRC) is the key intergovernmental body within the United Nations system responsible for the promotion and protection of all human rights around the globe. It holds three regular sessions a year: in March, June and September. The Office of the UN High Commissioner for Human Rights (OHCHR) is the secretariat for the HRC.

The HRC works by:

  • Debating and passing resolutions on global human rights issues and human rights situations in particular countries

  • Examining complaints from victims of human rights violations or activist organizations on behalf of victims of human rights violations

  • Appointing independent experts (known as “Special Procedures”) to review human rights violations in specific countries and examine and further global human rights issues

  • Engaging in discussions with experts and governments on human rights issues

  • Assessing the human rights records of all UN Member States every four and a half years through the Universal Periodic Review

Learn more about the HRC


AWID works with feminist, progressive and human rights partners to share key knowledge, convene civil society dialogues and events, and influence negotiations and outcomes of the session.

With our partners, our work will:

◾️ Monitor, track and analyze anti-rights actors, discourses and strategies and their impact on resolutions

◾️ Raise awareness of the findings of the 2017 and 2021 OURs Trends Reports.

◾️Support the work of feminist UN experts in the face of backlash and pressure

◾️Advocate for state accountability
 
◾️ Work with feminist movements and civil society organizations to advance rights related to gender and sexuality.
 

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Rosa Candida Mayorga Muñoz

Rosa Candida Mayorga Muñoz était une travailleuse sociale, leader syndicale et défenseure des droits humains du Guatemala. On la surnommait affectueusement Rosita. 

Dans les années 1980, Rosa devient la première femme à siéger au comité exécutif du syndicat de l’Institut d’électrification nationale (STINDE), syndicat qu’elle avait rejoint en premier lieu pour défendre les droits des femmes au travail. Cela signifiait, à ses yeux, de lutter pour l’égalité des chances dans une entreprise où de nombreuses femmes affrontaient un système discriminatoire et violent mis en place par la direction de l’entreprise. Rosa avait également subi du harcèlement sexuel sur son lieu de travail, tant de la part de collègues que de responsables. Elle n’entendait cependant pas rester silencieuse. 

Rosa a continué à se battre et fait partie des efforts pour façonner la lutte afin qu’elle prenne la forme du « Pacte collectif pour les conditions de travail du INDE-STINDE ». Ce pacte était le premier du genre et le premier au Guatemala à caractériser le concept de harcèlement (sexuel). Il fait désormais référence dans la loi guatémaltèque pour les questions de travail, et sert d’encouragement aux autres syndicats.

« Elle n’avait d’autres outils pour se battre que ses propres idéaux... Elle a été intimidée à plusieurs reprises, harcelée pour abandonner la lutte, mais son courage a fait naître l’espoir chez les syndicalistes de la base. Rosita a créé une image de respect non seulement au sein de son syndicat mais également face aux autorités de l’institution et au sein du mouvement des femmes. Elle a été reconnue comme une pionnière du mouvement des femmes du syndicat, dans un espace qui avait davantage été dominé par les hommes. » - Maritza Velasquez, ATRAHDOM

Rosa est décédée le 4 avril 2018, elle avait 77 ans.

What are some of the debates and conflict areas?

Snippet FEA We are living in a world left (FR)

Nous vivons dans un monde où la destruction de la Nature alimente notre économie mondiale actuelle.

AWID Community Jobs board - FR

Bourse d'emploi communautaire

Êtes-vous à la recherche d'un emploi? L'un des avantages de rejoindre la Communauté de l'AWID est d'avoir accès à notre tableau d'offres d'emploi organisé par la communauté. Vous aurez l'occasion d'explorer de nouvelles opportunités et vous aurez également la possibilité de partager des postes vacants et des appels à propositions avec tous les membres.

Con-versandamos

Gracias, Ángela y Pilar.

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Yannia Sofía Garzón Valencia Portrait

Yannia Sofía Garzón Valencia: Soy Mujernegra y tejedora comunitaria. Vivo en Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. Me interesan los procesos creativos que producen organización para sostener la vida colectiva. Me gusta conversar y cocinar, investigar y analizar, sembrar y aprender de plantas, leer y jugar. Actualmente coordino el Observatorio sobre violencia basada en género contra personas Afrodescendientes en Colombia. (@VigiaAfro).


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Cover image for Article Moving Conversation

Las tres “compartíamos” la tarde en un barrio del sur de Bogotá.

Como pocas veces ocurre, había una amplia área verde para jugar y nos sentamos en unos banquitos de madera bajo un árbol de sauco. Por fin experimentábamos la sensación de otras formas del amor – estar por el gusto de estar y el placer de escucharnos. Estas conversas para mí hacen parte de las más recientes expresiones de amor que la vida me ha permitido. Formas que no sabía que eran posibles, que se quedan afuera de un taller o de un espacio militante, de un salón de clases o de una oficina de trabajo. Pasamos la tarde entre amigas donde el color de piel de las tres no fuese un tema para hacernos las ciegas y sí una experiencia para intimar sobre los parecidos y diferencias entre nuestras experiencias de infancia y juventud. 
 
Hasta hoy me resultan nutritivas y resignificadoras aquellas charlas que se eximen de alguna tarea pendiente del movimiento negro en Colombia con la cercanía tejida del encuentro, de reconocernos, y en ese reconocernos, de identificar las particularidades que tiene liberarnos. Y de que no hay un solo camino sino muchos caminos de liberación – caminos que habitamos cada vez que dijimos no y nos rebelamos, y que lejos de incomodarnos, nos encontramos en nuestra autenticidad hecha de debilidad y fortaleza, que en lugar de separarnos, nos junta. 
 
Nuestro propósito para hacer esa hermosa tarde fue estar. Ser conscientes de estar entre nosotras. Transitamos para que los recuerdos que quedaran sean aquellos que imaginamos por decididos, sean nuestros y no los que el miedo filtra, acomoda y permite. Recordamos fragmentos exactos de programas; cantamos coros de canciones y a lxs artistas que nos educaron en qué iba eso de amar bien, odiar bien, insultar como la mejor villana, sufrir como la mejor protagonista. Nos contamos travesuras en el colegio, lo que nos quedaba dentro del inconsciente después de la exposición a tantas formas mediáticas de decir lo mismo: durante la época del colegio, desde las maestras y las religiosas, la sobreexposición se nos hace a las mujeres para que nos identifiquemos en la aspiración de cenicienta, la conducción y apropiación para nuestras vidas del drama de la muchacha empobrecida y disminuida que precisa completar el valor de ella misma en el acto redentor de nuestra condición, y del que solo es capaz la mirada de un hombre, que como mínimo ha de ser blanco, merecedor de nuestra entrepierna – su supuesta “máxima aspiración” – y la “perfecta realización de nuestros sueños” la que debe ser nuestra.
 
Aquella tarde éramos tres, y cada una de nosotras criadas en diferentes lugares del país, pero era fascinante coincidir al repetir de memoria frases y situaciones de canciones y novelas, que a veces – nos dimos cuenta hablando, conociéndonos – mantuvieron algunos códigos, símbolos que se reprodujeron con algunas variaciones en nuestras casas, en nuestras relaciones primeras dentro del barrio y en el colegio. Educadas en y para el “drama” – ¿así se llama al género taquillero? – que llega a ser más drama y mayor merecimiento, el tema de “cómo y en qué situaciones es válido y legítimo sufrir” se transforma también – y esto es importante – en cómo debe ser la actitud, cómo debe verse y cómo debe hacer y ser quien sufre. Por tanto, algunas conseguimos sacarnos de nosotras mismas, y por todo significado de amor “aprendimos” que aquel que nos toca a nosotras, solo lo podíamos aprender adultas, rompiendo las ilusiones, aceptando el pecado natural, el conocimiento de la producción industrial de una virgen maría a la que no queremos parecernos, a la que no nos cabe dentro de lo que entendemos, y los desengaños que esta alineación nos reserva.
 
Luego de cantar, pasamos por las exploraciones sexuales tempranas. Nunca pensé que la mayoría de personas pasamos por ahí antes de los nueve años, y que aún en la adultez, hoy esas experiencias, esos recuerdos, son carga pesada y que incluso hoy, en miles de lugares, millones de niñas y niños son cercenados en su inocencia por la ausencia de confianza y la ignorancia que les ofrecemos para que reconozcan sus cuerpos. Culpar la curiosidad, valiosa fórmula de control. Retomamos conversas breves que habíamos tenido derivadas de nuestro rehacernos la historia de nuestra vida desde nuestro ser maldecido negro y por nosotras renacido. Recordamos que muchas de nuestras tías y primas fueron saliendo de sus casas, de ombligo, de su arraigo, para buscar un futuro afuera, en otro lugar.

El futuro exige el precio de reacomodar las relaciones que nos han hecho desde la infancia y colocarlas en un cuarto de olvido, fundantes, pero no relevantes para avanzar. Progresar fue para nosotras memorizar qué nos hacemos a nosotras mismas con las oportunidades que encontramos en otro lugar, que el otro lugar y no nosotras es dónde habita la oportunidad, que estamos disponibles, que hay que estar afuera. Sin embargo, para muchas de nuestras tías y primas, a cambio de la oportunidad que pocas veces llegaba de ser matriculadas y mantenidas en el colegio nocturno o un sabático por su trabajo doméstico, lo que sí llegaba con puntualidad de factura de servicio público, era la de convertirse en la primera experiencia sexual de parientes que vivían en ese futuro por el que ellas mismas y otrxs antes de ellas ya habían pagado y cuyo precio habían olvidado. Ese legado no lo seguiremos.

"Aprendió que el cuidado del vientre es un asunto de mantener sus tejidos en calor, de evitar los fríos que entran por la molleja encima de la cabeza, por los pies, por las orejas, para que no doliera especialmente en tiempos en que la luna baja, que para eso hay que cuidar lo que se come y no se come, cómo se viste y cómo se camina, que esto tiene que ver en todo momento con la salud de las niñas."

En Colombia y en América Latina se implementó con mucho éxito un manual de conducta llamado “La Urbanidad de Carreño.” Hasta la década de los 90’s y tanto en colegios públicos como privados fue de obligatoria lectura. Mi mamá que fue recogida por monjas carmelitas, lo conocía de pe a pa: el manual efectivamente condicionaba la mirada sobre los cuerpos. La primera vez que lo leí tuve que parar varias veces para sobarme el estómago que me dolía de tanto reír. Tiene instrucciones tan ridículas como la de ducharse con los ojos cerrados y apagar la luz al momento de ponerse la ropa de dormir. Los capítulos hacían referencia a cómo estar en la casa, en la calle, en una cena, en una comida – en otras palabras, las normas del buen gusto y de la etiqueta. El deber ser de la ciudadanía de bien, la civilidad que permitía distanciarse de los valores de la vida en el campo. El mismo manual indicaba que saludar de grito a alguna persona conocida que se encontrara al otro lado de la calle era indecoroso; la buena educación es cruzar la calle, así como los hombres deben quitarse sus abrigos, para ponerlos en los charcos de agua toda vez que fueran acompañados de mujeres que no debían mojarse el calzado. Pensaba en los saludos de un lado al otro lado del río, y en el calor que hace en los lugares donde hacemos la vida que no nos pide abrigo. 
 
Este señor Carreño se contrasta grandemente con el abuelo de otra mujer mayora oriunda de Turbo. Ella compartió una vez que su abuelo era un sabio, que de él aprendió a partiar, a cuidarse el cuerpo. Aprendió que el cuidado del vientre es un asunto de mantener sus tejidos en calor, de evitar los fríos que entran por la molleja encima de la cabeza, por los pies, por las orejas, para que no doliera especialmente en tiempos en que la luna baja, que para eso hay que cuidar lo que se come y no se come, cómo se viste y cómo se camina, que esto tiene que ver en todo momento con la salud de las niñas. La mayora dice que de su abuelo devoto aprendió que los cólicos se hicieron más comunes cuando las casas dejaron de tener piso de tierra y/o madera. Cuando llegó el concreto y la baldosa, cuando el material de la casa permitió que el frio entrara por los pies, con ellos aumentó la tensión en el tejido de los vientres.
 
Sorprendidas de nuevo. La distancia entre la consciencia de la vida de Don Carreño y la del sabio abuelo, es la misma distancia entre lo que se dicta para el comportamiento adecuado, y cómo se ven incapacitados el impulso y los sentidos, incluso el sentido común que gusta de la salud. En ese momento podía entender otra de las tantas maneras en cómo el cemento obstruye nuestra forma de respirar de la tierra, y de nosotras como parte de ella. No había dimensionado que hubo, y aún hay, arquitecturas y materiales pensados para el cuido de nuestros cuerpos. En Colombia como en muchos otros países, el material del que está hecha la vivienda hace parte de los indicadores del índice de pobreza multidimensional: la vivienda que está construida en cemento aleja al hogar de ser leído como pobre, y así podríamos seguir rastreando el desaliento con el que el progreso nos arrastra en abandonar la relación de nuestro entorno con nuestro cuerpo. El buen gusto y la civilidad nos encamina hacia afuera: avanzar – mienten – está allá afuera.
 
Nos molestó un poco caer en cuenta juntas de cómo nuestras mamás o nuestros papás no nos dijeron palabra alguna de la menstruación, salvo cuando la mancha marrón ya había embadurnado los calzones. Ni nos alejaron de la vergüenza que se supone era apenas natural sentir una vez estuviera allí, acompañada de los retortijones en el vientre muchas veces acallados por las labores de faena, que se llaman quistes, miomas, hematomas – asesinaron y olvidaron a nuestras abuelas que habían averiguado y olvidaron los tratamientos para sanarlos. Que su aliento, enfriado cada vez más por ese afuera, heló la familiaridad y en lugar de calentar nuestros vientres, sentenció consejos parecidos más a las advertencias sobre lo único que les importa a los hombres. Generalizando a todos los hombres – legitimando el rol saqueador del pene, y que la única opción para esos cuerpos con pene es tomar aquello que tenemos entre las piernas. La inmutable e instalada naturalización de las múltiples variaciones de esta verdad. Y generalizar para todas las mujeres que debemos preservarlo para uno, el que lo meta primero, el que dé algo a cambio, y que somos mujeres únicamente por eso, por aspirar a/y dejarlo meter. De niña exploré penesitos y clitorisitos, y entre juegos la pregunta al oído que en esas ocasiones hacía cuando era entre mujeres fue: ¿esta vez a quién le toca hacer de hombre y a quién hacer de mujer? Por respuesta: principios de orgasmitos independientemente de con quién. Supongo que ocurre parecido entre los cuerpos de los hombres también.

"Podía entender otra de las tantas maneras en cómo el cemento obstruye nuestra forma de respirar de la tierra, y de nosotras como parte de ella. No había dimensionado que hubo, y aún hay, arquitecturas y materiales pensados para el cuido de nuestros cuerpos."

Experiencias y exploraciones de nuestras tías, primas y conocidas se volcaron hacia el cuerpo y su desnudez como tabú. Evadieron expresarla, enunciarla, hasta el punto de encubrirla, asignando nombres para sus funciones, de excretar, de expulsar, de procrear, y para nosotras de recibir. A propósito, compartí una reflexión que salió de escuchar una mayora en un taller; ella decía que, en el tiempo de vivir con su abuela, la recordaba durmiendo con un ojo abierto y otro cerrado y con una escopeta al lado del colchón. Al menor ruido en la noche, la accionaba sin chistar, situación no poco habitual en algunos territorios del pacífico colombiano donde hay un comportamiento nocivo y normalizado; y es que hombres casados y solteros que sienten gusto por una joven, se le meten en la habitación de noche – “gateada” entendemos, “gateada” decimos. El asunto de hacerle justicia a la joven, era un cálculo de riesgo: si las autoridades de la casa se daban cuenta y había o no abuso, podían herirlo y hasta matarlo. 
 
Una práctica de justicia propia y directa, que tiene consecuencias que hasta hoy no han acabado con el gateo. En ese mismo taller – seguía compartiendo con mis hermanas – otras participantes dijeron que ni ellas ni sus mamás dejaban a sus hijas con sus padres a la hora del baño, a menos que llevaran ropa interior. En esas recordé la voz de mi papá diciéndome cuando yo tenía siete años, su mamá nunca ha dejado que yo la bañe. Les compartí esto y, todo lo contrario, una de ellas nos compartió que en cambio su papá la bañaba desnudita en el patio de su casa de infancia hasta que tuvo siete años, y que luego hasta los nueve lo hacía su hermano mayor. Ella nunca sintió un dejo de mirada extraña por parte de ellos; para ellos, decía, era parte de las tareas del cuidado con la consentida. Recuerda ser vista como lo que era: una niña hija, una niña hermana peleada con el agua. 
 
De nuevo la infancia, ayer y hoy. Nos sorprendió escucharla, me consoló saberlo. Ya había sido diferente en otros lugares y el padre de mi hija hasta casi los dos años la bañó en la tina. Incluso antes de que cumpliera dos años le pegaba un poco en las nalgas hacia arriba, según él, para hacerlas más grandes. Acá se pueden conversar sobre otras dimensiones de cómo hacemos los cuerpos, pero es para otro cuento. Para mí, se trataba de una tarea de cuidado entre tantas del reparto que acordamos antes de que ella naciera. Y la decisión de no ver en cada hombre un violador al acecho, no significa que no lo sean, sino que también pueden dejar de serlo. También hay hombres y cuerpos de hombres que por crianza nunca lo han sido. 
 
También pasa ahora. Le pasó a nuestra amiga y a mi hija. Me quedé pensando: ¿cómo puede ser que algunas mujeres pudieran formar una pareja en la que no les pueden dejar el cuidado de sus hijas? Estoy segura que mi mamá amó a mi papá. Y aunque pocas veces hablamos sobre la mujer que fue antes de ser mi mamá, sé que sus experiencias de abuso no se comparan en brutalidad y permisividad como las de ahora y sin embargo es una decisión – de muchas mujeres en muchos lugares. Lo que me lleva a otras preguntas: ¿Qué tan frecuente, tan reiterados los casos de abuso que en nuestra familia extensa fueron, que las madres prohibieron perceptible o imperceptiblemente a sus parejas bañar a sus hijas?, ¿Tiene que ver con toda esa sobreexposición mediática a la que somos expuestxs casi desde el nacer?, ¿Qué hace posible el desdibujamiento del lazo familiar y lo deja solo en un lazo de satisfacción corporal?, ¿Es la proximidad a los valores de la urbanidad que con tanto celo cuida de las correctas formas de los cuerpos femeninos como objetos de deseo, e impulsa a los cuerpos masculinos a actuar como poseedores y conquistadores, cumpliendo el mandato que debe ser imitado de la representación a la que mediáticamente les exponen para sentirse tranquilos en su identidad?, ¿Es el cemento y otros códigos como el de la urbanidad de Carreño el que lo soporta?, ¿El olvido de las relaciones que establecemos en función de obtener progreso, lo que lo provoca, el insistente hacer para afuera?, ¿Qué pasa con los aprendizajes de nuestra época, de quienes a escondidas o no, tuvimos exploración sexual infantil?, ¿Anulados por la culpa?, ¿Germen de la desconfianza y la vergüenza hacia la desnudez?, ¿Germen de la desconfianza y la vergüenza hacia estar adentro de si mismx? ¿No son estos aprendizajes, posibilidades para confiar en abordar la desnudez de los cuerpos dentro del respeto a sí mismx y otrxs? Estas preguntas nacen porque hay espacios de confianza, donde el miedo a decir cómo se piensa y siente está espantado por el propósito de acompañarnos. Imagino cuantas hay en tantos rincones de este planeta y estoy muy segura que no son preguntas nuevas, que hay mensajes repetidos en ellas y que nos encontramos viviendo sus respuestas.

Decorative Element

Cover image for Communicating Desire
 
Explorar Corporalidades Transnacionales

Esta edición en alianza con Kohl: una publicación para Body and Gender Research analizará soluciones, propuestas y realidades feministas para transformar nuestro mundo actual, nuestros cuerpos y nuestras sexualidades.

Explorar

Cover image, woman biting a fruit
 

التجسيدات العابرة للحدود

نصدر النسخة هذه من المجلة بالشراكة مع «كحل: مجلة لأبحاث الجسد والجندر»، وسنستكشف عبرها الحلول والاقتراحات وأنواع الواقع النسوية لتغيير عالمنا الحالي وكذلك أجسادنا وجنسانياتنا.

استكشف المجلة

FRMag - Roots of Love and Resilience

Kunyit Asam : Les racines de l’amour et de la résilience

par Prinka Saraswati

Les cycles menstruels sont généralement d’une durée de 27 à 30 jours. Pendant cette période, les règles elles-mêmes ne durent que 5 à 7 jours. L’épuisement, les sautes d’humeur et les crampes sont le résultat de l’inflammation qui se produit alors. (...)

Lire

< illustration : « Mouvement féministe », Karina Tungari

Esther Mwikali

Esther Mwikali’s home was in Mithini village, Murang’a County, Kenya. A prominent and valued land rights activist, she looked into abuses against squatters who are living on land claimed by tycoons. The investigation Esther was part of also involved land rights’ violations in Makuyu by powerful individuals.

After failing to attend a village meeting, a search party went looking for Esther. On 27 August 2019, two days after her disappearance, her body was found on a farm near her homestead, displaying signs of torture. She was brutally murdered. 

“Esther was renowned for her work to prevent community members being evicted from land claimed by tycoons. Local activists had no doubt her murder was related to the area’s ongoing land struggles, a tragic reminder of the alarming regularity with which extra-judicial killings are routinely carried out in Kenya,” - Global Witness Report, July 2020

“We associate Mwikali’s death with land struggles around here. We are asking the Government to investigate the matter without delay.” - James Mburu, spokesperson for the squatters

“Action should be taken on individuals who are alleged to have threatened the squatters including Mwikali's family.” - Alice Karanja, National Coalition of Human Rights Defenders

“The impact of her work and tenacity will remain alive in Kenya for decades. CJGEA consoles with the bereaved and it calls for justice.” - Center for Justice and Governmental Action (CJGEA) Press Release, 13 September 2019

No puedo presentar una propuesta escrita, ¿aceptan otros formatos?

Como expresión de nuestro compromiso con hacer que todos los aspectos del Foro AWID sean accesibles, aceptaremos propuestas en forma de audio/video cuando se trate de personas/organizaciones/grupos que no puedan enviarlas por escrito. Si decides enviar tu propuesta en formato de audio/video, por favor responde las preguntas en el mismo orden en que aparecen en el Formulario para Presentar Actividades.

Para presentar un archivo de audio/video, por favor escríbenos utilizando nuestro formulario de contacto. Seleccione «propuesta de actividad» como asunto de mensaje.

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Snippet - That Feminist Fire Podcast Trailer (ES)

Snippet - CSW69 Image - EN

Image promoting AWID's participation at CSW69

Lettre d’amour aux mouvements féministes : les au revoir de Hakima et Cindy

Une image représentant une feuille de papier scrapbooking avec la phrase Lettre d’amour aux mouvements féministes : les au revoir de Hakima et Cindy

Chers mouvements féministes,

Vous nous avez accueillies à bras ouverts lorsqu’il a été annoncé en 2016 au Forum de l’AWID à Bahia que nous serions toutes deux codirectrices exécutives de l’AWID. Nous pensions alors que tout était possible, nous allions construire une oasis féministe qui nourrirait nos combats collectifs à venir. Nous avons quitté Bahia avec un sens aigu de nos nouvelles responsabilités, nous engageant à vous servir de notre mieux et à diriger l’AWID de la manière la plus efficace et la plus soutenante pour vous.

Il est maintenant temps pour nous de laisser la place à un nouveau leadership !

Plus de cinq ans après le début de cette aventure, nous avons décidé de faire coïncider la fin du cycle stratégique actuel de l’AWID avec l’arrêt de notre codirection. Nous pensons que c’est le moment idéal de quitter nos fonctions et de soutenir la relève. Nous pensons en effet que le leadership féministe transformateur est cyclique.

Nous avons pleinement conscience de l’opportunité qui nous a été donnée de jouer un rôle dans les 40 ans d’histoire de l’AWID, de soutenir et mener l’organisation tout au long du difficile contexte de la pandémie mondiale et des nombreuses crises qui se sont succédé.

Mouvements féministes, nous savons que vous ferez partie de notre prochaine aventure, quelle qu’elle soit. Vous nous enseignez sans relâche la force et la résilience. Nous changeons de fonction, mais nous continuerons collectivement à progresser ensemble.

Comment nous avons avancé

Nous avons des souvenirs très clairs de ceux d’entre vous en Indonésie, en Malaisie, au Népal, en Thaïlande, en Taiwan et ailleurs encore, avec qui nous avons co-créé le Forum de l’AWID, dans la générosité et la spontanéité. Sans aucun doute, notre plus grand regret de ces cinq dernières années est de n’avoir pas pu vous offrir un autre Forum en présentiel.

Dès que la difficile (quoique nécessaire) décision d’annuler le forum de l’AWID a été prise, nous nous sommes centrées sur les questions existentielles avec lesquelles de si nombreuses organisations se débattaient : comment transformer nos manières de travailler pour continuer à être pertinentes, comment prendre en compte la fatigue, la maladie et le deuil qui nous touchent toutes et tous de diverses manières ? Comment construire des relations porteuses de sens, lorsque l’on doit se cantonner aux interactions en ligne ? Il n’y a toujours pas de réponses évidentes à ces questions mais, mouvements féministes, vous avez ouvert la voie.

Nous étions si fières de voir la manière dont les féministes prenaient les rênes d’initiatives visant à atténuer les effets de la COVID-19 sur nos communautés. Les féministes sont les intervenant·es de première ligne dans les crises et nous continuerons à réclamer la reconnaissance et des ressources pour ce travail. Vous avez souvent répondu avec enthousiasme à nos mobilisations, participant de manières toujours plus géniales à notre campagne pour un Sauvetage féministe et ensuite au Festival Crear Résister Transform. Vous vous êtes spontanément jointes à nos actions de plaidoyer, lors d’interventions dans les espaces les droits humains, auprès de responsables des politiques ou de bailleurs de fonds.

Travailler avec vous nous a inspirées, à l’AWID, à prendre une décision importante en matière d’élargissement des possibilités de participation de nos membres sans devoir passer par l’AWID. C’est ce que nous appelons l’approche des adhésions basée sur la solidarité. Nous avons hâte au lancement de la plateforme de la communauté de l’AWID, plus tard dans l’année.

Vous nous avez démontré que, puisque nous ne pouvons pas compter sur le système, le plus important est d’être là les un·es pour les autres. Nous espérons avoir bien réussi, au cours de ces années passées, à créer un espace pour de nouvelles relations approfondies et des possibilités de soutien mutuel et de collaboration.

Nous voulons témoigner à l’équipe actuelle, et précédente, de l’AWID (tant le personnel que les membres du CA), avec qui nous avons eu l’honneur de travailler au cours de ces années, tout notre amour et notre respect. Nous avons appris de chacun·e d’entre vous et sommes profondément reconnaissantes de toutes vos contributions à l’AWID au fil des ans.

Nous avons été les toutes premières codirectrices exécutives de l’AWID. Nous avons beaucoup appris des multiples traditions activistes et communautaires de leadership collectif et des organisations féministes qui l’avaient fait avant nous. Nous savons que nous n’aurions pas pu faire ce travail sans l’autre. Nous avons pu nous appuyer sur les forces l’une de l’autre et nous nous sommes soutenues mutuellement pour faire le meilleur travail possible.

Et maintenant

Nous sommes arrivées à cette fonction ensemble, et repartons ensemble, même si nous décalons nos dates de départ. Nous voulons toutes les deux assurer une transition aussi douce que possible et une arrivée maîtrisée de la nouvelle direction.

Mouvements féministes, vous êtes entre de bonnes mains avec l’équipe de l’AWID. Elle sait ce qu’elle fait. Et nous sommes fières de quitter l’organisation alors qu’elle est si forte et si résiliente. Nous espérons voir bon nombre d’entre vous au Forum de l’AWID en 2024 – vous nous reconnaîtrez facilement, nous serons les deux personnes totalement relax dans l’assemblée !

Nous vous envoyons de l’amour et de la reconnaissance pour tout ce que vous avez fait avec et pour nous. L’impact que vous avez dans nos vies s’étend sur bien plus que les cinq dernières années et continuera, sans aucun doute, bien au-delà.

Cindy et Hakima

FRMag - Armenians

Armenians, Feminism is our Past and Future

by Sophia Armen

Like it or not fierce ungerhouis have been part and parcel to our histories of resistance and are here to stay. (...)

Read

Stacey Park Milbern

"No sé mucho sobre la espiritualidad o lo que sucede cuando morimos, pero mi vida de coreana crip queer me hace pensar que nuestros cuerpos terrenales son sólo una fracción de lo que somos, y no considerar a nuestros antepasadxs es quedarse con solo un atisbo de lo que somos". - Stacey Park Milbern 

Stacey Park Milbern fue una mujer autodefinida como queer, con discapacidad y de color, además de una pionera. Líder y organizadora respetada y de amplia trayectoria en el movimiento por los derechos y la justicia para las personas con discapacidad, también defendió los derechos de muchas otras comunidades, y no solo los de la suya propia. El activismo de Stacey tenía raíces poderosas en su experiencia personal con las intersecciones del género, la discapacidad, la sexualidad y la raza.

Stacey, junto con algunxs amigxs, co-creó el Club de Cultura de Justicia para la Discapacidad, un grupo dedicado a apoyar a varias comunidades, especialmente aquellas más vulnerables, que, entre otras cosas, está ayudando a las personas sin hogar a acceder a recursos durante la pandemia del COVID-19.

También fue coproductora de una campaña con mucho impacto para el documental de Netflix "Crip Camp", integrante de la junta directiva de la Fundación WITH, y dirigió organizaciones a nivel local, estatal y nacional. Stacey escribió además de manera hermosa y poderosa:

"Mis antepasadxs son personas forzosamente separadas de sus amores a causa de la guerra y el desplazamiento. Es gracias a ellxs que hoy conozco el poder de construir un hogar con lo que tienes, dondequiera que estés, con quien quiera que estés. Mis antepasadxs son queers que vivieron en el sur de América. Es gracias a ellxs que entiendo la importancia de las relaciones, del lugar y de vivir la vida al máximo, aunque sea peligroso. Todxs mis antepasadxs conocen el anhelo. El anhelo es a menudo nuestro lugar de conexión..." - Stacey Park Milbern

Stacey nació en Seúl, Corea, y creció en Carolina del Norte, para después continuar con su viaje en el área de la bahía de San Francisco. Stacey falleció por complicaciones de una cirugía en su cumpleaños número 33, el 19 de mayo de 2020.


Para leer un ensayo de Stacey Park Milbern (en inglés)
Para escuchar una entrevista con Stacey Park Milbern (en inglés)
#StaceyTaughtUs: Record your story for the Disability Visibility Project (en inglés)

Tributos:

"Ella fue, como mucha gente diría, una líder nata. En cierta medida, ella lo abarcó todo. ¿Sabes? Ella supo liderar desde la primera línea, desde el medio y también desde atrás.  Era capaz de hacer todo eso de alguna manera." - Andraéa LaVant, activista por los derechos de las personas con discapacidad.

"Qué golpe perder a Stacey cuando nuestras comunidades necesitan de su liderazgo más que nunca, y en un momento en que su fuerza, perspicacia y agallas estaban recibiendo un mayor reconocimiento, más allá de los círculos de las personas con discapacidad, y le ofrecían una plataforma mayor para avanzar con el trabajo de su vida... No tendremos la suerte de aprender hasta dónde su carismático liderazgo nos habría llevado. Pero, sin ningún tipo de dudas: Lo que Stacey nos dio, en un tiempo relativamente corto, continuará beneficiando a otrxs en los próximos años". - Fondo de Educación y Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad (DREDF, por sus siglas en inglés).

¿Qué incluye el costo de inscripción?

El costo de inscripción para el Foro de AWID cubre, para todxs lxs participantes:

  •  Pleno acceso a los cuatro días del Foro
  • Almuerzos y pausas para café/té durante los días del Foro
  • Materiales de consulta
  • Interpretación simultánea durante las plenarias y algunas sesiones/actividades subsidiarias determinadas (inglés, francés, español e idioma local)
  • Participación en la cena/fiesta de celebración
  • Aplicación móvil con programa definitivo y función de chat
  • Servicio de wi-fi gratuito dentro del área de Foro
  • Traslados desde/al aeropuerto y transporte hotel-sede-hotel.

Snippet Stories of Change Full - Download (EN)

Snippet - Rights and Resources - EN

Rights and Resources:
Getting Ready for the Next 30 Years

✉️ In-person registration is now closed. Sign up for the livestream here

📅 Wednesday, March 12, 2025
🕒 12.00-1.30pm EST

🏢 UNDP, 304 E 45th St. Doha Room, 11th Floor (FF Building)

Organizers: UNDP, Femena, SRI and AWID