En todo el mundo la corrupción, que según la define Transparencia Internacional es el “mal uso del poder encomendado para obtener beneficios particulares”, aparece como parte de titulares explosivos en los medios masivos, es utilizada otras veces como pretexto para operaciones políticas, y es sin duda una de las cosas que ha ayudado a ir corrompiendo no sólo el entramado político de muchos países, también el entramado social.
Por Gabriela De Cicco
“Género y corrupción. Las mujeres en la democracia participativa” es un libro de ensayos que invita a reflexionar y re-visitar cómo se entienden los mecanismos de la corrupción, e intenta desarmar la perspectiva esencialista con la que en algunos casos se ha intentado analizar lo relacionado al género y la corrupción.
Los materiales que conforman este volumen provienen de dos instancias. Por una lado las experiencias que estuvieron relacionadas con el proyecto “Mujeres por la equidad y la transparencia” (en inglés Organizing women against Corruption), y por otro, el “Foro Internacional de mujeres contra la corrupción 2008”. La editora es un reconocida y activa feminista de Argentina, Monique Thiteux-Altschul, Directora Ejecutiva de la Fundación Mujeres en Igualdad, que además coordinó el proyecto mencionado anteriormente, y promovió por tres años consecutivos los foros contra la corrupción.
La editora, desde uno de lo prólogos sostiene que el libro evitar caer en el análisis esencialista que “presupone que las mujeres, por el solo hecho de su pertenencia al sexo femenino, serían más éticas que los varones. Se sostiene, en cambio, que una plena participación de las mujeres en la vida pública es una cuestión de justicia, y que la equidad de género lleva al pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de varones y mujeres”.
Uno de los trabajos que expone de manera más rica y desarrollada la conexión entre género y corrupción, es el Lilian Ekeanyanwu, abogada y especialista nigeriana.
No será esta la primera ni la última vez que se mencionan y analizan estos temas en el libro, juntos a los que rondan el acceso al sistema de justicia, el acceso al agua, la redacción de leyes favorables a cuestiones de género pero contradictorias en su redacción.
Volviendo al trabajo de Ekeanyanwu, hacia el final del mismo ella habla de la necesidad de la transversalización de género en las políticas de anticorrupción que tengan los Estados. Esta transversalización debe darse como un proceso, y la autora plantea dos formas de intervención: por una lado “asegurar que las políticas y los marcos contemplen las manifestaciones dispares, los impactos y las divisas, transversalizando el género. De esta manera pueden ser captados los matices desagregados por género y ser encarados con intervenciones específicamente contextualizadas”., y por el otro “asegurarse de que el marco de implementación y los procesos de la cadena sean diseñados para encarar los efectos dispares y acceder a las respuestas específicas de género”.
El libro que cuenta con 13 capítulos, si bien tiene varios trabajos relacionados con la realidad argentina, incluye también textos que recorren las realidades de otras geografías. Desde allí se reflexiona sobre si las mujeres son un arma eficaz en el combate contra la corrupción, y si es deseable que lo fueran; se analiza la relación entre clientelismo, la pobreza y el género; la corrupción en el control del juego y cómo los efectos diferenciales sobre las mujeres; la lucha contra la corrupción en India y el Movimiento por el Derecho a la Información de dicho país. Algunas de las personas que han colaborado entre otras, son: Diana Maffía, Aruna Roy, Mariana Pucciarello, María Elena Naddeo.
“Género y corrupción. Las mujeres en la democracia” (Ed. Libros del Zorzal, 2010) es un título que con seguridad se transformará en referencia sobre este tema y que sin duda alguna tensará y disparará discusiones respecto a temas tan candentes como la trata y la prostitución.