La palabra “trata” sugiere algo muy físico. Las historias acerca de la trata de mujeres suelen incluir detalles como robo de pasaportes, cruce de fronteras y países extranjeros. Pero, ¿qué sucede cuando el mundo virtual de la red toma un concepto que sugiere el movimiento real de personas?
¿Qué sucede cuando se combina la trata con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)?
No parece probable que quien sea que haya acuñado el término “autopista informática” haya previsto que el tráfico que se daría en el Internet sería de personas, a la vez que de información.
De qué manera y en qué medida la Internet y otras TIC están implicadas en la trata es el tema de este artículo.