NOTAS DE LOS VIERNES: En esta última entrevista que forma parte de la conmemoración que estamos realizando por el 20º aniversario de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena en 1993, AWID conversó con la abogada feminista Alda Facio[i] sobre algunos progresos y retos para los derechos de las mujeres en América Latina, y los relacionados especialmente con la violencia contra las mujeres en todas sus formas.
Por Gabriela De Cicco
AWID: En tu opinión, ¿cuánto hemos avanzado en los últimos veinte años en la realización de los derechos humanos universales de las mujeres? Y ¿cuáles serían algunas de las historias exitosas en América Latina?
Alda Facio (AF): En Viena se logró algo que el movimiento de mujeres venía demandando por muchos años, que los derechos de las mujeres sean derechos humanos. Lo que declaró la Conferencia de Viena fue importantísimo, y fue el logro de un lobby que se fue dando en diferentes etapas, con más o menos intensidad, pero que empezó desde que se crearon las Naciones Unidas.
Otro logro es que se declarara la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos. Eso ha tenido también grandes consecuencias y uno es un efecto de lo otro. Y el tercer logro que yo considero importante fue el Protocolo Facultativo para la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer. No se crea el Protocolo allí pero sí se hizo un llamado a los Estados en Naciones Unidas para que se empezara a trabajar en un borrador para un instrumento de esta naturaleza. La CEDAW, la Convención, pasa a ser parte integral de los derechos Humanos, entonces la eliminación de la discriminación contra las mujeres no es algo que sólo tiene que ver con el avance de las mujeres, sino que pasa a ser parte de la teoría de los DDHH: la discriminación contra las mujeres afecta el goce de los DDHH.
Como resultado de haber declarado a la violencia como una violación a los DDHH, es que al año siguiente teníamos la Convención de Belem do Pará. También contamos con una relatora en violencia contra las mujeres, que hizo muchísimo para que se entienda mejor cuáles son las causas de la violencia y qué se puede hacer para erradicarla, en todo el mundo. En todos los países de América Latina hay leyes de violencia, que en muchos casos no se cumplen, pero ya no se puede negar que el problema existe. Los DDHH progresan lentamente, y que ya sea parte del discurso hace que llegue a ser parte de la práctica, pero no puede ser parte de la práctica si ni siquiera en el discurso se reconoce como problema.
AWID: A pesar de la Declaración de Viena y de la Plataformas de Acción y de otras declaraciones y convenciones y otros instrumentos legales, las violaciones a los derechos humanos de las mujeres continúan y a menudo con impunidad. ¿Cuáles son algunas de las nuevas o crecientes violaciones a los derechos humanos que vos ves en la región?
AF: Como la violencia generalizada ha aumentado, pues ha aumentado también la violencia específica contra las mujeres. Porque en un ambiente de mucha violencia y mucha impunidad, la violencia privada en la pareja se invisibiliza también. Me han dicho muchas compañeras que trabajan en Ciudad Juárez, que muchos de esos caso son violencia doméstica, y que los maridos se aprovechan de que hay tanta violencia para matar a la esposa y que parezca que es el crimen organizado. Entonces donde aumenta el crimen organizado, ese ambiente de violencia, permite que surjan otras violencias y que las mismas queden impunes, ya que cuesta diferenciar cuál es, de dónde viene.
A pesar de que ya está en el discurso de los DDHH, muchas veces la violencia permanece y se refuerza porque se la sigue trivializando en el discurso social, en el de la publicidad, en el de todos los días, en los chistes, en la cultura en general, y esa trivialización hace que no se tome en serio y que aumente la violencia porque se considera natural. Hace poco en Costa Rica tuvimos una discusión sobre libertad de expresión, porque un diputado presentó una idea de multar a la publicidad que utilizara los cuerpos de las mujeres de forma indigna. Fue un escándalo, así como "¡Qué barbaridad! Eso es censura!" Pero mientras se siga naturalizando y que bajo la idea de libertad de expresión se usen cuerpos de mujeres en la venta de automóviles, llantas u otros objetos, pues veremos que para la gente continúa creyendo que los cuerpos de las mujeres son cosas, son mercancías, y entonces no pueden ver que la violencia contra las mujeres es una violación a los DDHH.
La reacción de parte de los fundamentalistas se ha incrementado. El pensamiento fundamentalista católico cristiano se ha profundizado, y tiene mucho poder en algunas regiones. Esto afecta directamente a los derechos sexuales y reproductivos, porque el fundamentalismo católico tiene una posición claramente contraria. Eso es un gran obstáculo para la realización de los derechos en nuestra región. Pero de todas maneras se ha avanzado. Ahora se reconoce perfectamente la diferenciación entre derechos reproductivos y derechos sexuales, se reconocen también como parte integral de los derechos humanos.
AWID: ¿Qué papel han jugado los movimientos de mujeres en el avance de lo que has descripto más arriba?
AF: Sin movimiento de mujeres nada de lo que hemos hablado se hubiera logrado. Fue gracias al cabildeo permanente de mujeres en todo el mundo que logramos aquellas tres cosas en la Conferencia mundial de Viena 1993. Y luego ha dependido de ellas poder mantenerlo, el seguir insistiendo sobre nuestros derechos en cada uno de nuestros países, y a nivel regional. Todos estos derechos son de los movimientos de mujeres, y ahora para luchar por los derechos sexuales, son los movimientos LGBTI, que se apoyan sobre los que lograron las mujeres. Sin todo el trabajo que hicimos las mujeres, el movimiento LGBTI no tendría esto de que se reconoce la diversidad en la igualdad, que se reconoce que no hay sólo una manera de ser un ser humano sino que el ser humano se manifiesta de diferentes maneras, de diferentes sexualidades, en un arcoiris de colores, todo esto es gracias al movimiento feminista.
Una cosa importante que tenemos que aprender de estos 20 años es que unidas trabajamos mejor, que trabajando holísticamente, no sólo unidas numéricamente, podemos entender que todo lo que hagamos, la que trabaja en derechos sexuales, la que trabaja en derechos reproductivos, la que trabaja en violencia, todo eso ayuda a tener una concepción más amplia de lo que son los DDHH.
AWID: Como los ODM llegan a su fin en el 2015, y una nueva agenda de Desarrollo se está negociando, ¿cuáles crees que son las amenazas y oportunidades para la promoción de los derechos de las mujeres en las áreas que mencionaste anteriormente?
AF: Para ser más exitosas que en los ODM, hay que asegurarse que la perspectiva de género esté en todo lo que se negocia, en todo lo que se acuerda y no sólo en dos o tres puntos.
Las amenazas provienen de los fundamentalismos económicos y religiosos que quieren compartimentar lo que se entiende por desarrollo. Ellos ven el desarrollo económico totalmente divorciado del desarrollo social, del desarrollo espiritual. Es decir que cada cosa se ve como por su camino y no se ven los vínculos y los efectos que tienen unos en otros; y seguimos entendiendo el desarrollo sólo en términos economicistas, en el que nos ha hecho creer el capitalismo, que sólo si hay crecimiento hay desarrollo.
Tenemos la oportunidad de que se entienda qué es la perspectiva de género. Es decir que nos tenemos que unir otra vez el movimiento de mujeres, para hacer un lobby muy fuerte y que se entienda que la perspectiva de género tiene que estar en todo, y no sólo en la parte que tiene que ver como un puntito sobre la maternidad, sobre la educación, sino que tiene que ver con la concepción de desarrollo que se maneja en los Estados.
[i] Alda Facio es una abogada feminista, investigadora y escritora que tiene una larga y reconocida trayectoria como defensora y lobbista por los derechos humanos de las mujeres de los años setenta.