El Consejo de Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés) es el cuerpo intergubernamental principal del sistema de las Naciones Unidas responsable de la promoción y protección de todos los derechos humanos en todo el mundo. Celebra tres sesiones regulares por año, en marzo, junio y septiembre. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos es la secretaría del HRC. El 35° período de sesiones del HRC tendrá lugar desde el 6 de junio hasta el 23 de junio de 2017.
Actores ultraconservadores y anti-derechos están operando en espacios internacionales de derechos humanos con impacto, frecuencia, coordinación, recursos y apoyo crecientes. Se están movilizando estratégicamente en espacios de las Naciones Unidas, incluyendo el HRC.
Hicimos dos preguntas a activistas que estarán involucradas en este proceso, para que reflexionaran sobre por qué las feministas deberían implicarse más en las sesiones del HRC, y para que nos hablaran sobre los desarrollos específicos que seguirán en esta sesión.
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Meghan Doherty, responsable de Políticas y Cabildeo (Global) de Action Canada for Sexual Health and Rights
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Cynthia Rothschild, activista lesbiana y de derechos humanos
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Alejandra Sardá-Chandiramani, Directora de Programas de AWID
¿Por qué piensas que lxs feministas deberían involucrarse más en las sesiones del Consejo de Derechos Humanos?
Cynthia Rothschild:
Existen dos conjuntos de razones por las cuales lxs feministas deberían involucrarse en el HRC.
Primero, siempre debemos estar en todas partes, desplegando todas nuestras estrategias, incluyendo aquellas que se necesitan en espacios globales/intergubernamentales. Debemos usar estos sitios para promover nuestras propias agendas y preocupaciones de derechos humanos. Necesitamos usar al sistema de los derechos humanos para promoverlo: los derechos humanos evolucionan y son fluidos, y somos nosotrxs, junto con otrxs activistas y otros movimientos de justicia social, quienes podemos hacer los movimientos para producir cambios notables respecto de los temas de derechos que nos preocupan.
Hemos abierto espacio en derechos sexuales, derechos reproductivos, violencia y discriminación por parte de actores no estatales, y defensoras de derechos humanos, como cuatro ejemplos relativamente recientes del cambio positivo que hemos logrado. Debemos utilizar los espacios intergubernamentales (y al HRC) para educar a aliadxs y opositores, para construir coaliciones y aumentar nuestra propia capacidad de realizar nuestro trabajo y apoyar las agendas de otrxs. Podemos hacer cambios en el HRC, y deberíamos hacerlos.
El segundo conjunto de razones es éste: si las feministas no ocupamos ese espacio en el HRC, se lo estaremos cediendo a quienes buscan atacar los derechos humanos de las mujeres y los derechos relacionados con el género y la sexualidad.
El HRC es también un espacio que los gobiernos y las ONGs con agendas políticas muy conservadoras eligen para hacer su trabajo. Debemos estar ahí para desafiarlos, para exigir que rindan cuentas, y para detener las agendas fundamentalistas.
Alejandra Sardá-Chandiramani:
Los espacios en los que los gobiernos se reúnen para analizar los derechos humanos, como el HRC, pueden fácilmente convertirse en el escenario de gestos puramente formales, con diplomáticxs que se dicen unxs a otrxs qué fantásticxs son. O incluso peor: que usan desvergonzadamente los problemas de derechos humanos para promover otras agendas.
Una forma de «arruinarles la fiesta» es tener una fuerte presencia activista allí, para asegurarnos de que los verdaderos temas de derechos humanos no serán olvidados o trivializados. Y para que esa presencia activista realmente haga una diferencia, necesitamos personas que no quedarán satisfechas con cambios cosméticos, personas que señalarán que la opresión es intrínseca a las estructuras capitalistas y patriarcales en las cuales vivimos, y que todas las opresiones están vinculadas entre sí y se refuerzan unas a otras.
Lxs feministas están entre quienes pueden llevar estas ideas a espacios como el HRC y empujar para que estén realmente al servicio de todos los derechos humanos para todas las personas, de modo que nuestra presencia es fundamental y necesitamos ser muchxs más de lxs que somos en este momento.
Meghan Doherty:
El Consejo de Derechos Humanos, como todas las instituciones, es un sitio del patriarcado que lxs feministas deben desafiar a cada paso y en todos los temas.
Existe una tendencia a aislar los derechos de las mujeres a resoluciones particulares relacionadas con el género, que luego son impugnadas fervorosamente por los Estados, mediante intentos concertados para debilitar la autonomía de las mujeres y las obligaciones de los Estados. La consecuencia es que, por un lado, los derechos de las mujeres son menos visibles en resoluciones centradas en, por ejemplo, situaciones nacionales, y por otro las mujeres son hiperpolitizadas e instrumentalizadas para obtener puntos políticos entre los Estados.
Lxs feministas deben involucrarse en todos estos debates, para presionar a los gobiernos para que cumplan con sus obligaciones respecto de los derechos humanos de las mujeres, para promover un diálogo constructivo que produzca estándares normativos progresistas, y para compartir sus análisis con los Estados, con la sociedad civil, con las agencias de las Naciones Unidas y con los mecanismos del HRC, para que todos los actores interesados reconozcan las formas en que todos los derechos humanos se ven profundamente influenciados por el género y la sexualidad.
What are some of the specific developments that you are keeping your eye on in this session?
Alejandra Sardá-Chandiramani:
Ya hace unos años que un grupo de países socialmente conservadores viene introduciendo resoluciones sobre «Protección de la familia» que atacan algunos de los logros centrales que lxs feministas y otrxs activistas han obtenido dentro del sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas, y también en la consciencia pública de muchos países.
Entre esos logros está la idea de que la familia puede también ser un lugar de opresión (particularmente para mujeres, niñxs, ancianxs, personas con discapacidades y personas cuya identidad de género difiere de la normativa), y que los derechos de lxs individuxs dentro de ella (derecho a la privacidad, a no ser sometidx a violencia, etc.) deben prevalecer por sobre la preservación de «la familia» misma. Y, por supuesto, la idea de que no existe «la familia» como tal, sino más bien que los seres humanos se agrupan por amor y para asistencia mutua en muchas configuraciones diferentes, que pueden reclamar el título de «familias» si quieren.
AWID es parte de una amplia alianza de organizaciones de la sociedad civil que impulsa un Tratado Vinculante sobre Empresas Transnacionales, esto es, una herramienta legal que permita a los gobiernos proteger a las personas de los múltiples daños que las empresas pueden ocasionar para nuestras vidas y nuestro bienestar (si se atreven, por supuesto).
Como parte de esta iniciativa de largo plazo, vamos a tener un evento paralelo sobre «Feminists for a Binding Treaty: Women Challenging Corporate Power» [«Feministas por un Tratado Vinculante: Mujeres que desafían el poder corporativo»] con algunxs de nuestrxs aliadxs, y estaremos en cabildeo activo con los Estados para que apoyen el tratado propuesto. Para nosotrxs, este trabajo es de una importancia crítica, para ocuparnos de las desigualdades de clase estructurales que se ven agravadas cuando inciden también factores como el género, la etnia/raza, la edad, la discapacidad y la sexualidad.
Meghan Doherty:
Varixs Procedimientos Especiales presentarán sus informes, que contienen análisis innovadores sobre sexualidad y género en relación con los derechos humanos.
Por ejemplo, la Relatora Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias trabajó su informe desde una perspectiva de género, que señala que, en algunos casos, negar el aborto seguro puede equivaler a una ejecución arbitraria.
La articulación Sexual Rights Iniciative también se concentrará en varias resoluciones incluyendo Matrimonio infantil, precoz y forzado, Discriminación contra las mujeres, Violencia contra las mujeres y Juventud y derechos dumanos, para asegurarse de que los Estados están avanzando en estos temas, además de monitorear la regresiva resolución «Protección de la familia», que busca debilitar los derechos de las mujeres y brindar protección a los Estados que justifican las violaciones de los derechos humanos dentro del ámbito familiar.
Además, escucharemos atentamente las declaraciones que se realicen durante el día anual de conversación sobre derechos humanos de las mujeres, ya que éstas son a menudo un barómetro del tono político adoptado durante las negociaciones sobre la resolución.
Cynthia Rothschild:
Cada sesión del HRC tiene varios temas importantes en discusión, todos los cuales son de alguna manera relevantes para las mujeres, y temas de género. Todas las discusiones nacionales, y todos los temas fundamentales de derechos humanos (ya sean ejecuciones extrajudiciales, o racismo, o derechos de las personas migrantes, como tres ejemplos de esta sesión del HRC) son relevantes y pueden hacerse relevantes, para los derechos relacionados con el género.
Pero mis intereses específicos en esta reunión tendrán relación con orientación sexual/identidad de género, discriminación contra las mujeres, defensoras de derechos humanos, y fundamentalismos. Y siempre me interesa ver quién está haciendo qué: qué gobiernos se están comportando mal, y qué activistas están eligiendo trabajar sobre esos problemas. Eso es parte del misterio del espacio, también.