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Para lograr un mundo justo y sustentable es necesario desafiar el poder del 1%

Un llamamiento conjunto de las y los líderes de ActionAid, AWID, Civicus, Greenpeace y Oxfam en vísperas del Foro Social Mundial de Túnez.

La creciente brecha y desequilibrio de poder entre la población más rica y el resto está corrompiendo las normas y políticas que nos afectan como sociedad, pues crean un círculo vicioso de una influencia excesiva cada vez más grande y perjudicial. Los esfuerzos mundiales para eliminar la pobreza y la marginación, promover los derechos de las mujeres, defender el medio ambiente, proteger los derechos humanos y propugnar empleos justos y dignos se ven socavados como consecuencia de la concentración de la riqueza y el poder en manos de unos pocos. Las decisiones se están tomando en función de los estrechos intereses de los más ricos y en detrimento de los pueblos en general. Las crisis económica, ecológica y de derechos humanos que enfrentamos están íntimamente relacionadas y se refuerzan entre sí. La influencia del 1% se ha incrementado, está incrementándose y debe ser reducida.

Ante este desafío, necesitamos ir más allá de los paliativos para abordar las causas estructurales de la desigualdad: no podemos depender de las reparaciones tecnológicas —no hay una aplicación para ello; no podemos depender del mercado— sin control agudizará la desigualdad y el cambio climático; y no podemos depender de las élites mundiales —si no las controlamos continuarán reforzando las estructuras y los enfoques que condujeron a donde nos encontramos ahora. Como advierte la Carta de Rustlers Valley a los líderes de la sociedad civil: las organizaciones de la sociedad civil deben ser audaces para construir desde abajo. Debemos ayudar a fortalecer el poder de la gente para desafiar a los poderosos.

La movilización popular y la ciudadanía activa son cruciales para cambiar las desigualdades de poder que están conduciendo a un recrudecimiento de la violación de los derechos y a la desigualdad. Sin embargo, en todas las regiones del mundo, cuanto más se moviliza la gente para defender sus derechos, mayor es la acción represiva que restringe el espacio cívico y político en defensa de los más privilegiados. Por tanto nos comprometemos a trabajar desde el ámbito local, nacional e internacional, junto a otros grupos, para apoyar y defender los derechos universales y proteger el espacio de la sociedad civil. Una sociedad con más igualdad que valore a todas las personas depende de una ciudadanía que busque la rendición de cuentas de los poderosos.

Trabajaremos junto a otros grupos para atacar las causas de fondo de la desigualdad. Ejerceremos acciones de presión ante los gobiernos para que controlen la evasión fiscal, garanticen unos impuestos progresivos, presten servicios universales y gratuitos de salud y educación pública, estimulen el poder de negociación de las y los trabajadores y para que reduzcan la brecha entre las personas ricas y las pobres. En conjunto abogaremos por una cooperación internacional que impida una carrera hacia el abismo.

Trabajaremos mancomunadamente por una agenda feminista y de derechos humanos que frene la influencia del sector corporativo en la defensa de las agendas nacionales del desarrollo. Abogaremos por salarios mínimos, la redistribución de la carga desigual de trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres, y el abordaje de la violencia contra las mujeres provocada por la represión estatal y el auge de los fundamentalismos.

Trabajaremos junto a otros grupos para conseguir la justicia climática. Enfrentaremos el poder de las compañías de combustibles fósiles que están socavando los esfuerzos que responden a la ciencia y protegen a los pueblos y el planeta. Ejerceremos presión en pos de acciones para que efectivamente los responsables por el cambio climático rindan cuentas y enfrenten las pérdidas y garanticen los derechos de quienes más sufren sus efectos.

Como primeros pasos en este largo recorrido, trabajaremos mancomunadamente en el Foro Social Mundial de Túnez para atraer la atención hacia el achicamiento del espacio de la sociedad civil y acerca de cómo esto amenaza los esfuerzos por una sociedad con más igualdad; expresaremos nuestra solidaridad con quienes sufren amenazas por manifestar su opinión; trazaremos acciones conjuntas sobre las prioridades en común; y alentaremos la unión de nuestras organizaciones en el plano nacional e internacional con aquellos aliados que compartan la agenda aquí enunciada.

Una sociedad con más inclusión, al servicio de la humanidad, no solo es fundamental sino también alcanzable. Pero sólo si trabajamos en conjunto para insistir en ella. Otro mundo es posible. Trabajaremos mancomundamente para hacer que eso suceda. Trabajaremos conjuntamente para detener el crecimiento de la concentración de la riqueza y el poder en manos de unos pocos y para lograr políticas redistributivas que reviertan la desigualdad y enfrentaremos los intereses elitistas y corporativos regresivos que se interpongan en el camino. Garantizar economías y sociedades más justas y sostenibles no es principalmente un desafío de índole técnica, sino más bien de voluntad política. Es para generar la presión necesaria para obtener cambios que las organizaciones de la sociedad civil nos estamos reuniendo y que se está consolidando un movimiento por la justicia social.

Adriano Campolina, ActionAid

Lydia Alpízar Durán, Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID)

Dhananjayan Sriskandarajah, Civicus

Kumi Naidoo, Greenpeace

Winnie Byanyima, Oxfam

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Declaraciones
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AWID