Actualizado el 5 de septiembre de 2022
La empresa de gestión de activos tiene participaciones en combustibles fósiles y en la fabricación de armas militares y civiles
Más de 700 organizaciones de derechos de las mujeres, activistas feministas y aliadxs firmaron una carta abierta en la que instan a ONU Mujeres a "rescindir y repudiar inmediatamente" su alianza con la empresa de gestión de activos BlackRock.
Aunque el Memorando de Entendimiento no se ha hecho público, la alianza se anunció en un comunicado de prensa de ONU Mujeres (retirado de su sitio web el 25 de julio), en el que se declaraba que la colaboración "promovería la inversión con perspectiva de género".
"No hay ninguna explicación de cómo este esfuerzo contribuirá de forma mensurable a la igualdad de género", dijo Emilia Reyes, economista de la organización Equidad de Género, con sede en Ciudad de México: Ciudadanía, Trabajo y Familia, con sede en Ciudad de México, que planteó por primera vez su preocupación por esta asociación en la conferencia de junio de 2022 de la Asociación Internacional de Economistas Feministas en Ginebra. "Tampoco se menciona si la asociación abrirá la vasta cartera de inversiones de BlackRock al escrutinio feminista - exponiendo cómo las participaciones de BlackRock en los combustibles fósiles, y en la fabricación de armas militares y civiles, contribuyen a la precariedad de los medios de vida y la seguridad física de las mujeres."
La carta detalla las inversiones de BlackRock en industrias que contribuyen al cambio climático y a la inestabilidad social, así como la obstrucción por parte de la empresa de medidas para promover los derechos laborales, la responsabilidad corporativa por el acoso sexual y el cierre de las brechas salariales de género donde tiene participaciones. Señala que BlackRock también tiene grandes cantidades de deuda privada externa en países del Sur Global, donde se ha resistido a las peticiones de los gobiernos de reestructurar o suspender los reembolsos para adaptarse a las crisis nacionales, como la pandemia de COVID-19, que afectan a los presupuestos públicos de apoyo a las mujeres.
"ONU Mujeres reconoce que la desigualdad de género se ve agravada por la crisis climática, pero ha decidido colaborar con BlackRock ignorando su destructivo modelo de negocio. Las inversiones del gigante de Wall Street en combustibles fósiles, la agroindustria y las empresas de vigilancia y fronteras impulsan la intensificación del cambio climático, los abusos de los derechos humanos y los regímenes fronterizos violentos. Ninguna organización cuya misión sea empoderar a las mujeres y defender los derechos humanos debería colaborar con inversores que se benefician de las crisis y los abusos. En su lugar, ONU Mujeres debe pedir a BlackRock que ponga fin a sus inversiones dañinas - o dejar a BlackRock atrás". Luisa Galvao, Amigxs de la Tierra Estados Unidos.
Muchxs de quienes firman la carta formaron parte de una protesta en 2015 a la alianza de ONU Mujeres con Uber, un acuerdo que se canceló rápidamente una vez que activistas feministas recordaron a ONU Mujeres las prácticas de explotación laboral de Uber y cómo su modelo de negocio afianza el trabajo precario.
Las organizaciones feministas firmantes exigen que ONU Mujeres asuma un papel importante en frenar los abusos de las empresas contra los derechos humanos y el medio ambiente, en lugar de asociarse con las empresas que los cometen.
"Las alianzas de ONU Mujeres con el sector privado están impulsadas por la limitada financiación de los Estados miembros", dijo la académica y activista de Bangladesh, Sanam Amin, que ayudó a redactar la carta. "La solución, sin embargo, está en reforzar el acceso de ONU Mujeres al presupuesto central de la ONU, y no en apresurarse a formar alianzas con las mismas organizaciones que se están aprovechando de la pobreza y del cambio climático, y que de hecho se benefician económicamente de las ventajas competitivas que ofrece el hecho de depender de las mujeres de bajos ingresos y de las comunidades vulnerables en las cadenas de valor mundiales."
Como explica Myriam Vander Stichele, investigadora principal de SOMO, "el memorando de entendimiento parece permitir a BlackRock utilizar de forma barata los "datos e investigaciones" de ONU Mujeres para obtener mejores calificaciones ASG1 en las que están interesados más inversores." BlackRock pretende combinar esto con "rendimientos financieros competitivos": un margen de beneficio neto del 30,12% (a 30 de junio de 2022), ingresos netos de 5.900 millones de dólares en 2021 y 3.700 millones de dólares devueltos a sus accionistas en 2021.
Actualmente se está llevando a cabo una revisión transversal de la ONU sobre su capacidad para hacer avanzar la igualdad de género (una "revisión de la arquitectura de género"), lo que marca un momento oportuno para reforzar el papel de liderazgo de ONU Mujeres y su seguridad institucional dentro de la ONU.
"Esta alianza entre BlackRock y ONU Mujeres presenta riesgos graves y potencialmente irreparables para la legitimidad de ONU Mujeres como principal organismo intergubernamental que defiende la igualdad de género", afirma la académica y activista bangladesí Sanam Amin. "La falta de recursos en la ONU en general está impulsada por los sistemas económicos que han privado a los Estados de ingresos fiscales y espacio fiscal, y que requieren soluciones sistémicas más allá de forjar asociaciones con el sector privado. Parte de la solución pasa por reforzar la toma de decisiones mediante la presencia permanente de organizaciones feministas de la sociedad civil en la junta de ONU Mujeres".
Como acción de seguimiento, lxs feministas están organizando un evento público en línea el martes 16 de agosto para destacar por qué ONU Mujeres debe revocar su asociación con BlackRock y establecer normas para sus asociaciones con el sector privado.
Para más información, contactar a:
Kerry Skiff, Oficial de Prensa, Amigxs de la Tierra USA: kskiff@foe.org
Margarita Salas, Estratega de Tácticas y Comunicaciones, AWID: msalas@awid.org
Lindsay Bigda, Gerente Senior de Comunicaciones, WEDO: lindsay@wedo.org
[1] Las calificaciones ASG evalúan el modo en que las empresas y los inversores abordan el riesgo medioambiental, social y de gobernanza alimentaria (ASG) para los inversores y las empresas, o el impacto ASG de las empresas y los inversores sobre las personas y el planeta.