Escribir sobre mi experiencia en el Foro AWID considerando lo plena que me sentí durante todo el evento no será una tarea fácil. Escribir probablemente no alcance para hacerte entender a ti, que me estás leyendo, el efecto que tuvieron sobre mí los encuentros que mantuve durante el evento.
Durante todos estos años en que me he dedicado a construir el transfeminismo en Brasil junto a mis hermanas con quienes comparto la misma condición de vida, siempre escuché hablar de la importancia de los procesos colectivos para que de verdad podamos obrar cambios en la micropolítica, que es donde desafiamos las relaciones de poder.
Como mujer trans que estudia Educación y que entiende el sistema educativo brasileño como marcado por la herencia jesuita, con tan solo estar allí ya lucho por un espacio, para que se escuche mi voz y resisto. Como mujer brasileña trans que ve a Brasil como uno de los países que más nos matan, resisto con tan solo vivir aquí. En suma: en todos los aspectos de mi vida y en todo momento, estoy inmersa en relaciones de poder.
Por eso, cuando finalmente pude disponer de algunos días para sentarme, escuchar y debatir con otras personas trans de distintas partes del mundo, pude notar con facilidad el potencial que existe cuando nos escuchamos dándole voz a un discurso que nos une como sujetos políticos. Un discurso que exige una reparación histórica por la visibilidad que nos fue arrancada durante el proceso ininterrumpido de colonización que seguimos experimentando en nuestra sociedad; un proceso que escoge qué cuerpos son importantes y cuáles no lo son.
La oportunidad que me concedió el Foro AWID de encontrarme con personas trans de todo el mundo me ayudó a absorber narrativas importantes para mí como mujer trans, como investigadora y como transfeminista. Durante la sesión en la que discutimos las experiencias transfeministas del Sur Global, me pude beneficiar de lo que las tres participantes de la mesa – una de África, una de América Latina y una de Asia – quisieron compartir. Me ayudó a ver cómo otras personas trans buscan coordinar sus esfuerzos para conseguir victorias y cambios, ya sea en la micropolítica o en un contexto macro.
Escuchar otras historias de resistencia y tener la oportunidad de conocer a estas personas y de alguna manera verme reflejada en ellas me abrió horizontes que antes no eran visibles para mí, una joven que vive en la periferia en el nordeste brasileño.
La existencia de un trabajo colectivo de capacitación, intercambios y fortalecimiento mutuo es fundamental no solo para mí, sino también cuando pensamos en las redes feministas en general. Como alguien que ocupa una posición de privilegio en comparación con otras mujeres trans, siempre he sentido que tengo la responsabilidad de hablar no solo por mí, sino por ellas también.
Debo ser consciente además de que cuando consigo algo, lo que sea que consiga no es únicamente para mí, sino también para un grupo de mujeres que luchan todos los días por su derecho fundamental a existir.
El Foro AWID logró ofrecer este tipo de experiencia colectiva, que creó una oportunidad para que ciertas historias pudieron ser narradas. Existen numerosas narrativas que dejaron de ser visibles a medida que avanzaba la construcción de 'la humanidad', cuando el patriarcado y la heteronormatividad cis impidieron que lxs disidentes pudieran ver y reconocer representaciones que lxs reflejaban.
Me gusta cuando Grada Kilomba afirma que ha llegado el momento de que prestemos atención a otras narrativas y dejemos de escuchar y dar importancia a lo que ha sido dicho por las voces a las que ya no estamos obligadxs a escuchar ni a tomar en consideración. Por el contrario: necesitamos escuchar, construir y multiplicar otras voces; las voces que concuerdan con el momento de revolución que estamos construyendo. Las voces que otrora fueron silenciadas. Esto es lo que me venía a la mente durante toda la sesión sobre transfeminismo. Más específicamente, es allí donde vive el futuro del movimiento feminista en el que creo: en el ejercicio de nuestra capacidad de escuchar. Debemos prestar atención y tener empatía para reconocer todas las experiencias como válidas, como algo que puede unirnos en la tarea de tender puentes para conectar las voces y los deseos. Un deseo de cambio.
El Foro AWID fue un espacio que permitió ejercitar este tipo de escucha. Espero sinceramente que haya más momentos como este, no solo para mí, sino para toda aquella persona a quien se le ha ocurrido pensar que su cuerpo, su vida y sus narrativas no eran importantes y que no habría nadie que quisiera escucharlas.