2009 fue un año de pérdidas y logros para los derechos de las mujeres. Las campañas a favor de la igualdad de género sufrieron algunos retrocesos en ciertas partes del mundo – o respecto a un asunto específico – y avances en otras.
Por Masum Momaya
En enero, Barack Obama fue juramentado como 44o. Presidente de Estados Unidos. Muy pronto revocó la regla de obstrucción global, (conocida como “ley mordaza”), restauró el financiamiento del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para el acceso a la salud sexual y reproductiva y, frente al pronunciamiento del Papa Benedicto XVI en África contra el uso del condón, reconoció la necesidad de abordar rápida y sistemáticamente la pandemia del VIH y sida.
Ese mismo mes hubo más afirmación de los derechos sexuales y reproductivos cuando el pueblo boliviano aprobó una nueva Constitución, que contiene artículos dedicados a los derechos de las mujeres.
A nivel internacional, en abril, la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución que pone un énfasis sin precedentes en los derechos humanos, incluidos los concernientes a la sexualidad. La resolución asumió un compromiso con la educación en sexualidad e igualdad de género, el acceso a condones masculinos y femeninos, servicios de salud reproductiva para adolescentes y la importancia de los derechos sexuales y reproductivos para la respuesta al VIH y sida. Varios meses después, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por fin reconoció la mortalidad y morbilidad maternas como graves preocupaciones de derechos humanos.
La Ciudad de México despenalizó los abortos realizados en el primer trimestre de gestación, lo cual desató una ola de restricciones por estados del país que rápidamente aprobaron leyes contra el aborto. Por su parte, Nepal promulgó una ley más permisiva sobre la interrupción del embarazo, haciendo más accesible el procedimiento.
Jóvenes activistas lograron grandes avances en 2009, abogando en nombre de la generación joven más voluminosa de la historia en conferencias internacionales de alto nivel, incluyendo el Congreso Internacional sobre el Sida en Asia y el Pacífico, la Conferencia del Pacífico Asiático sobre Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos y el Foro de ONG sobre la Salud Sexual y Reproductiva y el Desarrollo, así como en el Foro de la Gobernanza de Internet, donde defendieron políticas sustentadas en acción y consentimiento, no basadas en victimización ni en la represión de la sexualidad.
Lesbianas, homosexuales, bisexuales y personas transgénero (LGBT) sufrieron discriminación, crueldad y pérdida de derechos en Burundi, las Filipinas, Ruanda y Uganda. Dieciséis activistas LGBT fueron asesinadas/os en Honduras durante la ola de violencia e impunidad a raíz del golpe cívico-militar en junio. Las autoridades iraníes ejecutaron a menores de edad y adultos acusados de sodomía. En contraste, hubo logros históricamente significativos en la India cuando la Corte Suprema de Delhi declaró inconstitucional la Sección 377 del Código Penal (la cual penalizaba actividades sexuales que “contravienen el orden de la naturaleza”, en particular la sodomía). Asimismo, en Mongolia fue reconocido legalmente un centro de LGBT por primera vez después de tres años de lucha, mientras que en Nigeria la cámara baja del Parlamento detuvo una ley que habría prohibido cualquier expresión de homosexualidad.
La xenofobia y los ataques religiosos fundamentalistas contra las mujeres y sus derechos continuaron aumentando en todo el mundo, como también la vigilancia y persecución de defensoras de los derechos humanos de las mujeres. Suiza prohibió los alminares. Iglesias fueron atacadas en Malasia. La provincia de Aceh en Indonesia aprobó una nueva ley que castiga el adulterio con muerte por lapidación. Y en Somalia aumentó el poder de grupos radicales. No obstante, en el Parlamento de las Religiones del Mundo, celebrado a finales del año, lideresas desafiaron a las instituciones religiosas por no hacer lo suficiente para promover la paz, la igualdad de género y los derechos humanos.
El incremento del militarismo, las guerras y represión violenta continuaron devastando a las mujeres en todo el mundo, incluso en Afganistán, Chechenia, el Congo, Fiyi, Gaza, Guinea, Honduras, Irak, Madagascar, Somalia, Sri Lanka, Yemen y Zimbabue. Esas atrocidades aumentaron la violencia contra las mujeres y la cantidad de mujeres que se convirtieron en refugiadas, pero también catalizaron la acción por parte de organizaciones locales de mujeres.
En septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Resolución 1888, que ordena a las misiones de mantenimiento de la paz proteger a las mujeres y las niñas contra la violencia sexual en los conflictos armados. En el Congo, las mujeres ganaron una batalla de largo aliento por obtener justicia para las víctimas de violación. Por su parte, mujeres en busca de justicia en relación con el feminicidio en Ciudad Juárez finalmente ganaron una sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado mexicano.
A nivel político, las elecciones hicieron mucho para dañar así como ayudar a las mujeres en 2009. En Afganistán, el Presidente Hamid Karzai utilizó los derechos de las mujeres chiítas para su propio beneficio electoral al firmar, a cambio de votos, una ley represiva que formaliza la discriminación contra ellas. Tras las elecciones en Irán, las autoridades gubernamentales persiguieron a disidentes políticas/os. Mientras tanto, en Kuwait mujeres fueron electas al Parlamento por primera vez. En febrero, Jóhanna Sigurdadóttir, de Islandia, se convirtió en la primera Jefa de Estado abiertamente lesbiana y puso a varias mujeres a cargo de los bancos de su país.
Los medios de comunicación y las tecnologías de información y comunicación (TIC) jugaron un rol cada vez más prominente al generar conciencia sobre los derechos de las mujeres en 2009. Mujeres le preguntaron a Google por qué prohibió los anuncios sobre servicios de aborto en 15 países; mujeres manifestantes en Irán compartieron sus preocupaciones a través de un servicio de mensajes cortos; imágenes captadas por teléfonos celulares documentaron las violaciones sexuales contra mujeres en Guinea; mujeres de Honduras usaron la radio para dar a conocer sus luchas; y feministas árabes empezaron a difundir actualizaciones en vivo por medio de Twitter desde Líbano.
Periodistas individuales como Lubna Hussein, del Sudán, impugnaron las leyes sobre el código de vestuario y desafiaron el trato sexista contra las mujeres en los medios de comunicación. Las periodistas estadounidenses Laura Ling y Euna Lee fueron detenidas en Corea del Norte y luego recibieron una gran atención de los medios al ser puestas en libertad; defensoras de los derechos de las mujeres aprovecharon la cobertura para resaltar la difícil situación de las refugiadas norcoreanas en China.
En el ámbito del medio ambiente, en 2009 hubo un impacto desproporcionado de los conflictos en curso por petróleo y gas, debates sobre biocombustibles y efectos del cambio climático que van en aumento. Aun así, en octubre inició el Centro Global Derechos de las Mujeres a la Tierra y en noviembre representantes de pueblos indígenas de todo el mundo se reunieron en el Foro Mundial por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos para reafirmar su derecho a esta necesidad básica. Las mujeres también continuaron generando conciencia respecto al impacto del cambio climático y mitigándolo a nivel local, pero se vieron forzadas a retirarse de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Copenhague al haber enfrentado numerosas restricciones para su participación y con pocos acuerdos vinculantes concretos de los gobiernos en cuanto a reducir el calentamiento global.
En el plano económico, la crisis sistémica provocó que más mujeres cayeran en la pobreza, sobre todo debido a la persistente crisis alimentaria, el desempleo creciente y recortes adicionales en el gasto social. Las migrantes fueron particularmente vulnerables a la pérdida de empleos en 2009 y muchas regresaron a industrias tales como el trabajo sexual, donde se redujeron las protecciones sociales y el acceso a cuidados de salud, además de que aumentó exponencialmente el riesgo de adquirir la infección por VIH. Más aun, los paquetes de estímulo en la mayoría de países carecían de un enfoque de género o no se basaron en los derechos humanos e hicieron poco por crear empleos en sectores poblados primordialmente por mujeres.
No obstante, las mujeres pugnaron por la reforma de la arquitectura financiera mundial, incluso el desmantelamiento del G8 y el G20, y a través de organización y movilización duraderas las defensoras de los derechos de las mujeres y sus aliados de la sociedad civil lograron, como nunca antes, tener un mayor acceso al proceso de la eficacia de la ayuda e influir en éste.
La crisis sistemática también significó una reducción en los ingresos nacionales brutos de muchos países donantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo cual probablemente se traducirá en menores niveles de ayuda en 2010 y a partir de este año, incluyendo recortes proporcionales en el financiamiento para la igualdad de género.
Aun así, en 2009 se vio la continuación de fondos especiales importantes dirigidos a la igualdad de género, incluyendo el Fondo MDG3, de Holanda; el Programa Global para la Igualdad de Género, del Gobierno sueco; y el nuevo Fondo para la Igualdad de Género, de UNIFEM.
En 2009 también vimos una mayor atención al argumento de “invertir en las mujeres” por parte de la Iniciativa Global Clinton, Goldman Sachs, la revista The Economist y el libro Half the Sky: Turning Oppression into Opportunity for Women Worldwide [La mitad del cielo: Convirtiendo la opresión en oportunidad para mujeres de todo el mundo], entre otros. Los donantes tomaron nota y, como consecuencia, encaminaron algunas inversiones a tal fin, aunque estas campañas no fueron necesariamente acompañadas de un enfoque sólido en la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
La ONU se vio plagada de cobertura de casos de acoso sexual a principios de 2009, pero las defensoras de los derechos de las mujeres celebraron el éxito de la Campaña GEAR y, en septiembre, la aprobación, por parte de la Asamblea General, de una nueva entidad para la equidad de género en la ONU. La nueva entidad consolidará los actuales organismos de la ONU para las mujeres y tendrá estatus político de alto nivel, así como la función de formular políticas globales. Finalmente, antes de concluir el año, la organización y movilización para Beijing +15 estaban en plena marcha en todas las regiones y el aniversario prometía ser uno de los muchos momentos formidables para reflexionar en torno a los derechos de las mujeres en 2010.
Fuente:
Notas de los Viernes de AWID
Viernes, 22 de enero de 2010
Traducción del inglés: Laura E. Asturias
Título original: ‘Women’s Rights in 2009: Some Steps Back, Some Steps Forward’