A cuatro años de los levantamientos populares que condujeron a la salida del dictador Zine El Abidine Ben Ali, y por primera vez en la historia del país, en diciembre del 2014 se observaron en Túnez elecciones presidenciales libres y democráticas. AWID se entrevistó con Khadija Cherif, quien en su momento fue nominada para el puesto de Ministra de la Mujer, la Familia y la Infancia, con la finalidad de saber más sobre los desafíos relacionados con la participación política de las mujeres en ese país.
Las elecciones dieron lugar a la conformación de un nuevo gobierno en febrero de 2015 que estuvo compuesto por 8[1] mujeres sobre un total de 42 miembros (19%)[2]. A nivel parlamentario, las elecciones condujeron a una Asamblea de representantes del pueblo compuesta por un 31.3% de mujeres diputadas. Khadija Cherif, Secretaria General Adjunta de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y activista feminista en Túnez[3], fue designada para el puesto de Ministra de la Mujer, la Familia y la Infancia en enero de 2015, pero finalmente excluida de la última composición del nuevo gobierno. Ella destaca los límites del proceso democrático tunecino en relación con los desafíos para una participación plena y efectiva de las mujeres en la vida pública y política.
AWID: ¿Cuáles han sido las evoluciones en la participación de las mujeres en la vida pública y política de Túnez durante los últimos cinco años?
Khadija Cherif (KC): Indudablemente la participación de las mujeres en la vida pública y política ha mejorado en el curso de estos últimos cuatro años. Bajo la dictadura de Ben Ali, solamente las mujeres del partido y aquellas que eran cercanas al mismo tenían derecho a expresarse, ellas no tenían ningún sentido crítico respecto a la política oficial, al igual que las mujeres parlamentarias eran las portavoces del gobierno. Las asociaciones feministas sufrían todas las formas de represión y no podían llevar a cabo sus actividades. Eran perseguidas, acosadas y no llegaban a hacer oír su mensaje. Luego del 14 de enero de 2011, las mujeres invadieron las calles, alzaron clara y firmemente sus reivindicaciones, participaron en todo el proceso de transición y especialmente en la redacción de la Constitución.
Hoy en día los desafíos son numerosos y nuestras apuestas importantes. La igualdad hombre-mujer, la paridad, la eliminación de la violencia y otras cuestiones esenciales inscritas en la Constitución son objeto de debate. Cuando las feministas se movilizan para garantizar la armonización de las leyes con la Constitución, algunas/os ponen en cuestión los logros obtenidos basándose en la interpretación de la Constitución y principalmente en su artículo 1[4].
A pesar de los obstáculos y los cuestionamientos sobre los logros obtenidos, las mujeres son actualmente las actrices de su destino dado su compromiso y libertad de acción. La Revolución facilitó un mejor conocimiento de nuestras realidades sociales, y las mujeres identifican los problemas, definen las prioridades y estrategias para promover sus causas y ser parte integrante en la construcción democrática e igualitaria.
AWID: ¿Podrías explicar cómo el partido islamista Ennahdha registró el número más importante de mujeres en su grupo parlamentario luego de las elecciones de 2011[5]?
KC: A pesar de su conservadurismo, un número importante de mujeres del Ennahdha accedió a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en 2011, esto se debe a la regla de paridad en el seno de las listas electorales y al éxito de Ennahdha en las elecciones dentro de la categoría de primer partido (no mayoritario) elegido. En consecuencia, las mujeres pertenecientes a ese partido, fueron las primeras elegidas. Las mujeres islamistas llegaron a la ANC gracias a las luchas feministas que ellas critican y a las cuales se oponen. La Alta Instancia para la realización de los objetivos de la revolución, la reforma política y la transición democrática, que tenía por misión preparar la legislación para las elecciones de octubre de 2011, estaba compuesta por mujeres y demócratas que militaron en favor de una ley para la paridad en las listas electorales. Las resistencias eran fuertes, pero gracias a la movilización en el interior y exterior de la ANC, la paridad fue aprobada. Las y los adherentes al Ennahdha no se opusieron dado que las mujeres de ese partido demostraron, en su mayoría, su lealtad a la línea política e ideológica del partido. El mejor ejemplo de ello es la propuesta de inscribir en uno de los artículos de la Constitución la complementariedad entre hombres y mujeres, propuesta iniciada por la Comisión de Derechos y Libertades en el seno de la ANC presidida por una mujer de Ennahdha, lo cual ilustra cómo la ideología y la pertenencia al partido determinan su posición.
AWID: El artículo 46 de la Constitución Tunecina de 2014 aboga por una representación igual entre mujeres y hombres, mientras que las elecciones legislativas y presidenciales de 2014 llevaron solamente un 31.3% de mujeres al seno de la Asamblea de representantes del pueblo y un 19% dentro del nuevo gobierno en febrero de 2015. ¿Cómo se puede explicar esto?
KC: El artículo 46 de la constitución estipula que « el Estado busca alcanzar la paridad entre hombres y mujeres en los consejos electos » y aunque la regla de la paridad haya sido tomada en cuenta en el seno de las listas electorales, esta regla no fue aplicada para los encabezamientos de las listas[6]. La mayoría de los partidos políticos reprodujeron la experiencia de 2011 y no tuvieron la voluntad ni el coraje de hacer una interpretación justa del artículo 46 a los fines de garantizar una mejor presencia de las mujeres en la Asamblea. Esta actitud ilustra muy bien las resistencias hacia esa cuestión. Un recurso ante el Tribunal en lo administrativo por incumplimiento de la Constitución fue rechazado. En el futuro, será la Corte Constitucional (que aún no está en vigencia) la que deberá decidir sobre este tipo de problema. Hoy en día, la lucha que sostienen las mujeres es por la armonización de las leyes con la Constitución[7] con la finalidad de garantizar su aplicación en el sentido del respecto de los derechos y una presencia efectiva en el campo público y político.
AWID: Tú fuiste elegida para el Ministerio de la Mujer, la Familia y la Infancia en enero de 2015, pero seguidamente fuiste excluida de la composición final del nuevo gobierno. Hubo quienes dijeron que la razón por la cual no fuiste finalmente nombrada en ese puesto estaba ligada al temor por tu imagen feminista. ¿Qué piensas de esto?
KC: No pienso que sea mi persona la que está en cuestión. Lo que está en juego es la realización de una visión que hace de la cuestión de las mujeres una cuestión central y que considera que el estatus de las mujeres es determinante en un proyecto político. No se va a lograr la democracia marginando a las mujeres. Las reformas a emprender producen temor a la corriente que yo denomino «islámico-conservadora», y que se encuentra igualmente en el partido mayoritario Nidaa Tounes. Las alianzas políticas y los cálculos partidarios son la causa de mi apartamiento del primer gobierno. Deseo que el Ministerio de la Mujer, la Familia y la Infancia, resulte provechoso para los intereses de las mujeres tunecinas. Ese Ministerio debería más bien ser denominado Ministerio de las Mujeres para no estar limitado al círculo familiar y no ser un Ministerio técnico. Espero que pronto tengamos también mujeres a la cabeza de ministerios administrativos.
AWID: ¿Cuáles son las estrategias para silenciar a las mujeres en la esfera pública y cómo pueden ser eludidas?
KC: No creo que las estrategias para silenciarnos tengan éxito a pesar de los intentos. Esos intentos consistieron en demonizar a las feministas y en desacreditar sus reivindicaciones. Al día siguiente de la Revolución se desarrollaron campañas difamatorias y las ideologías políticas de reislamización de la sociedad que se diseminaron tuvieron repercusiones particulares sobre el estatus y rol de las mujeres en la sociedad. Sin embargo, los llamados a la aplicación de la Sharia, la poligamia, el matrimonio tradicional y la creación de jardines de infantes islamistas (basados en el modelo wahabí) no tuvieron éxito, gracias a la movilización de todas/os las/los ciudadanas/os, pero principalmente de las mujeres.
Hoy existen en la Asamblea destacadas feministas, y los demócratas dado su compromiso y vigilancia no permitirán este silenciamiento.
Políticas/os y periodistas tiene un rol importante por jugar en el cambio de las mentalidades para evitar todo tipo de regresión hacia el silenciamiento de las mujeres. Los medios no se comprometen lo suficiente con la problemática de las mujeres ya sea por negligencia o por inconciencia de lo que está en juego. La cobertura mediática no satisface las expectativas y los programas televisivos y emisiones de radio son mayoritariamente masculinos.
AWID: Algunas electoras, especialmente en los medios rurales, se enfrentan a desafíos socio-económicos para poder participar en las elecciones. ¿En qué medida el analfabetismo y el tiempo de desplazamiento hasta el lugar de votación son factores importantes a tener en cuenta en el proceso democrático?
KC: En el medio rural, la situación es preocupante en un doble sentido: las presiones sociológicas (mentalidades, prácticas sociales, etc.) y problemas socio-económicos (pobreza, desempleo, etc.) son a menudo la causa del abandono de la escuela por parte de las niñas. Sin una educación apropiada, como esperanza de la toma de conciencia de las mujeres de su rol en la sociedad y de la importancia de su voto en las elecciones.
Sabiendo las dificultades que enfrentan las mujeres del medio rural en términos de acceso a la información y las oficinas de votación, muchas asociaciones ciudadanas y feministas emprendieron un trabajo de sensibilización en el terreno. Ellas también iniciaron una gestión ante el Presidente de la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) para que este ponga a disposición de la población, y en primer lugar de las mujeres, un medio de transporte el día de las elecciones a fin de permitirles ejercer su derecho a votar con total independencia y evitar así repetir la experiencia del 2011. Lamentablemente, esto no fue posible y los partidos políticos que cuentan con grandes recursos aseguraron ese transporte y presionaron a las mujeres para votarlos. Para las próximas elecciones municipales será necesario remediar esas falencias para que las mujeres escojan libremente a sus elegidas/os.