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La lucha contra la explotación de menores en trabajos domésticos en Madagascar

NOTAS DE LOS VIERNES: Aproximadamente 17,2 millones de niños de todo el mundo realizan un trabajo doméstico remunerado o no remunerado en hogares de terceros o con un empleador. Entre ellos, el 67,1% son niñas entre 5 a 17 años. Con motivo del día internacional de la niña, que se celebra el 11 de octubre, AWID entrevistó a Noro Ravaozanany, Presidenta del Consejo Nacional de Mujeres de Madagascar, con el fin de identificar los problemas y desafíos vinculados en la lucha contra el trabajo doméstico realizado por las menores en Madagascar.

Por Mégane Ghorbani

Madagascar es una isla situada frente a la costa sureste de África, y es uno de los estados que han ratificado los convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el trabajo infantil, incluido en el Convenio n° 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y en el Convenio n° 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, con el fin de proporcionar un marco necesario para detener el trabajo doméstico infantil. Sin embargo, 2 millones de niños han abandonado la escuela y se encuentran trabajando en Madagascar. La situación de las menores en el trabajo doméstico parece escapar de la ley, sobre todo porque el gobierno malgache todavía no ha ratificado el Convenio 189 y la Recomendación n° 201 de la OIT sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos. Noro Ravaozanany aborda de nuevo el trabajo doméstico de las menores y las estrategias puestas en marcha para contrarrestar este fenómeno.

AWID: ¿Cuál es la situación actual de las jóvenes que realizan un trabajo doméstico en Madagascar?

Noro Ravaozanany (NR): Desde la crisis socio-política de 2009 que ha travesado Madagascar, la oferta de empleo en este sector que se mantuvo en el mismo nivel o incluso más bajo, no consigue satisfacer la demanda. El colapso de muchos sectores económicos exacerbó la pobreza generalizada que ya existía antes de la crisis. Las empleadas que se han encontrado de la noche a la mañana sin empleo en particular tras el cierre masivo de empresas francas [1], han engrosado las filas de demandantes de empleo doméstico "formal” e “informal". Las familias, cada vez más pobres, envían a sus hijos a trabajar en otras familias con la esperanza que estas últimas se ocupen de ellos e incluso que puedan educarlos.

Esto tiene un impacto negativo directo en el trabajo doméstico "informal" de niños y niñas que se traduce en el deterioro de las condiciones de trabajo, cuyo bajo nivel de salarios y el exceso de trabajo son las manifestaciones más visibles; así como en la ruralización de un fenómeno que antes fue esencialmente "urbano". Los hogares rurales menos "pobres" están recurriendo cada vez más a los hijos de los hogares más "pobres" para las labores domésticas cobrando una simple limosna entregada a los padres y algunos incluso trabajan a veces bajo la servidumbre por deudas civiles. La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de esclavitud, Gulnara Shahinian, señaló por otra parte que el trabajo infantil doméstico en Madagascar está cada vez más trivializado, y que en realidad "la explotación de los niños empleados como trabajadores domésticos es comparable a la servidumbre doméstica ".

Aunque los datos fiables sobre el fenómeno no están disponibles, las estimaciones indican que hay un predominio de las niñas que trabajan como empleadas domésticas. La mayoría de ellas ni siquiera reciben directamente sus salarios, los cuales se suelen pagar a los padres.

AWID: ¿Específicamente, cuáles son las cuestiones relacionadas con el género en el trabajo infantil doméstico en Madagascar?

NR: En este proceso es esencial y crucial tratar el trabajo infantil doméstico en Madagascar a partir de una perspectiva de género. Esto permite una mejor focalización de la prevención, la protección y la reducción de la servidumbre doméstica, siendo las niñas las víctimas más frecuentes, aunque también los niños se enfrentan a la misma situación.

De hecho, se sabe que las funciones y tareas de los trabajadores domésticos infantiles son estereotipadas: las niñas y mujeres realizan tareas tradicionalmente femeninas (limpiar la ropa, planchar, cocinar, lavar los platos, limpiar la casa, hacer de niñera, etc.) y los niños son los jardineros, guardias y encargados en tareas tradicionalmente masculinas (guardián de cebú en el medio rural y limpiadores de coche en el medio urbano).

Esta es la reproducción de la división del trabajo de los niños y niñas en casa de sus padres, lo que lleva a pensar que, al convertirse en trabajadoras domesticas, las niñas hacen el trabajo diario y normal del hogar, a cambio de una compensación para los padres. De hecho, tienden a retirarlas de la escuela a más temprana edad (y antes) que los varones para que sean una fuente de ingreso, mientras que se preparan para su futuro papel de madre, ama de casa, y en el servicio a su futuro marido. Muchos padres creen que sus hijas son capaces de este tipo de trabajo, sin tener en cuenta los riesgos y peligros a los que se enfrentan, como el exceso de trabajo, la falta de descanso, las violencias de todo tipo, incluyendo el acoso, también sexual, los abusos sexuales, el aislamiento y la discriminación en la vivienda.

Los y las jóvenes trabajadores-as también se enfrentan a diversas formas de violencia, y los casos de violencia sexual contra las empleadas domésticas que son menores están sujetos a dos limitaciones importantes. En primer lugar, que generalmente dependen de los contratantes. Por otra parte, la ley que prima es la del silencio sobre todo en los casos de violencia sexual. Esta situación coloca a las niñas en una posición de vulnerabilidad extrema y a la que a menudo se enfrentan solas.

AWID: ¿Existen vínculos entre el trabajo doméstico de menores y la trata de niñas y niños?

De acuerdo con la definición universal de la trata de niños, el fenómeno de niñas y niños trabajadores domésticos en Madagascar se puede llegar a comparar a ella. En general, hay un desplazamiento desde el lugar de origen (casa de familia) hasta el destino (domicilio del contratante) a través de un mecanismo de contratación. La colocación de las personas (en su mayoría niñas y mujeres) en familias de los países del Golfo para trabajar en el servicio doméstico es comparable a la trata de personas en determinadas situaciones. Aunque se traten de personas teóricamente mayores, el Sindicato de Profesionales de Graduados de Trabajo Social (SPDTS, en sus siglas en francés) identificó 123 casos relacionados con el uso de documentos falsos para introducir de forma ilegal a niñas menores entre los años 2009 y 2014. De los 2.363 casos de retorno al país de origen y recibidos por el SPDTS, han sido detectados casos de acoso y abuso sexual, sicológico, de tortura física, así como de duras condiciones de trabajo, de confinamiento, de confiscación de los documentos de viaje y la falta de pago de salarios.

AWID: ¿Cuáles son las iniciativas actuales puestas en marcha para luchar contra este fenómeno?

NR: La iniciativa más reciente es la elaboración de un anteproyecto de ley contra la trata de seres humanos, que incluye la explotación del trabajo doméstico. El Ministerio de Justicia y algunas agencias de Naciones Unidas han hecho un llamamiento a organizaciones de base para varios talleres de consulta para la elaboración de este anteproyecto de ley. Todas las partes interesadas (gobierno, sociedad civil, sindicatos, agencias de empleo, etc.) se reunieron para reflexionar sobre los mecanismos de prevención, de protección de víctimas, de testigos y de los investigadores, así como de la reparación refiriéndose en los instrumentos internacionales ratificados por Madagascar y el convenio n°189 de la OIT. Es sobre todo durante el último taller para finalizar el anteproyecto de ley que las organizaciones de mujeres nacionales pudieron expresar mejor sus recomendaciones. Este anteproyecto de ley ya ha sido presentado al Consejo de Ministros y será presentado en la próxima sesión del Parlamento que comienza durante la tercera semana del mes de Octubre.

AWID: ¿De qué forma el protocolo sobre Género y Desarrollo de la Comunidad del África Meridional para el Desarrollo (SADC) al cual pertenece Madagascar permitiría luchar contra el abuso de los derechos de las niñas?

NR: Madagascar firmó el Protocolo de la SADC sobre Género y Desarrollo pero aún no ha sido ratificado. El gobierno malgache es nuevo, y debido a la crisis de la que el país está saliendo, el 3 de noviembre 2014, será examinado por primera vez antes los órganos creados en virtud de tratados con motivo de la 20ª sesión del Examen Periódico Universal para apoyar los progresos realizados en relación con los derechos humanos. También en febrero de 2015, se presentará ante el Comité de Revisión de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. La última sesión parlamentaria nacional será antes de esas fechas y en el mes de octubre de 2014. Estamos llevando a cabo una activa defensa para la ratificación del Protocolo de la SADC sobre Género y Desarrollo, cuya regulación de la igualdad de acceso a la educación, el empleo y el trabajo, la violencia de género, incluyendo la gestión de apoyo a los sobrevivientes de delitos sexuales, contribuiría a luchar contra el abuso de los derechos de las niñas. Este protocolo también proporcionará un espacio adicional para empujar a los políticos a actuar de forma concreta. De hecho, en la cumbre anual de jefes de Estado sobre el Protocolo de la SADC sobre Género, la sociedad civil puede expresarse bajo la Alianza para este protocolo. Por último, realizamos un barómetro anual para medir los progresos a nivel regional, y también nacional.

[1] Las empresas ubicadas en una zona geográfica que cuenta con ventajas fiscales.

Category
Análisis
Region
África
Source
AWID