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La crisis económica mundial: ¿Qué significa para las organizaciones de la sociedad civil?

Ante la publicación de un informe encargado por la Secretaría de las Naciones Unidas, reflexionamos en torno a la crisis económica global y las repercusiones de ésta para las organizaciones de la sociedad civil.

Por Kathambi Kinoti

Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) han sido duramente golpeadas por la crisis económica mundial, no sólo porque ésta ha restringido su acceso al financiamiento sino también debido a que la demanda de sus servicios se ha incrementado como resultado de la crisis.

Acceso al financiamiento

Un estudio realizado por el Comité de ONG para el Desarrollo Social revela que, en general, entre 2008 y 2009 la situación financiera de las OSC empeoró a causa de reducciones en los subsidios para tu trabajo, siendo las OSC en África las que han experimentado los recortes más sustanciales. La crisis amenaza con socavar o frenar logros cruciales que las OSC han alcanzado en las áreas de los derechos humanos y de las mujeres, la consolidación de la paz, la educación, el socorro humanitario y otros aspectos del desarrollo social.

En años recientes ha habido una creciente tendencia hacia un mayor financiamiento general para los derechos de las mujeres. Sin embargo, esto no ha beneficiado a tantas organizaciones como debería; a las pequeñas y medianas se les ha dificultado tener acceso a esa mayor cantidad de fondos.[1] La crisis económica se lo hará mucho más difícil a las organizaciones de mujeres, que en su mayoría cuentan con menor financiamiento que otras. El apoyo de la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) destinado a la igualdad de género es uno de los sectores que ha aportado mayores recursos a las organizaciones de mujeres, y aunque probablemente no haya una acción deliberada para reducir los niveles de apoyo, podría haber reducciones generales en la AOD debido a un ingreso nacional bruto disminuido de los países donantes.[2]

Dos tercios de las organizaciones que participaron en la encuesta de la Iniciativa Estratégica de acción e investigación de AWID ¿Dónde está el Dinero para los Derechos de las Mujeres? tenían presupuestos anuales menores de USD 50,000. La investigación mostró que, a fin de funcionar a un nivel óptimo, las organizaciones de mujeres necesitan en promedio el doble de la cantidad de recursos financieros que obtienen actualmente.[3] El hecho de que está llegando menos dinero de ciertos sectores no es un buen augurio para el trabajo por los derechos de las mujeres.

Mayor pobreza

Aun antes de la crisis, más de mil millones de habitantes del mundo estaban viviendo por debajo de la línea de pobreza. La crisis económica sólo puede haber exacerbado la situación de las personas pobres, quienes en su mayoría viven en las naciones en desarrollo. Según el informe del Comité de ONG para el Desarrollo Social, desde 2002 una mayoría de países desarrollados había tenido un crecimiento robusto pero, a partir de “finales de 2008, la crisis financiera y económica ... revirtió ... las tendencias económicas positivas tanto en las naciones avanzadas como en los países en desarrollo”.[4] A los países en desarrollo que apenas pueden cubrir sus necesidades no les es posible encontrar los recursos para brindar seguridad social o promover el desarrollo humano.

Las naciones desarrolladas y algunas del mundo en desarrollo respondieron a la crisis con programas de estímulo que ayudaron a evitar una depresión global. A consecuencia de ello, muchas economías, incluyendo las de la India y la China, crecieron en 2009 pero, según el informe citado, “este crecimiento no se traducirá en una reducción de base amplia de la pobreza a menos que se difunda a más países”.[5]

Veinte millones de empleos se perdieron como resultado de la crisis económica. De éstos, más de la mitad ocurrió en naciones de ingresos medios y bajos, países que en la mayoría de los casos no pueden proporcionar pagos de bienestar social, cuidados de salud, pensiones y otras redes de seguridad social a sus poblaciones. Las OSC llenan muchos de los vacíos que los gobiernos no pueden cubrir. Antes de la crisis económica mundial, casi mil millones de personas padecían hambre en el planeta. Esta situación sólo puede empeorar con una mayor inseguridad alimentaria y los cambios climáticos. De nuevo, cuando los gobiernos de los países en desarrollo no satisfacen las necesidades de la gente, las OSC asumen el reto: hacen lo mejor que pueden – con presupuestos reducidos – para atender emergencias alimentarias y apoyar el desarrollo agrícola[6]. Esto implica que la crisis económica mundial ha estirado a las OSC más allá de sus límites.

Afrontando la crisis

La reducción en el financiamiento disponible significa que las OSC han tenido que hallar estrategias de manejo. Han desarrollado colaboraciones con otras organizaciones e intensificado la búsqueda de fondos, sobre todo de áreas que aún no habían sido exploradas, como la filantropía local. Algunas han tenido que disminuir sus intervenciones, cerrando centros de nutrición o reduciendo la cantidad de apoyo educativo que ofrecen. Otras han recortado su personal, dejando a una sola persona para hacer el trabajo de tres. Y algunas más han aumentado su uso de herramientas disponibles en internet. Según el informe citado, las OSC han intensificado su trabajo de gestoría y defensa para “reformar el sistema de ayuda esporádica por medio del cual la sociedad civil es mantenida como rehén por ciertas entidades influyentes motivadas por una política que descuida a millones de habitantes”.[7] De nuevo, las OSC están yendo más allá de sus límites para poder cumplir sus mandatos.

¿Hacia dónde vamos?

Las organizaciones que respondieron la encuesta del Comité de ONG para el Desarrollo Social plantearon varias sugerencias para afrontar la crisis económica mundial. El 80 por ciento de ellas consideró que “se debería dar una alta prioridad a la introducción de medidas más eficientes para combatir la corrupción y recuperar flujos financieros ilícitos”; otras pidieron acciones que aborden “la falta de transparencia en los informes gubernamentales a fin de superar ... la evasión fiscal”; la mayoría de OSC instó a luchar contra “la redirección y el uso personal de recursos asignados a servicios básicos en detrimento de poblaciones que sufren terriblemente a causa de los efectos de la crisis y la creciente pobreza”.[8] La corrupción es endémica[9] en muchos sistemas financieros y políticos; iniciativas y ocasiones bienintencionadas de desarrollo y humanitarias ofrecen oportunidades para que el dinero se desvíe a bolsillos que no debía llenar.

Las OSC también pidieron la creación de sistemas fiscales nacionales más progresistas y redistributivos: quienes pueden pagar, deben hacerlo. Algunas consideran que “a los ingresos por capital y extracción de recursos se les debería aplicar una carga tributaria más pesada que a los ingresos por trabajo”.[10] Ha habido cada vez más llamados a que se introduzca el Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF), el cual gravaría cualquier transacción que involucre transferencias de dinero. Proponentes del ITF dicen que éste tendría un beneficio triple: sería una nueva fuente de ingresos públicos, contribuiría a estabilizar los mercados financieros y sería una valiosa contribución al movimiento por la justicia fiscal.[11]

Las OSC encuestadas sugirieron la entrega de subsidios básicos a personas pobres y vulnerables, que les aseguraría un ingreso mínimo decente a todas. También propusieron el establecimiento de un fondo mundial de pensiones, la adopción del Programa de Trabajo Decente[12] de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como el Pacto Mundial para el Empleo, también de la OIT, que insta a “tomar medidas para mantener a las personas en sus trabajos, apoyar a las empresas, y acelerar la creación y recuperación del empleo, integradas con sistemas de protección social, en particular para los más vulnerables, incluyendo en todas las medidas la preocupación por la igualdad de género”.[13]

Las OSC exhortaron a los gobiernos donantes a incrementar su AOD y canalizar más de esta ayuda directamente a través de OSC que trabajan en el terreno, sobre todo en países donde las OSC han enfrentado corrupción pública e indiferencia gubernamental hacia las políticas.[14]

Considerándola una necesidad urgente, las OSC participantes en la encuesta pidieron la creación de una “Carta de las Naciones Unidas para una economía de mercado sostenible y con orientación social”; estiman que este marco normativo de gobernanza global establecería “principios para la economía mundial y mecanismos de cooperación internacional en respuesta a vulnerabilidades económicas compartidas”.[15]

La crisis económica mundial ha servido para subrayar el rol crucial de las OSC en el logro de la justicia social, así como la mayor carga que la crisis ha puesto sobre ellas. Aunque han sido capaces de llenar ciertos vacíos de desarrollo social, es necesario establecer algunas medidas importantes para asegurar que el desarrollo se dé en forma equitativa y no dependa tanto de los mercados.

Notas:

[1] Ver: ‘¿Dónde está el Dinero para los Derechos de las Mujeres? Investigación y tendencias selectas de 2009 en relieve’, Notas de los Viernes de AWID, 12 de febrero de 2010.

[2] Ibíd.

[3] Hoja informativa de AWID, ‘La situación de las organizaciones de mujeres’.

[4] Hanfstaengl, Eva Maria, Impact of the Global Economic Crises on Civil Society Organizations [El impacto de las crisis económicas mundiales sobre las organizaciones de la sociedad civil], Nueva York: Comité de ONG para el Desarrollo Social, febrero de 2010.

[5] Ibíd., pág. 8.

[6] Ibíd., pág. 7.

[7] Ibíd., pág. 31.

[8] Ibíd., pág. 39

[9] Ver: Mariam, Alemayehu G., ‘Ethiopia: “Grow up!” Bob Geldof’ [‘Etiopía: “¡Madure!”, Bob Geldof’], The Huffington Post, 15 de marzo de 2010.

[10] Ver nota 4, pág. 39.

[11] Ellmers, Bodo, ‘Big push in Europe for the Financial Transaction Tax’ [‘Gran impulso en Europa al Impuesto sobre las Transacciones Financieras’], Eurodad, 11 de marzo de 2010. Ver también: Parlamento Europeo, ‘La Eurocámara pide estudiar la creación de un impuesto sobre transacciones financieras’, 10 de marzo de 2010; y Asociación por una Tasa a las Transacciones Financieras Especulativas para Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC), ‘Carta a los miembros del G-20: Que se apruebe un Impuesto sobre las Transacciones Financieras en favor de la gente y el planeta ¡ya!’, 14 de febrero de 2010.

[12] OIT, Programa de Trabajo Decente.

[13] OIT, ‘El Director General de la OIT presenta el “Pacto Mundial para el Empleo” al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas’, 6 de julio de 2009. Ver también: OIT, ‘Para recuperarse de la crisis: Un Pacto Mundial para el Empleo’, adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en su nonagésima octava reunión, Ginebra, 19 de junio de 2009.

[14] Ver nota 4, pág. 3.

[15] Ver nota 4, pág. 44.

Fuente:

Notas de los Viernes de AWID

Viernes, 19 de marzo de 2010

Traducción del inglés: Laura E. Asturias

Category
Análisis
Region
Global
Source
AWID