Joana Silochina Foster, la extraordinaria activista y abogada ghanesa-británica que falleciera el mes pasado, cofundó la primera institución feminista filantrópica de África.
Durante la preparación de la Cuarta Conferencia Mundial en Beijing de 1995, Joana Silochina Foster, una activista y abogada feminista ghanesa-británica asistió al taller sobre movilización de recursos organizado por el Fondo Global de Mujeres, una fundación radicada en EE.UU. Allí le tocó sentarse junto a la Dra. Hilda Tadria, una investigadora y activista de Uganda a quien no conocía previamente, pero en ese preciso momento Joana se volteó hacia ella, y enfáticamente le dijo, “Lo que realmente necesitamos son nuestros propios recursos.”
Así es como surgió el anhelo para un fondo para las mujeres africanas,...
...una idea que en aquel momento resultaba innovadora, puesto que no existía ninguna institución de este tipo en el continente africano, y porque el financiamiento para los derechos de las mujeres en África era principalmente canalizado a través de organizaciones no gubernamentales radicadas en occidente.
La tarea para crear un fondo de apoyo al trabajo del movimiento de mujeres africanas comenzó, y luego fue temporalmente suspendida. Mientras tanto, Joana Foster asumió el rol de coordinadora regional de una red panafricana denominada Women in law and development in Africa (WILDAF por su sigla en inglés). Durante su mandato, la organización experimentó una eventual expansión, lo que dio como resultado que una red por el derecho de las mujeres tuviera presencia en veintiséis países del África.
A pesar de sus compromisos, Joana no abandonó su sueño de un fondo liderado por las mujeres africanas que sostuviera el trabajo de las organizaciones por los derechos de las mujeres de Africa. En 1996, una conversación con Bisi Adeleye-Fayemi, una feminista nigeriana quien, en ese momento, dirigía Akina wa Afrika, una organización panafricana por los derechos de las mujeres radicada en el Reino Unido, derivó en una asociación que dio como resultado la creación del African Women’s Development Fund (Fondo de las Mujeres Africanas para el Desarrollo, AWDF por su sigla en inglés) en el 2000.
El fondo que Joana Foster, Hilda Tadria y Bisi Adeleye-Fayemi cofundaron es la primera institución africana feminista filantrópica del continente, y actualmente financia a mil doscientas organizaciones por los derechos de las mujeres en cuarenta y dos países de África, con más de veintiocho millones de dólares.
Con motivo del décimo aniversario del AWDF, Joana dijo que, «La idea de un fondo para las mujeres africanas fue una idea innovadora. La presentación del AWDF en el 2000 fue el resultado de una visión convincente, la planificación estratégica y años de trabajo duro. El AWDF es un ejemplo excelente de solidaridad entre las mujeres africanas».
Joana Foster falleció el 5 de noviembre de 2016, a la edad de setenta años, luego de luchar por dos años contra el cáncer.
Su extenso recorrido como activista comenzó a los diecisiete cuando Joana se convirtió en integrante de la campaña a favor del desarme nuclear en el Reino Unido. Estudió derecho, y ejerció tanto en Ghana como en el Reino Unido, enfocándose en temas relacionados con la pobreza, la raza y los derechos de las mujeres. Desde los inicios de los 90, Joana dedicó su vida profesional completamente al sector no gubernamental, convirtiéndose en la primera Directora Nacional de CUSO-Ghana, una organización canadiense sin fines de lucro comprometida con la justicia social a nivel mundial.
Joana era una mujer elegante y agraciada, con una estética y estilo que denotaban su herencia ghanesa e india. A menudo ella vestía con túnicas de algodón de color blanco o crema junto con un chal colorido alrededor de su esbelta figura. Siempre se hacía tiempo para abrazar a todo el mundo, y tenía un interés particular en conectarse con feministas jóvenes e inspiradoras.
Dorcas Coker Appiah, Directora Ejecutiva del Gender and Human Rights Documentation Centre, del cual Joana también fue cofundadora, recuerda esto acerca de ella, «Joana ponía toda su energía en todo lo que hacía, buscaba dar un paso atrás y permitir así el protagonismo de lxs demás. Como cofundadora del Gender Centre, siempre estaba predispuesta a apoyar nuestro trabajo indicándonos la dirección adecuada».
La profesora Akua Kuenyehia, una abogada ghanesa, y anteriormente jueza de la Corte Criminal Internacional al recordar a Joana decía, «Joana junto a lxs demás iniciaron el proceso para lograr que las mujeres africanas se dieran cuenta de que ellas pueden hacer todo lo que se proponen puesto que son capaces».
Joana Foster es una de las sesenta feministas homenajeadas en el Tributo en línea 2016 de AWID a lxs defensorxs de derechos humanos de las mujeres que han fallecido.
Originalmente publicado en The Guardian