NOTAS DE LOS VIERNES: Una ley pendiente de aprobación en Filipinas podría asegurar más la salud y los derechos reproductivos de las mujeres y las niñas. AWID conversó con Junice Demetrio-Melgar, del Centro Likhaan para la Salud de las Mujeres, sobre el Anteproyecto de Ley sobre Salud Reproductiva 2001.[1]
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AWID: ¿Cuál es la situación de la salud y los derechos reproductivos de las mujeres y las niñas en Filipinas?
Junice Demetrio-Melgar (JDM): Es nefasta. La tasa de mortalidad materna es elevada: 162 muertes por cada 100,000 nacidos vivos en 2006,[2] o un total estimado de aproximadamente 4,600 muertes relacionadas con el embarazo en 2008.[3] Las muertes maternas están disminuyendo muy lentamente y las complicaciones maternas graves (por lo menos el 15 por ciento de todos los embarazos) ocupan un lugar más alto que otras causas de mortalidad en 2005.[4] Esto significa que las mujeres embarazadas—especialmente las pobres y jóvenes—no pueden tener acceso a los servicios necesarios de atención materna que les salvarían la vida.
En 2008, el 54 por ciento (o aproximadamente 1.9 millones) de embarazos no fue planificado[5] y el aborto persiste a pesar de estar prohibido por la ley sin ninguna excepción explícita. Se estima que en 2008 hubo 560,000 abortos inducidos; 90,000 mujeres fueron hospitalizadas y 1,000 fallecieron a consecuencia de estos abortos.
El aborto ha estado penalizado en Filipinas desde la década de 1930, cuando la ley sobre el aborto fue copiada del Código Penal de España. Sin embargo, la anticoncepción fue parte del programa gubernamental de planificación familiar desde principios de los años setenta. Después de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de las Naciones Unidas en 1994, el Gobierno introdujo, a través del Departamento de Salud, un enfoque integrado de salud y derechos humanos en su Programa de Salud Reproductiva. Este programa integró diez servicios, incluyendo atención materna, planificación familiar, prevención y servicios de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, educación en sexualidad, servicios de salud reproductiva para adolescentes, prevención y atención para mujeres víctimas de violencia, prevención y manejo de complicaciones por aborto (PMCA) y participación de hombres en la salud reproductiva.[6] En 2000, el Secretario de Salud permitió el registro de la píldora de emergencia a fin de que se usara en centros de crisis para mujeres e inició el programa de PMCA post-aborto en hospitales del Departamento de Salud.
Nuevos retos son el fuerte aumento de las tasas de VIH/sida y el persistente embarazo en adolescentes, la única tasa de fertilidad específica por edad que no está disminuyendo.[7]
La tendencia a la liberalización de la salud y los derechos reproductivos se detuvo con la Presidencia de Gloria Macapagal Arroyo (2001-2010), quien eliminó “salud reproductiva” de las políticas gubernamentales y de departamentos tales como el de Políticas de Desarrollo Económico, la Comisión Nacional de Mujeres y el Departamento de Salud. Durante su administración, el Departamento de Salud promovió sólo la “planificación familiar natural” (es decir, el no uso de anticonceptivos), se negó a invertir asignaciones parlamentarias en programas de planificación familiar y alentó a las unidades de los gobiernos locales a prohibir los métodos anticonceptivos en sus jurisdicciones. La hostil actitud del Gobierno hacia los anticonceptivos continuó hasta que la Presidenta dejó el poder en 2010.
AWID: El Gobierno presentó al Congreso el Anteproyecto de Ley sobre Salud Reproductiva 2011. ¿En qué etapa se encuentra el Anteproyecto?
JDM: El Anteproyecto de Ley sobre Salud Reproductiva se presentó originalmente a principios de 2001. Fue inspirado en el foro CIPD+5 y en las ordenanzas administrativas del Departamento de Salud. Se consideró que esa ley sería importante para institucionalizar la salud reproductiva, particularmente para invalidar el sistema sanitario descentralizado en Filipinas y tener una asignación presupuestaria regular. Hasta ese momento la mayoría de presupuestos, sobre todo para planificación familiar, provenía de subsidios de donantes.
El Anteproyecto no fue aprobado por los últimos tres Congresos, que coincidieron con el periodo de la Presidenta Arroyo. Ahora el Anteproyecto inicia su onceavo año y se encuentra en la fase de interpelación por el pleno en ambas Cámaras. En la Cámara de Representantes, casi todas las preguntas son repeticiones, ya que las interpelaciones por el pleno comenzaron en el Congreso anterior (el 14o.). En el Senado, actualmente la interpelación cuestiona la necesidad de la ley, así como la necesidad de financiamiento y la cobertura de éste.
AWID: ¿Cómo participaron las organizaciones de derechos de las mujeres en la redacción del Anteproyecto?
JDM: Las organizaciones de mujeres, como Likhaan, fuimos parte del proceso desde el inicio. Ayudamos a fortalecer el lenguaje sobre los derechos, la atención post-aborto y la educación en sexualidad. También participamos desde el inicio en frenar los ataques de conservadores católicos.
AWID: ¿Cuáles asuntos fundamentales aborda el Anteproyecto?
JDM: La versión actual del Anteproyecto se centra en reducir la mortalidad materna mediante un mayor acceso a atención materna esencial y de emergencia, métodos anticonceptivos y atención post-aborto, educación obligatoria sobre la sexualidad para adolescentes e incremento del apoyo del sistema de salud asegurando un adecuado personal de partería, centros y hospitales apropiados para el alumbramiento y financiamiento gubernamental dirigido a mujeres pobres.
JDM: Nosotras somos clave para el movimiento multisectorial a fin de que el Anteproyecto sea aprobado. Ampliamos el apoyo de base y multisectorial incluso entre académicas/os, abogadas/os y profesionales de la salud. Organizamos manifestaciones para expresar apoyo, protestamos por medidas contra la salud reproductiva y documentamos el amplio apoyo al Anteproyecto. Algunas organizaciones de mujeres son parte del panel técnico que ayuda a los autores con sus datos de investigación y respondiendo preguntas durante la interpelación por el pleno.
AWID: La Iglesia Católica se ha opuesto fuertemente al Anteproyecto. ¿Por qué? ¿Y cuál es la posición de activistas por los derechos de las mujeres?
JDM: Hacemos una distinción entre líderes de la Iglesia y la congregación católica. La mayoría del más de 80 por ciento de personas que apoyan los programas de salud reproductiva es católica.[8]
La objeción de líderes de la Iglesia y de grupos católicos conservadores se sustenta en las enseñanzas de la Carta Encíclica Casti Connubii,[9] la cual instruye que todas las relaciones sexuales estén abiertas a la posibilidad de la vida y permite únicamente métodos de planificación familiar “naturales”. Los conservadores religiosos consideran que cada embarazo es un regalo de Dios y rechazan el concepto de embarazos “no planificados” o “no deseados”. En su opinión, los métodos anticonceptivos son abortivos—pese a las abrumadoras pruebas científicas que demuestran lo contrario—y quieren que se proteja al no nacido en todo momento, sin ninguna consideración por el igual derecho de la madre a la protección. ¡Los más insensatos entre ellos acusan al Anteproyecto de Ley sobre Salud Reproductiva de querer cometer genocidio, promiscuidad y bestialidad!
Nosotras involucramos activa y constructivamente a la congregación católica. Estamos tratando de convencer al público y legisladores de la irrazonable posición católica oficial y el daño que provoca en las vidas de las mujeres.
AWID: Por favor cuéntanos sobre la campaña “Ocupemos el Congreso” que ha movilizado a las organizaciones de mujeres para que aboguen por el Anteproyecto.
JDM: La campaña “Ocupemos el Congreso” fue una continuación del movimiento por la aprobación del Anteproyecto, pero reconociendo la fecha límite para dicha aprobación hasta más o menos mediados de 2012. Prevemos que, después de esto, los preparativos para las elecciones locales de 2013 ocuparán la mente de la mayoría de legisladores. “Ocupemos el Congreso” fue una campaña más intensa que abogó por aprobar el Anteproyecto (aunque no por una fecha límite de la votación) a más tardar en diciembre de 2011.
Las actividades consistieron en acampar afuera de la Cámara de Representantes, realizar manifestaciones diarias durante los días de sesión y hacer estrépitos; asimismo, líderes de la comunidad desbarataron una sesión hacia el final de la “ocupación”. Marchamos hacia el Palacio Presidencial e íbamos a tener un diálogo con el mandatario, pero esto fue cancelado a último momento debido a una emergencia política.
La “ocupación” duró un mes y medio (desde el 7 de noviembre hasta el 14 de diciembre) e involucró diferentes tipos de movilizaciones. Participaron más de 50 organizaciones, de las cuales la mitad fueron organizaciones de mujeres. La campaña condujo a que el Presidente de la nación le preguntara públicamente al Presidente de la Cámara de Representantes por qué el Anteproyecto aún no había sido aprobado.
AWID: ¿Cuál es la probabilidad de que el Anteproyecto sea aprobado?
JDM: A pesar de varios obstáculos, esto es lo más lejos que el Anteproyecto ha llegado. El Presidente de la nación es firme en su apoyo y ha ofrecido enmiendas. También el Presidente de la Cámara de Representantes apoya el Anteproyecto. El principal obstáculo ahora mismo es el juicio que busca la destitución del Magistrado Presidente de la Corte Suprema, que ha detenido la interpelación en ambas Cámaras del Congreso. Si no hubiera una votación sobre el Anteproyecto en cualquiera de las Cámaras para finales de junio, las perspectivas no serán prometedoras.
AWID: Si el Anteproyecto fuera aprobado, se tendrá que hacer mucho trabajo para llevar beneficios prácticos a las mujeres. ¿Cuáles son las prioridades?
JDM: Esperamos que continuará la batalla en lo relativo a las Reglas y Regulaciones para la Implementación de la Ley de la República No. 9710. El año pasado, al elaborar las reglas y regulaciones para implementar la Carta Magna de las Mujeres,[10] definir el contenido de los servicios de salud para las mujeres fue una batalla prolongada con las fuerzas que se oponen a la salud reproductiva. Suponemos que éstas llevarán su oposición hasta la Corte Suprema. El año pasado, el Magistrado Presidente de la Corte Suprema—que ahora está sometido a juicio y es muy cercano a la ex Presidenta Arroyo—dijo en una entrevista a la prensa que esperaba ser el “árbitro final” sobre el Anteproyecto de Ley sobre Salud Reproductiva.
La aprobación del Anteproyecto será una tregua en la lucha continua aun por la salud y los derechos reproductivos mínimos de las mujeres en Filipinas.
Notas:
Este anteproyecto de ley tenía el propósito de institucionalizar el Programa de Salud Reproductiva de 1998 del Departamento de Salud con diez elementos. Fue presentado durante el 12o. Congreso que inició en 2001. Grupos de mujeres se unieron a la defensa de una medida legislativa sólo cuando el marco fue integrado y basado en los derechos.
Oficina Nacional de Estadística, 2006.
Instituto Guttmacher, 2009, Meeting Women’s Contraceptive Needs in the Philippines [Satisfaciendo las necesidades anticonceptivas de las mujeres en Filipinas], In Brief, Serie 2009, No. 1.
Likhaan, 2005.
Instituto Guttmacher, 2009, Figura 3, pág. 5.
Ordenanzas administrativas del Departamento de Salud en 1998 y 2000.
Oficina Nacional de Estadística, 2009, Encuesta Nacional Demográfica y de Salud de Filipinas 2008 (en inglés).
Según encuestas realizadas por Social Weather Stations y Pulse Asia.
Carta Encíclica Casti Connubii del Papa Pío XI sobre el Matrimonio Cristiano y Carta Encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI.
Ver: Carta Magna de las Mujeres, Capítulo VI, Disposiciones finales, Sección 35, págs. 28-29 (en inglés).
Fuente:
Traducción: Laura E. Asturias