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El movimiento transnacional ex gay

NOTAS DE LOS VIERNES: AWID entrevistó a la investigadora feminista Annie Wilkinson[i] acerca de su investigación sobre los esfuerzos por cambiar la orientación sexual y el movimiento transnacional ‘ex gay’ que ella describe como una industria multimillonaria.

Por Rochelle Jones

En junio de 2013, la organización cristiana evangélica estadounidense Exodus Internacional,[ii] principalmente asociada a la promoción de esfuerzos por cambiar la orientación sexual, anunció que cerraría sus puertas y su Presidente, Alan Chambers, emitió una disculpa pública a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero e intersex (LGBTI) por las acciones de esa organización en el pasado. Sin embargo, más allá del deslegitimado movimiento ex gay estadounidense, las mismas prácticas reparativas o de ‘conversión’[iii] se han adaptado, diversificado y arraigado en otras partes del mundo. Por ejemplo, el caso de Scott Lively[iv] contra Minorías Sexuales de Uganda (SMUG) resalta el rol del movimiento cristiano evangélico ex gay en la persecución de personas LGBTI en ese país, pero en otras partes del mundo, como Ecuador, el movimiento ex gay está vivo y goza de buena salud.

Según la investigación de Annie Wilkinson,[v]“el movimiento ex gay se ha convertido ahora en una industria transnacional multimillonaria que incluye conferencias y talleres (internacionales) a gran escala, seudo-celebridades, una vasta bibliografía y centenares de ministerios en todo el mundo. Es capaz de movilizar y distribuir millones de dólares para sostener sus actividades”.

AWID: Tu trabajo se ha centrado específicamente en el movimiento ex gay y sus prácticas ‘reparativas’. ¿Puedes contarnos sobre estas prácticas más detalladamente y cómo funciona el movimiento ex gay?

Annie Wilkinson (AW): Utilizo el término “prácticas reparativas” indistintamente de la frase “esfuerzos por cambiar la orientación sexual” que pretenden transformar las atracciones hacia personas del mismo sexo en atracciones por el sexo opuesto. Estas prácticas tienen su origen en el “movimiento ex gay”, un conjunto muy particular de instituciones, prácticas y creencias que surgieron en Estados Unidos en la década de 1970.

En el pasado, [las prácticas reparativas] han incluido una variedad de terapias de aversión, psicoterapia, técnicas cognitiva para modificación de la conducta y programas de rehabilitación rigurosos, estructurados y residenciales (con frecuencia explícitamente religiosos). En algunos entornos continúan todas estas prácticas, pero en términos amplios ha habido un giro en el lugar de poder involucrado en ellas—desde las prácticas estrictas más comunes en el pasado hasta otras más sutiles que privilegian la interiorización de disciplina liderada por la propia persona paciente o cliente. Dicho giro representa adaptaciones en respuesta a la oposición del movimiento ex gay y se refleja en el lenguaje utilizado por afiliados a éste, que ahora se refieren a “atracciones no deseadas hacia personas del mismo sexo” y los derechos de pacientes a buscar “ayuda” o “apoyo” voluntario.

El movimiento ex gay continúa consiguiendo apoyo y membrecía casi enteramente de organizaciones religiosas—sobre todo cristianas evangélicas o católicas, así como grupos mormones, judíos y otras agrupaciones religiosas, pero también varios grupos “científicos” supuestamente no religiosos, como NARTH (Asociación Nacional para Investigación y Terapia de la Homosexualidad), que suelen tener fuertes afiliaciones personales con organizaciones religiosas conservadoras. El movimiento está organizado predominantemente como ministerios locales parcialmente afiliados pero “independientes” que por lo general se alinean con un puñado de organizaciones formales, como Exodus Internacional o la Alianza Global de Exodus.

AWID: ¿Cómo ha respondido la comunidad de LGBTI en Ecuador?

AW: Por más de diez años, la comunidad de LGBTI [en Ecuador] se ha centrado en el fenómeno más público de las clínicas privadas para rehabilitación por drogas y alcohol que realizan esfuerzos de cambio forzado de la orientación sexual con personas LGBTI, algo de lo cual también escribo. Aunque el movimiento ex gay rechaza estas prácticas violentas y no es parte de tales clínicas, sí apoya y promueve públicamente la aseveración subyacente de que la orientación sexual puede (e implícitamente debería) cambiar.

En 2012 pasé varios meses con un ministerio ex gay afiliado a la Alianza Global de Exodus en Ecuador. El ministerio dice que en sus 15 años de historia ha llegado a 500 personas. Pese a este tipo de acercamiento, descubrí que la comunidad de LGBTI en Ecuador no sabía sobre el movimiento ex gay o de su presencia en el país—en parte debido a que el ministerio funciona de manera privada, se limita a la comunidad cristiana y raras veces se involucra abiertamente en debates públicos. El año pasado, en respuesta a los hallazgos de mi investigación, una coalición de activistas LGBTI organizó una manifestación para oponerse al movimiento ex gay en Ecuador afuera del lugar donde se realizaba la conferencia nacional anual [del ministerio] en Guayaquil y presentó una queja en la Defensoría del Pueblo, argumentando que la conferencia y las actividades y publicaciones del ministerio constituyen discurso de incitación al odio, lo cual creo que podría tener éxito en este contexto particular. Esas personas activistas se han unido a un creciente movimiento de resistencia en toda América Latina que desafía las prácticas reparativas.

AWID: ¿Piensas que el caso de Scott Lively, de ser exitoso, podría tener un impacto sobre el movimiento transnacional ex gay?

AW: Sí, de hecho creo que ya lo ha tenido. Sobre todo, el caso de Scott Lively puede conducir a nuevos precedentes internacionales en apoyo a ciertos derechos sexuales y protecciones para personas LGBTI. El propio Scott Lively no ha mostrado mucho remordimiento o un cambio de opinión. En realidad, él continúa su campaña internacional para difundir mensajes de odio en otras regiones del mundo, particularmente en Rusia y Europa Oriental. Pero el caso ha traído un escrutinio público sin precedentes sobre el movimiento ex gay y Exodus Internacional en Estados Unidos, donde la legitimidad de tal movimiento ha sido blanco de un profundo cuestionamiento.

Eso no ha ocurrido en Uganda, [sin embargo,] donde el sentir público apenas ha cambiado y la mayoría de la población aún tiene que oír algo sobre el caso. Temo que tengamos un largo camino por recorrer en otros contextos para realmente prevenir la clase de daño que Scott Lively ha ayudado a encabezar en Uganda. El movimiento ex gay es difuso, descentralizado, flexible, estructurado de abajo hacia arriba y se introduce fácilmente en las ya bien apoyadas redes de ministerios cristianos evangélicos. Éstas son exactamente las características que hacen tan adaptable y resiliente al movimiento ex gay y dificultan tanto desafiarlo. Quienes se oponen al movimiento ex gay tendrán que organizarse para cuestionarlo en cada contexto local donde existe.

AWID: Desde que Exodus Internacional cerró sus puertas, ¿cuál ha sido el impacto sobre estos ministerios afiliados?

Exodus Internacional era de hecho un ministerio estadounidense miembro de la Alianza Global de Exodus, que continúa apoyando y conectando a centenares de ministerios en todo el mundo. La posición oficial de la Alianza Global de Exodus es que no está de acuerdo con la nueva perspectiva de Exodus Internacional (es decir, que la orientación sexual no puede ser cambiada). Por lo tanto, como lo ha hecho antes, continúa promoviendo bajo el lema “el cambio es posible” la “ayuda” para quienes—asevera—son 55 millones de personas homosexuales necesitadas en todo el mundo.

El cierre de Exodus Internacional tuvo un impacto material principalmente dentro de Estados Unidos, donde ha servido como paraguas y catalizador del movimiento ex gay. Su impacto simbólico—que ciertamente sí llegó a todo el mundo—ha sido más moderado fuera de Estados Unidos, donde la Alianza Global de Exodus continúa operando como lo ha hecho durante la última década. Esto incluye Camino de Salida, el ministerio en Ecuador del cual escribo. Estuve con el ministerio ecuatoriano cuando llegó la noticia sobre el “cierre” de Exodus Internacional. Ellos se sorprendieron, manifestaron su desacuerdo y sencillamente pasaron a otra cosa.

Como muchos otros, ellos categorizan el cierre de Exodus Internacional como una victoria del “cabildeo gay” o la “agenda gay”, retórica que refleja sus vínculos con el movimiento ex gay estadounidense y la “derecha cristiana” conexa. Al igual que numerosos ministerios afiliados a Exodus, Camino de Salida fue fundado por misioneros evangélicos de Estados Unidos pero ahora es dirigido por voluntarios ecuatorianos y contribuye también a aquello en lo que el movimiento ex gay está convirtiéndose a medida que continúa evolucionando. El movimiento ex gay realmente se ha globalizado. Retratar al movimiento transnacional ex gay sólo como una exportación maliciosa y paternalista de Estados Unidos sería negar su naturaleza contemporánea verdaderamente global, diversa, multilateral y descentralizada.

AWID: ¿Piensas que usar la ley es una vía para sentar las bases de una mayor legitimación y normalización de las personas LGBTI?

AW: Sí, absolutamente y, de nuevo, creo que eso ya ha ocurrido. Los recursos jurídicos son una parte necesaria de las estrategias multifacéticas que debemos desarrollar para desafiar los impactos negativos del movimiento ex gay. En mi opinión, a Scott Lively y sus colaboradores se les debería responsabilizar por sus acciones directas de apoyo a la creación del Proyecto de Ley contra la Homosexualidad y la campaña asociada a éste en Uganda.

Pero suele ser más difícil demostrar o rastrear un daño directo tal que sea suficiente para presentar un caso legal. Esto es particularmente cierto porque, a diferencia de Scott Lively, la mayor parte del movimiento ex gay condena la violencia o la discriminación como reacciones a las atracciones entre personas de un mismo sexo. Muchos ministerios ex gay también a menudo se esfuerzan estratégicamente por operar dentro de los límites de la ley—brindan servicios voluntarios y podría haber poco que la ley pueda hacer para prevenir que un ministerio ex gay con profesionales no autorizados ofrezca “servicios espirituales” privados sin costo alguno a clientes que ejercen su libertad de actuar. Muchos ministerios ex gay han adoptado (o cooptado) el lenguaje contra la discriminación, de la libertad de expresión y la libertad de culto para protegerse contra acciones legales y asegurar su capacidad de funcionar. Por esta razón creo que los recursos jurídicos en torno al discurso de incitación al odio, como el recurso que está siendo utilizado por mis colegas en Ecuador, pueden estar entre los más exitosos. Dicho esto, la educación pública y el diálogo continuos y el cambio cultural/actitudinal son los otros ingredientes necesarios—pero insuficientes—para desafiar al movimiento ex gay a largo plazo y poner un fin definitivo al daño que ha causado en Ecuador, Estados Unidos y otros países.

Más información:

Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 20 de diciembre de 2013. Título original: The Transnational Ex-Gay Movement. Traducción: Laura E. Asturias

[i] Annie Wilkinson es una investigadora feminista cuyo trabajo se centra en asuntos relacionados con género y sexualidad a nivel internacional. Tiene una Maestría en Género y Desarrollo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Ecuador, y actualmente apoya a investigadoras/es y activistas por los derechos humanos en África Oriental y Austral, América Latina y otros lugares como Coordinadora del Proyecto de Derechos Humanos de Benetech. Anteriormente trabajó como Oficial sobre Desarrollo en el Fondo Global para Mujeres.

[ii] Ver también Exodus Latinoamérica.

[iii] Ver: Terapia de reorientación sexual; ¿Funcionan las terapias de conversión de personas gay? y Homosexuales Anónimos: Historia, organización, programa, eficacia, crítica, la terapia de conversión y el movimiento ex gay.

[iv] Ver: Scott Lively enfrenta juicio por promover la homofobia en Uganda, Espíritu Gay, 15 de agosto de 2013.

[v] Sus próximos libros se titulan Sin sanidad no hay santidad: las prácticas reparativas en Ecuador, que será publicado por FLACSO-Ecuador, y Transgressing Transgenders: Exploring the borderlands of national, gender, and ethnic belonging in Ecuador [Transgéneros transgresores: Examinando las fronteras de la pertenencia nacional, de género y étnica en Ecuador], en Queering Paradigms [Paradigmas queer] (Peter Lang, en imprenta).

Category
Análisis
Region
Global
Source
AWID