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El Día Internacional de las Mujeres debe volver a sus raíces radicales

El tema para el Día Internacional de las Mujeres (en inglés) de este año no conecta con nosotrxs. #BalanceForBetter hace pensar en un cambio lento y gradual y presupone que si se otorga a las mujeres y niñas igualdad de acceso, entonces la sociedad automáticamente será mejor. 

"Mejor el equilibrio, mejor el mundo" - Cartel principal de la campaña para el Día Internacional de la Mujer 2019.

Sabemos que eso es falso. 

Acceso a un sistema capitalista quebrado que privilegia al 1% más rico a costa del resto del mundo significa que las comunidades más marginadas (incluyendo mujeres, niñas, y personas trans y de género no convencional) existan en sociedades injustas, precarias y frágiles. Esto, combinado con la creciente privatización de lo que deberían ser recursos comunes para todxs (incluyendo lo más básico de la tierra y el agua), y con la apropiación de muchos servicios públicos por parte de las corporaciones, pone en peligro las vidas y el bienestar de las personas pobres. 

En una declaración presentada recientemente al Secretario General de las Naciones Unidas, African Women’s Development Network for Communications (FEMNET) y la Asociación para los Derecho de las Mujeres y el Desarrollo (AWID), dijeron:

«Las políticas económicas neoliberales que son promovidas en todo el mundo por una mayoría creciente de gobiernos con el apoyo y la presión de las instituciones financieras internacionales (incluso a través de préstamos condicionados), han intensificado la mercantilización de la vida mediante la privatización de servicios públicos básicos y de recursos naturales.»

Esta apropiación corporativa de servicios que se supone deberían beneficiar a todxs, especialmente de los sectores de salud y educación, afecta principalmente a mujeres y niñas.

La Reportera Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Educación dijo en un informe de 2017:

«Las mujeres y las niñas son excluidas con frecuencia de la educación. Las familias a menudo favorecen a los niños cuando se trata de invertir en educación.»

Los derechos de las niñas a la educación de calidad, especialmente de aquellas que provienen de las comunidades menos privilegiadas, se ven afectados negativamente cuando las escuelas públicas son privatizadas. Una investigación realizada por organizaciones feministas y de derechos de las mujeres ha mostrado las formas en las que el sesgo de género afecta las decisiones que toman las madres y los padres cuando tienen que pagar la educación y tienen que elegir a cuál de sus hijxs enviar a la escuela. Es bajo esta luz que debemos mirar con gran preocupación la tendencia creciente a traspasar el sector educativo hacia el sector privado.

El gobierno de Ghana, por ejemplo, anunció recientemente que estaba buscando privatizar la gestión de algunas escuelas primarias. Esta decisión está siendo cuestionada por una cantidad de sindicatos docentes, incluyendo el Sindicato de Maestrxs y Trabajadorxs de la Educción de Ghana, la Coalición de Maestrxs Preocupadxs, la Asociación Nacional de Maestrxs Graduadxs y la Asociación Nacional de Maestrxs de Ghana. Lx secretarix general de la Asociación Nacional de Maestrxs de Ghana describió esta movida «… como una sutil y eventual privatización, comercialización y mercantilización de la educación pública en Ghana». 

Esta tendencia de gobiernos que buscan al sector privado para gestionar el sector educativo también se ha visto en otras partes de África occidental, incluyendo Liberia

No hay duda de que se necesitan inversiones significativas en los sectores de educación. Lamentablemente, los gobiernos en el sur global están buscando estos recursos en los lugares equivocados. El trascendental informe producido por el Panel de alto Nivel sobre Flujos Financieros Ilícitos desde África (también conocido como informe Mbeki, disponible en inglés y francés) señaló que África está perdiendo más de 50 mil millones de dólares por año en flujos financieros ilícitos (FFI). Como se destaca en un informe de AWID, los FFI tienen un impacto severo en el desarrollo del continente. Estos recursos que el continente pierde deberían ser aprovechados e invertidos en el sector social, incluyendo la educación y la salud. 

La privatización de los servicios sociales y la reducción de la protección social está en el corazón de la ola de gobiernos neoliberales en América del Sur, que promueven políticas de austeridad que profundizan las desigualdades estructurales de género. Como esto se combina con el auge de la derecha conservadora en América del Sur, incluyendo el nuevo gobierno fascista de Brasil, los movimientos feministas del sur entienden que este no es momento para llamados moderados a la igualdad y el equilibrio. 

En Uruguay, la convocatoria a la acción para el #8M declara «Ante el fascismo, más feminismo». Es un llamado a la solidaridad feminista internacional para resistir la amenazas diarias que intentan hacernos retroceder siglos cuando se trata de la justicia y los derechos sociales y de género. También es un aviso de que los movimientos feministas están forjando nuevas realidades que no se tratan sólo de igualdad, sino también de cambio radical.  

Así que en este Día Internacional de las Mujeres hacemos un llamado para volver a las raíces radicales centradas en los derechos de lxs trabajadorxs y en la justicia. Esto no convoca al equilibrio.

Convoca a una transformación radical de la sociedad basada en los principios hermanos de equidad y justicia.

Este artículo fue publicado originalmente en IPS

Category
Análisis
Region
Global
Source
AWID / IPS