Activistas y responsables políticos ultraconservadores se reunieron en Budapest, Hungría, del 25 al 28 de mayo para el undécimo Congreso Mundial de las Familias (WCF, por sus siglas en inglés) bajo la consigna «Construyendo naciones amigas de la familia: haciendo familias fuertes otra vez».
Se trata del congreso anual más grande de la derecha. Este año quienes lo organizan han declarado que esperan que el Congreso «ayude a lanzar una nueva alianza mundial a favor de la familia entre países dedicados a la defensa del matrimonio, la familia y la santidad de la vida humana».
Durante los cuatro días del Congreso, delegados del clero, sociedad civil, sector privado y de la política construyeron relaciones y aprendieron de manera mutua las tácticas que cada quien utiliza para lograr un cambio regresivo – todo bajo el auspicio del Primer Ministro de Hungría.
Lo que más preocupa es que el Congreso no es un evento aislado. De hecho, es un ejemplo arquetípico de tendencias mucho más amplias. Un nuevo informe lanzado el 24 de mayo (en inglés) documenta el crecimiento numérico, la mayor coordinación, y las estrategias cada vez más sofisticadas con las que actores anti-derechos operan en los espacios internacionales, y el impacto significativo que han tenido hasta la fecha.
Antecedentes de la investigación
En 2016 un grupo de organizaciones y activistas, incluyendo AWID, lanzaron un proyecto colaborativo llamado Observatorio de la Universalidad de los Derechos (OURs, por sus siglas en inglés)
El proyecto surgió en parte de una reunión estratégica sobre fundamentalismos religiosos, convocada por AWID en 2013. Allí, varixs participantes expresaron su preocupación por los efectos de los grupos ultraconservadores sobre nuestros derechos humanos ,y también compartieron el trabajo de resistencia que ya estaban realizando .
Se hizo visible una tendencia clara:
La universalidad es la piedra angular del derecho internacional de los derechos humanos. Afirma que todas las personas tenemos igual derecho a nuestros derechos humanos por el simple hecho de ser humanos, sea cual sea nuestra nacionalidad, lugar de residencia, género, raza, origen étnico, religión, idioma, sexualidad o cualquier otra condición.
La iniciativa OURs decidió realizar un estudio exhaustivo de las fuerzas que están trabajando para socavar la universalidad, el impacto que han tenido hasta la fecha y, finalmente, lo que esto podría significar para la vida de las personas.
¿Qué descubrimos?
1. Un muy importante y complejo cabildeo anti-derechos
La investigación reveló un nivel sin precedentes de participación de actores anti-derechos en los espacios internacionales de derechos humanos. Tras sus primeras incursiones en espacios de Naciones Unidas durante las conferencias de Beijing y El Cairo, en la década de los noventa, estos actores ultraconservadores se han dedicado a tener más presencia en espacios de política internacional.
Una de las tendencias más importante para resaltar es la de creación de alianzas estratégicas. El informe explica cómo el cabildeo anti-derechos en las Naciones Unidas se ha ido complejizando y evolucionando, pasando de las viejas modalidades de afiliación, basadas en la religión o institución, a una organización pragmática basada en objetivos compartidos.
2. Un repertorio de estrategias en plena evolución
Otro hallazgo sorprendente de la investigación es que los actores ultraconservadores, a pesar de toda su rigidez cuando se trata de cosmovisión, se mueven con los tiempos cuando se trata de estrategia.
Antes, los actores anti-derechos exponían de forma explícita sus motivaciones religiosas o «morales»; ahora apelan a argumentos supuestamente intelectuales o basados en las «ciencias sociales». Además, cuando les resulta difícil infiltrarse o influenciar ciertos organismos de derechos humanos, los grupos anti-derechos buscan nuevos puntos de entrada.
Estas son algunas de las tendencias principales que las estrategias utilizadas evidencian:
- Aprender de las estrategias de organización de feministas y otrxs actores progresistas.
- Replicar y adaptar en el nivel internacional tácticas que fueron exitosas a nivel nacional.
- Pasar de un énfasis en la 'protesta simbólica' a convertirse en infiltradxs que están subvirtiendo el sistema.
3. Doble discurso de expertos
El informe describe los múltiples discursos creativos que utilizan los actores anti-derechos para socavar la universalidad de los derechos. En muchos casos, toman una preocupación o lucha legítima y se la apropian para su agenda.
Un ejemplo de ello es el empleo de un discurso antiimperialista por parte de estados y organizaciones de la sociedad civil ultraconservadores. Este discurso sugiere que organismos de la ONU o Estados que actúan a través de la ONU atacan injustamente a los gobiernos nacionales.
Por supuesto, hay mucho para decir sobre los casos en que los gobiernos nacionales son intimidados por otros estados y por instituciones internacionales.
Sin embargo, hemos documentado las maneras en que se están apropiando de este discurso para presentar a una institución poderosa, el estado, como víctima, para justificar excepciones nacionales a los derechos universales. Con frecuencia, muchos de quienes emplean este discurso son organizaciones basadas en el Norte global.
Otro hallazgo importante es la tendencia a cooptar e incorporar el mismo lenguaje de los derechos humanos, derechos de las mujeres e incluso la noción de «universalidad».
Para dar solo un ejemplo, actores conservadores han intentado crear una nueva categoría de «derechos parentales», que no tiene ningún sustento en los estándares de derechos humanos existentes.
Aunque pareciera ser una categoría legítima de derechos humanos, este peligroso marco busca tergiversar las protecciones existentes de los derechos de las niñas y niños, tal como están expresados en la Convención sobre los Derechos del Niño, con el objetivo de incrementar los derechos de los padres y madres a controlar sus hijas/os y limitar sus derechos y autonomía.
4. El impacto sobre nuestros derechos es grave…pero hay esperanza
Los actores anti-derechos ya han tenido un impacto importante en nuestro marco de derechos humanos, especialmente en los derechos relacionados con el género y la sexualidad.
Tomemos por ejemplo la Comisión de la Condición Jurídica y Social de las Mujeres (CSW). Justo en el momento en que el abordaje de los derechos humanos de las mujeres es de suma urgencia, ha sido cada vez más difícil lograr avances en el mismo espacio dedicado a ello. Gran parte de nuestra energía la pusimos en mantenernos firmes contra la reacción conservadora, ¡incluso defendiendo acuerdos que se hicieron hace 20 años!
En el Consejo de Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés), no obstante algunos avances progresistas, hemos visto el crecimiento de la participación de estados ultraconservadores quienes negocian agresivamente para eliminar lenguaje positivo e introducir enmiendas hostiles a las resoluciones.
Se siente la presencia de actores regresivos en muchos otros espacios más allá de estos dos ejemplos. Sin embargo, no debemos darnos por vencidxs.
En primer lugar, debemos recordar que estos avances responden, al menos en parte, a los logros del feminismo y otros movimientos progresistas; el contragolpe es indicativo de la magnitud de nuestro poder.
También podemos armarnos de valor al considerar todas las veces en que fracasaron los intentos de actores anti-derechos gracias al esfuerzo sostenido de activistas progresistas.
Consideremos la mínima cantidad de lenguaje regresivo que los actores conservadores lograron que se incorporara en la Agenda 2030, los intentos repetidos e infructuosos de bloquear el nuevo mandato del Experto Independiente sobre la orientación sexual e identidad de género, o las disposiciones sólidas sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la resolución de 2016 sobre discriminación contra las mujeres, del Consejo de Derechos Humanos. Estas agendas regresivas pueden ser y serán desbaratadas.
Entender los ataques para fortalecer nuestros derechos
Esta investigación se fundó en la creencia de que para contrarrestar el avance de nuestros «oponentes» en los espacios de derechos humanos debemos tener un conocimiento profundo de las formas en que trabajan. Al ser este el primer informe del OURs, nos enfocamos en la amenaza en sí.
Unx podría preguntarse si esta mirada minuciosa a los esfuerzos del cabildeo anti-derechos exagera los aspectos negativos de lo que está sucediendo. Esperamos que este primer informe sirva como base sólida para crear conciencia y poder actuar en este ámbito. A medida que avancemos, el plan es construir sobre estos hallazgos, documentando los logros importantes de feministas y otros actores progresistas en años recientes.
Hay muchxs activistas progresistas que están haciendo un trabajo notable y constante a favor de los derechos relacionados con el género y la sexualidad. Somos muchxs, y somos fuertes. Esperamos que esta investigación proporcione el conocimiento para que podamos hacer nuestra lucha colectiva cada vez más estratégica, proactiva y mucho más eficaz.
Participa en la iniciativa OURs
¡Trabajemos juntxs para defender la universalidad de los derechos!