Recientemente, un conjunto de feministas y organizaciones feministas mantuvieron un encuentro para analizar las causas fundamentales de la desigualdad en el acceso a la salud y a las vacunas que salvan vidas en todo el mundo. Un factor clave que agrava esta injusticia es el acaparamiento de vacunas que hacen los Estados ricos del Norte y la interferencia de poderosas corporaciones transnacionales y filantrocapitalistas en los esfuerzos para garantizar una vacuna global y asequible contra el COVID-19.
En la pandemia global en curso, los Estados ricos y las corporaciones siguen poniendo al nacionalismo y el lucro por delante de la salud y la vida de los pueblos. Rechazamos las soluciones de mercado para la salud, los derechos y la justicia por ser contrarias a los valores feministas.
Los Estados de ingresos altos y las corporaciones farmacéuticas hacen chantaje con la asequibilidad y disponibilidad de las vacunas, que son un bien público global. El nacionalismo de las vacunas se interpone en la distribución equitativade las vacunas para prevenir el COVID-19, dado que los países ricos del Norte acaparan estos recursos en cantidades desmesuradas a expensas del resto del mundo. Dichos países se apuraron a reservar miles de millones de dosis (incluso antes de que estuvieran aprobadas para su uso) con las que podrían haber vacunado a su ciudadanía muchísimas veces, situación que ha producido una escasez artificial de vacunas. En febrero de 2021, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró que son por lo menos 130 los países que todavía no recibieron una sola dosis de la vacuna contra el COVID-19.
Es claro que la demanda mundial de vacunas supera en mucho la oferta actual. Sin embargo, los países de ingresos altos, con el respaldo y la presión ejercida por las corporaciones más poderosas, se opusieron a la exención de la protección a la propiedad intelectual para las vacunas contra el COVID-19 en los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) . Dicha exención hubiera permitido suspender temporalmente los derechos de propiedad intelectual como las patentes y los derechos de autoría para potenciar la capacidad mundial de fabricación y así cubrir la necesidad actual de vacunas. La interferencia del filantrocapitalismo entorpece todavía más la justicia asociada a las vacunas. La Fundación Gates, conocida por facilitar la adquisición por parte de las corporaciones de semillas,sistemas de agricultura y de salud, habría presionado a la Universidad de Oxford para que revirtiera su decisión de trabajar sin exclusividad y libre de regalías con múltiples contrapartes. El hecho de que la Fundación Gates haya invertido directamente en algunas de las grandes corporaciones farmacéuticas, y de que su cúpula ejecutiva esté integrada por personasque antes trabajaron paraalgunas de las grandes farmacéuticas indica - como mínimo - la existencia de un conflicto de intereses.
INVITAMOS A LOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS Y POR LA JUSTICIA DE GÉNERO DE TODO EL MUNDO A EXPRESARSE Y EXIGIR LO SIGUIENTE:
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A TODOS los países: que apoyen sin condiciones la exención de los ADPIC en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que propusieronla India y Sudáfrica con el respaldo de otros Estados para resistir al monopolio de la investigación y la información realizadas con financiamiento público por parte de las corporaciones, y hacer que estas cumplan su obligación de garantizar el acceso universal y equitativo a las vacunas contra el COVID-19. Esto permitiría a las empresas farmacéuticas de todo el mundo producir las vacunas que la gente necesita con tanta desesperación.
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Apoyo a un tratado internacional jurídicamente vinculante sobre empresas y derechos humanos que impida a las poderosas corporaciones transnacionales explotar la falta de recursos que impera en los servicios de salud pública y las instituciones sanitarias internacionales. Nadie controla el poder invisible que ejercen las corporaciones, sobre todo las grandes farmacéuticas, y eso deja la puerta abierta a la impunidad. No alcanza únicamente con iniciativas como el mecanismo COVAX para superar la desigualdad en materia de vacunas; debemos desafiar a las fuerzas políticas y económicas que generan la desigualdad en primer término.
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Que los Estados y las instituciones multilaterales salvaguarden las instituciones públicas y los centros de investigación para preservar su independencia frente a los intereses corporativos que buscan lucrar con la pandemia, y que garanticen, respeten y promuevan «el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental». Se debe salvaguardar la salud pública de los intereses políticos y de lucro que a la larga condenan a millones a la muerte.
Nuestro mundo enfrenta desafíos sin precedentes que solo pueden superarse si cuestionamos el nacionalismo delas vacunas y resistimos al dominio que las corporaciones ejercen sobre nuestra salud y nuestras vidas. Ello implica, entre otras cosas, oponerse al filantrocapitalismo que efectivamente promueve la privatización de los bienes públicos, incluidos los medicamentos que salvan vidas.
Tenemos mucho que aprender de los movimientos sociales que se organizaron durante el pico de la epidemia de VIH/SIDA. Sin el esfuerzo mancomunado de las personas que viven con VIH y con SIDA, los movimientos LGBTIQ y feministas, la sociedad civil, el mundo académico, autoridades progresistas encargadas de formular políticas y la presión de la opinión pública, los esfuerzos para garantizar medicamentos genéricos de bajo costo y los logros en el camino hacia la eliminación del VIH/SIDA no hubieran sido posibles. Ha llegado el momento de ponerle freno a quienes lucran con la pandemia. Es hora de que nosotrxs, los pueblos y nuestros movimientos feministas y sociales, exijamosvacunas y salud gratuitas y accesibles para todas las personas.
Esta declaración la formularon lxs participantes en el aula abierta y sesión estratégica #VacunasJustas organizada por el African Center for Biodiversity (ACBIO), la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID), Global JusticeNow, Realising Sexual and Reproductive Justice (RESURJ), Transnational Institute (TNI) y Treatment Action Campaign (TAC)