NOTAS DE LOS VIERNES: Durante las negociaciones este año en la 58ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW58), activistas, organizaciones y movimientos por los derechos de las mujeres trabajaron muy arduamente para conservar el lenguaje, obligaciones y compromisos existentes de los derechos humanos e intentaron impulsar lenguaje que contuviera compromisos claros para la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres; pero también estuvieron presentes potentes fuerzas fundamentalistas repeliendo todo intento de avanzar en un lenguaje progresista relacionado con los derechos.
Por Susan Tolmay y Alejandra Scampini[i]
El tema prioritario de la CSW58, que se llevó a cabo en Nueva York del 10 al 21 de marzo de 2014, fue “Desafíos y logros en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para las mujeres y las niñas”. Activistas por los derechos de las mujeres vimos esto como una oportunidad para aprender de las limitaciones del proceso de los ODM y abogar por una nueva Agenda de Desarrollo posterior a 2015, cuando los ODM expiren, que se base en la universalidad de los derechos humanos, una igualdad sustantiva y un marco de redistribución que reduzca las desigualdades de riqueza, poder y recursos.
Contexto actual de crecientes contragolpes y las fuerzas fundamentalistas
Al evaluar las Conclusiones Convenidas (CC) de la CSW58, no es tan sencillo como hablar de ganancias y pérdidas, ya que las negociaciones en la CSW son mucho más complejas, por lo que reducirlas a éxitos y fracasos pasaría por alto las importantes dinámicas y geopolítica que están en juego en este espacio frecuentemente controvertido. Las Conclusiones Convenidas "contienen un análisis del tema prioritario y un conjunto de recomendaciones concretas para los gobiernos, los organismos intergubernamentales y otras instituciones, actores de la sociedad civil y otras partes interesadas pertinentes, que se aplicarán a nivel internacional, nacional, regional y local." La oposición fue fuerte este año y todo el lenguaje relacionado con los derechos fue discutido.
El documento reconoce de manera importante que “casi 15 años después de que los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron puestos en marcha, ningún país ha alcanzado la igualdad para las mujeres y las niñas, y persisten niveles significativos de desigualdad entre mujeres y hombres”.[ii] Asimismo, resalta que varios asuntos cruciales no fueron abordados adecuadamente en los ODM, entre ellos la violencia contra mujeres y niñas; el matrimonio infantil, precoz y forzoso; la carga desproporcionada de trabajo no remunerado de las mujeres y las niñas, particularmente trabajo de cuidados no remunerado; el acceso de las mujeres a trabajo decente; la disparidad salarial en función del género; el empleo en el sector informal; el trabajo mal remunerado y estereotipado por motivos de género, como lo son el trabajo doméstico y el de cuidados; el acceso, control y propiedad igualitarios de las mujeres en lo concerniente a bienes y recursos naturales—incluyendo tierra, energía y combustibles—y sus derechos a la herencia; así como la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.[iii]
Luchando en gran medida por conservar lo que ya tenemos, con progresos limitados
Las reacciones iniciales de AWID al borrador de las Conclusiones Convenidas (CC) describió cinco áreas que necesitaban ser abordadas para “un programa de desarrollo post-2015 que sea osado, justo y transformador”. Nuestro análisis inicial mostró que, si bien hubo algunos progresos, queda mucho camino por recorrer en la mayoría de áreas.
Aunque la Comisión reconoció las crisis financieras y económicas mundiales, así como su impacto adverso sobre el desarrollo y el logro de los ODM,[iv] se quedó corta en cuanto a reconocer las causas estructurales de la desigualdad de género y del empobrecimiento y falló en establecer el vínculo entre la economía y el desarrollo; tampoco resaltó la necesidad de un cambio en el paradigma del desarrollo ni la necesidad de regulaciones y de exigir cuentas a los responsables. Por el lado positivo, la Comisión reconoció la necesidad de abordar “los factores múltiples y confluyentes que contribuyen al impacto desproporcionado de la pobreza sobre las mujeres y las niñas a lo largo de su ciclo de vida, incluyendo el acceso igualitario de las mujeres a un empleo pleno y productivo y a trabajo decente, la participación e integración plenas de las mujeres en la economía formal, un salario igualitario por igual trabajo o trabajo de igual valor y un reparto equitativo del trabajo no remunerado”.[v]
En lo concerniente a posicionar a los derechos humanos en el centro de los debates sobre el desarrollo, las CC reafirmaron el Programa de Acción de El Cairo y la Plataforma de Acción de Beijing, pero lamentablemente no reconocieron la trascendental Declaración y Programa de Acción de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos que se celebró en Viena hace 20 años. Fue un momento decisivo para los derechos y los movimientos de mujeres, afirmó que "Los derechos humanos de las mujeres y de las niñas son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales". Y aunque en el párrafo 41 reconoce “que todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí y que la comunidad internacional debe tratarlos globalmente de manera justa y equitativa”,[vi]en las dos semanas de negociaciones faltó reconocimiento de la indivisibilidad de los derechos humanos. Las y los defensores de los derechos están horrorizadas/os por cómo se utiliza la geopolítica y cómo los Estados utilizan ciertas cuestiones como moneda de cambio, las cláusulas relacionadas con el desarrollo y los derechos humanos compiten contra los derechos de las personas discriminadas por su orientación sexual e identidad de género real o percibida (SOGI), lo que muestra una clara desconexión en la comprensión de la indivisibilidad de los derechos humanos.
En las CC se excluyó lenguaje específico relacionado con la violencia y discriminación que las personas enfrentan debido a su orientación sexual e identidad de género reales o percibidas, pese a los principios de los derechos humanos que consagran la no discriminación como un principio fundamental para que los derechos humanos sean garantizados. Diversas/os activistas, organizaciones y movimientos por los derechos humanos han expresado indignación por la manera en que los gobiernos usan la geopolítica para tomar decisiones que afectan las vidas de las mujeres. En la “CSW58: Declaración del Grupo de Acción y Aliadas/os de Lesbianas, Bisexuales y Trans*“ señalan: “Todos/as sabemos que la orientación sexual y la identidad de género han sido un trasfondo en las discusiones sobre varios asuntos ‘controversiales’. Y estamos cansados/as de la ignorancia deliberada, el tibio apoyo o las manifiestas concesiones ante presiones geopolíticas que hacen imposible un simple reconocimiento de nuestras vidas y comunidades”. Concluyen afirmando: “El reconocimiento y la realización de los derechos y necesidades de todos los grupos, independientemente de la orientación sexual o la identidad o la expresión de género, son un paso crucial hacia el desarrollo sostenible de todas las naciones. Es hora de que los gobiernos reconozcan lo que todos/as sabemos que es verdad”.
Las Conclusiones Convenidas sí reconocieron la importancia de invertir en “atención integral y de calidad para la salud sexual y reproductiva”, incluyendo anticoncepción de emergencia, información y educación, aborto seguro donde la ley lo permite, así como prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual y de la infección por VIH. Además, las CC instaron a que se reconozcan los derechos humanos de las mujeres a “decidir libre y responsablemente sobre cuestiones relativas a su sexualidad ... sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia”. Sin embargo, principios fundamentales de derechos humanos—la realización progresiva, los máximos recursos disponibles, la no regresión, los niveles esenciales mínimos de los derechos y las obligaciones mínimas, la rendición de cuentas y la transparencia, las obligaciones extraterritoriales, la no discriminación y la igualdad—fueron eliminados.
En las CC hay un lenguaje fuerte sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, incluyendo la referencia explícita a eliminar todas las prácticas tradicionales nocivas—entre ellas la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, precoz y forzoso—mediante la promulgación y aplicación de leyes,[vii] pero no hay una clara vinculación de esa violencia con los conflictos, la militarización y el auge de los fundamentalismos. Las CC sin embargo instan a que se adopten medidas dirigidas a aplicar y vigilar los ODM para las mujeres y las niñas en situaciones de conflicto armado y post-conflicto, así como para mujeres y niñas afectadas por extremismo violento. Específicamente exhortan a “poner fin a la impunidad velando por que quienes perpetran los delitos más graves contra las mujeres y las niñas rindan cuentas de sus actos y sean castigados con arreglo al derecho nacional e internacional, y asegurar que los presuntos autores de esos delitos rindan cuentas conforme a la justicia nacional o, cuando proceda, la justicia internacional”.[viii]
En lo que respecta a proteger a las defensoras de los derechos humanos (WHRD), la sesión de este año de la CSW exhortó a que se reconozca la función pública y legítima que las WHRD juegan en promover y proteger los derechos humanos, la democracia, el imperio de la ley y el desarrollo, como también a que se adopten medidas apropiadas, robustas y prácticas para protegerlas.[ix] No obstante, la Comisión perdió la oportunidad de incluir lenguaje relacionado con poner fin a las específicas formas de impunidad, el hostigamiento, la criminalización y agresión que las WHRD sufren a diario.
En lo relativo a garantizar la existencia de mecanismos sólidos de rendición de cuentas, seguimiento y evaluación, las CC reconocen que los mecanismos de rendición de cuentas de los ODM fueron débiles, y que hay una necesidad de rendición de cuentas por violaciones a los derechos humanos de las mujeres y las niñas.[x]Sin embargo, en la versión final de las CC se excluyeron referencias a la rendición de cuentas por parte de actores estatales y no estatales en cuanto a la promoción de la igualdad de género, los derechos de las mujeres y su empoderamiento. También fue excluido lenguaje para asegurar acceso a remedios, reparación y compensación. Aunque la sección E se relaciona con asegurar la participación y el liderazgo de las mujeres en todos los niveles y con el fortalecimiento de la rendición de cuentas, la frase ‘rendición de cuentas’ no aparece en ningún otro lugar más que en el título de la sección.
El financiamiento para los derechos humanos de las mujeres, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres quedó ausente en los ODM. Durante las negociaciones en la CSW, AWID y otras activistas del Grupo de Acción por los Derechos de las Mujeres insistimos en que se incluyeran la financiación y los recursos como un área específica de preocupación. Aunque nos complace que en el documento final se incluyó algún lenguaje, con referencia directa a una presupuestación sensible al género y auditorías de género, así como una sección sobre maximizar las inversiones en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres,[xi] esto no es suficiente. Continuaremos cabildeando por esta prioridad para asegurar que los Estados cumplan con los compromisos vigentes y hagan del financiamiento para los derechos de las mujeres central en procesos adicionales de la agenda posterior a 2015, incluidos los debates sobre la Financiación para el Desarrollo.
De cara al futuro
Las activistas por los derechos de las mujeres ven con beneplácito la referencia explícita en las CC a la necesidad de aprender lecciones sobre la aplicación de los ODM para moldear la Agenda de Desarrollo posterior a 2015, ya que exhortan a los Estados a “afrontar desafíos críticos remanentes a través de un enfoque transformador e integral”, como también a que “la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y los derechos humanos de las mujeres y las niñas queden reflejados como un objetivo separado y se les integre por medio de metas e indicadores en todos los objetivos de cualquier nuevo marco del desarrollo”.[xii]
Las activistas por los derechos de las mujeres continuaremos abogando en los próximos espacios de negociación, incluyendo las negociaciones del Grupo de Trabajo de Composición Abierta de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); 2) la próxima Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo 20 años después de El Cairo y otros procesos relacionados directamente con las negociaciones de la Agenda de Desarrollo posterior a 2015, exigiendo una exhaustiva agenda de desarrollo con los derechos de las mujeres y los derechos humanos en su centro.
Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 4 de abril de 2014. Título original: CSW58 – Too Much Time Spent Pushing Back. Traducción: Laura E. Asturias
[i] AWID publicará pronto un análisis a profundidad de las Conclusiones Convenidas de la CSW en las cuales se basa este artículo. Visita awid.org para leer este próximo análisis.
[ii] Conclusiones Convenidas de la CSW58, párrafo 12. [Nota de la traductora: Todas las citas en español de porciones de las Conclusiones Convenidas no son textuales porque la versión española de éstas aún no se encuentra disponible. Visitar más adelante este sitio para obtener versiones en seis idiomas, incluso en español.
[iii] Ibídem, párrafo 28.
[iv] Ibídem, párrafo 35.
[v] Ibídem, sección A (k).
[vi] Ver párrafo 5 de la Declaración y Programa de Acción de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos.
[vii] Ibídem, párrafo 28 y sección A (m).
[viii] Ibídem, sección B (ss).
[ix] Ibídem, sección B (f).
[x] Ibídem, párrafo 28 y sección A (c).
[xi] Ibídem, párrafo 38 y sección C (aaa) y (bbb).
[xii] Ibídem, párrafo 43.