NOTAS DE LOS VIERNES: Costa de Marfil se ha encontrado en un callejón sin salida político desde que se proclamaron los cuestionados resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en noviembre 2010: los dos candidatos reivindican la victoria y ambos han prestado ya juramento – desde ese momento, el país tiene dos presidentes y dos gobiernos. Con el fin de entender el impacto que esta situación tiene sobre las mujeres y las organizaciones de derechos de las mujeres, AWID ha conversado con dos defensoras de los derechos de las mujeres, Mata Coulibaly, presidenta de SOS EXCLUSION y Honorine Sadia Vehi Toure, presidenta de Génération Femmes du troisième Millénaire (Generación mujeres del tercer milenio), así como con una política marfileña, que ha preferido guardar el anonimato y a la cual le daremos el seudónimo de Sophie.
Por Massan d’ALMEIDA
El 28 de noviembre 2010, Costa de Marfil organizó la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales – la primera vuelta había tenido lugar en octubre luego de varios aplazamientos. De los catorce candidatos (1) que participaron de la primera vuelta, los dos que obtuvieron más votos y que por lo tanto eran elegibles para la segunda vuelta, eran Allassane Ouattara y Laurent Gbagbo, el presidente saliente. Después del voto, la Comisión Electoral Independiente declaró a A. Ouattara vencedor de las elecciones, pero estos resultados fueron invalidados por la Corte Constitucional de Costa de Marfil quién proclamó a rival L. Gbagbo como el nuevo presidente electo de Costa de Marfil. Desde entonces, se engendró una nueva crisis en el país; L. Gbagbo, el presidente saliente “se rehúsa a ceder a la presión internacional y a retirarse” (2) para ceder el lugar a A. Ouattara reconocido por el conjunto de la Comunidad internacional.
Mata Coulibaly y Honorine Sadia Vehi Toure, las dos defensoras de los derechos de las mujeres que hemos entrevistado, nos han comentado cómo la población vive esta situación: “Estamos viviendo una situación de crisis. Y esto es muy difícil. Se viven grandes tensiones en el país. Nuestras jornadas son siempre inciertas ya que se declaran huelgas a todo momento” nos dijo Coulibaly, y Toure agregó: “Es una verdadera crisis. Un verdadero estrés. No sabemos que nos deparará el mañana. La situación social se deteriora día tras día, esto es angustiante y enervante hasta el extremo”.
La crisis política actual en Costa de Marfil implica importantes repercusiones de tipo diplomático, financiero, económico y social sobre la población, incluidas las mujeres y las organizaciones que defienden sus derechos.
Debido a la negativa de L. Gbagbo, de retirarse, varias organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) han adoptado medidas punitivas contra él, sus familiares y contra la Costa de Marfil.
Impactos de la crisis sobre la vida cotidiana de los hogares de Costa de Marfil
Antes de la crisis post-electoral, las perspectivas económicas de Costa de Marfil parecían haber mejorado, con un crecimiento del 3,8% en 2009 y con previsiones optimistas debidas al aumento de los ingresos del cacao y de las exportaciones de petróleo. El costo económico del conflicto ha sido grave: el producto interno bruto (PIB) per cápita disminuyó un 15% entre 2000 y 2006, la pobreza ha aumentado constantemente y la clasificación de Costa de Marfil en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas ha bajado del lugar 154 en 1999 al 166 en 2007 (3). En el año 2010, recuperó el lugar 149. (4)
La crisis actual viene a empeorar una situación que ya era bastante precaria y pone de relieve el empobrecimiento de la población, teniendo un fuerte impacto en la vida cotidiana de las familias de Costa de Marfil. De hecho, hace que aumenten los precios de los productos de primera necesidad y que se aliente la especulación (5). Como lo ha señalado Toure: “Los precios se han disparado en el mercado, por lo que algunos artículos de primera necesidad son difíciles de conseguir (aceite, azúcar, carne e incluso cebolla). Esto constituye un verdadero suplicio para los hogares. Antes, ya sólo se comía una vez al día en los hogares encabezados por mujeres, comprenda lo difícil que es comer en esas familias. Nadie logra arreglárselas”. Y Coulibaly agrega: “la vida se ha vuelto mas lenta. Los precios se han disparado. Por ejemplo, a veces falta gas, una cantidad de carbón que antes costaba 100 FCFA ahora cuesta 200 FCFA. El kilogramo de cebolla dura, ha pasado de 450 FCFA a 1000 FCFA. La cebolla de Niamey pasó de 600 FCFA a 1500 FCFA, el kilogramo de carne vacuna ha aumentado de 1900 FCFA a 3000 FCFA.
Teniendo en cuenta estos ejemplos, es fácil entender el impacto de esta crisis sobre el contenido de la canasta familiar (o básica). Y este incremento de precios tiene un impacto fuerte en las vidas de los marfileños. Los salarios se han mantenido iguales pero los precios se han disparado. Esto lleva a las mujeres a tener que calcular más para llegar a alimentar a sus familias. Da igual que el jefe de familia sea mujer u hombre, tendrán que superar las mismas dificultades”. Sophie también asegura que los precios de los alimentos se han duplicado y que los de las otras materias primas como el aceite se han triplicado y es muy difícil para las familias de renta media, poder comer, porque todo se ha vuelto muy caro.
La situación es la misma en las otras ciudades y localidades del país. Coulibaly afirma que “la crisis actual provoca las mismas consecuencias en todo el territorio marfileño. En Korhogó (norte), en Buaké (centro), en Man y Duokué (oeste), ciudades de las cuales poseemos informaciones, los precios de los productos básicos han casi duplicado. Las poblaciones están cansadas y se van empobreciendo cada día más. Además, el sector privado se ve amenazado por despidos que podrían llevar a la hambruna a una buena parte de la población. Acabamos de enterarnos que con el cierre de los puertos de Abidjan y San Pedro, no tendremos más gas en unos días. Costa de Marfil exporta toda su producción. Y no hay que olvidarse de las personas enfermas de SIDA/VIH que ya no pueden adquirir antirretrovirales. Esto provoca deliberadamente la proliferación de la enfermedad y el empeoramiento de los casos existentes”. Toure describe una situación casi idéntica: “todos, en todo el territorio sufren un empobrecimiento. Usted sabe que antes de las elecciones, el país aún no se había reunificado como es el caso ahora, y por lo tanto en el Centro, el Norte y el Oeste (CNO) las condiciones de vida eran ya difíciles. El Sur tampoco se salvaba, pero padecía en grado menor. Ahora les puedo asegurar que las cosas no mejoran, ni en un lugar ni en otro. Ya sea en ciudades, aldeas, en zonas urbanas como en zonas rurales, todos están en el mismo barco".
Violencias, violaciones de los derechos y seguridad de los defensores de los derechos humanos
Después de una primera ronda electoral relativamente pacífica a finales de octubre, violencias y abusos fueron reportados por primera vez en las diferentes regiones de Costa de Marfil. Estos incidentes indican el grave deterioro de la situación general de los derechos humanos y nos hacen recordar las atrocidades cometidas durante la última década. En varias ocasiones, las organizaciones de defensa de los derechos humanos en África, Europa y los EE.UU. han dado la voz de alarma, entre ellas Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas celebró una sesión especial dedicada a la Costa de Marfil en Ginebra, el 23 de diciembre, durante la cual la Secretaria de Estado, Hillary Clinton dio un discurso y la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, condenó enérgicamente las violaciones de los derechos humanos cometidas en Costa de Marfil. La Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) también ha expresado su preocupación por la evolución de la situación.
La mayoría de los delitos que hasta la fecha se han reportado, están relacionados con redadas nocturnas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad y otros grupos, en los barrios de Abidján que se consideran poblados, predominantemente, por partidarios de A. Ouattara. Organizaciones de derechos humanos han informado de una serie de secuestros en circunstancias similares. Las víctimas de estos secuestros fueron reportados como desaparecidos o hallados muertos (6). Coulibaly confirma esta afirmación: "teníamos información acerca de esto. Algunas personas que conocemos indirectamente, han sido secuestradas”. En cuanto a Sofía, ella dice que se trata de "redadas y de violencia por razones étnicas y políticas contra individuos o grupos que han sido denunciados por vecinos y que los autores son mercenarios pagados para cometer estos asesinatos".
Según fuentes independientes, las y los activistas de derechos humanos y de derechos de las mujeres viven constantemente angustiadas/os por su seguridad. Un activista de muchos años de la sociedad civil, quién pidió el anonimato, declaró al IRIN: "Me estoy escondiendo desde que me amenazaron hace ya más de dos semanas. A veces parece que la situación se va a calmar. A menudo sentimos eso durante el día, pero nunca se sabe lo que puede suceder cuando la noche cae"(7). Toure dice al respecto: "Hay que decir que trabajamos con temor. Estamos muy tristes de lo que sucede en nuestro país. No podemos exponernos demasiado por temor a represalias. Seguimos trabajando, apoyándonos en Dios y para que nuestro país salga rápidamente a esta situación”. Coulibaly por su parte, declara sin rodeos: "Como defensora de derechos humanos, no me siento segura".
Impacto de la crisis sobre el trabajo por los derechos de las mujeres
Las sanciones punitivas impuestas a Costa de Marfil tienen un impacto muy negativo sobre las organizaciones no gubernamentales que dependen, en su mayoría, del financiamiento internacional para sobrevivir. Toure nos dijo que la mayoría de sus colaboradores financieros del sistema de las Naciones Unidas y del Banco Mundial han cerrado sus oficinas, lo que les obligó a suspender la mayoría de sus actividades. Además, debido a la inestabilidad política, cada vez es más difícil funcionar normalmente. Coulibaly dice al respecto: "Nada es seguro. Tenemos que planificar de acuerdo al desarrollo de los acontecimientos actuales. También debemos decir que tenemos miedo de llegar a la oficina. Cada vez que se lanzan consignas, la ida a la oficina está condicionada por estas noticias".
Otras consecuencias de la crisis actual: la acentuación de las divisiones
Los disturbios que estallaron en septiembre del 2002 en Costa de Marfil, han dividido al país entre el Sur, dirigido por el Gobierno de L. Gbagbo y el norte, controlado por las fuerzas rebeldes, cuyo líder, Guillaume Soro es ahora primer ministro de A. Ouattara. Pero en 2008, después de la firma del acuerdo de Uagadugú, el país inició un proceso de reunificación que llevó a la organización consensuada por todas las partes de las recientes elecciones presidenciales. Sin embargo, la alianza entre G. Soro y A. Ouattara deja pensar que esta situación podría sufrir un nuevo giro o incluso empeorar adoptando una dimensión religiosa. Sin embargo cabe señalar que hay diversas opiniones al respecto.
Como lo destaca Toure: "Digan lo que digan, la población de Costa de Marfil no tiene problemas. Son los políticos que, por sus intereses personales, nos han metido en esta situación. En el sur hay cristianos y musulmanes, y también gente que viene del norte y todos vivimos juntos en armonía, al menos aquellos que entienden que las divisiones no están hechas para ayudarnos (la mayoría, de hecho). Lo mismo pasa en el norte. Por lo tanto, no existe división real en Costa de Marfil, aunque quieran hacérnoslo creer. Los marfileños han sufrido una década de crisis, todo el mundo estaba cansado de esta situación. Nuestro deseo de abandonarla, fue demostrado con la gran tasa de participación en las elecciones, de 83% en la primera vuelta y de más del 70% en la segunda vuelta”. Pero Coulibaly no tiene para nada la misma opinión, dice que: "La separación es inevitable. Los políticos acusan a los norteños de ser rebeldes. Las mujeres se dividen en los mercados. Aquellas que están a favor de Gbagbo piden a las mujeres a favor de Ouattara que le pidan a sus líderes la construcción de su propio mercado".
La situación que atraviesa Costa de Marfil actualmente, sigue siendo preocupante. Su población, que ha vivido casi una década de crisis, está deseando que una solución pacífica sea encontrada rápidamente para esta situación, de la cual no se salva ningún tipo de actividad, ni personas. Las organizaciones de derechos humanos y de derechos de las mujeres se ven particularmente afectadas porque las posibilidades de financiamiento de sus actividades son escasas. Por otra parte, el miedo por su seguridad personal es cada vez mayor y reduce la capacidad de comprometerse, muy pocas organizaciones se atreven a expresar abiertamente su análisis de la situación. Coulibaly dijo a AWID que a su entender, ninguna acción pública ha sido emprendida por las organizaciones de derechos humanos, y sólo la Convención de la Sociedad Civil de Costa de Marfil (CSCI), la organización central, ha hecho propuestas, las otras organizaciones prefieren no hacer comentarios debido a que tienen diferentes puntos de vista o/y análisis de la situación. Sin embargo Toure dice que existen iniciativas discretas, aquí y allá, de una veintena de organizaciones y redes de mujeres para alentar a ambas partes a proteger las vidas de las mujeres y los niños y para buscar una solución pacífica a la crisis.
REFERENCIAS