Aunque se las conoce por su sol, su mar y sus arenas, las Bahamas esconden un sucio secreto: el sexismo vive y prolifera en este archipiélago con la anuencia de la constitución y las leyes del país.
En el último trimestre de 2013 decidí abrir una sucursal local de Hollaback! —un movimiento global y organización no gubernamental con sede en la ciudad de Nueva York que opera en más de 90 ciudades — para poner fin al acoso callejero. Yo misma he experimentado en diversas formas y grados el acoso sexual en los espacios públicos desde los ocho años de edad. La primera vez que me ocurrió, estaba con mi madre y el acosador tenía por lo menos 40 años. Me sentí avergonzada, asustada y consternada. Ese fue el día en el que de manera consciente comencé a actuar para evitar la violencia de género.
Un poco antes de la presentación oficial de Hollaback! Bahamas, un legislador hizo una “broma” en la Asamblea Legislativa sobre una ex pareja suya a la que habría maltratado físicamente. Sus palabras provocaron no solo indignación, sino que la recepción que tuvieron fue más que decepcionante. Sus colegas — otros legisladores y el Presidente de la Asamblea — guardaron silencio, se rieron o desestimaron sus dichos considerándolos apenas una broma. No quise ni siquiera imaginarme lo que hubiera sentido de ser su dos veces víctima: primero agredida y luego objeto de la burla de decenas de personas electas para representar al pueblo de este país. Había que hacer algo.
La primera acción de Hollaback! Bahamas consistió en una carta a los editores de periódicos locales en respuesta a los comentarios de ese legislador. Nos unimos a otras cuatro organizaciones para formar laCoalition to End Gender-based Violence & Discrimination [Coalición para poner fin a la violencia y la discriminación de género]. Presentamos unapropuesta razonable al Gobierno de las Bahamas en la que solicitábamos reunirnos con las fuerzas del orden público, que se actualizaran los contenidos de los programas escolares sobre Vida Familiar, y apoyo para la campaña Violence is Not Funy [La violencia no es broma]. La propuesta, que enviamos directamente al Primer Ministro y al Ministerio de Servicios Sociales, fue ignorada. Entonces pusimos en marcha una petición en línea, organizamos una manifestación pacífica y celebramos un foro público sobre violencia de género. Aunque laresistencia que encontró nuestra iniciativa fue enorme, no retrocedimos.
En este momento, mi trabajo se enfoca en la juventud y en el desarrollo de programas de verano y extraescolares sostenibles. Los objetivos de los programas que desarrollo son la educación, la participación y el empoderamiento de nuestra juventud. Parte de los programas de estudio se centran en temas de género con énfasis en el referéndum sobre igualdad de género, que está a punto de ser pospuesto por quinta vez en dos años. Equality Bahamas [Igualdad en Bahamas] ha estado trabajando durante los últimos diez meses para sensibilizar al público en general sobre temas de género y específicamente acerca de los cuatro proyectos de reforma constitucional propuestos que abordan la discriminación por sexo en general y en la transmisión de ciudadanía de madres a hijos/as.
La discriminación por género está muy arraigada en las Bahamas y probablemente se tarde una generación entera en lograr los cambios culturales necesarios para alcanzar la igualdad de género y erradicar la violencia de género. Como joven feminista, activista, escritora y educadora pública, mi trabajo continúa, independientemente de los caprichos de los actores políticos o del clima social. Si bien el cambio es inexorable, la dotación, el acceso y el uso de los recursos determina los plazos. Sumemos nuestros esfuerzos, sin distinción de barreras socioeconómicas, geográficas y generacionales, para poner fin a la violencia de género.
*Alicia Wallace es una activista por los derechos de las mujeres, educadora pública y escritora independiente que vive y trabaja en Nassau, las Bahamas. Es Directora de Hollaback! Bahamas y cofundadora de la Coalition to End Gender-based Violence & Discrimination. Es una apasionada de la educación juvenil, la participación comunitaria y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Alicia escribeGenerational, una columna para The Bahamas Weekly, en la que comenta cuestiones políticas y sociales de las Bahamas. Actualmente trabaja en el desarrollo de un programa extraescolar para niñas en situación de riesgo, a quienes se les imparten habilidades para la vida y se les ofrece mentoría. Tiene cierta adicción a Twitter, donde tuitea como @_AliciaAudrey.