NOTAS DE LOS VIERNES – El 1º de agosto de 2014 el Tribunal Constitucional de Uganda anuló la ley discriminatoria anti homosexual votada por el Parlamento el 20 de diciembre de 2013. Sin embargo, los jueces se basaron en motivos procesales y no en el contenido de esta ley que va contra la libertad de orientación sexual y la identidad de género.
Por Mégane GHORBANI
En muchos países de África, la homosexualidad continua siendo criminalizada por leyes y normas sociales discriminatorias. AWID entrevistó a A.K. [1], activista LGBTQI (personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans, Queer e Intersexo) y miembro de la asociación Chouf, para saber más sobre la construcción del movimiento LGBTQI en Túnez y de manera más general en la región del Medio Oriente y África del Norte (MOAN).
AWID: ¿Cuál es el estatus legal de su asociación?
A.K.: Por el momento la asociación Chouf está registrada en Francia como una asociación Lesbiana Bi Transexual (LBT) efectiva en Túnez y relacionada con la diáspora tunecina en Francia. El proceso de registro de Chouf en Túnez está en curso, pero preferimos tomarnos nuestro tiempo y consultar a los abogados dado lo delicado de los temas que abordamos y por los objetivos que planteamos en una sociedad patriarcal e misógina.
AWID: ¿Cuáles son sus objetivos principales y cuál es el enfoque empleado?
A.K: Chouf es una organización LBT que lucha y se moviliza contra las discriminaciones hacia las Mujeres que tienen relaciones Sexuales con Mujeres (MSM) en el contexto tunecino. La asociación se sostiene en una estructura horizontal que rechaza toda jerarquización de las relaciones entre las integrantes.
En el marco de su trabajo, Chouf se define como un colectivo de activistas audiovisuales. En nuestra lucha, las herramientas audiovisuales nos parecen como las más pertinentes y capaces de tener un impacto efectivo inmediato en nuestro medio, y sobre los estereotipos y agresiones a las cuales nos debemos enfrentar cotidianamente.
Nuestros objetivos son múltiples, pero todos responden a una exigencia: permitir a las MSM un espacio de diálogo y construcción que no pueden obtener más que con muchas dificultades dada la doble opresión a la cual se deben enfrentar, en primer lugar porque son mujeres, pero también a causa de su orientación sexual diferente a la de las normas prescriptas.
AWID: ¿Cuáles son sus principales desafíos? ¿Cómo los enfrentan?
A.K: Entre los principales desafíos que tenemos está el de la seguridad psíquica y virtual de las militantes e integrantes de la asociación. Intentamos garantizar nuestra seguridad protegiendo el anonimato de las integrantes y organizando, por ejemplo, talleres de formación sobre la seguridad en línea. En efecto, internet constituye un elemento esencial para nuestro trabajo que se realiza mayoritariamente de manera virtual. Además, hemos creado un grupo secreto en Facebook que permite a las integrantes, no solamente intercambiar, sino también realizar las divisiones de tareas sin que esto comprometa su anonimato.
También debemos hacer frente al problema del financiamiento. Intentamos como hemos podido desbloquear fondos para financiar nuestras actividades orientándolos hacia fundaciones políticas, Organizaciones No Gubernamentales y embajadas que están de acuerdo con nuestros principios y valores. Ese tipo de apoyo – no exclusivamente financiero – nos permite también protegernos puesto que actuamos bajo el paraguas de esos actores. Los financiamientos corresponden tanto a nuestros proyectos como a nuestras necesidades organizacionales. Además, estos donantes no nos imponen nuestra manera de trabajar, lo que nos permite tener cierta flexibilidad especialmente cuando deseamos juntarnos en espacios estrictamente femeninos que faciliten a nuestras integrantes hablar en público. Esto es muy importante para nosotras.
AWID: ¿Existen similitudes/diferencias entre el contexto de movilización y los desafíos en Túnez y los de Egipto y el Líbano?
Hay numerosas similitudes. Tenemos en común una lucha interminable en el ámbito de los derechos de las mujeres, la violencia de género y la igualdad de género, y todavía queda un largo camino por recorrer. Por otra parte, en estos tres países, la cuestión LGBTQI sigue siendo criminalizada por leyes que prohíben las relaciones homosexuales. Compartimos entonces esa voluntad de despenalizar la homosexualidad a nivel legislativo. Además, se destaca la ausencia de espacios sanitarios para las personas intersex puesto que los baños están siempre separados en función del sexo femenino y el sexo masculino. De este modo, la lucha contra las discriminaciones sociales de las personas LGBTQI resulta también una preocupación común.
Pero no tenemos la misma realidad en cada país de la región a causa de nuestras especificidades y la cultura de cada uno. Túnez sigue siendo privilegiado por su historia, especialmente con la promulgación del Código del Estatuto Personal[2] y la figura femenina de Dido en la fundación de la ciudad de Cartago. Se tiene entonces mucha más apertura y tolerancia que en el Líbano y en Egipto. Por otra parte, en Egipto y el Líbano existe el problema de la predominancia de la religión con motivo de la multiplicidad de corrientes religiosas, lo que plantea asimismo un problema en cuanto a los derechos de las mujeres. Además, en Egipto hay un desafío más importante en cuanto a los arrestos colectivos y arbitrarios de las/los militantes LGBTQI y su consecuente mediatización lo que lleva a intimidar a las/los defensoras/res de los derechos humanos. Si esto ocurriese en Túnez, no afectaría más que a un individuo dentro de un círculo privado y el caso no sería mediatizado.
AWID: ¿Los desafíos han cambiado a causa del crecimiento del fundamentalismo musulmán en la región? O por el contrario, ¿existen formas alternativas de activismo religioso para las cuestiones LGBTQI?
El crecimiento del islamismo en la región es la causa de la mayor amenaza que enfrentan las personas LGBTQI, pero la consecuencia más importante, es que a partir de ahora debemos concentrarnos sobre todo en la protección de las mujeres y niñas dadas las atrocidades actuales cometidas especialmente por el Estado Islámico de Irak y el Levante y Boko Haram en Nigeria. En el Líbano, el temor por los derechos de las mujeres resulta tanto más importante por el hecho de la proximidad geográfica con Siria. En Túnez, no es tan preocupante si permanecemos atentas a los derechos de las mujeres de manera general. En realidad, dentro del contexto tunecino, Chouf se concentra más en las condiciones económicas y sociales de las mujeres rurales que en el crecimiento del islamismo dado que para modificar la sexualidad de las mujeres pensamos que debemos apuntar igualmente a los derechos sexuales y reproductivos en general que a menudo son socavados en los medios rurales.
En lo referido a las formas alternativas de activismo religioso para las cuestiones LGBTQI, no hemos observado que un movimiento de este tipo nazca en Túnez pero si hay países donde esto existe. Por ejemplo, una amiga sudanesa contrajo matrimonio con una mujer por un imán. Por otra parte, se ve que cada vez más los imanes hacen su salida del armario. Chouf no intenta involucrarse en la lucha por el Islam queer pero apoyamos ese movimiento que permite crear un espacio de exploración y debates sobre el movimiento LGBTQI en general en el mundo musulmán.
AWID: ¿En qué medida se puede decir que las lesbianas, bi y transexuales enfrentan una doble discriminación? ¿Qué implican estas divisiones en relación con la construcción del movimiento feminista?
A.K: Las mujeres LBT enfrentan una doble discriminación dado que ante todo son mujeres en el seno de una sociedad patriarcal. Por ejemplo, en el plano de la participación política es una pelea real lograr inscribir mujeres en las listas electorales por su competencia y no simplemente para servir de fachada. Ellas sufren por lo tanto una opresión social política. Además, a causa de su orientación sexual diferente a la « norma » son incluso discriminadas por otras mujeres y grupos que se definen como feministas. Algunas « feministas » acusan a las LBT de ser « perversas » y aportan incluso juicios de valor sobre su sexualidad. Por lo tanto es importante volver sobre la definición del feminismo y actualizarla.
AWID: ¿En qué puede ayudar a sus actividades una red regional en la región MOAN?
A.K: Lo interesante de una red MOAN es cuestionar conjuntamente el género así como los roles, la reproducción del patriarcado, la ausencia de una definición del feminismo que nos resulte apropiada a fin de evitar exportar conceptos que no se corresponden con contextos específicos. El objetivo es también reforzar nuestras capacidades construyendo un grupo de reflexión, compartiendo información, lecturas y escritos. Los intercambios y el reforzamiento en el seno de esa red son favorecidos por una realidad social, lingüística y cultural que es casi común a toda la región.
Además, una red internacional permite generalmente una movilización y solidaridad más fuerte, lo que alienta la lucha de las activistas que se sienten así apoyadas. Por ejemplo, a nivel de recursos y transferencia de competencias, hay una asociación egipcia que práctica con nosotros la escucha compartida de los testimonios recibidos lo cual aumenta nuestra experiencia, y otra asociación libanesa nos sirve de referente para la identificación de actores pertinentes en su terreno.
Se trabaja igualmente en la construcción de una red LBT Magreb, constituida por integrantes de Argelia, Marruecos, Túnez, Sudan y Mauritania. Esa red permitirá especialmente tomar en consideración las similitudes geográficas e históricas así como una mayor proximidad entre esos países desde un punto de vista político como entre los países del Magreb y los del medio Oriente.
[1] Su identidad permanecerá anónima por motivo de las numerosas amenazas a las cuales deben hacer frente algunas/os militantes LGBTQI.
[2] Promulgado el 13 de agosto de 1956, el Código del Estatuto Personal prohíbe especialmente la poligamia, crea un procedimiento legal para el divorcio y no autoriza el matrimonio más que por consentimiento mutuo de los dos esposos.