Celebramos el anuncio histórico realizado esta semana acerca del trabajo para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas. Pero hay señales importantes para ser cautelosxs.
Aunque lxs donantes cada vez más reconocen a las mujeres y niñas como «agentes clave del desarrollo», el financiamiento dedicado al fortalecimiento de los movimientos de mujeres, que son cruciales para crear un mundo con justicia de género, ha sido insuficiente. En años recientes, lxs activistas por los derechos de las mujeres han luchado para tener acceso a los recursos globales. Una cierta cantidad de países, como Egipto, Rusia e India, han aprobado nuevas leyes de carácter represivo que impiden a los grupos recibir dinero de donantes extranjerxs.
Es por eso que lxs activistas han celebrado las noticias que esta semana llegaron de la Unión Europea y las Naciones Unidas, que están creando un nuevo fondo colaborativo para financiar el trabajo dedicado a eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, con un compromiso inicial de 500 millones de euros.
Esta es una inversión histórica. Llega luego de que Canadá recientemente destinara 150 millones de dólares canadienses a apoyar a organizaciones por los derechos de las mujeres en el sur global. Los Países Bajos realizaron el primero de esos compromisos específicos en 2008 con su Fondo MDG3, nombrado así por el objetivo de igualdad de género contenido en la agenda para el desarrollo del milenio de las Naciones Unidas. Inicialmente habían destinado 50 millones de euros, que se elevaron a 70 millones de euros más tarde en ese mismo año, luego de abrir una convocatoria que recibió una respuesta masiva.
Pero las luchas por los derechos de las mujeres necesitan más que compromisos financieros de alto nivel. Es indispensable que este dinero tenga impacto en aquellxs que lo más lo necesitan. Esto abarca a grupos y movimientos históricamente excluidos, como las organizaciones comunitarias de base en el sur global, las mujeres rurales, las mujeres con discapacidad, las feministas jóvenes, las mujeres que trabajan en la industria del sexo y las defensoras de derechos humanos.
«las luchas por los derechos de las mujeres necesitan más que compromisos financieros de alto nivel»
AWID, junto con las organizaciones por los derechos de las mujeres y financiadoras Mama Cash, CREA, Just Associates, y el Urgent Action Funds, son parte del Count Me In! Consortium (CMI!) [Consorcio ¡Cuenten conmigo!] que recibió financiamiento del Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos para apoyar la capacidad de incidencia de las organizaciones, grupos y movimientos por los derechos de las mujeres.
El CMI! ha advertido más de una vez que se ha hecho muy poco para mejorar la situación del financiamiento para las organizaciones feministas y de derechos de las mujeres, cuyo ingreso medio anual tiende a ser del orden de los 20.000 dólares.
El financiamiento europeo anunciado esta semana es una oportunidad para hacer una diferencia real en las vidas de las mujeres y las niñas en todo el mundo. Pero no está claro cómo se gastarán estos fondos y en qué medida serán absorbidos por los organismos de la ONU, que son grandes organizaciones internacionales cuyas oficinas centrales están en las capitales del mundo, que en sí mismas están lejos de cumplir con la igualdad de género y que a menudo operan a varios pasos de distancia de las realidades del terreno.
Para que este dinero produzca un cambio concreto en las vidas de las mujeres y las niñas, lxs activistas feministas y por los derechos de las mujeres deben tener un rol central en la definición, implementación y seguimiento de los programas que serán creados a través de estos fondos. «Nada sobre nosotrxs sin nosotrxs» ha sido desde hace mucho una bandera de lucha de los movimientos feministas que es relevante todavía hoy.
«Nada sobre nosotrxs sin nosotrxs»
Es necesario instaurar un proceso transparente y continuo de consulta con las organizaciones de la sociedad civil, especialmente con los grupos feministas y de derechos de las mujeres, que abarque todas las fases del desarrollo de los programas creados. Además, las organizaciones y grupos feministas y de derechos de las mujeres deberían ser financiados directamente, en vez de a través de muchxs intermediarxs, si es que acaso reciben financiamiento (como es la norma actualmente).
Y algo muy importante: no volvamos a inventar la rueda. La ONU ya tiene mecanismos de financiamiento, como el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra las Mujeres. Se debe fortalecer esa infraestructura, en vez de crear nuevos mecanismos y estructuras burocráticas para gestionar los recursos anunciados esta semana.
Los organismos de la ONU cuya misión se centra en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres deben ser apoyados y deben mejorar la rendición de cuentas frente a los movimientos feministas y de derechos de las mujeres en todo el mundo.
Las organizaciones y activistas por los derechos de las mujeres tienen un bagaje de conocimientos para compartir con la UE y la ONU, para trabajar de forma activa y creciente para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas. Y debemos insistir: nada para nosotrxs sin nosotrxs.