6 consejos para trabajar virtualmente en la economía actual
Desde hace casi cinco años trabajo principalmente en forma virtual, conectándome con colegas de AWID de 16 países, y reuniéndome con ellxs en distintas plataformas digitales como Skype, Slack y Zoom. No puedo imaginar volver a trabajar para una organización cuyo lugar de trabajo sea una oficina fija tradicional (que implica vestirse para adecuarse a la política de esa oficina, y resolver la logística del transporte diario desde mi casa a la oficina). En primer lugar, ¡ese tiempo de viaje podría dedicarse al trabajo en sí! Y, sin dudas, trabajar desde mi casa es también mejor para el medio ambiente.
AWID es una organización descentralizada. En pocas palabras, esto significa que la gran mayoría del personal puede trabajar desde el lugar donde está ubicada. Esto permite que la organización sea verdaderamente global, y que contrate el mejor personal, cualquiera sea el lugar donde viva. Con nuestro actual plan estratégico, nos hemos propuesto deliberadamente reclutar aún más personas del Sur global, y de grupos subrepresentados. Esto significa que nuestro trabajo diario se desarrolla en forma virtual, con algunos viajes ocasionales para encontrarnos con aliadxs fundamentales. Todo el equipo de personal se reunirá al menos una vez al año para tener la muy apreciada ocasión de vernos cara a cara, y para poder pensar y planificar nuestro trabajo en forma conjunta.
Cuando entré a trabajar en AWID me di cuenta, muy rápidamente, de que necesitaba crear una rutina para que este trabajo funcionara para mí. De modo que, después de años de ajustes y experimentos constantes con nuevas formas de trabajar, comparto aquí los seis consejos más importantes para prosperar en la economía de trabajos temporales de hoy.
1. Establece una rutina
Actualmente lidero el equipo de Información, Comunicación y Medios de AWID. Las personas que conforman ese equipo trabajan desde Argentina, Canadá, Costa Rica, Ghana (¡yo!) y Suecia. Trabajar con un equipo globalmente disperso requiere realizar delicados malabarismos. Por un lado, para tener una rutina de trabajo regular, hay que resistir a la tentación de estar siempre conectada. En los últimos años he experimentado con distintas formas de trabajar, y creo que ahora estoy en un punto en que he encontrado una rutina que me ayuda a ser productiva en mi lugar de trabajo y al mismo tiempo centrarme en mi bienestar y felicidad. Parte de lo que he aprendido con el tiempo es que tener una rutina matinal constante de ejercicio corporal me ayuda a tener un buen día de oficina. Esto es especialmente importante, porque mi trabajo es sumamente sedentario.
La mayoría de los días de la semana comienzo con una caminata de 10 minutos hasta el gimnasio, donde puedo tomar distintas clases. Me gustan los ejercicios que no parecen entrenamientos, y por lo tanto me encanta tomar clases de danza, y adoro los ejercicios grupales como el spinning. Cuando hago ejercicio con otras personas me siento motivada para seguir entrenando y, dado que paso la mayor parte del día en casa sola, esto me aporta una interacción social sumamente necesaria. Por supuesto, no necesitas frecuentar un gimnasio para comenzar tu día con un poco de movimiento. Para algunas personas, el ejercicio en casa puede ser mejor todavía. Puedes tener un baile mientras estás sentadx, o hacer algunas elongaciones suaves desde tu silla. También puedes comenzar tu día tomándote un tiempo para hacer estiramientos mientras todavía estás en la cama. Los ejercicios también pueden ser útiles: limpiar la casa cuenta, y si tienes la suerte de tener algunas plantas o un jardín, tomarte un tiempo para nutrir tus espacios verdes en la mañana puede convertirse en una parte de tu rutina matinal.
2. Ten un espacio designado para el trabajo
Soy realmente afortunada por haber podido designar una habitación de mi casa como oficina. Entonces, cuando estoy de vuelta en casa, me ducho, me preparo una taza de agua caliente con limón, y voy a mi oficina en casa.
Tener esto es un verdadero privilegio, y reconozco que no todas las personas pueden tener en su casa un espacio dedicado como oficina, pero si hay alguna forma de que puedas hacerlo, te recomiendo que crees un espacio así. Tu oficina en casa puede ser un escritorio en particular en tu sala de estar, un lugar en la galería o porche, o incluso un sector especial de tu cocina. Quizás tengas que utilizar como oficina un espacio común existente, y en ese caso puede ser útil tener algo simbólico que designe a ese espacio para el trabajo, algo que puede ser retirado cuando ese espacio vuelva a ser un espacio hogareño a tiempo completo. Esto podría ser, por ejemplo, una planta en maceta que se coloca sobre una mesa, para que esa mesa vuelva a ser un espacio del hogar.
Para mí, tener esa diferenciación entre el espacio en el que trabajo y el espacio en el que vivo ha sido esencial para el equilibrio de mi vida laboral. Si tu organización permite que la gente trabaje en forma remota, debería dar apoyo a las personas para que lo hagan. Voy a alardear un poco sobre cómo mi organización apoya a la gente para que trabaje desde su casa. El personal que trabaja desde su casa puede obtener ayuda para equipar su oficina en casa, y esta ayuda puede incluir por ejemplo comprar una computadora portátil, o un escritorio con silla. Suena verdaderamente básico, pero para mí es fundamental que este gasto esté cubierto por la organización para la cual trabajo. Mi factura de internet también es reembolsada por mi organización. Y lo mejor de todo es que es mi propia elección trabajar desde casa, ya que AWID paga los costos de alquiler de un escritorio en una oficina compartida, por ejemplo.
3. Arma tu plan
Bueno, confieso que soy un poco obsesiva de la planificación, pero creo que ésta es realmente una parte fundamental de lo que me hace sentir eficiente en el lugar de trabajo. Soy muy aficionada a escribir listas diarias de tareas pendientes (además de usar Asana para estar al día con los proyectos de trabajo). Numero mis listas según las prioridades, y me da una gran satisfacción marcar tareas como completadas. Actualmente estoy haciendo un gran esfuerzo por completar al menos mi prioridad número 1 antes de revisar los correos de trabajo y las plataformas de mensajería. Es una lucha para mí evitar tener una actitud pavloviana respecto de las notificaciones de mi bandeja de entrada, pero estoy tratando de estar más enfocada en mis tareas importantes.
Otra gran herramienta de planificación es el viejo y querido calendario. Estoy moderadamente obsesionada con programar todas mis reuniones importantes con mucha anticipación. Una de las cosas sobre las que estoy trabajando es asegurarme de no tener más de 3 reuniones por día y, en lo posible, disponer de al menos media hora entre cada reunión. Una teleconferencia con unx colega para avanzar con un trabajo puede ser más efectiva que varias horas de ping-pong de correos electrónicos. Además, las reuniones en línea regulares (con video, si te sientes presentable) pueden ser importantes para asegurarte de tener interacción social en tu vida, en especial si trabajas en forma remota.
4. Mantente en conexión con tus colegas
Especialmente, en una organización virtual, es importante construir relaciones con colegas. Periódicamente programo teleconferencias con algunxs de mis colegas de trabajo, para mantenerme actualizada en forma aleatoria.
Esta es la clase de cosas que sucedería naturalmente si trabajáramos en la misma ubicación física, pero cuando se trabaja en forma virtual es necesario hacer el esfuerzo para que esto ocurra. Además, lo mejor de trabajar con gente de todo el mundo es que cuando un viaje te lleva a las ciudades donde ellxs viven y trabajan es muy fácil decir «Hey, voy a estar acá los próximos días por una reunión. ¿Estás libre para juntarnos a tomar algo?
5. Divide tu día
Todxs sabemos que deberíamos movernos más a lo largo del día, pero me sorprendió leer hace poco que ejercitarme por las mañanas no era suficiente, y que necesito moverme mucho más a toda hora. En cierta medida ya he estado intentando dividir mi día. Tengo un aparato sobre la mesa que convierte a mi escritorio normal en un escritorio de pie, de modo que, para algunas reuniones, me obligo a permanecer parada durante toda la teleconferencia. Otras veces enciendo el parlante, y camino por la casa mientras participo en reuniones.
Cuando necesito un receso, tengo un par de recursos. A veces enciendo incienso y medito. Soy muy aficionada a Insight Timer, una aplicación gratuita disponible para teléfonos inteligentes. Hace poco descubrí Affirmation Pod, que me resulta útil cuando necesito una dosis extra de motivación, o para desactivar mi diálogo interno negativo.
6. Ten vida social
Trabajar desde casa no es para todas las personas. Para algunxs puede ser una experiencia solitaria, y creo que es realmente importante preguntarte si eres la clase de persona que se motiva más para trabajar cuando está rodeada de otras personas que también están siendo productivas de alguna manera. En estos casos, puede ser beneficioso trabajar desde un café, o desde una oficina compartida, por ejemplo.
Lo que también me resulta en verdad útil es programar en mi calendario un par de actividades sociales. Esto para mí es, en general, visitar a mi familia los domingos, o planificar un encuentro de escritura con algunx de mis amigxs escritorxs. En mis mejores semanas, hago ambas cosas
. También descubrí que tener planes para después del trabajo es una buena forma de asegurarme de dejar la oficina a la hora debida. Estos planes pueden incluso ser citas a solas: puedes programar un tiempo para leer un buen libro, mirar esa película que querías ver, o simplemente salir de tu casa para hacer un par de respiraciones profundas.
En mi experiencia personal, lo mejor de trabajar desde casa es tener más tiempo productivo en los horarios asignados, y a la vez seguir contando con mis comodidades materiales. ¡Hola, té con galletitas en la cocina!