Haití necesita un feminismo inclusivo, que defienda a todas las mujeres, también a las trans

Mucho del movimiento feminista de Haití cree que este país azotado por las crisis no está listo para esto – pero esta conversación nos hará a todas mejores feministas

A woman indoors with overlaid text saying, “Semi Alisha Fermond” and “Femme trans membre de Kaytrans Ayiti”

El feminismo debe ser inclusivo. Pero en Haití, donde vivimos, a menudo no lo es. Las mujeres haitianas trans, en especial, enfrentan diariamente múltiples amenazas de la sociedad patriarcal, nos dijo Lulu,  activista y portavoz de Kay Trans, un refugio para personas trans en Puerto Príncipe, la capital del país.

Las organizaciones de mujeres haitianas se están movilizando para enfrentar los sistemas patriarcales, para organizar movimientos feministas, para pelear por cambios. Es triste, sin embargo, que algunas voces sean olvidadas o a veces incluso odiosa y vergonzosamente silenciadas, privándolas de reclamar sus derechos y de participar en esos movimientos y en la sociedad

“Las ONG trans nunca han sido invitadas a ninguna actividad [feminista] organizada. Los servicios y la información sobre VBG [violencia basada en género] que se ofrecen no tienen definición, vocabulario o interés claro en mujeres como yo”, nos dijo Semi, una activista trans de la ciudad de Petit-Goave, en el sur de Haití.

Las personas trans, agregó Sami, “soportan situaciones abominables para sobrevivir. Es difícil para nosotras acceder a servicios de salud, mientras que el acceso a hormonas o a apoyo psico-social es un lujo [...] y no hay plataformas para alzar nuestras voces o trabajar para mejorar los sistemas existentes”.

Una parte importante del movimiento feminista de Haití cree que el país no está listo para esta conversación – que son muchos los otros problemas por resolver, y que ahora no es momento de sumar las voces trans a los debates. El asunto es demasiado complejo, demasiado difícil de abordar, demasiado delicado para hablar.

Pero esto sugiere que las mujeres trans deben dejar de existir y dejar de ser quienes son en su lucha por espacio, dignidad, respeto y protección. Esto es inaceptable. El feminismo es igualdad, para todas.

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Crisis y pelea

Haití ha estado en las portadas del mundo por su actual crisis política y económica – una de las peores desde 1986, cuando terminaron las dictaduras de François y Jean-Claude Duvalier, padre e hijo, luego de 29 años.

Esta crisis exacerba la vulnerabilidad de comunidades ya marginalizadas. El acoso sexual y la violencia de género están criminalizados en el nuevo Código Penal (que entrará en vigor en 2022), pero siguen siendo demasiado comunes.

Además, la población LGBT tiene escasa protección legal, sufre una discriminación considerable, y los grupos anti-LGBT están más activos y ruidosos que nunca. Hay también políticos que han intentado aprobar proyectos de ley anti-LGBT (sin éxito hasta ahora). 

Será arduo cambiar esto, pero debemos pelear por una igualdad verdadera, inclusiva de la diversidad: de sexo, sexualidad, género, realidades económicas, color y raza.

Tenemos que desafiar la idea de que la trans y otras identidades de género son menos legítimas que sus equivalentes cis.

Tenemos que ser intencionalmente inclusivas para asegurar que toda persona humana sea respetada y que se haga justicia si se violan sus derechos.

Fracasar en esto es traicionar la esencia del feminismo, un movimiento que se define por su defensa radical de la igualdad de los derechos humanos. Y debemos prestar atención especialmente a las mujeres que corren más riesgo de ser discriminadas, golpeadas, violadas, asesinadas e ignoradas por los sistemas patriarcales.

Una concepción inclusiva del feminismo – que defiende a las mujeres trans –  nos hace mejores feministas a todas.

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Análisis
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El Caribe
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AWID