Pile of envelopes with the words "love letters for feminists movements" written on the envelope on top.

Carta de amor a los movimientos feministas #9

El cuerpo es una entidad poderosa. Por ser mujeres, nuestros cuerpos son controlados, oprimidos y vigilados desde que estamos en el útero. Nuestro aspecto, la forma en que nos movemos, nos vestimos, caminamos, hablamos, gesticulamos, reímos.

Carta de amor a los movimientos feministas #9

El cuerpo es una entidad poderosa. Por ser mujeres, nuestros cuerpos son controlados, oprimidos y vigilados desde que estamos en el útero. Nuestro aspecto, la forma en que nos movemos, nos vestimos, caminamos, hablamos, gesticulamos, reímos. A menudo me he preguntado qué es lo que genera los temores patriarcales respecto del poder de los cuerpos femeninos.

En el lugar de donde provengo, se murmuraba sobre el trabajo sexual y lxs trabajadorxs sexuales con desprecio, asco, fascinación, lástima y condena, todo en simultáneo.

Cartas de amor a los movimientos feministas De Khin Khin

Descubrí el trabajo sexual y a lxs trabajadorxs sexuales cuando tenía 22 años. En conversaciones sencillas, sentadxs en círculo, charlando mientras tomábamos café y té, explorábamos nuestras vidas, experiencias, pensamientos y sentimientos.

Para lxs trabajadorxs sexuales, el trabajo sexual era la opción más conveniente de todas, para pagar las cuentas, para sostener a la familia, para tener un horario laboral más flexible, para tener sexo. Así elegí mi trabajo, como el más conveniente, para pagar las cuentas, para sostener a la familia, para tener un horario laboral más flexible.

Estas personas, mujeres y hombres, me enseñaron que yo tomaba mis propias decisiones sobre mi cuerpo: dónde focalizo su vida y su energía, si lo uso para el placer o para el dolor, si lo comercializo o lo ofrezco en forma gratuita, y cómo quiero sentirme en relación con mi cuerpo. Esta conciencia fue tan excitante como empoderadora.

Crear | Résister | Transform: un festival para movimientos feministas – 2021… ustedes me acompañaron a lo largo de una serie de momentos que cambiaron mi vida (¡!¡!¡!)

Los llamamos «eventos», pero en verdad, para mí, sus espacios de aprendizaje feministas son el lugar adonde llevo un poco de lo que tengo adentro, y de donde me llevo un poco de lo que dicen sus disertantes y algo de las discusiones que penetran más profundamente en nuestra comprensión.

Compartir... Participar... Sumergirse...
en la fortaleza, en la vulnerabilidad, en el placer.

Simplemente siendo la feminista transformadora que soy, sin pretensiones, sin recelos...

Apreciando a la feminista transformadora que siempre he sido, sin siquiera conocer la palabra ni reconocerla de esa manera o en esos términos...

Encontrar un hogar para la feminista ferozmente transformadora que vive dentro de mí...

A pesar de la ira, la rabia y la frustración por no ser tratada como una igual y ser tratada como alguien «menos _ que».

No siempre me consideré feminista ni me reconocí a mí misma dentro del movimiento feminista o del discurso feminista. De verdad, aprecio que las puertas me fueran abiertas, que se me acercaran sillas para sentarme, el reconocimiento como mujer, el reconocimiento de mi feminidad.

Algunas veces desestimé al patriarcado con fastidio, otras veces respondí con frustración y enojo, pero no lo enfrenté... no notaba su toxicidad siniestra e insidiosa... era lo suficientemente privilegiada como para poder trabajar a través de él, para sobrevivir a él, para superarlo, para destacarme a pesar de él... no lo cuestionaba lo suficiente, no lo desafiaba lo suficiente, no sobrepasaba mis límites lo suficiente... no hacía lo suficiente...

…conectándome con trabajadorxs sexuales, explorando la sexualidad y las mujeres para tener paz y seguridad…

Hasta que fui plenamente consciente y comprendí las implicancias tanto del privilegio como de la opresión que eran interseccionales.
Hasta que me di cuenta de lo que significaba pelear por la justicia de género y no simplemente por la «igualdad para todxs».

Ya no más practicante y facilitadora: soy una practicante y facilitadora feminista transformadora.

Ser feminista significa que voy a actuar

  • –a través de mis actividades cotidianas: la forma en que vivo, el trabajo que hago, los procesos que se me invita a liderar, los talleres y las conferencias que se me invita a dar–
  • para resistir contra la toxicidad del patriarcado, para desmantelar las estructuras y los sistemas patriarcales,
  • para trabajar con vistas a descolonizar valores, creencias, pensamientos, y destruir los mitos de las normas y las expectativas de género,
  • para enfrentar los desequilibrios de poder impuestos por las creencias y la socialización patriarcales,
  • para fomentar relaciones construidas sobre la base de la inclusión, el holismo, la igualdad, el cuidado, la reciprocidad, la responsabilidad y la justicia,
  • para ponerme de pie y actuar en solidaridad en las primeras líneas de la lucha por la inclusión, la equidad y la justicia.

Zambulléndome en un futuro incierto, frágil, complejo (y posiblemente bastante violento)…

  • quiero descubrirme a mí misma y ser yo misma de forma más íntima, más auténtica y más profunda a través del movimiento...
  • quiero involucrarme más activamente y estar más interconectada a través de esta relación amorosa.

Estoy profundamente agradecida por tenerlxs a ustedes y les prometo continuar siendo implacable al enfrentar y reparar los temas problemáticos relacionados con el género, la raza, la etnia, la clase social, la orientación sexual y la capacidad, y seguir estando presente y siendo fiel a la lucha por la inclusión, la equidad y la justicia.
 
- Khin Khin