Foro de AWID: Co-creando futuros feministas
En septiembre de 2016, 1800 feministas y activistas por los derechos de las mujeres de todos los rincones de nuestros movimientos se congregaron en las costas de Bahia, en el 13º Foro Internacional de AWID.
En esta sección se destacan los logros, los aprendizajes y los recursos que surgieron de las ricas conversaciones mantenidas. Te invitamos a analizar, compartir y comentar.
¿Qué ha pasado desde 2016?
Uno de los aportes más importantes del Foro fue la necesidad de ampliar y profundizar nuestro trabajo entre movimientos, frente a la confluencia de los fascismos en auge, fundamentalismos, codicia corporativa y cambio climático.
Con esto en mente, AWID, en asociación con múltiples aliadxs, ha estado trabajando para que estas semillas de resistencia:
-
Nuestras Iniciativas Semilla han ayudado a 20 ideas que surgieron en el Foro para crecer en forma de acciones concretas
-
El vídeo «Defendiendo a las Personas y al Planeta» y la guía «Tejiendo la resistencia a través de la acción» estan protagonizados por defensoras de derechos humanos y presentan estrategias concretas para confrontar al poder corporativo
-
Con nuestras animaciones El estado de nuestros movimientos feministas y Justicia climática y ambiental, los movimientos ahora tienen herramientas creativas para apoyar su trabajo.
-
La compilación de las expresiones artísticas «Los Movimientos Importan», sigue inspirando una organización más fuerte y creativa en todo el mundo.
-
Los movimientos también pueden beneficiarse de nuevas metodologías para imaginar nuestros futuros feministas (¡pronto!)
AWID se ha comprometido, mediante su próximo plan estratégico y su proceso del Foro, a continuar y profundizar las relaciones, las lecciones y los procesos iniciados en el Foro 2016 y basándonos en el momento actual.
¿Que pasa ahora?
El próximo Foro de AWID se realizará en la región del Pacífico Asiático (el lugar y la fecha exactos serán anunciados en 2018). Esperamos que te unas a nosotrxs.
Sobre el Foro de AWID
Los Foros de AWID comenzaron en 1983 en Washington DC. Desde entonces, el evento ha crecido hasta convertirse en muchas cosas para muchas personas: un proceso iterativo para darle forma a nuestros análisis, objetivos y acciones; un hito crucial que fortalece los feminismos de lxs participantes e infunde energías a sus procesos de organización; un hogar político donde lxs defensoras de derechos humanos encuentran un santuario y solidaridad.
Contenido relacionado
La ternura es la resistencia más intensa
Un ciclo de cine sobre realidades feministas de Asia-Pacífico
Curado por Jess X. Snow
Con asistencia de Kamee Abrahamian y Zoraida Inglés
Editado por Kamee Abrahamian
A través de Asia y el Pacífico, y de toda su vasta diáspora, mujeres feroces y personas trans han estado luchando por un futuro en el que todxs puedan ser libres. A medida que la subida de los niveles del mar amenaza a las islas del Pacífico y las costas de Asia continental, la batalla por proteger la Tierra y los océanos se intensifica en todo el mundo. Nuestro planeta guarda una memoria geológica de todo lo que ha experimentado. El auge de la colonización, la industrialización y la destrucción ambiental está conectado con el crecimiento del Estado-Nación patriarcal binario. El poder que reside en la Tierra para reencarnar, sanar y florecer a pesar de la violencia debe, por lo tanto, conectarse con las mujeres, con la maternidad, con la indigeneidad, y con todas las fuerzas expansivas, sagradas y queer. No es una coincidencia que las realidades feministas unan la lucha por la protección de los derechos de las mujeres y de las personas trans y LGBTQ+ con la lucha por la protección de la Tierra. Desde las madres-hijas protectoras de Mauna Kea en el Reino de Hawái hasta las complejas relaciones madre-hijx de lxs refugiadxs vietnamitas, los despertares sexuales queer en la conservadora India, la recuperación del hogar en Mongolia Interior y la lucha por la liberación LGBTQ en Filipinas: esta colección de películas es una cosmología de las formas en las que las mujeres y las personas queer y trans contemporáneas de Asia-Pacífico defienden el camino hacia nuestra liberación colectiva, a través de océanos y fronteras.
Todas estas películas tienen un fuerte sentido de lugar: activistas indígenas protegen sus territorios sagrados, lxs jóvenes despejan las narrativas coloniales de su tierra natal para descubrir verdades ocultas, se exploran complejas relaciones de maternidad y cuidados, y lxs personajes recurren a sus propios cuerpos y a su sexualidad como santuario, cuando la familia y la ciudad que lxs rodea amenazan su seguridad.
AFTEREARTH
por Jess X. Snow
«Una película inolvidable, con asombrosas tomas que invocan la resistencia ambiental feminista, y cuán profundamente arraigada está esa resistencia en la historia cultural y en la tierra...»
- Jessica Horn, activista feminista panafricana, escritora y co-creadora del sitio web the temple of her skin
En el documental experimental Afterearth, cuatro mujeres luchan por preservar el volcán, el océano, la tierra y el aire para las generaciones futuras. A través de música, poesía y sentidos testimonios que honran zonas próximas al Océano Pacífico: Hawái, Filipinas, China y América del Norte, Afterearth es una meditación poética sobre la relación intergeneracional y feminista de cuatro mujeres con las tierras y las plantas de las cuales provienen.
STANDING ABOVE THE CLOUDS [DE PIE SOBRE LAS NUBES]
por Jalena Keane Lee
En Standing Above the Clouds, dos activistas nativas hawaianas (madre e hija) luchan juntas para proteger su montaña sagrada, Mauna Kea, y evitar que sea utilizada como sitio de la construcción de uno de los telescopios más grandes del mundo. Como protectoras de Mauna Kea, esta película muestra la relación interconectada entre Aloha ʻĀina (amor a la tierra) y el amor a lxs ancianxs y a las generaciones venideras.
NƯỚC (WATER/HOMELAND) [AGUA/TIERRA NATAL]
por Quyên Nguyen-Le
En el cortometraje narrativo experimental Nước (agua/tierra natal) unx adolescente vietnamita-estadounidense genderqueer desafía las narrativas dominantes sobre la Guerra de Vietnam en Los Ángeles, California. A través de potentes secuencias oníricas y quiebres de la realidad, esta película sigue el camino de lx joven que intenta reconstruir y entender la experiencia de su madre como refugiada de la Guerra de Vietnam.
KAMA’ĀINA
por Kimi Lee
En Kama’āina, una joven queer de dieciséis años debe pilotear su vida en las calles de Oahu hasta que, finalmente, guiada por una tía, encuentra refugio en el Pu’uhonua o Wai’anae, el campamento organizado de personas sin techo más grande de Hawái.
DEVI [DIOSA]
por Karishma Dev Dube
En Devi (diosa, en hindi) Tara, una joven lesbiana no declarada, arriesga tanto su familia como su tradición al aceptar su atracción por la criada de su infancia. Ambientada en Nueva Delhi, Devi es una historia de transición a la adultez, así como un comentario sobre las distinciones sociales y de clase que actualmente dividen a las mujeres en la India contemporánea.
HEADING SOUTH [YENDO AL SUR]
por Yuan Yuan
En Heading South, Chasuna, una niña de 8 años criada por su madre en la meseta de Mongolia Interior, visita a su padre violento en la gran ciudad. En casa de su padre se encuentra con una nueva incorporación a la familia, y debe aceptar el hecho de que su verdadero hogar es inseparable de su madre y de su tierra.
Outrun
por Johnny Symons & S. Leo Chiang
El largometraje Outrun sigue la trayectoria de la primera mujer transgénero del Congreso de Filipinas. Confrontando la opresión de una nación predominantemente católica, su viaje triunfal se convierte en un clamor por los derechos de las personas LGBTQ+ de todo el mundo.
Abarcando formas documentales, narrativas y experimentales, estas películas muestran que los cuidados comunitarios, el amor por unx mismx y la escucha transformadora profunda entre nuestros seres amados son un portal a las realidades feministas a las que hoy estamos dando existencia. Desde toda la zona de Asia-Pacífico y su diáspora, estas historias nos enseñan que, frente a la violencia, la ternura es la fuerza de resistencia más intensa.
Mira nuestra conversación con lxs cineastxs
Jess X. Snow es directorx de cine, artista y poeta nominadx al premio Pushcart. Es, además, autorx de libros infantiles y educadorx artísticx comunitarix . En sus relatos Jess X. Snow crea historias de inmigrantes queer asiáticxs que trascienden las fronteras, los binarismos y el tiemp
Síguenos en las redes sociales para recibir noticias sobre futuros eventos y proyecciones:
Facebook: @AWIDWomensRights
Instagram: @awidwomensrights
Twitter ENG: @awid
Twitter ES: @awid_es
Twitter FR: @awid_fr
LinkedIn: Association for Women's Rights in Development (AWID)
Almena Lomax
Snippet - GII Intro (FR)
Investissement à impact de genre et émergence de fausses solutions :
une analyse pour les mouvements féministes
L'investissement à impact de genre est désormais considéré comme une solution contre les inégalités de genre. Et pourtant, comme le montre notre rapport, il fait partie du problème. Les institutions publiques et privées en font la promotion en tant que moyen pour parvenir à l'égalité de genre et pour accroître les ressources des femmes et des filles.
Mais en aucun cas, ces affirmations ne sont étayées par des preuves.
Au contraire, l’investissement à impact de genre constitue plutôt une nouvelle version de vies et de sociétés soumises à une même logique financière, qui continue de façonner les profondes inégalités de notre monde.
Avec ce rapport, l'AWID offre aux lecteurs·rices - féministes, défenseur·euse·s de la justice de genre et autres parties prenantes de l'investissement à impact de genre - une analyse critique et des preuves étayées pour comprendre l’investissement à impact de genre, ses récits et les implications économiques et politiques qu’il a pour les mouvements féministes.
FRMag - Let the invisible be visible
Que l'invisible soit visible : manifeste d'un.e culturiste au genre fluide à Hong Kong
par Siufung Law
« 97...! 98…! Où est 98? 98! Veuillez revenir dans la queue!... 99! 100...! » La gérante des coulisses a demandé sans relâche à chaque athlète de faire la queue dans les coulisses humides, en sueur et surpeuplées. (...)
< illustration : « Quand iels nous verront », par Lame Dilotsotlhe
Les acteurs et actrices antidroits
Chapitre 4
Un réseau complexe et mouvant d’antidroits exerce une influence croissante dans les sphères internationales et les politiques locales. Souvent soutenu·e·s par des financements d’origine imprécise, ces acteur·rice·s renforcent leur impact en créant des alliances tactiques entre thématiques, régions et croyances.
Alors que les discours des fascistes et fondamentalistes sont tout à fait nationalistes, leurs assises idéologiques, alliances politiques et réseaux de financement ne connaissent pas de frontières. Parfois soutenus par des flux de financement d’origine obscure, en lien avec de grosses entreprises ou des partis d’extrême droite, ces groupes concluent des alliances stratégiques, voire avec des sous-groupes de mouvements féministes et pour les droits des femmes, dans certains cas, tout en s’éloignant d’éléments ouvertement extrêmes pour acquérir davantage de légitimité. Ces acteur·rice·s diffusent et reproduisent également partout dans le monde leur modèle d’organisation antidroits : leurs manières de faire campagne, de faire pression ou de mener des actions stratégiques en justice.
Sommaire
- CitizenGo
- Alliance Defending Freedom (ADF)
- Le financement des antidroits
- Les liens entre féministes antitrans et fondamentalistes chrétien·ne·s
- Exercice : Cartographions le paysage
- Histoire du mouvement de la résistance. Catolicadas, un outil de communication efficace pour promouvoir l’égalité des genres et les droits sexuels et reproductifs
Lohana Berkins
Anchalee Phonklieng
Snippet Forum Stories Title
Historias de los Foros de AWID
FRMag - Resistance Series
Feminist Resistance Series
كلمة العدد | التجسيدات العابرة للحدود
فقدان الكلامترجمة رولا علاء الدين |
|
|
تشينيلو أونوالو | غوى صايغ |
«لمّا نكون مُستَقتِلين للتغيير، لِكوننا في حالة مرضٍ وتمرّدٍ في آنٍ واحد، تخلو لغتنا من التعقيد وتنصقل لتعكس أبسط ركائزها. (...) لكن، ومع استمرار المرض والثورة، تصبح اللغة المُصاغة في هذه الحالة وعنها أكثرَ عمقاً وأكثرَ تعبيراً عن الفوارق الدقيقة، وتكون منغمسة انغماساً شديداً في التجربة الإنسانية التي يواجه فيها المرءُ حدودَه عند نهاية العالم».
بدأنا التخطيط لعدد المجلّة هذا مع نانا داركوا قُبيل مهرجان «ابدعي، قاومي، غيٍّري: مهرجان للحراكات النسوية» لجمعية «حقوق المرأة في التنمية» AWID، وانطلقنا وقتها من سؤالٍ هو بالأحرى ملاحظة حول حالة العالم، ورغبة في تغيير الاعتقادات السائدة: لماذا لا تزال جنسانيّاتنا وملذّاتنا تخضع للترويض والتجريم مع أنّه يتمّ تذكيرنا مراراً وتكراراً بأنّها لا تأتي بأيّ قيمة أو تطوّر؟ واستنتجنا أنّ جنسانيّاتنا، لمّا تتجسّد، فيها ما يتعارض مع النظام العالمي الذي ما زال يتجلّى من خلال ضوابط الحدود، والتمييز العنصري في توزيع اللقاح، والاستعمار الاستيطاني، والتطهير العرقي، والرأسمالية المُستشرية. هل يمكننا إذاً القول إنّ لجنسانيّاتنا قدرةٌ تعطيليّة؟ وهل يصحّ هذا القول عندما ننظر إلى واقع حركاتنا التي يتمّ الاستيلاء عليها ومأسستها في سعيها للتزوّد بالموارد؟
عندما يصبح عملنا المتجسّد مادةً ربحية في أيدي الأنظمة التي نسعى إلى إزالتها فلا عجب أنّ جنسانيّاتنا وملذّاتنا توضَع جانباً من جديد، لا سيّما أنّها ليست مُربِحة بما فيه الكفاية. لقد تساءلنا، في مواقف عدّة خلال إنتاج هذا العدد، ما الذي سيحدث إذا رفضنا مراعاة خدمات الرأسمالية الأساسية؟ لكن هل نجرؤ على هذا التساؤل وقد أنهكنا العالم؟ ربما يتمّ تجاهل جنسانيّاتنا بهذه السهولة لأنها لا تُعتَبَر أشكالاً من أشكال الرعاية. ربما ما نحتاجه هو أن نعيد تصوّر الملذّة كشكلٍ من أشكال الرعاية الجذرية، تكون أيضاً مناهضة للرأسمالية وللمؤسساتية.
بدأنا العام الثاني على التوالي لحالة الجائحة العالمية وكان لا بدّ أن تركّز مقاربتنا للتجسيدات العابرة للحدود القومية على ملاحظة سياسيّة واحدة: أنّ الرعاية هي شكل من أشكال التجسيد. وبما أنّ جزءاً كبيراً من عملنا يتمّ حالياً من دون أيّ اعتبار للحدود بيننا وفينا فنحن جميعاً متجسّدون بشكلٍ عابرٍ للحدود القومية، ونحن جميعاً نفشل. نحن نفشل في رعاية ذاتنا، والأهمّ أننا نفشل في رعاية الآخرين.
هذا الفشل ليس من صنع أيدينا.
إنّ الكثير من أهالينا اعتبروا العملَ مقايضةً، أي أنّه شيءٌ يُعطى مقابل أجرٍ وضمانة بالحصول على الرعاية. صحيحٌ أنّه تمّ الإخلال بهذه المقايضة أحياناً، لكنّ أهالينا ما كانوا يأملون أنّ عملهم سيوفّر لهم الرِضا الذاتي، وكانوا يعتمدون لهذا الغرض على نشاطهم الترفيهي وهواياتهم ومجتمعاتهم. أمّا اليوم، فنحن، أولادهم الذين تمّت تهيأتنا لنعتبر العمل متشابكاً مع الشغف، توقّعاتنا مختلفة تماماً. نحن لا نفرّق بين العمل والترفيه ونعتبرهما عنصراً واحداً، وبالنسبة للكثيرين بيننا، العمل بات يجسّد الذات بكاملها.
إنّ الرأسمالية القائمة على الأبويّة والمغايَرة الجنسية لا ترى لنا أيّ قيمة، ناهيك عن عملنا وجنسانيّاتنا. إنّه نظامٌ سيستمر في طلب المزيد والمزيد منك إلى يوم مماتك، وبعدها سيستبدلك بشخصٍ آخر. يُنتَظَر منّا أن نكون على اتصال بالإنترنت في كلّ الأوقات، ما يعني أنّه لا يمكننا الانصراف عن العمل حتى لو شئنا ذلك. إنّ هذا التَتْجير للعمل وفصله تماماً عن الشخص قد تسلّل إلى كلّ ناحية من نواحي حياتنا، ويتمّ ترسيخ هذا التَتْجير حتى في الأوساط الأكثر نسويّة والأكثر تمرّداً وتشدّداً.
لطالما حمَلَت تطلّعات الرأسمالية ضرراً كبيراً بالأجساد التي لا تتوافق مع النموذج المثالي، وأولئك الذين يسعون إلى ترسيخ سلطتهم استغّلوا الجائحة كفرصة لاستهداف النساء والأقلّيات الجنسية وكلّ مَن يعتبرونه دون المستوى.
تمّ إعداد هذا العدد الخاص بفعل هذا الواقع، وطبعاً، رغماً عن هذا الواقع.
لقد قدّم المساهمون/ المساهمات والعاملون/ العاملات كلّهم تقريباً مجهوداً يفوق طاقاتهم، وكلٌّ من الأعمال الواردة هنا هو نتاجُ سعيٍ شغوف ولكن أيضاً نتاج حالة إنهاكٍ شديد. يشكّل هذا العدد، بطريقة غايةً في الواقعية، تجسيداً للعمل العابر للحدود القومية، علماً أنّ أيّ عمل في عصرنا الرقمي أصبحَ عابراً لتلك الحدود. وفيما فُرِضَ علينا تقبّل حدود جديدة، وهي حدود لا تخالف النظام القائم سابقاً بل تعزّزه، اختبرنا مباشرةً، إلى جانب مساهمينا، كيف تستنزف الرأسمالية طاقاتنا القصوى – كيف يصبح من الصعب بناء الحجج المتماسكة لا سيّما حينما تكون خاضعة لموعد التسليم. إننا نعاني بشكلٍ جَماعي من فقدان الكلام لأننا أساساً نعاني من فقدان العوالم.
الشعور بالضياع والوحدة في عالم الرأسمالية القائمة على الأبوية والمغايَرة الجنسية هو بالتحديد ما يجعل من الضروري أن نعيد تقييم أنظمة الرعاية التي نتّبعها وأن نُعيد النظر فيها. لقد حوّلنا هذا العدد بوسائل عدّة إلى مهمّة لإيجاد الملذّة في الرعاية. فبما أنّه بات من الصعب بناء الحجج المتماسكة، برزت الوسائط البصرية والمبتكرة وقد لجأ كثرٌ ممن اعتادوا الكتابة إلى هذه الوسائط كطرقٍ لإنتاج المعرفة واختراق الضباب الفكريّ الذي أحاط بنا. لقد ضمّينا في هذا العدد أصواتاً أخرى، بالإضافة إلى أصواتٍ عدّة استمعتم إليها في المهرجان، كوسيلة لإطلاق حوارات جديدة وتوسيع آفاقنا.
بما أنّ كلماتنا قد سُرِقَت منّا، يقضي واجبنا السياسي بأن نستمر في إيجاد الوسائل للحفاظ على أنفسنا والآخرين والاهتمام بأنفسنا وبالآخرين. بالتالي، يصبح تجسّدنا نوعاً من المقاومة إذ هو بداية إيجادنا لسبيل الخروج من الذات ودخولها.
Hande Kader
Salwa Bugaighis
Snippet Forum Quoate Jac s m Kee, Malaysia (FR)
Il n'y a rien de tel que d'être dans un espace partagé, d'échanger des énergies corporelles, de regarder dans les yeux de quelqu'un et de tisser des liens, de voir le monde et de faire quelque chose ensemble. Des événements comme le Forum sont parmi les plus forts du mouvement féministe mondial...
- Jac s m Kee, Malaisie
Film club - Finding Sally
Finding Sally (2016) Amárico | Inglés con subtítulos en inglés
Una investigación personal sobre la misteriosa vida de Sally (la tía de la directora), una aristócrata etíope que se convirtió en rebelde comunista y desapareció luego de la revolución que llevó al derrocamiento del Emperador Haile Selassie.
Conversación en vivo con Tamara Dawit, directora de << Finding Sally >>
23 de junio a las 12:30 pm EST en IG Live
Embodying Trauma-Informed Pleasure
|
Tshegofatso Senne is a Black, chronically-ill, genderqueer feminist who does the most. Much of their work is rooted in pleasure, community, and dreaming, while being informed by somatic abolitionism and disability, healing, and transformative justices. Writing, researching, and speaking on issues concerning feminism, community, sexual and reproductive justice, consent, rape culture, and justice, Tshegofatso has 8 years of experience theorising on the ways in which these topics intersect with pleasure. They run their own business, Thembekile Stationery, and their community platform Hedone brings people together to explore and understand the power of trauma-awareness and pleasure in their daily lives. Tshegofatso believes deeply in the individual and collective potential of regenerative and sustainable change, pleasure, and care work. |
The body. The most permanent home we have.
The body, not the thinking brain, is where we experience most of our pain, pleasure, and joy, and where we process most of what happens to us. It is also where we do most of our healing, including our emotional and psychological healing. And it is where we experience resilience and a sense of flow.
These words, said by Resmaa Menakem in his book My Grandmother’s Hands, have stayed with me.
The body; it holds our experiences. Our memories. Our resilience. And as Menakem has written, the body also holds our traumas. It responds with spontaneous protective mechanisms to stop or prevent more damage. That is the power of the body. Trauma is not the event; it is how our bodies respond to events that feel dangerous to us. It is often left stuck in the body, until we address it. There’s no talking our body out of this response – it just is.
Using Ling Tan’s Digital Superpower app, I tracked how my body felt as I travelled around different parts of my city, Johannesburg, South Africa. The app is a gesture-driven online platform that allows you to trace your perceptions as you move through locations by logging and recording the data. I used it to track my psychosomatic symptoms – physical reactions connected to a mental cause. Whether that be flashbacks. Panic attacks. Tightness in the chest. A fast heartbeat. Tension headaches. Muscle pain. Insomnia. Struggling to breathe. I tracked these symptoms as I walked and travelled to different areas in Johannesburg. And I asked myself.
Where can we be safe? Can we be safe?
Psychosomatic responses can be caused by a number of things, and some are not as severe as others. After experiencing any kind of trauma you may feel intense distress in similar events or situations. I tracked my sensations, ranked on a scale of 1-5, where 1 were the instances I barely felt any of these symptoms – I felt at ease rather than on-guard and jumpy, my breath and heart rate were stable, I was not looking over my shoulder – and number 5 being the opposite – symptoms that had me close to a panic attack.
As a Black person. As a queer person. As a genderqueer person who could be perceived as a woman, depending on what my gender expression is that day.
I asked myself.
Where can we be safe?
Even in neighbourhoods one might consider “safe,” I felt constantly panicked. Looking around me to make sure I wasn’t being followed, adjusting the way my T-shirt sat so my breasts wouldn’t show up as much, looking around to make sure I knew multiple routes to get out of the place I was should I sense danger. An empty road brings anxiety. A packed one does too. Being in an Uber does. Walking on a public road does. Being in my apartment does. So does picking up a delivery from the front of the building.
Can we be safe?
Pumla Dineo Gqola speaks of the Female Fear Factory. It may or may not be familiar, but if you’re someone socialised as a woman, you’ll know this feeling well. The feeling that has you planning every step you take, whether you’re going to work, school, or just running an errand. The feeling that you have to watch how you dress, act, speak in public and private spaces. The feeling in the pit of your stomach if you have to travel at night, get a delivery, or deal with any person who continues to socialise as a cis man. Harassed on the street, always with the threat of violence. Us existing in any space comes with an innate fear.
Fear is both an individual and a socio-political phenomenon. At an individual level, fear can be present as part of a healthy well developing warning system […] When we think about fear, it is important to hold both notions of individual emotional experience and the political ways in which fear has been used in different epochs for control.
- Pumla Dineo Gqola, in her book Rape: A South African Nightmare
South African women, femmes, and queers know that every step we take outside – steps to do ordinary things: a walk to the shops, a taxi to work, an Uber from a party – all of these acts are a negotiation with violence. This fear, is part of the trauma. To cope with the trauma we carry in our bodies, we develop responses to detect danger – watching the emotional responses of those around us, reading for “friendliness.” We’re constantly on guard.
Day after day. Year after year. Life after life. Generation after generation.
On the additional challenge of this learned defence system, author of The Body Keeps Score, Bessel Van Der Kolk, has said
It disrupts this ability to accurately read others, rendering the trauma survivor either less able to detect danger or more likely to misperceive danger where there is none. It takes tremendous energy to keep functioning while carrying the memory of terror, and the shame of utter weakness and vulnerability.
As Resmaa Menakem has said, trauma is in everything; it infiltrates the air we breathe, the water we drink, the foods we eat. It is in the systems that govern us, the institutions that teach and also traumatise us, and within the social contracts we enter into with each other. Most importantly, we take it with us everywhere we go, in our bodies, exhausting us and eroding our health and happiness. We carry that truth in our bodies. Generations of us have.
So, as I walk around my city, whether an area is considered “safe” or not, I carry the traumas of generations whose responses are embedded in my body. My heart palpitates, it becomes difficult to breathe, my chest tightens – because my body feels as though the trauma is happening in that very moment. I live hyper vigilant. To the point where one is either too on-guard to mindfully enjoy their life, or too numb to absorb new experiences.
For us to begin to heal, we need to acknowledge these truths.
These truths that live in our bodies.
This trauma is what keeps many of us from living the lives we want. Ask any femme or queer person what safety looks like to them and they’ll mostly share examples that are simple tasks – being able to simply live joyful lives, without the constant threat of violence.
Feelings of safety, of comfort and ease, are spatial. When we embody our trauma, it affects the ways we perceive our own safety, affects the ways we interact with the world, and alters the ways we are able to experience and embody anything pleasurable and joyful.
We have to refuse this burdensome responsibility and fight for a safe world for all of us. Walking wounded as many of us are, we are fighters. Patriarchy may terrorise and brutalise us, but we will not give up the fight. As we repeatedly take to the streets, defying the fear in spectacular and seemingly insignificant ways, we defend ourselves and speak in our own name.
- Pumla Dineo Gqola, in her book Rape: A South African Nightmare
Where can we be safe? How do we begin to defend ourselves, not just in the physical sense, but in the emotional, psychological, and spiritual senses?
“Trauma makes weapons out of us all,” adrienne maree brown has said in an interview conducted by Justin Scott Campbell. And her work, Pleasure Activism, offers us multiple methodologies to heal that trauma and ground ourselves in the understanding that healing, justice, and liberation can also be pleasurable experiences. Especially those of us who are the most marginalised, who may have been raised to equate suffering with “The Work.” The Work that so many of us have gone into as activists, community builders and workers, those serving the most marginalised, The Work that we struggle in order to do, burning ourselves out and rarely caring for our minds and bodies. The alternative is becoming more informed about our trauma, able to identify our own needs, and becoming deeply embodied. That embodiment means we are simply more able to experience the world through the senses and sensations in our bodies, acknowledging what they tell us rather than suppressing and ignoring the information it is communicating with us.
Being constantly in conversation with our living body and intentionally practising those conversations connects us to embodiment more deeply; it allows us to make tangible the emotions we feel as we interact with the world, befriend our bodies, and understand all that they try to teach us. When understanding trauma and embodiment paired, we can begin to start the healing and access pleasure more holistically, healthily, and in our daily lives without shame and guilt. We can begin to access pleasure as a tool for individual and social change, tapping into the power of the erotic as Audre Lorde described it. A power that allows us to share the joy we access and experience, expanding our capacity for happiness and understanding that we are deserving of it, even with our trauma.
Tapping into pleasure and embodying the erotic gives us the expansion of being deliberately alive, feeling grounded and stable and understanding our nervous systems. It allows us to understand and shed the generational baggage we’ve been carrying without realising; we can be empowered with the knowledge that even as traumatised as we are, as traumatised as we potentially could be in the future, we are still deserving of pleasurable and joyful lives, that we can share that power with our people. It is the community aspect that is missing from the ways we care for ourselves; self-care cannot exist without community care. We are able to feel a deeper internal trust, safety, and power of ourselves, especially in the face of future traumas that will trigger us, knowing how to soothe and stabilise ourselves. All this understanding leads us to a deep internal power that is resourced to meet any challenges that come your way.
As those living with deep generational traumas, we have come to distrust and perhaps think we are incapable of containing and accessing the power we have. In “Uses of the Erotic: The Erotic as Power,” Lorde teaches us that the erotic offers a source of replenishment, a way to demand better for ourselves and our lives.
For the erotic is not a question only of what we do; it is a question of how acutely and fully we can feel in the doing. Once we know the extent to which we are capable of feeling that sense of satisfaction and completion, we can then observe which of our various life endeavours brings us closest to that fullness.
I don’t say any of this lightly – I know that this is easier said than done. I know that many of us are prevented from understanding these truths, from internalising or even healing them. Resistance comes with acts of feeling unsafe, but is not impossible. Resisting power structures that keep the most powerful safe will always endanger those of us shoved to the margins. Acknowledging the traumas you’ve faced is a reclamation of your lived experiences, those that have passed and those that will follow; it is resistance that embodies that knowledge that we are deserving of more than the breadcrumbs these systems have forced us to lap up. It is a resistance that understands that pleasure is complicated by trauma, but it can be accessed in arbitrary and powerful ways. It is a resistance that acknowledges that our trauma is a resource that connects us to each other, and can allow us to keep each other safe. It is a resistance that understands that even with pleasure and joy, this is not a utopia; we will still harm and be harmed, but we will be better equipped for survival and thrive in a community of diverse care and kindness. A resistance that makes way for healing and connecting to our full human selves.
Healing will never be an easy and rosy journey, but it begins with the acknowledgment of the possibility. When oppression makes us believe that pleasure is not something that we all have equal access to, one of the ways that we start doing the work of reclaiming our full selves — our whole liberated, free selves — is by reclaiming our access to pleasure.
Leah Lakshmi Piepzna-Samarasinha has said in her article in Pleasure Activism (to which she contributed),
I know that for most people, the words “care” and “pleasure” can’t even be in the same sentence. We’re all soaking in ableism’s hatred of bodies that have needs, and we’re given a really shitty choice: either have no needs and get to have autonomy, dignity, and control over your life or admit you need care and lose all of the above.
The power that this has? We understand our traumas, so we understand those of others; we embody the sensations we experience and tend to them rather than distract and avoid. We access pleasure in ways that make us want to share that joy with those in our communities. When we are trauma-informed, we give ourselves more room to experience all this and give ourselves, and others, permission to heal. Imagine, a community in which everyone has access, resources, and time to live pleasurable lives, in whichever way they want and deserve. In which spatial traumas are lessened because the people that occupy them are trauma-aware, are filled with a tender care. Isn’t that healing? Is that not working through generational traumas? Does that not build and sustain healthier futures for us all?
It is time we reconnected with the ancestral knowledge that we deserve to live full lives. We need to get back in touch with our natural right to joy and existing for ourselves. To feel pleasure simply for the sake of it. To not live lives of terror. It sounds radical; it feels radical. In a world where we have been socialised and traumatised to numb, to fear, to feel and remain powerless, to be greedy and live with structural issues that lead to mental illness, what a gift and wonder it is to begin to feel, to be in community with those who feel, to be healthily interdependent in, to love each other boldly. Feeling is radical. Pleasure is radical. Healing is radical.
You have permission to feel pleasure. You have permission to dance, create, make love to yourself and others, celebrate and cultivate joy. You are encouraged to do so. You have permission to heal. Don’t bottle it up inside, don’t try to move through this time alone. You have permission to grieve. And you have permission to live.
- adrienne maree brown, “You Have Permission”
Somatic embodiment allows us to explore our trauma, work through it and make meaningful connections to ourselves and the collective. Doing this over time sustains our healing; just like trauma, healing is not a one-time only event. This healing helps move us toward individual and collective liberation.
In “A Queer Politics of Pleasure,” Andy Johnson speaks about the ways in which the queering of pleasure offers us sources of healing, acceptance, release, playfulness, wholeness, defiance, subversion, and freedom. How expansive! When we embody pleasure in ways that are this holistic, this queer, we are able to acknowledge the limitation.
Queering pleasure also asks us the questions that intersect our dreaming with our lived realities.
Who is free or deemed worthy enough to feel pleasure? When is one allowed to feel pleasure or pleased? With whom can one experience pleasure? What kind of pleasure is accessible? What limits one from accessing their full erotic and pleased potential?
- Andy Johnson, “A Queer Politics
of Pleasure”
When our trauma-informed pleasure practices are grounded in community care, we begin to answer some of these questions. We begin to understand the liberating potential. As pleasure activists, this is the reality we ground ourselves within. The reality that says, my pleasure may be fractal, but it has the potential to heal not only me and my community, but future bloodlines.
I am a whole system; we are whole systems. We are not just our pains, not just our fears, and not just our thoughts. We are entire systems wired for pleasure, and we can learn how to say yes from the inside out.
- Prentis Hemphill, interviewed by Shar Jossell
There’s a world of pleasure that allows us to begin to understand ourselves holistically, in ways that give us room to rebuild the realities that affirm that we are capable and deserving of daily pleasure. BDSM, one of my deepest pleasures, allows me a glimpse into these realities where I can both feel and heal my trauma, as well as feel immeasurable opportunities to say yes from the inside out. While trauma keeps me stuck in a cycle of fight or flight, bondage, kneeling, impact, and breath play encourage me to stay grounded and connected, reconnecting to restoration. Pleasure that is playful allows me to heal, to identify where traumatic energy is stored in my body and focus my energy there. It allows me to express the sensations my body feels through screams of pain and delight, to express my no with no fear and revel in the fuck yes. With a safety plan, aftercare, and a deeper understanding of trauma, kink offers a place of pleasure and healing that is invaluable.
So whether your pleasure looks like cooking a meal at your leisure, engaging in sex, having bed days with your people, participating in disability care collectives, having someone spit in your mouth, going on accessible outings, having cuddle dates, attending an online dance party, spending time in your garden, being choked out in a dungeon,
I hope you take pleasure with you wherever you go. I hope it heals you and your people.
Recognising the power of the erotic within our lives can give us the energy to pursue genuine change within our world.
- Audre Lorde, “Uses of the Erotic: The Erotic as Power”
Explore Transnational Embodiments
This journal edition in partnership with Kohl: a Journal for Body and Gender Research, will explore feminist solutions, proposals and realities for transforming our current world, our bodies and our sexualities.
التجسيدات العابرة للحدود
نصدر النسخة هذه من المجلة بالشراكة مع «كحل: مجلة لأبحاث الجسد والجندر»، وسنستكشف عبرها الحلول والاقتراحات وأنواع الواقع النسوية لتغيير عالمنا الحالي وكذلك أجسادنا وجنسانياتنا.
Ruth Alicia López Guisao
Contenido relacionado
Front Line Defenders: Asesinato de la defensora de derechos humanos Ruth Alicia López Guisao
Juvy Capion
Why Bangkok?
Each Forum takes place in a different region, and it is time for the AWID Forum to come back to Asia! We visited many countries in the region, consulted feminist movements, and conducted detailed assessments of logistics, accessibility, safety, visas and more. Eventually, the AWID Board enthusiastically approved Bangkok, Thailand, as the best option. We are excited to come back to Bangkok, where we held the AWID Forum in 2005.