Philippe Leroyer | Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)

Análisis Especiales

AWID es un organización feminista internacional de membresía, que brinda apoyo a los movimientos que trabajan para lograr la justicia de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo.

Defensorxs de Derechos Humanos

Lxs defensorxs se identifican a sí mismas como mujeres y personas lesbianas, bisexuales, transgénero, queer e intersex (LBTQI) y otrxs que defienden derechos y que debido a su trabajo en derechos humanos están bajo riesgos y amenazas específicos por su género y/o como consecuencia directa de su identidad de género u orientación sexual.

Lxs defensorxs son objeto de violencia y discriminación sistemáticas debido a sus identidades y su inclaudicable lucha por derechos, igualdad y justicia.

El Programa Defensorxs colabora con contrapartes internacionales y regionales así como con lxs afiliadxs de AWID para crear conciencia acerca de estos riesgos y amenazas, abogar por medidas de protección y de seguridad que sean feministas e integrales, y promover activamente una cultura del autocuidado y el bienestar colectivo en nuestros movimientos.


Riesgos y amenazas dirigidos específicamente contra lxs defensorxs

lxs defensorxs enfrentan los mismos tipos de riesgos que todxs lxs demás defensorxs de derechos humanos, de comunidades y del medio ambiente. Sin embargo, también están expuestas a violencia y a riesgos específicos por su género porque desafían las normas de género de sus comunidades y sociedades.

Por defender derechos, lxs defensorxs están en riesgo de:

  • Ataques físicos y muerte
  • Intimidación y acoso, incluso en los espacios virtuales
  • Acoso judicial y criminalización
  • Agotamiento

Un enfoque integral y colaborativo de la seguridad

Trabajamos de manera colaborativa con redes internacionales y regionales y con nuestrxs afiliadxs

  • para crear conciencia de las violaciones de derechos humanos contra lxs defensorxs y de la violencia y discriminación sistemáticas que enfrentan
  • para fortalecer los mecanismos de protección y asegurar respuestas más oportunas y efectivas para lxs defensorxs que están en riesgo

Trabajamos para promover un enfoque integral de la protección que incluya:

  • remarcar la importancia del autocuidado y el bienestar colectivo, y reconocer que el significado de cuidado y bienestar puede variar entre las diferentes culturas;
  • documentar las violaciones dirigidas contra lxs defensorxs usando una perspectiva feminista interseccional;
  • promover el reconocimiento y celebración social del trabajo y la resiliencia de lxs defensorxs; y
  • construir espacios ciudadanos que conduzcan al desmantelamiento de las desigualdades estructurales sin restricciones ni obstáculos.

Nuestras acciones

Nos proponemos contribuir a un mundo más seguro para lxs defensorxs, sus familias y comunidades. Creemos que actuar por los derechos y la justicia no debe poner en riesgo a lxs defensorxs, sino que debe ser valorado y celebrado.

  • Promoviendo la colaboración y coordinación entre organizaciones de derechos humanos y organizaciones de derechos de las mujeres en el plano internacional para fortalecer la capacidad de respuesta en relación a la seguridad y el bienestar de lxs defensorxs.

  • Apoyando a las redes regionales de defensorxs y de sus organizaciones, tales como la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensorxs de Derechos Humanos y la WHRD Middle East and North Africa  Coalition [Coalición de Defensorxs de Derechos Humanos de Medio Oriente y África del Norte], promoviendo y fortaleciendo la acción colectiva para la protección, poniendo el énfasis en establecer redes de solidaridad y protección, promover el autocuidado y la incidencia y movilización por la seguridad de lxs defensorxs.

  • Aumentando la visibilidad y el reconocimiento de lxs defensorxs y sus luchas, así como de los riesgos que enfrentan, a través de la documentación de los ataques que sufren, e investigando, produciendo y difundiendo información sobre sus luchas, estrategias y desafíos.

  • Movilizando respuestas urgentes de solidaridad internacional para lxs defensorxs que están en riesgo a través de nuestras redes internacionales y regionales y de nuestrxs afiliadxs activxs.

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Não me sinto à vontade para partilhar o nome do meu grupo e as nossas informações de contacto com a AWID. Devo preencher o inquérito ainda assim?

Absolutamente, estas perguntas são opcionais, e valorizamos o seu direito de permanecer anónimo. Queira preencher o inquérito independentemente da sua decisão de partilhar o nome do seu grupo, organização e/ou movimento e as respetivas informações de contacto connosco.

Nadyn Jouny

The personal is political - and fiery and courageous Nadyn Jouny personified this feminist mantra. Nadyn experienced firsthand the pain of structural violence in legal systems that strip women of their rights.

When she decided to file for divorce, the religious Shitte courts under the Lebanese Personal Status laws, denied her custody of her young son Karam. Nadyn, like so many other women across Lebanon and other countries, was caught in the impossible pain of leaving an unwanted and abusive relationship and also losing the rights to her child. But Nadyn fought back, as she would until her last day.

She used her media savvy to become an outspoken voice to women fighting discriminatory family laws in Lebanon and internationally. Nadyn co-founded the self-funded group, “Protecting Lebanese Women” (PLW) and banded with many other Lebanese mothers facing similar custody issues. Together, they advocated to raise awareness of the injustices they were facing, protesting in front of the religious courts for their rights and bringing international media attention to extreme injustices they were facing.    

Nadyn also worked with ABAAD - Resource Center for Gender Equality, another women’s rights organization in Lebanon, to campaign for women’s rights, equality in family law and custody and against forced and early marriages.

For many of her colleagues, she came to “symbolize a Lebanese mother’s fight against suppression and misogyny of all sorts," using “her personal experiences and her individual journey of empowerment to give hope to others that they can be a catalyst for positive change.”- ABAAD - Resource Centre for Gender Equality, Lebanon

On October 6, 2019 Nadyn was tragically killed in a car accident on her way to protest unfair tax increases in a country already facing spiralling financial crisis. Nadyn Jouny was only 29 years old at the time of her death.

Snippet FEA Principles of work Transparency (ES)

Un paraguas rosa

TRANSPARENCIA

Discursos anti-derechos

Capítulo 3

Los discursos anti-derechos continúan evolucionando. Además de utilizar argumentos relacionados con la religión, la cultura y la tradición, los actores antiderechos cooptan el lenguaje de la justicia social y los derechos humanos para ocultar sus verdaderas agendas y ganar legitimidad.

Alison Howard, Alliance Defending Freedom, speaks outside the construction site of the Washington, D.C. Planned Parenthood.
© American Life League/Flickr
Alison Howard, Alliance Defending Freedom, habla afuera del sitio de construcción de Planned Parenthood en Washington, D.C.

Hace tres décadas, un evangelista televisivo estadounidense candidato del Partido Republicano dijo una célebre frase: el feminismo es «un movimiento político antifamilia que alienta a las mujeres a dejar a sus maridos, matar a sus hijos, practicar brujería, destruir el capitalismo y convertirse en lesbianas». Hoy en día, esta idea conspirativa ha logrado un alcance y una legitimidad sin precedentes bajo la forma del discurso de la «ideología de género», un término genérico que, cual enemigo imaginario, ha sido creado por los actores antiderechos para oponerse a él.

Dentro de la serie de discursos empleados por los actores antiderechos (que incluyen nociones de «imperialismo cultural» y «colonización ecológica», apelaciones a la «objeción de conciencia» y la idea de un «genocidio prenatal»), un tema clave es la cooptación. Los actores antiderechos se apropian de problemáticas legítimas, o seleccionan partes de estas, y las distorsionan al servicio de sus agendas opresivas.

Índice de contenidos

  • Ideología de género
  • Imperialismo cultural y colonización ideológica
  • Aborto: objeción de conciencia
  • Aborto: genocidio prenatal
  • Ejercicio: Recuperemos la narrativa
  • Historia de movimiento de resistencia: Los principios de Nairobi: compromisos inter-movimientos sobre discapacidad y derechos a la salud sexual y reproductiva

Leer el capítulo completo

Contributors of toolkit (WITM landing page)

Deseamos agradecer a las personas que hicieron aportes y fueron consultadas para la elaboración de este Manual:

  • Angelika Arutyunova
  • Cindy Clark
  • Kamardip Singh
  • Martin Redfern
  • Pei Yao Chen
  • Srilatha Batliwala
  • Veronica Vidal

    Descargar el manual en PDF

متى ستكون نتائج الاستطلاع جاهزة؟

سنقوم بتحليل الردود على الاستطلاع للوصول للاستنتاجات الأساسية والنتائج خلال المنتدى العالمي ل AWID في بانكوك، وعن طريق الانترنت في ديسمبر (كانون الأول) 2024. الرجاء التسجيل هنا لحضور المنتدى.

Doris Valenzuela Angulo

Doris Valenzuela Angulo fue una activista social afrodescendiente, líder y defensora de los derechos humanos, de Buenaventura, Colombia. Fue parte de Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (CONPAZ), una red nacional de organizaciones de comunidades afectadas por el conflicto armado que propugnan la no violencia y la justicia socioambiental.

Doris desafiaba la constante violencia paramilitar y las presiones de los megaproyectos para desplazar a su comunidad, así como la complicidad del Estado. Enfrentando uno de los contextos más difíciles de su país, tuvo un rol de liderazgo en una iniciativa de resistencia no violenta sin precedentes llamado «Espacio Humanitario Puente Nayero», una zona urbana para la cohesión comunitaria, la seguridad, la creatividad y la acción colectiva.

Esta singular lucha no violenta de las familias que pertenecían al «Espacio Humanitario Puente Nayero» atrajo la atención y el apoyo de organismos locales e internacionales. Hacia septiembre de 2014, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos había establecido medidas cautelares de protección para la comunidad, y había ordenado al Estado colombiano hacer lo necesario para preservar sus vidas y su integridad personal. Sin embargo, las amenazas y la violencia de los paramilitares continuaron. Doris centró sus energías en evitar el reclutamiento forzoso de niñxs y jóvenes por parte de los neo-paramilitares, y siguió haciéndolo a pesar del asesinato de su hijo Cristian Dainer Aragón Valenzuela en julio de 2015. Doris también se convirtió en blanco de ataques, y recibía amenazas por su activismo y el trabajo que realizaba continuamente.

Las persistentes agresiones y amenazas contra su vida forzaron a Doris a abandonar Colombia. Residió en España desde febrero de 2017 hasta febrero de 2018, e integró el Programa de Protección Temporal de Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos de Amnistía Internacional para activistas cuyas vidas están en riesgo.

En abril de 2018, Doris fue asesinada por su ex-marido en Murcia, España. Tenía solamente 39 años.


Tributos:

«Doris, pasar un año entero contigo nos ha enseñado cómo una persona puede tener la capacidad de transformar y generar esperanza ante hechos profundamente negativos y devastadores sucedidos durante tu vida...Seguimos con nuestro compromiso en la defensa de todos los derechos humanos. Siempre nos guiará tu valentía y tu luz.» Montserrat Román, Amnistía Internacional Grupo La Palma

Fragmento de «Palabras para Doris Valenzuela Angulo» por Elsa López

«Tú lo sabías. Siempre lo supiste. Y a pesar de todo te levantaste firme contra tantas injusticias, tantas miserias, tanta persecución.Te alzaste, altiva y feroz, contra aquellos que querían hacerte de nuevo abandonar tus esperanzas, humillarte y rendirte. Puesta en pie clamaste por tu libertad y la nuestra que era la tuya. Nada ni nadie paralizó tus esfuerzos por cambiar el mundo y hacerlo más generoso y habitable. Tú, viva entre nosotras, más viva hoy que nunca entre nosotras a pesar de la muerte. Viva siempre por tus gestos, tu valor, tu grandeza al clamar por una tierra prometida que llegaste a invocar con cada uno de tus gritos por todos los desiertos que habitaste. Tú. Siempre viva. Doris Valenzuela Angulo. 
Son sólo palabras. Lo sé. Yo también lo sé. Pero las palabras nos unen, nos protegen, nos dan fuerza y aliento para seguir caminando hacia la luz que tanto defendías.»

Snippet FEA Get Involved Story 4 (FR)

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Ishtar de celuloide

Ishtar de celuloide

Hind and Hind portrait

Hind and Hind fue la primera pareja queer documentada en la historia árabe. En el mundo de hoy, es unx artista queer del Líbano.

Hind and Hind Article Cover

Secuencia 1

A los seis años, me enteré de que mi abuelo tenía una sala de cine. Mi madre me contó que la había abierto a principios de la década de 1960, cuando ella también tenía unos seis años. Recordaba que la primera noche proyectaron La novicia rebelde / Sonrisas y lágrimas.

Yo pasaba por el cine todos los fines de semana, y miraba a mi abuelo jugar al backgammon con sus amigos. No sabía que él estaba viviendo en la sala, en una habitación que estaba justo debajo de la cabina de proyección. Supe más tarde que se había mudado ahí después de que él y mi abuela se separaran, cuando el cine cerró, en los años 1990, poco después de que terminara la guerra civil en el Líbano.

Durante años, y hasta que él falleció, casi siempre veía a mi abuelo jugando al backgammon en el descuidado vestíbulo del cine. Esas escenas repetidas son todo lo que recuerdo de él. Nunca llegué a conocerlo bien, nunca hablamos de cine, aunque él pasaba todo su tiempo en una sala de cine destartalada. Nunca le pregunté cómo era vivir en un lugar como ese. Murió cuando yo tenía doce años, en Nochebuena, a causa de una caída por la escalera caracol que llevaba a la cabina de proyección. Resulta casi poético que haya fallecido en movimiento, en un edificio donde las imágenes animadas están permanentemente suspendidas en el tiempo.

 


Secuencia 2

En la primavera de 2020, mi primo me llamó para decirme que había limpiado el cine de mi abuelo, y me pidió que fuera allí para encontrarme con él. Lxs dos siempre habíamos soñado renovarlo. Llegué antes que él. En el vestíbulo seguían estando los marcos de los afiches de las películas, pero faltaban los afiches. Yo sabía que debían haber quedado talonarios de entradas en algún lado; los encontré apilados en una pequeña caja de latón oxidada, sobre un estante de la boletería, y me guardé algunos.

Empecé a dar vueltas por el cine. En el escenario principal, la pantalla de proyección estaba muy sucia y un poco rota en un costado. Deslicé mi dedo índice sobre la pantalla para quitar una mancha de polvo, y vi que, debajo, la pantalla todavía era blanca. La tela también parecía estar en buenas condiciones. Miré hacia arriba para ver si el telón de mi abuela todavía estaba colocado. Estaba hecho de satén blanco, con un pequeño emblema bordado que representaba al cine. Había una sala principal y una galería de palcos. Los asientos parecían muy desgastados.

Noté que el proyector asomaba por una ventanita al fondo del área de los palcos. Subí los escalones en espiral que llevaban a la cabina de proyección.

La habitación estaba a oscuras, pero un haz de luz, que entraba por las ventanas polvorientas, mostraba un montón de rollos de película arrojados en un rincón. Había cintas de celuloide inertes enredadas contra el pie del proyector. Los rollos polvorientos eran películas de género: westerns, cine de Bollywood y ciencia ficción con títulos malos como El meteorito que destruyó la Tierra o algo por el estilo. Me llamaron la atención las tiras de película polvorientas que, en su mayoría, eran fragmentos recortados de los rollos. Una por una, las tiras cortas mostraban diferentes escenas de besos, algo que parecía ser una danza sugerente, una escena indefinida de una reunión, un primer plano de una mujer acostada con la boca abierta, los créditos de apertura de una película de Bollywood, y una etiqueta de «Ahora en cartelera» que ocupaba varios fotogramas.

Los créditos de la película de Bollywood me recordaron a mi madre. Ella solía contarme que a la salida entregaban al público pañuelos de papel. Me guardé una escena de besos y las tiras de danza sugerente; supuse que habían sido cortadas por motivos de censura. El primer plano de la mujer me hizo pensar en los libros de Béla Balázs Visible Man, or The Culture of Film, The Spirit of Film y Theory of the Film. Él decía que en el cine los primeros planos proporcionan un

soliloquio silencioso, en el que un rostro puede hablar con los más sutiles matices de significado sin parecer antinatural y provocar la distancia de lxs espectadores. En este monólogo silencioso, la solitaria alma humana puede encontrar una lengua más sincera y desinhibida que en cualquier soliloquio hablado, porque habla instintivamente, en forma inconsciente.

Balázs estaba principalmente describiendo los primeros planos de Juana en la película muda La passion de Jeanne d’Arc. Señalaba cómo «... en la [película] muda, la expresión facial, aislada de su entorno, parecía penetrar en una nueva y extraña dimensión del alma».

Examiné más a fondo la tira de la película. La mujer parecía muerta, su cara era casi como una máscara. Me recordó al cuadro Ophelia del pintor John Everett Millais. En su libro Sobre la fotografía, Susan Sontag dice que una fotografía es «un rastro, algo directamente tomado de lo real, como una huella o una máscara mortuoria». Estas máscaras mortuorias son como una presencia que recuerda una ausencia.

Recordé haber encontrado un diálogo entre la muerte y la fotografía en la olvidada película de Roberto Rossellini La macchina ammazzacattivi [La máquina que mata a los malos]. En esta película, un camarógrafo va por ahí tomando fotos de personas, que a su vez se congelan, y luego quedan suspendidas en el tiempo. El crítico francés de cine André Bazin decía que la fotografía arrebata a los cuerpos del flujo de la muerte y los almacena embalsamándolos. Describía esta momificación fotográfica como «la preservación de la vida mediante la representación de la vida».

Esta cabina de proyección, toda su configuración, todas las cosas que parecían haber sido movidas, las tiras de celuloide en el piso, todo aquello en lo que mi abuelo había dejado una marca... sentí que debía protegerlo.

Debajo de las cintas había un rollo de película polvoriento y desarmado. Parecía que alguien había estado mirando el rollo manualmente. En ese momento, mi primo subió por la escalera caracol y me encontró estudiándolo. Se frotó el mentón con los dedos, y en tono muy objetivo dijo —Encontraste el porno.

Secuencia 3

Miré la tira de película que tenía en la mano, y me di cuenta de que no era una escena de muerte. La cinta había sido cortada del rollo porno. La mujer estaba gimiendo de éxtasis. Los primeros planos sirven para transmitir sentimientos de intensidad, de clímax, pero en realidad yo nunca había usado las teorías de Balázs para describir una escena porno. Él escribió que «el clímax dramático entre dos personas siempre será mostrado como un diálogo de expresiones faciales en primer plano». Me puse la tira de película en el bolsillo, y decidí llamar a la mujer Ishtar. Desde entonces, Ishtar ha vivido siempre en mi billetera. Parecía extraño comparar la minuciosa descripción de los miedos y el coraje de Juana de Arco con la expresión facial de Ishtar en éxtasis.

Según mi primo, el hermano de mi abuelo esperaba hasta que mi abuelo dejaba el cine y, en lugar de cerrar, invitaba a sus amigos para proyecciones privadas fuera de horario. No me pareció gran cosa. Era una práctica común, especialmente durante y después de la guerra civil del Líbano. Después de la guerra, había aparatos de televisión en casi todas las casas libanesas. Incluso recuerdo que había un televisor en mi dormitorio a finales de la década de 1990, cuando yo tenía unos seis años. Me han contado que comprar películas porno en VHS era algo generalizado en esa época. Mohammed Soueid, un escritor y cineasta libanés, me dijo una vez que, entre mediados de la década de 1980 y mediados de la de 1990, los cines solían proyectar tanto películas artísticas como pornográficas, para poder sobrevivir. También he oído que los proyeccionistas cortaban los rollos de porno para hacer diferentes montajes, y así poder proyectar algo distinto cada noche. Con el tiempo, la gente comenzó a quedarse dentro de la comodidad de sus propios hogares para mirar películas en VHS en sus televisores, y el negocio de los cines comenzó a declinar.

Secuencia 4

Mi primo volvió abajo para revisar un archivo de papeles que había en la oficina.

Yo me quedé en la cabina y empecé a pasar la tira de película entre mis dedos índice y medio, deslizándola hacia arriba con los pulgares y haciendo correr lentamente los fotogramas por mis manos. Alcé la tira contra la ventana polvorienta, y entrecerré los ojos para entender las viñetas monocromas. En esta serie de fotogramas había un primerísimo primer plano de una verga metida en una vagina. La imagen seguía durante varios fotogramas hasta que llegué a un nudo en la película, y me imaginé el resto.

 

 
 
Photo of a film negative stretched out

Secuencia 5

Hank exhibe su erección frente a Veronika, quien está acostada en la cama al lado de un secrétaire imitación Luis XIV. Ella se levanta lentamente, y desliza el fino bretel de su negligé transparente para que le caiga del hombro izquierdo. Hank le desata la bata de velos, la gira, le da unas palmadas en el culo, y la empuja contra el secrétaire. Le mete la verga en el coño repetidamente, mientras la parte trasera del mueble golpea contra la pared empapelada.

 

 

Secuencia 6

Siempre presté atención a la decoración de interiores, desde la vez que mi profesora de Estudios sobre las Mujeres en la Pornografía dijo que los más grandes archivos de pornografía de América del Norte son utilizados, curiosamente, para examinar el amoblado de la clase media de la época. De modo que, mientras Veronika se agacha y es penetrada desde atrás por Hank, una asistente de investigación universitaria bien podría estar tratando de adivinar el diseño de la decoración dorada del secrétaire, o estudiando el relieve rococó de una silla de madera en algún rincón.

Por un momento, la cabina se convirtió en un espacio para la imaginación sexual femenina, desestabilizando un espacio que, de lo contrario, prometía la libertad de la sexualidad masculina. Estaba segura de que solo los hombres podían acceder a las salas de cine que proyectaban películas porno. El rollo de película estaba demasiado enredado como para arreglarlo en una cabina de proyección donde el polvo se había acumulado durante más de una década, así que lo metí en mi bolso de lona y me fui del cine.

No estoy segura de qué es lo que me ocurrió, pero me sentí obligada a conservarlo. Quería sentir la excitación de salvaguardar algo misterioso, algo no ortodoxo. Mientras iba por la calle, mentalmente estaba segura de que la gente sabía que yo estaba escondiendo algo. Me sobrevino un sentimiento de culpa mezclado con placer. Era algo perverso.

 

Secuencia 7

Entré en la casa, preocupada por la idea de tener un rollo pornográfico en mi bolsa de lona y por el fluir de los pensamientos que había tenido en el camino. Fui inmediatamente a mi dormitorio. En algún lugar lejano de mi mente, recordé que compartía una pared con la habitación de al lado, que era de Layla. Probablemente ella no estaba en casa, pero la posibilidad de que me oyeran me excitó. Cerré la puerta de mi dormitorio y saqué la tira de la película de Ishtar.

La imaginé con un vestido transparente color verde claro, bailando seductoramente frente a mí, sacudiendo sus caderas hacia los costados y sonriendo con los ojos. Me metí en la cama. Deslicé los dedos dentro de las bragas. Levanté mis caderas. Pasé la mano por mis muslos, hacia abajo, hasta separarlos, y me metí dos dedos. Me tensé, palpando mis diferentes pliegues. Empecé a gemir antes de poder detenerme. Jadeaba y me mecía. Los rayos de sol que entraban por mi ventana me daban besos renuentes sobre la piel. Aguanté la respiración, y mis brazos y mis piernas se estremecieron. Tragué el aliento y me quedé tumbada sobre el colchón.

Secuencia 8

Cuando era estudiante universitaria, tomé clases de introducción a la cinematografía. La profesora Erika Balsom había programado una proyección de Variety, de Bette Gordon. Estaba entusiasmada por ver la primera película de la productora Christine Vachon, quien después pasó a producir películas que ahora son parte del movimiento del Nuevo Cine Queer. Variety se describía como una película feminista sobre Christine, una mujer que comienza a trabajar en la boletería de un cine porno de Nueva York, llamado The Variety Theater. Christine oye las películas que se proyectan, pero nunca entra a la sala. Con el tiempo, se siente atraída por un cliente habitual, a quien observa atentamente. Lo sigue hasta una tienda de material pornográfico, en donde se aparta y hojea revistas para adultos por primera vez.

El voyeurismo de Christine se muestra de diferentes maneras a lo largo de la película. El guión también estaba plagado de excesos y de monólogos eróticos que podrían ser considerados obscenos o vulgares.

En una escena ambientada en una sala de juegos, ella le lee un texto erótico a su novio. La cámara va y viene entre un primer plano del culo de Mark mientras él juega al pinball, sacudiendo sus caderas hacia adelante y hacia atrás contra la máquina, y un primer plano del rostro de Christine mientras ella recita su monólogo.

 

Secuencia 9

Photo of a person holding porn film reel

«Sky estaba viajando a dedo y lo levantó una mujer en una pick-up. Era de noche tarde y él necesitaba un lugar donde quedarse, de modo que ella le ofreció su casa.

Ella le acompañó a su habitación y le ofreció un trago. Bebieron y hablaron, y decidieron ir a acostarse. Él no podía dormir, por lo que se puso los pantalones y fue por el pasillo hasta la sala de estar. Casi no podía ser visto, pero sí podía ver. La mujer estaba desnuda y extendida sobre la mesita baja, con las piernas colgando. Todo su cuerpo era de un blanco excitante, como si nunca hubiera estado expuesto al sol. Sus pezones eran color rosa brillante, como de fuego, casi de neón. Tenía los labios abiertos. Su largo cabello cobrizo lamía el suelo, los brazos estirados, los dedos cosquilleando el aire. Su cuerpo aceitado era redondo, sin puntas, sin bordes. Deslizándose entre sus senos había una gran serpiente que se curvaba hacia arriba alrededor de uno, y hacia abajo por el otro. La lengua de la serpiente lamía hacia el coño, tan abierto, tan rojo bajo la luz de la lámpara. Excitado y confundido, el hombre volvió a su habitación, y con gran dificultad logró dormirse. A la mañana siguiente, mientras comen frutillas, la mujer le pide que se quede otra noche. Otra vez, él no podía dormir […]»

 

Secuencia 10

Cuando tenía veintitrés años, Lynn, la chica del curso de cine con quien estaba saliendo, me sorprendió llevándome a mirar cortos eróticos el Día de San Valentín. El evento tenía lugar en el Mayfair Theater, un viejo cine independiente. La arquitectura del cine recordaba a los nickelodeons de América del Norte, pero con un toque exagerado. Los palcos estaban decorados con figuras de cartón de tamaño real de El monstruo del pantano y Aliens.

Ese año el jurado del festival era la estrella de cine para adultos Kacie May, y el programa consistía en una hora y media de cortometrajes. El contenido iba desde cortos machistas soft-core hasta películas de coprofilia. Miramos algunos minutos de lo que parecía ser porno suave heterosexual. La filmación mostraba a una pareja que empieza a hacer el amor en una sala de estar moderna, y luego pasa al dormitorio. Eran casi todas imágenes de ellxs besándose, tocándose, y haciendo el amor en la posición del misionero. Después, una mujer con cabello castaño corto se subió a la cama en cuatro patas, lamiendo el dorso de su propia mano a pequeños lengüetazos. Maullaba y se arrastraba sobre la despreocupada pareja. Continuaron haciendo el amor. Ella gateó hasta la cocina, levantó con los dientes su cuenco vacío, y lo colocó sobre una almohada. Siguió caminando encima de ellxs hasta el final del corto. Parecía bastante absurdo. Empecé a reírme, pero a Lynn se la veía un poco incómoda. Entonces, miré a nuestra izquierda, y vi a otras personas del público bebiendo cerveza a borbotones y atragantándose con palomitas de maíz mientras se reían como histéricxs. Sus risas ininterrumpidas y sus comentarios en voz bien alta eran lo que en verdad marcaban el tono del festival. Mirar al público resultó más interesante que mirar las películas eróticas. El Mayfair Theater a menudo proyectaba películas de culto, y mirar películas de culto es una experiencia comunitaria.

No es exactamente la forma en que yo me imaginaba al tío de mi madre mirando pornografía en el cine de mi abuelo. Los cines proyectaban abiertamente películas porno en esa época pero yo no podía imaginar eso sucediendo en el pueblo de mi madre. Lo imaginaba mirando la película desde el proyector de la cabina, para poder detener la proyección rápidamente en el caso de tener alguna visita inesperada. Sus amigos se sentaban en el palco del fondo. Nadie podía entrar por ahí a menos que tuviera una llave, así que era seguro. Tenían que pensar en todo. Era un barrio cristiano conservador, y no habrían querido causar problemas. Lo más probable era que estuvieran abrumados por la excitación y la culpa. Las voces de las bromas homoeróticas en voz alta se mezclaban con los audios de gruñidos y gemidos, pero cada pocos minutos se recordaban unos a otros que debían bajar la voz. Se turnaban para controlar las ventanas, asegurándose de que el sonido no fuera lo suficientemente alto como para alarmar a lxs vecinxs. A veces, apagaban el parlante y no había sonido. 

 

Secuencia 11

En 2019, después de una protesta política, me encontré un puesto de libros en la calle Riad El Solh, cerca de la Plaza de los Mártires, en el centro de Beirut. Cerca del borde de la mesa, detrás de los libros de Víctor Hugo y Simone de Beauvoir, encontré una pila de novelas eróticas y revistas para adultos. Eran todas traducciones de publicaciones occidentales. En realidad no me importaba cuál elegir; solo sabía que quería tener un ejemplar, por la pura emoción. Busqué el arte de portada más interesante.

Mientras me daba el cambio, el vendedor me preguntó —¿No te conozco de algún lado? Me miró los pechos, deslizando los ojos hacia abajo. Probablemente supuso que yo trabajaba en la industria del porno o del sexo. Lo miré a los ojos y dije —No. Me di vuelta, lista para irme caminando con mi compra. Entonces, él me detuvo para decirme que tenía un gran archivo en su sótano, y que vendía regularmente colecciones y publicaciones porno en EBay a Europa y a los Estados Unidos. Si bien me interesaba revolver ese archivo, no me sentía lo suficientemente cómoda como para aceptar su oferta. No parecía seguro. Le pregunté dónde encontraba esas novelas. Para mi sorpresa, las editaban en el Líbano.

Caminando hacia la estatua de Riad El Solh, miré la publicación que había comprado y vi que el texto estaba algo torcido, con las letras un poco borroneadas, haciéndolas ilegibles. Las fotos internas eran collages pornográficos descoloridos. Parecía algo crudo; me gustaba. El título de la novela era Marcel’s Diaries [Los diarios de Marcel].

El arte de portada era claramente un recorte de una revista pegado sobre una hoja azul. En la ilustración, una mujer sin camisa está agarrando la cabeza de su amante, hundiendo los dedos en el cabello de él, mientras él le besa el cuello desde atrás. La falda de ella tiene el cierre abierto. Su amante tiene la mano apoyada en la zona inferior de su cadera derecha. La mano de ella está sobre la de él. Los labios de la mujer están fruncidos y abiertos, casi como si estuviera gimiendo de placer, y su cabello rubio y liso, al estilo de los años 1970, cae sobre su pecho y le cubre parcialmente los pezones.

Abrí el libro en la primera página. El prefacio decía:

شهوات”
 “وشذوذ        

que se puede traducir como

«Deseo
                            y desviación»

o como

«Deseo
                             y perversión»

Leí el primer capítulo, y descubrí que quien había traducido el texto había cambiado el nombre del protagonista a Fouad, que es un nombre árabe. Supuse que querían que su público masculino libanés se identificara. Continuando la lectura, vi que todas sus amantes tenían nombres extranjeros como Hanna, Marla, Marcel, Marta.

 

 

Marcel Diaries

Secuencia 12

En la página 27, capítulo cuatro, me di cuenta de que Marcel era uno de los amantes de Fouad. 

Illustration of film reel

Secuencia 13

The scene took place in a movie theater. Movie theaters were often spaces for sexual freedom in North America, especially since the 1970s after the sexual revolution.

Cover of an Erotic Book, a man kisses a woman's neck

También supuse que habían mantenido todos los otros nombres extranjeros para que el texto sonara exótico y fuera por lo tanto menos tabú. La pornografía y las novelas eróticas eran atribuidas a West Hollywood, a pesar de que históricamente el mundo árabe haya producido textos eróticos. La literatura erótica se convirtió en tabú, y la única manera segura de editarla era comercializarla como extranjera, como exótica.

Es interesante cómo lo exótico encubre a lo erótico. La diferencia entre los dos adjetivos tiene su raíz en las etimologías griegas de las palabras: exótico viene de exo, «afuera», lo que significa extraño o extranjero. Erótico deriva de Eros, el dios del amor sexual. De modo que lo exótico es misterioso y extranjero, y lo erótico es sensual.

En el Líbano existe una línea delgada entre lo exótico y lo erótico en el cine, como la delgada línea entre las películas artísticas y las películas pornográficas. En 2015, durante una conversación con la cineasta Jocelyne Saab en un restaurante vietnamita de París, me enteré de que ella había tenido que filmar su película artística Dunia dos veces, para cambiar el dialecto del egipcio al libanés. Me contó que sus actorxs eran egipcixs, y que ella no era estricta respecto del guión. Pero no le permitieron usar el dialecto egipcio: tenía que ser en libanés, porque a los productores les preocupaban ciertas escenas de la película que bordeaban lo erótico. De modo que lo convirtieron en un film extranjero.

FRMag - United against violence (FR)

Ensemble contre la violence

par Karina Ocampo

C’est dans un recoin caché du Chiapas, au Mexique, que nous sommes arrivées, femmes et dissidentes sexuelles, pour organiser nos actions. (...)

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< illustration : « La muerte sale por el Oriente » [la mort se lève à l’Est], par Sonia Madrigal

Membership why page - Paz Romero

Cette communauté est un endroit de connexions, où l’on comprend nos combats individuels comme faisant partie de luttes mondiales, et où l’on peut même parfois danser ! Il n’existe aucun endroit de la sorte en ligne, où être en contact avec des activistes de terrain, qui viennent du monde entier, et forger de la solidarité et de la sororité..- Paz Romero, Argentina

Mena Mangal

Mena Mangal était une éminente journaliste de télévision, défenseure des droits des femmes et conseillère culturelle du Wolesi Jirga, la chambre basse du parlement national afghan.

Pendant plus d’une décennie, Mena a travaillé pour Ariana TC, la chaîne en pashto Lamar de Tolo TV et la chaîne de télévision nationale privée Shamshad TV. Mena était principalement présentatrice d’émissions sur les droits des femmes et la culture.

« La défenseure des droits des femmes Wazhma Frogh a dit que Mangal « se faisait entendre » et s’exprimait ouvertement en faveur de la défense de son peuple. »

Loin des écrans, elle dirigeait également des plateformes sur les réseaux sociaux, promouvant les droits à l’éducation et au travail des filles et femmes afghanes. Sur le plan de sa vie privée, Mena a longuement écrit sur le mariage arrangé qu’elle a été forcée d’accepter en 2017, et le long processus qui s’en est suivi pour finalement obtenir le divorce.

Dans un post sur Facebook, Mena avait écrit qu’elle recevait des menaces de mort de sources inconnues, mais qu’elle continuerait néanmoins son travail.

Elle a été attaquée le 11 mai 2019 par des hommes armés inconnus et tuée en plein jour et dans un espace public, dans le sud-est de Kaboul.

« La situation nous inquiète, car elle a un impact direct sur les femmes qui travaillent en dehors de la maison... Les femmes journalistes changent de profession du fait de l’augmentation des risques auxquels elles sont confrontées. » - Robina Hamdard, défenseure des droits des femmes à Kaboul

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Snippet FEA Intro Acknowledgments (EN)

We would like to thank the Amar.ela collective of women feminists activists and creatives who made this series possible, and especially Natalia Mallo (the team’s octopus) for her support and accompaniment throughout this journey.

We also extend our deepest gratitude and admiration to all the collectives and people who participated in this project, and we thank them for sharing their time, wisdom, dreams and hopes with us. We thank you for making this world a more just, feminist and sustainable one.

We hope the rest of the world will be as inspired by their stories as we are.